Sunday, November 09, 2008

OCTOBER EQUUS "Charybdis"

HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.

Seguimos con nuestro repaso de la actualidad rockera progresiva española con otra banda que se ha lucido este año con un tremendo segundo disco – me estoy refiriendo al grupo instrumental OCTOBER EQUUS y su disco “Charybdis”. Éste fue editado por el sello ruso RAIG. Dos años después de su espléndido disco debut homónimo, donde la banda dio rienda suelta a su manera tan fresca y vital para preservar las herencias de HENRY COW, PRESENT y UNIVERS ZERO, en confluencia con elementos crimsonianos, ahora el sonido de OCTOBER EQUUS acoge un nuevo dinamismo al realzar el elemento jazzero y dar más espacio a ambientes etéreos. No es que la música de OCTOBER EQUUS haya renunciado a los factores de oscuridad y tensión propios del RIO, pero definitivamente aquí ha habido un ingeniosos ejercicio de renovada orientación estilística. Es como si los pasajes fuertes estuvieran casi siempre en función del desarrollo que las capas sonoras deban asumir en cada momento específico. Este cuarteto conformado por Ángel Ontalva (guitarra), Víctor Rodríguez (teclados), Amanda Pazos (bajo) y José Varela (batería) ha contado con invitados ocasionales como Francisco Mangas (saxos) y Tom Zunk (waterphone).

El disco comienza con ‘Architeuthis Dux’, tema imponente cuya fuerza natural se despliega de manera inteligentemente armada sobre el desafiante esquema rítmico: el factor jazzero es manejado desde el aspecto de matices, lo cual supone un buen contrapunto a los predominantes pasajes de tenor más fastuoso. ‘Frozen Sea’ emite radiaciones más melancólicas con esas cortinas sombríamente grisáceas de órgano que nunca llegan a hacerse verídicamente tétricas; más adelante, cuando la pieza entra a un momento más extrovertido, marcan el liderazgo de lo jazzero (estilo Canterbury con una dosis extra de densidad) a la hora de estructurar este momentum, el mismo que al final encuentra un oportuno broche con un breve reprise del introspectivo motivo inicial. ‘Trylobites’ es una pieza no tan larga que se concentra en ambientes flotantes, que no exentos de una dosis de disonancia aventurera que apelan a una suerte de tensión controlada. ‘Fata Morgana’ prosigue por los renovadores aires jazzeros manejados por el grupo: la pieza oscila entre un cálido motivo en 6/8 que suena a un híbrido entre YUGEN y el primer HENRY COW, y un cuerpo central que suena como un vendaval muscular que oscila entre lo bizarro y lo caótico. ‘Unknown Pilot’ es un muy inspirado ejercicio de lirismo vanguardista, basado en la cámara moderna. ‘Forgotten Sirens’ es una pieza tremendamente muscular (en su mayor parte, pues también cuenta con una sección un poco más tirada hacia lo etéreo al llegar al final), muy a lo PRESENT aunque con el sello de OCTOBER EQUUS claramente marcado en ella. ‘Abyssal’ nos devuelve a la faceta más lánguida de la banda, sabiamente manejada con esos elementos de tensión y tenebrismo que ya habían ocupado un rol primordial y esencial en el disco debut – en el contexto de este disco, sin embargo, ‘Abyssal’ encaja muy bien dentro de un esquema más controlado. ‘Thera’ va por un sendero muy similar, incluso ahondando en lo etéreo, lo cual resulta muy efectivo cuando emergen esos breves momentos de intensificación de la energía sonora. ‘Niarsek’ no cambia mucho las cosas, con su núcleo sonoro que nos hace evocar una travesía por los parajes más reposados de la mente: las dominantes orquestaciones de teclado transmiten muy bien esa aureola contemplativa que en el género progresivo se explota tan bien en las composiciones de línea ceremoniosa. La pieza homónima, que completa una duración de casi 6 minutos, establece una vez más esa bien articulada combinación de vanguardia jazzera y RIO que OCTOBER EQUUS ha manejado tan magistralmente en los temas 1 y 4. ‘Helgoland’ es el epílogo que retoma la faceta reposada del grupo, jugando con una progresión armónica sencilla: la sección de piano es manejada con espartana delicadeza, mientras que el solo final de guitarra (con efecto midi) se explaya en fraseos sumamente diestros. El fade-out llega demasiado pronto: lo mismo me sucede con temas tan buenos como ‘Unknown Pilot’, ‘Abyssal’ y ‘Forgotten Sirens’, cuyo atractivo tan impactante me parece que no se muestran con suficiente holgura debido a las restricciones de sus respectivas duraciones. Pero bueno, esta queja menor no resta nada a mi gran aprecio general por “Charybdis”.

Se puede escuchar material de OCTOBER EQUUS en su blog de Myspace www.myspace.com/octoberequus . Definitivamente, “Charybdis” es una obra altamente recomendable para los genuinos amantes de las líneas de trabajo más vanguardistas del género progresivo.

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