Saturday, July 11, 2009

La nueva frecuencia de IQ, la vieja maestría de siempre


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.

“Frequency” es el nombre de la nueva oferta fonográfica de IQ, veterano ensamble que formó una parte importante de la nueva ola del rock progresivo en la primera mitad de los 80s, y que ahora, casi 30 años más tarde, todavía tiene suficientes dosis de ingenio y energía como para seguir creando música progresiva de primera categoría. Para este disco, el cual tiene la función de suceder al universalmente aclamado “Dark Matter” (2004), nos muestra a un IQ con dos nuevos miembros – el baterista Andy Edwards y el teclista Mark Westworth. Ellos se unen a Peter Nicholls (canto), Mike Holmes (guitarras) y John Jowitt (bajos), siendo así que la inconstancia inherente a todo recambio no fracturó para nada la cohesiva fortaleza de la propuesta sonora de IQ.

El tema homónimo abre el disco con iniciales emisiones radiales de la Segunda Guerra Mundial, las mismas que abren camino para un contundente motivo que suena a un híbrido de ‘Kashmir’ y ‘Fly on the Windshield’. Esta impresionante vía de entrada se complementa muy bien con la subsiguiente sección cantada (sobre una base de piano eléctrico) y el posterior frenético motivo en 7/8. Este último motivo desarrolla un impresionante clímax que aterriza en un breve reprise del antes mencionado motivo zeppeliniano-genesiano. ‘Life Support’ sigue a continuación, ostentando un esquema afín a algunas canciones viejas de la banda, como si se mezclaran ‘Guiding Light’ y ‘Fading Senses’: con un enérgico solo de sintetizador y unas atmósferas que reflejan muy bien la imagen de máquinas que sostienen una vida que se va marchitando poco a poco, la pieza evoluciona hacia un adecuado ambiente de claros ribetes cósmicos. ‘Stronger Than Friction’ (¡qué adorable ingenio hay en el título!) ocupa un espacio de 10 ½ minutos: el motivo central desarrolla un esquema melódico limpio y ágil, casi fronterizo con el AOR. La sección en 7/8 que signa la conclusión expansiva de la pieza muestra otra sólida exhibición del fuego sinfónico del estilo IQ. La balada ‘One Fatal Mistake’ es hermosa y refinada, apoyada en una atmósfera sencilla y razonablemente etérea, apropiada para que Nicholls de cuenta de esa vibración particularmente evocativa que él sabe imprimir a las melodías más vulnerables de IQ. Las cortinas espaciales de sintetizador y los retazos de mellotron coral indican el final de esta canción y el puente de transición hacia el siguiente, ‘Ryker Skies’. Ésta es otra canción extensa, la cual aporta un aire refrescante de agresividad rockera, a la par que retoma la vibración y las cadencias de ‘Frequency’. De hecho, en algún momento se inserta un par de citas de la susodicha canción. ‘The Province’ es la pieza épica por excelencia del disco. Heredando en gran medida la pomposidad perfectamente estilizada que había sido predominante en “Dark Matter”, ‘The Province’ exhibe un espectacular despliegue de variantes de atmósfera, compases inusuales y una instrumentación sólida que llena espacios con innegable contundencia (dicho sea de paso, también toma prestados algunos fragmentos de un tema precedente, en este caso, 'Life Support'). El viaje progresivo que tiene lugar refleja un articulado juego de desarrollos melódicos y ambientes pletóricos de potencia y colorido. El solo de sintetizador que tiene lugar tras el minuto 8 es tal vez el mejor de todo el disco. Los últimos 8 minutos del disco están ocupados por ‘Closer’, una atractiva semi-balada progresiva donde se destaca un efectivo interludio en 7/8, el cual genera un momentum envolvente que anima el motivo central.

A fin de cuentas, esta nueva frecuencia musical de IQ resulta otra notable muestra de la recurrente maestría que IQ ha ejercitado por más de un cuarto de siglo para la supervivencia y mantenimiento del rock progresivo – “Frequency” es un ítem muy valioso para este año 2009.

1 comment:

Félix Milanés said...

Muy de acuerdo...IQ es tremendo en dramatismo y técnica.
Saludos y muy buen blog!