Monday, August 17, 2009

La buena forma progresiva de DELUGE GRANDER




HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN , LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.

El año 2009 nos sigue trayendo exquisitas novedades progresivas, y ciertamente, el caso de “The Form of the Good”, segundo disco de DELUGE GRANDER, no es para nada una excepción. Después de que Dan Britton nos regalara una joya progresiva para el año 2008 con “Bentam to Behemoth” por vía de otro proyecto musical denominado BIRDS AND BUILDINGS, repite un merecido protagonismo con un disco tan rico en sonoridades, texturas y motivos como “The Form of the Good”, excelso sucesor de “August in the Urals” (2006). “The Form of the Good” retoma en buena parte las atmósferas del disco mencionado y le da una definición un poco más contenida, sin descuidar la sofisticación y la peculiar densidad con que Britton y compañía arreglan y reformulan sus composiciones de base. De paso, nótese que el título del disco se inspira en la Idea del Bien, entidad fundamental dentro de la filosofía de Platón: esta ambición metafísica se condice bastante con el nivel de pretensión artística que DELUGE GRANDER insufla en su música con nervio y fineza.

‘Before the Common Era’ da inicio al disco con una ambientación notoriamente etérea, estableciendo una atmósfera reflexiva y serena, con una efectiva sutileza cósmica que va operando a través del motivo desarrollado. La aureola de ensueño y reflexión se acrecenta con el la presencia de cánticos sampleados y un pequeño ensamble de cuerdas. ‘The Tree Factory’ nos ofrece, de entrada, algo más explícitamente denso, con ese prólogo basado en góticas sonoridades cuasi-mellotrónicas - se trata de algo bastante escandinavo, recomendado para nostálgicos incurables de ANGLAGARD, SINKADUS, WHITE WILLOW, etc. De pronto, el prólogo concluye para dar paso a un motivo ágil de base jazz-funky. A pesar de la alegría aparente, el abierto uso de disonancias en los acordes básicos, solos y ornamentos permanece como un recurso sólido de tensión musical, ocasionalmente roto por cálidos solos de la guitarra de David Berggren y tambien de violín planteados con una conmovedora limpieza melódica. Otro motivo torna hacia un jam veloz, juguetón, que se podría describir tal vez como un híbrido de BMS y CAMEL, y luego otro nos plantea una especia de ELP “canterburizado”. En fin, la última sección se acomoda en un esquema ágil y coqueto, casi como un hibrido de KAYAK y SUPERTRAMP. ‘Common Era Caveman’ se explaya en una simple secuencia de acordes, haciendo que esta base armónica sostenga el clímax delicadamente sostenido que los músicos van elaborando con estupenda pulcritud. La masivamente adornada labor del baterista Pat Gaffney y las múltiples cortinas de teclado conforman la columna vertebral de este atractivo viaje progresivo, el cual aterriza finalmente en una conclusión épica y envolvente.

La pieza más larga de disco se titula ‘Aggrandizement’, que con sus casi 19 minutos de duración incorpora una elaborada variedad de motivos y matices. El tenor general de ‘Aggrandizement’ se resuelve en base a esa típicamente etérea fastuosidad que DELUGE GRANDER prácticamente ha convertido en marca registrada. Hay momentos en lo que el grupo apela a trucos de aparente caos para crear una apariencia de exquisita neurosis, mientras que hay otros en lo que predomina una actitud de estilizada reflexión, así como hay otros en los que se impone una arquitectura muy bien medida. Como sea, se nota que el grupo se apoya en su propio "temor al vacío" para animarse a explorar continuamente los motivos que sucesivamente entran en juego. Además de los abiertos coqueteos con el esplendor otoñal escandinavo, también notamos aquí varios pasajes donde se flirtea con el chamber-rock (con una actitud semejante a la de FAR CORNER), siendo así que el grupo y sus colaboradores logran perfilar una amalgama bien lograda. El clímax conclusivo emana ciertas ambientaciones terroríficas, un tanto reminiscentes a las facetas épicas de la suite crimsoniana "Lizard" – el cortante final completa efectistamente el imponente dramatismo que se había apoderado implacablemente de la armazón instrumental. El tema homónimo ocupa los últimos 8 minutos y pico del álbum. Con un espíritu un tanto semejante al del etéreo tema de entrada, se desarrolla primeramente por un ejercicio vanguardista donde se combinan el chamber-rock y la psicodelia "spacey", para luego pasar a un esquema más propiamente sinfónico, enmarcado entre una pomposidad lánguida y un dinamismo no demasiado explícito.

De este modo llegamos a la conclusión de que "The Form of the Good" es un discazo que confirma a Dan Britton como un creador progresivo muy a tener en cuenta en los últimos y próximos años. DELUGE GRANDER debe asegurarse un lugar en los Top 5 y Top 10 de las encuestas sobre las mejores obra progresivas de 2009.

Fotos: JZH

1 comment:

Gerardo said...

NECESITAMOS UN REVIEW DEL NUEVO DE BEARDFISH!!!!