Friday, June 22, 2012

Las andanzas póstumas de LA DESOOORDEN




HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.


Hoy es el momento de hablar de un disco muy especial: “El Andarín” de LA DESOOORDEN. Especial en sí mismo porque se trata de un trabajo musical de estupenda factura, pero sobre todo, especial porque se trata del disco de despedida de esta talentosa y enérgica banda chilena de rock-fusión experimental. En efecto, desde antes de la edición concreta de “El Andarín”, LA DESOOORDEN anunció su inminente disolución tras 18 años de carrera y un repertorio fonográfico que culmina en este quinto disco... y por lo escuchado en este disco, se despide a lo grande. “El Andarín” exhibe nuevas muestras de vigor y colorido en estricta fidelidad a las ambiciones artísticas antes desarrolladas en sus dos entregas anteriores, “La Isla De Los Muertos” y “Ciudad De Papel”. Teniendo en cuenta que el grupo ostenta una concepción sofisticada de lo que significa desarrollar el concepto de fusión contemporánea dentro del contexto de la vanguardia rockera en el sentido más ecléctico y progresivo de la expresión, este disco incluye archivos de fotos y documentos audiovisuales dentro del disco (además de un ameno juego virtual). En sí, “El Andarín” es un disco conceptual narrado en “la historia de un personaje que recorre Sudamérica sin un rumbo definido conociendo personas y paisajes que su espíritu y el momento le van guiando” (como dice el grupo en su perfila de Facebook). A través de un espacio de poco menos de 1 hora, un excitante y diverso recorrido sónico es el que nos revelan Alfonso Banda Mayor [guitarras eléctrica y e-bow], Fernando Altamirano Barria [voz], Francisco Martín Subercaseaux [bajo, trompe, didgeridoo, berimbau], Karsten Contreras Kusch [voz, pifilka, caxixi, claves, cencerro, palo de agua, matraca, pito de samba, didgeridoo, zampoña, flauta], Peter Pfeiffer Jakob [saxofones tenor, barítono y soprano, quena] y Rodrigo González Mera [batería, percusión], apoyados por Henry Vélix Matus [arreglos de trompeta]. Durante las variadas instancias de este recorrido aportan recursos muy valiosos los siguientes colaboradores: Benjamín Ruz [violín], Cristopher Hernández [trompeta], Alejandra Zolezzi, Francisca Martín y Josefina Banda [voces adicionales].


El disco se echa a andar con la secuencia de ‘Clave Anfibia’ y ‘Campante Andarín’, la cual elabora un crescendo que va desde los tenues ruidos de la naturaleza (ranas, aves) hasta un colorido frenesí sensual de esplendor rockero donde los avatares del estándar psicodélico en clave blues-rockera se amalgaman muy bien con los rudimentos cuasi-tribales de la dupla rítmica. Este intenso inicio de camino se redondea con el brevísimo interludio ‘Viento De La Llanura’, el cual termina por abrir camino a ‘Puerto Allende La Pampa’: esta pieza es la primera instancia cantada del álbum, y lo hace rindiendo homenaje a las cadencias del folklore criollo argentino dentro de un encuadre sonoro propio de LA DESOOORDEN (y coincidente con sus coetáneos de MAR DE ROBLES, así como con el CONGRESO de la primera mitad de los 80s). ‘Las Alturas Reflejan Los Aires’ se traslada a ambientes más cadenciosos y brumosamente melancólicos focalizados en torno a un esquema rítmico basado en el modelo del malambo: los momentos de irrupción de los metales (aumentados con la trompeta) y los parajes más constreñidos se alternan con una fluidez simplemente maravillosa. A partir de este momento, se puede decir que el bloque sónico del disco ya ha instalado firmemente su semilla en el jardín mental del oyente. ‘Sueños De Carnaval’ ostenta un tenor más claramente extrovertido, pieza empapada de aguas alegres y torrentes danzarines propios de un motivo celebratorio como es el del carnaval andino (la recitación de “Se me hincha el corazón al andar / Es que son las piernas que no saben parar” resulta cabalmente simbólica de esta idea). La dupla de ‘Iniciación En La Selva’ y ‘Ayahuasca’ gira hacia el misterio místico de los rituales de trascendencia espiritual propios de las variadas idiosincrasias selváticas sudamericanas: el primer tema es un ejercicio de hipnóticas implosiones tribales inicialmente sazonadas con una mágica flauta étnica; el segundo da cobertura a la autoafirmativa ebullición febril del tránsito hacia dimensiones oscuras y, a la vez, iluminadoras, siendo así que la compleja armazón rítmica en 5/4 y la sólida robustez de los mecanismos sonoros generados por el ensamble lo convierten en un culmen espectacular del disco (uno de tantos).


Con la secuencia de ‘Sombras Y Fuego’ y ‘El Rescate De Mí Mismo’, LA DESOOORDEN nos lleva de la mano convincentemente hacia la segunda mitad de esta experiencia andarina. En este caso, ‘Sombras Y Fuego’ conforma un breve pero impactante diálogo entre las lúgubres sombras del didgeridoo y los saltarinas chispazos del trompe, un diálogo que abre la puerta a la sofisticada arquitectura de ‘El Rescate De Sí Mismo’, un vibrante ejercicio de jazz-rock ágilmente encapsulado en una ingeniería prog-fusionesca. ¡La esencia de LA DESOOORDEN en su más esplendorosa rotundidad! Virando hacia climas y cadencias más tropicales, ‘Las Armas Y Las Guaguas’ sir ve para que el grupo se retrotraiga hacia las dimensiones más constreñidas de su esencia musical, y lo hace con la usual solvencia lírica de siempre (así se armaron también varios momentos particularmente brillantes de “La Isla De Los Muertos” y “Ciudad De Papel”). Constreñido no quiere decir carente de vigor, y para demostrar justamente eso están el fabuloso solo de guitarra (una de las mejores intervenciones de Alfredo Banda en todo el disco) así como un efectivo intermedio rockero que emerge como un relámpago musical exquisito. Con ‘Llegando A Los Llanos’, el ensamble nos devuelve a los aspectos más cándidamente coloridos de la tradición hispanoamericana, esta vez al modo de un joropo deconstruido en clave de 5/4: otra genialidad que vale la pena destacar especialmente… y que lastimosamente solo dura poco más de dos minutos y medio. En fin, el álbum sigue explorando recursos de alegría con ‘Escape De La Favela’, el cual es una excursión en el folklore urbano brasileño motivado por los ímpetus de algarabía de los bloques sociales marginales. La combinación de exuberancia y rudeza propia de las festividades carnavalescas cariocas recibe en manos de LA DESOOORDEN una vitalista reestructuración progresiva, a la par que preserva su alegre visceralidad; en dinámico contraste, las letras reflejan sensaciones de urgencia y situaciones de peligro. ‘Preámbulo De Lluvias’ es una etérea semi-balada en 6/8 donde el grupo explora los aspectos más intimistas de su propio vitalismo, y justamente el explícitamente reflexivo talante de esta canción prepara el terreno para que ‘El Perro Que Me Guía Alegre’ muestre primero un ensoñador ambiente ensimismado y luego vire hacia una luminosa extroversión articulado según la más pura esencia de La Desooorden. ‘Mi Jardín Interno’, la coda del álbum, retoma el meditabundo ensimismamiento de la primera mitad de ‘El Perro Que Me Guía Alegre’ y lo encuadra dentro de un esquema fusionesco de predominantes matices andinos.


Bueno, todo esto fue la experiencia de “El Andarín”, el testimonio definitivo de todo lo último que tenía que dar LA DESOOORDEN como unidad de creación artística al ideal del rock artístico. Cabe destacar momentos personalmente favoritos según la escucha de cada uno, y en nuestro caso, destacamos ‘Iniciación En La Selva / Ayahuasca’, ‘Sombras Y Fuego / El Rescate De Mí Mismo’, ‘Llegando A Los Llanos’ y ‘’ como momentos signados por una resaltante magnificencia épica, pero aparte de todo eso, “El Andarín” es una obra integral y es como tal que cabe apreciarla de manera más concreta. ¡Cómo se va a extrañar a esta banda!... Pero su música quedará perenne en sus registros fonográficos, los cuales están disponibles ante los oídos atentos de quienes sepan valorar las vertientes más imaginativas e intensas del rock-fusión sudamericano. Este catálogo de andanzas póstumas de LA DESOOORDEN es, simultáneamente, un testimonio de la vitalidad de la presente vanguardia rockera chilena y una pieza de colección procedente de un tiempo pretérito siempre vivo.




Muestra de “El Andarín”.-
Puerto Allende La Pampa: http://www.youtube.com/watch?v=Sz1s_6MJPDM

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