Tuesday, January 06, 2015

PULSAR – el polen más exquisito de la primera hornada progresiva francesa


HOLA, AMIGO DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy abordamos una labor de arqueología progresiva dentro de la escena francesa para redescubrir y celebrar los primeros tres álbumes de PULSAR, uno de los máximos exponentes del rock progresivo de ayer y hoy en el país galo, cuya trilogía inicial de “Pollen”, “The Strands Of The Future” y “Halloween”, publicada entre inicios del 1975 y fines del 1977. Esta banda originaria de Lyon es hasta el día de hoy una de las figuras más veneradas del área francesa de la historia del rock progresivo por coleccionistas de todo el mundo y todas las edades; confesamos que es nuestra banda francesa favorita de todos los tiempos, pero bueno, eso ya es asunto de gustos personales. La prehistoria de PULSAR comienza en 1966 cuando el guitarrista Gilbert Gandil, el bajista Jacques Roman (también experto en teclados y guitarra, pero por ahora, solo bajista) y el baterista Victor Bosch se asocian para formar SOUL EXPERIENCE, haciendo versiones de R’n’B y rock duro; para 1968, con la entrada de un bajista y el paso de Roman a los teclados, la banda se rebautiza como FREE SOUND y empieza a hacer versiones de rock psicodélico y progresivo, haciendo versiones de PINK FLOYD, SOFT MACHINE y THE NICE. Ver una actuación de PINK FLOYD en Lyon en 1969 es toda una experiencia de aprendizaje para la banda, que por entonces tiene como bajista al hermano de Roman Philippe, el mismo que pasó un par de año en el Liceo estudiando guitarra clásica. El primer concierto importante de FREE SOUND tuvo lugar como telonero de FAMILY, tocando frente a 5,000 personas: el repertorio de la banda no solo incluía versiones de grupos británicos sino ya un par de composiciones propias. Antes de que terminara el año 1971, el grupo se rebautizó definitivamente como PULSAR y empezó a codearse con más gente grande la avanzada rockera nacional mientras aumentaba su repertorio propio, focalizado en una óptica space-rockera del género progresivo con elementos añadidos de sinfonismo. En 1974 aparece Roland Richard para aportar sus dotes a la flauta y los sintetizadores al grupo, completando así su formato de quinteto clásico con Gandil [guitarras eléctricas y acústicas de 6 y 12 cuerdas, canto], Jacques Roman [órgano, piano, sintetizadores, mellotrón], su hermano Philippe [bajo, canto] y Victor Bosh [batería, percusión].


“Pollen”, el disco debut de PULSAR, fue el primer disco de un grupo de rock francés publicado por un sello británico, a la sazón, Kingdom Records, sello que publicaba a CARAVAN y KHAN: grabado en noviembre y diciembre del 1974, salió a la venta en enero del 1975 y les hizo automáticamente acreedores del apodo de “PINK FLOYD francés”, un apodo que puede servir para indicar algunos rasgos precisos de su música pero que no se debe tampoco tomar al pie de la letra. El estilo de PULSAR poseía ya unos matices muy propios, enraizados evidentemente en el espíritu francés que les hacía tener cierto parentesco estilístico con CARPE DIEM y ATOLL. A pesar de no contar con la magistral delicadeza exhibida que habrá de llenar de especial dinamismo a sus obras maestras próximas, el hecho es que “Pollen” resulta un disco bastante efectivo y coherente dentro de su propuesta: los arreglos de las composiciones no sufren el mismo desnivel de fineza del que adolecen los discos debut de otras bandas importantes del progresivo, pero definitivamente la ingeniería de sonido todavía se siente muy rústica en las secciones más relajadas del disco. La pieza que da nombre a la banda abre el disco irrumpiendo como un vuelo astral pletórico de pasión, con una constante pulsación que queda eficazmente condensada en la sencilla armazón temática desplegada en tres minutos clavados. Acto seguido, ‘Apaisement’ apela a una alternativa a la expansión mental, la de la de la retrospección. En esta pieza tan particularmente lánguida, el canto de Philippe Roman y la amalgama de las cortinas de teclado portan la patente huella de la melancolía, una melancolía que emana desde la dejadez que asume una especie de fatalidad inevitable; cuando surgen los efluvios de flauta, dicha melancolía asume matices coloridos envolventes. Luego sigue una de las piezas más complejas del disco, ‘Puzzle / Omen’: ésta comienza con una fanfarria progresiva liderada por la potente guitarra de Gandil, majestuosa y cósmica, seguida luego por un motivo en 5/4 donde la cadencia jazzera entra por el lado de la sección rítmica; los coloridos vertidos por los teclados, la guitarra y la flauta terminan aterrizando en una sección lenta y ceremoniosa, apropiada para que la invitada Carmel Williams enuncie la profecía del título; una vez concluida esta sección, el tema termina con un reprise de la fanfarria inicial elaborado a plena furia.

 

La segunda mitad del disco, que es donde se concentra el aura más enigmática del mismo, comienza con ‘Le Cheval de Syllogie’, una pieza marcada por una ambientación misteriosa y sombría que explota con intensa energía la esencial tendencia cósmica del grupo. Esta ambientación queda realzada por la distorsión de la recitación, la cual suena como un híbrido entre un robot y un brujo alucinado. La pieza homónima con la que termina el disco es también la más larga, con sus 13 minutos de duración. Se trata de una hermosa balada progresiva extensa, deudora en buena parte de la ambientación nostálgica de ‘Apaisement’, provista del mismo romanticismo austero e introspectivo. Debido a la particular extensión del tema, el grupo se hace cargo de usar efectivos ornamentos de sintetizador, flauta y guitarra líder de tal manera que conserven la línea de la pieza sin hacerlo anodino y, efectivamente, la banda logra conservar la atención del oyente de una manera sutil, y a la vez, imponente. Las labores de Roman y Richard resultan vitales para concretizar la etérea grandiosidad de ‘Pollen’, no exenta de cierta grandiosidad. El final de efectos sintetizados que emulan golpes de olas sobre rocas es una oportuna extensión del carácter contemplativo de esta canción, y definitivamente, un cierre excelente para un muy buen disco. Cabe señalar que algunas letras del material de PULSAR estaban a cargo del académico François Artaud, amigo de la banda, pero otras estaban a cargo de Philippe Roman, quien lograba con esto aumentar el impacto de sus recursos de creatividad para la visión artística del grupo.


Yendo ahora a “The Strands Of The Future”, hay que empezar afirmando que es uno de los discos más macizos y fascinantes que el progresivo francés haya aportado jamás para enriquecer el género a través de su historia y su expansión mundial. La promesa brillante y excitante que PULSAR había concretizado tan entusiastamente en su debut “Pollen” se cumple más allá de cualquier expectativa en este grandioso álbum. Y decimos grandioso en referencia a varias cosas: las ideas musicales, el diverso ingenio invertido en los arreglos, el afiatamiento del ensamble instrumental, esa robustez sonora que solo puede producir la química creada entre los músicos como por arte de magia. El todo y cada elemento del mismo destilan grandiosidad. El sonido de PULSAR sigue siendo el mismo, basado en una mixtura de vibraciones espaciales contundentes y colores bucólicos, pero esta vez dicho sonido resulta más maduro y fluido. Cabe anotar anecdóticamente que, durante la grabación de este disco, PULSAR operaba como un cuarteto tras la partida del bajista Philippe Roman, siendo simplemente reemplazado por su hermano Jacques mientras conservaba su rol de teclista. En realidad, casi todo el nuevo material fue compuesto mientras Philippe seguía en el grupo, pero éste se sentía estresado por la vida en la carretera, harto de llevar una agenda de tantos conciertos, ensayos y grabaciones de maquetas, y es por eso que su involucramiento en las sesiones de arreglos musicales era decreciente. Otra anécdota de ese periodo es que Peter Hammill, quien entonces lideraba a los reformados VAN DER GRAAF GENERATOR, mostró interés por cantar en algunas canciones del próximo álbum de PULSAR por lo tanto que le había gustado el primero… pero eso terminó en nada porque el hecho de que ambos grupos pertenecieran a sellos distintos imposibilitaba esta promisoria hermanada musical.



La suite homónima que abre el disco ocupaba los 22 minutos del lado A del vinilo. Se trata de la pieza musical de PULSAR por excelencia, y no me refiero a su ambiciosa estructura ni a su extensión, sino simplemente al hecho de que encapsula a la perfección los ingredientes típicos del sonido nuclear del grupo en su más pulcra expresión. Los primeros 2 ½ minutos consisten en un prefacio etéreo a lo JEAN-MICHEL JARRE con TANGERINE DREAM de la época 75-76, dando lugar a un interludio de space rock progresivo enérgico: los inteligentes juegos de síncopas que se arman desde la dupla rítmica sostienen cabalmente el boato bien alimentado de los teclados y los oscuros riffs de guitarra, elaborando un motif sólido y llamativo que más adelante volveremos a escuchar en el tercer gran desarrollo temático. Luego sigue una breve sección cantada basada en lo bucólico y complementada con un motivo sinfónico muy floydiano, logrando así asentar lo que será buena parte de la espiritualidad del disco íntegro. Ya empezado el minuto 9, y siguiendo todo el trayecto hasta el 19, nos topamos con una serie cohesivamente hilada de secciones musicales atractivas que alternan la magia orquestal del sinfónico con la dimensión onírica de lo espacial: el segundo desarrollo temático se encauza por un swing de talante jazz-rockero sobre el cual los PULSAR exorcizan los fantasmas de PINK FLOYD y GENESIS con una solvencia ingeniosa, traduciendo lo foráneo en una nueva forma de ser uno mismo; por su parte, el tercer y último desarrollo temático comienza con un reprise del primer motif rockero de la suite y deriva en otros recovecos de tenor sinfónico donde lo ágil y lo reflexivo se fusionan cálidamente. Los últimos 3 minutos están ocupados con una coda pastoral, en la cual los arpegios de guitarra y las líneas de flauta borran cualquier indicio de misterio o inquietud marcado por todo lo que vino antes: se trata de una contemplación intelectual final, una apreciación del sentido de la vida tras el transcurso de una intensa ilación de eventos. La única sección cantada es en francés, a diferencia de las dos piezas cantadas de la segunda mitad del álbum, que están en inglés.

  

Tras este espectacular despliegue de ingenio progresivo, el resto del material corre el grave riesgo de verse opacado: bueno, es verdad que ‘The Strands Of The Future’ es lo mejor que hay en el disco al cual da título, pero las tres piezas restantes están muy lejos de ser sombras o pretextos para completar el espacio del disco. El instrumental ‘Flight’ es una bonita y juguetona pieza de progresivo con base medianamente jazzeada, marcada por coloridos retazos de sintetizador y mellotrón en el motivo principal, y con un interludio hipnótico – el solo de flauta que emerge cerca del final merece una mención especial por lo efectivas que resultan sus florituras a la hora de añadir cuotas extra de gracilidad. Los músicos de PULSAR le sacan mucho el jugo a los breves 2 ½ minutos que dura el tema. ‘Windows’, por su parte, reitera la vibración melancólica y languidez meditabunda que ya se hizo presente en la faceta más introspectiva del disco debut. Por último, ‘Fool’s Failure’ cierra el álbum combinando magistralmente el aura misteriosa de la suite inicial y la languidez del tema inmediatamente anterior. ‘Fool’s Failure’ incorpora en ciertos momentos texturas tenebrosas que surgen casi cada vez que el sonido grupal se pone áspero y filudo; también resulta que el canto del guitarrista Gandil se pone un poco Hammilliano a ratos. Los momentos en que los fraseos y riffs de guitarra salen al frente, se saca a colación una sonoridad ácida que explota inteligentemente el patrimonio de densidad emocional que se encapsula en esta canción de principio a fin, pero sin duda es en las armonizaciones de mellotrón y sintetizador Solina donde se asiente la atmósfera general de la pieza, dándole una dimensionalidad cósmica a una ansiedad melancólica que parece brotar de las más hondas cavernas de la mente – este relato de escapismo lunático es toda una obra maestra de la vieja escuela progresiva. Después de la conclusión de la música misma, el epílogo parece un homenaje a la coda del ‘Welcome To The Machine’ de PINK FLOYD.


En conclusión, “The Strands Of The Future” resulta uno de los discos más importantes y relevantes dentro del movimiento progresivo francés, así de simple, y todavía queda otra señal de imbatible gloria en el mundo musical de PULSAR, pues en noviembre del 1977 aguarda la emergencia de su tercera obra, el concept-album “Halloween”, otra obra maestra. “Halloween” poco o nada tiene que envidiar a “The Strands Of The Future” en cuanto a tener cualidades fascinantes y majestuosas: es simple y llanamente, una obra maestra, punto. Para la gestación y grabación del material de “Halloween”, el grupo volvía a los estudios como quinteto con la presencia del bajista Michel Masson, quien había ingresado para la gira de promoción del “The Strands Of The Future”. Vamos, que este disco fue todo un éxito de ventas dentro de la escena vanguardista francesa, siendo solo superado por el disco que sacó en ese mismo año 1976 por los ANGE (los no. 1 “obligatorios” de la hinchada rockera gala). PULSAR veían complacidos cómo su trabajo duro y constante ya empezaba a rendir debidos frutos en el negocio fonográfico, y ahora los sellos nacionales que al comienzo les cerraban las puertas empezaban a interesarse por ellos a sabiendas de que su contrato con el sello británico Kingdom Records estaba finiquitado. Así pues, la sucursal francesa de la CBS los acogió con miras a producir el tercer disco de la banda. Gandil, Roman, Bosch, Richard y Masson habían crecido invididualmente en estos tres años en direcciones disímiles, teniendo cada uno sus grupos favoritos del momento y hablando sobre sus propios conceptos mientras aclaraban sus ideas sobre la orientación estilística que habría de concretizarse en ese tercer LP; así, llegaron referentes comunes en la música de GUSTAV MAHLER y el romanticismo tanático de la genial película de LUCCHINO VISCONTI “Muerte En Venecia”. 


Lo que se hizo en “Halloween” fue un álbum conceptual basado en un relato del baterista Bosch, centrado en la evocación de viejos espectros y la curiosidad casi fetichista por desentrañar los misterios que guarda objetos significativos: en este caso, un botón con el que una niña desarrolla un diálogo imaginario como si estuviese hablando con una persona. Es por ello que, a pesar del título, el concepto del disco no está en el horror sino en la perturbación que ocasiona la develación de la persistencia de ciertas huellas del pasado en el presente, especialmente huellas en objetos. “Halloween” fue grabado y mezclado en el otoño del 1977, PULSAR volvieron a utilizar los Aquarius Studios de la localidad suiza de Ginebra (donde también grabó Patrick Moraz su primer disco solista “The Story of i”), lanzado al mercado a fines del mismo año. Al igual que en el caso el disco anterior, las partes cantadas son en inglés y están a caro de Gandil.


Ahora se da un empleo de instrumentación aumentada: Richard introduce el aporte adicional del clarinete y el piano de cola a sus habituales roles a la flauta y el sintetizador; los arsenales de teclados y percusiones son más abundantes; los efectos de guitarra eléctrica son más saltantes en varios de los momentos más emocionalmente intensos. También hay invitados en voces (la niña Sylvia Ekström tarareando “Danny Boy” sobre una secuencia básica de acordes de piano en el prólogo del disco, Jean-Louis Rebut emulando a un castrato sobre las capas finales de sintetizadores), violonchelo (Jean Restori) y congas (Xavier Dubuc). Con todo esto, la estructura programática del material puede proyectarse a favor de un realce de lo épico dentro del estilo sinfónico-espacial del grupo. ¡Y vaya si el grupo logra concretar su cometido con creces! Los variados pasajes musicales se engarzan sucesivamente en fluidas transiciones que van desde la introspección nebulosa (‘Sorrow In My Dreams’, la sección introductoria de ‘Tired Answers’) hasta la agresividad inescrutable (la densidad tribal de ‘Fear Of Frost’, la sección rockera de ‘Tired Answers’), y de allí a la conmovedora vulnerabilidad del alma desnuda ante sí misma (las partes cantadas de ‘Lone Fantasy’, ‘Colours Of My Childhood’) y a lo terrorífico (sutil en el prólogo de ‘Lone Fantasy’, manifiesto en los paisajes oníricos de ‘Misty Garden Of Passion’). La capacidad que muestra el grupo por hacer todos estos pequeños viajes con tanta soltura y naturalidad es una muestra de cuán fuerte es su compenetración como ensamble, así como de su capacidad para hilar diferentes ideas en una esfera sonora compacta. Por supuesto, este espíritu global no quita que se den momentos de impresionante lucimiento: ahí están los Frippianos delirios guitarreros de Gandil en ‘Tired Answers’, y también las maravillas que hace Roman con su Mini-Moog que va flotando en el aire organizando una danza de espíritus torturados a través de la ingeniería rítmica y capas orquestadas de ‘Fear Of Frost’. Como dijimos antes, Richard introduce el clarinete en su agenda de responsabilidades instrumentales, y realmente sabe hacerlo lucir en la secuencia de ‘Lone Fantasy’ y ‘Dawn Over Darkness’.

  

En fin, “Halloween” es una joya musical que goza de la virtud de traducir en sonido el drama psicológico y emocional de un viaje hacia senderos insospechados de nuestro entorno inmediato. Si en “The Strands Of The Future” PULSAR selló su carta de madurez en su búsqueda de una voz propia dentro de la vertiente progresiva sinfónica, con “Halloween” marcaron un derrotero para la continua evolución de dicha voz. Es una pena que “Halloween” no lograra igualar el éxito fonográfico que obtuvo su predecesor, pero sin duda fue un motivo lógico y poderoso para que sus fans les siguieran apoyando con firmeza. Habrán de pasar muchos años más para que PULSAR volviera a sacar un disco al merado, y de hecho, ya era el año 1981, con una obra compuesta para una pieza de teatro y danza moderna (“Bienvenue Au Conseil D'Administration”), pero no ahondaremos en ello, ni tampoco en su largo hiato de los 80s ni en su retorno en el nuevo milenio. Nos quedamos con su trilogía inicial de “Pollen”, “The Strands Of The Future” y “Halloween” para reiterar cuán brillante es el legado de PULSAR para la forja y la instalación de la escena progresiva francesa.


Muestras de PULSAR 1975-1977.-
The Strands Of The Future [fragmento en vivo en un programa televisivo]: https://www.youtube.com/watch?v=gi9KwDnaUJw
Halloween, Part II: https://www.youtube.com/watch?v=RRkOHkKQKtE


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