Saturday, April 30, 2016

El fuego perpetuo de YUGEN navega por las tempestuosas aguas del rock-in-opposition


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Siempre es todo un acontecimiento que la gente de YUGEN nos traiga algo nuevo dispuesto a ingresar a nuestras colecciones fonográficas, lo cual significa que estamos celebrando el acontecimiento de “Death By Water”, el nuevo disco de este ensamble italiano fundado por Francesco Zago para perpetuar y expandir el legado del rock-in-opposition en el presente milenio. El maestro Zago, quien se hace cargo de las guitarras eléctrica y acústicas de 6 y 12 cuerdas, más algo de mellotrón, se hace acompañar por un nutrido ensamble que incluye a sus leales compañeros Paolo “Ske”Botta [pianos eléctricos, órgano Hammond y sintetizador ARP] y Maurizio Fasoli [piano], además de Stefano Ferrian [guitarra de 8 cuerdas, saxos alto y tenor, y Chapman Stick], Jacopo Costa [viráfono, marimbáfono, glockenspiel y zymbalon], los bateristas Michele Salgarello y Carmelo Micelli, el bajista Alessandro Cassani, el contrabajista Matteo Lorito y Giuseppe A. Olivini [percusiones, Theremin y piano de juguete]. También son parte crucial del esquema sonoro los componentes del trío de metales Valerio Cipollone [clarinetes soprano, píccolo y bajo, y saxo soprano], Peter Schmid [tubax, clarinete contrabajo y flauta contrabajo], Fedele Stucchi [trombón y eufonio] y el ensamble percusivo TaikoLecco. Partícipes de lujo son las dos damas a cargo del departamento vocal: Dalila Kayros y Elaine Di Falco (esta última, integrante de los soberbios ensambles estadounidenses THINKING PLAGUE y 3 MICE). La voraz y procaz prolijidad con que se ha armado este aquelarre musical se expresa claramente en el talante explosivo que reina en la mayor parte del repertorio de “Death By Water”, en cuyos detalles nos concentraremos a partir de ahora.


Ocupando un espacio de 7 ¾ minutos, ‘Cinically Correct’ abre el disco al modo de un endiablado despliegue de exabruptos sónicos… o mejor dicho, como un endiablado despliegue de ingenierías sónicas que se superponen y desafían dentro de una lógica bizarra, y mientras están ocupados en ello, dan amplias muestras de garra y nervio. El ensamble se mantiene siempre firme a la hora de explayarse en esta mezcla de FRANK ZAPPA orquestal, MAGMA y HENRY COW con una dosis extra de ácida neurosis procedente de no se sabe qué lugar del universo. ‘Undermurmur’ es una miniatura que lleva esta lógica demoledoramente deconstructiva a una inicial armazón de percusiones tonales y metales para derivar en una coda avant-jazzera: bien parece un epílogo del primer tema. Las cosas cambian con bastante notoriedad cuando arriba la tercera pieza del álbum, la cual precisamente da título al mismo: se trata de un tema marcado por una espiritualidad otoñal e introspectiva, primordialmente llevado bajo el liderazgo de los efluvios del piano, aunque cerca del final emergen ciertos pasajes densos cuyo moderado nervio suscitan una inesperada inquietud en los oyentes... pero se trata solo de una falsa alarma mientras el ambiente central se reafirma cómodamente en los instantes finales. El guitarrista Massimo Dolce funge de invitado especial en este tema. Eso sí, el nervio rockero tiene todas a su favor para manifestarse a sus anchas en ‘Ten Years After’, pieza muy breve – y con un título muy peculiar – que suena a un jam perdido de rock pesado de los 70s retorcidamente replanteado por un híbrido de MASSACRE y PRESENT. A fin de cuentas, los aires de calma introspectiva vuelven de lleno con ‘As It Was’, bella canción que dura casi 5 minutos y cuyas vibraciones reflexivas se sustentan en el núcleo de piano, vibráfono y canto. Los retazos de la guitarra y las capas de teclado completan eficazmente el aura etérea exigida por la composición mientras la dupla rítmica instaura señorialmente el relajado swing jazzero oportuno para la ocasión. Hay un acordeón que suena en medio del sereno entramado sónico: resulta que está a cargo del genial músico estadounidense Dave Willey (como Elaine Di Falco, es integrante de 3 MICE y THINKING PLAGUE).

‘Studio 9’ estipula una fusión interesante de academicismo dodecafónico y nu-jazz bajo un ropaje engañoso de free-jazz, logrando así replantear el chocante dadaísmo que imperó en la primera pieza bajo una aureola más grácil y ligera. Así las cosas, estamos preparados para disfrutar de ‘As A Matter Of Breath’, que con sus casi 9 ½ minutos de duración resulta el ítem más extenso del disco. Durante sus primeros 5 ½ minutos, el modus operandi consiste en explotar las facetas más anárquicas del ensamble y lo hace como antes, trabajando meticulosamente con bases armónicas, grooves, cadencias y esbozos que se acompañan y/o superponen y/o contraponen dentro de un caso controlado. Siendo la arquitectura que traza el diseño de esta pieza plenamente dadaísta, la ingeniería con que se articulan sus partes individuales es solipsistamente racionalista mientras que el ímpetu motivador e inspirativo se revela surrealista en sus irrefrenables cromatismos. En los últimos 4 minutos, la pieza vira dramáticamente a un minimalismo posmodernista que evoca ambientes espectrales, sórdidos y distantes a la vez: mientras tanto, la batería se complace en elaborar un swing libre y el piano se focaliza en jugar con el misterioso imperio del vacío. ‘Drum’n’stick’ recapitula las dimensiones dadaístas de la primera mitad de ‘As A Matter Of Breath’ con un enfoque de etéreo oscurantismo: una nueva aproximación al paradigma de PRESENT. La última pieza de extensión razonable del disco se titula ‘Der Schnee’ y su misión consiste en abrir campo a una nueva irrupción de inquietantes sortilegios oscurantistas, esta vez sobre un trasfondo donde se realzan dinámicas minimalistas rotundamente tenebrosas. El contraste entre la solemne gravedad del tubax y la histeria mística del canto de Dalila Kayros funge como una fuerza magnética que atrae hacia sí los retazos de piano y las adustas intervenciones de los demás instrumentos. Dicho sea de paso, es el invitado Simone Quatrana quien se hace cargo del piano aquí. Tras este inesperado viaje hacia el limbo del jardín de la sinrazón que incesantemente brota escondido bajo las murallas del yo, llega el breve epílogo del álbum, titulado ‘A House’: en él disfrutamos de un cálido viaje pastoral centrado en los arpegios de las guitarras acústicas (una de ellas a cargo del invitado Dave Willey), siendo así que la sobria arquitectura vocal halla su debida contraparte en las cortinas de contrabajo. Más parece un réquiem para lo que sea que haya sucumbido a la demolición descrita en ‘Dar Schnee’ que una antítesis de la susodicha pieza precedente.

  

Como balance general, “Death By Water” es un disco complicado, difícil, ampuloso en su inescrutable motivación estética, pero sobre todas las cosas, es un disco fabuloso que reafirma – como si hiciese realmente falta – a YUGEN como una fuerza motora esencial para la región más exigentemente vanguardista de la escena progresiva actual. En manos de Francesco Zago y sus compañeros/as de viaje en esta barca llamada YUGEN, las tempestuosas aguas del océano del rock-in-opposition motivan no temor sino una nueva especie de certeza: la certeza del arte que celebra su propio potencial sin tapujos y sin frenos, la certeza del fuego que se sabe perpetuo.


Muestras de “Death By Water”.-
As A Matter Of Breath: https://altrockproductions.bandcamp.com/track/as-a-matter-of-breath

Wednesday, April 27, 2016

NICOTINA ES PRIMAVERA: el sonido de la vanguardia progresiva como arte cerámica


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy nos toca presentar al joven ensamble de rock-in-opposition NICOTINA ES PRIMAVERA so pretexto de la publicación de su disco de debut “Animal Cerámico”. Este grupo asentado en Argentina está conformado por Juan Olivera [trompeta], Violeta García [cello], Camilo Ángeles [flautas], Fermín Merlo [vibráfono], Pía Hernández [piano], Carlos Quebrada [bajo] y Nicolás Del Águila [batería]. Los nombres de Ángeles y Quebrada nos suenan por SALES DE BAÑO, un ensamble también joven que ya se ha hecho de un nombre en la vanguardia argentina: de hecho, ellos son los no argentinos del susodicho grupo porque Ángeles es peruano y Quebrada es colombiano. Gestado en la segunda mitad del año 2014, este proyecto de NICOTINA ES PRIMAVERA cultiva una propuesta rotunda y contundente en su híbrido de avant-jazz, cámara contemporánea y vertientes radicales de rock progresivo. Dicho sea de paso, el peculiar nombre de la banda procede del poemario del joven talento peruano Rodrigo de las Casas. “Animal Cerámico” fue grabado en agosto del 2015 en el estudio Ideo Music de Buenos Aires, siendo publicado por el sello peruano Buh Records en enero del presente año 2016. Todo el material recogido en este repertorio es creación de Ángeles aunque con masivos arreglos y reinterpretaciones de parte de todo el conjunto, especialmente en las secciones más vivazmente libres: pasemos ahora a los detalles del repertorio mismo.


Ocupando los primeros 10 minutos y pico del disco, ‘Humor Humano’ comienza elaborando recursos de misteriosa calidez dentro de una atmósfera que combina masiva neurosis y delicada sutileza: tras este preludio aparentemente amenazante, el piano inicia la vía hacia la instauración del primer cuerpo central, el cual exhibe una calidez rectamente definida dentro de una arquitectura temática consistente. Los sucesivos pasajes solistas de flauta y cello aportan ágiles disrupciones que decisivamente enriquecen la atmósfera general de la pieza: lo que sucede a continuación es que se arma un puente hacia el último cuerpo central, el cual rebasa los niveles de intensidad expresionista antes desarrollados para establecer sólidos juegos de disonancias. A continuación sigue el concepto que da nombre al ensamble mismo, el cual se divide en tres partes que conjuntamente ocupan el ambicioso espacio de 37 ½ minutos. ‘Nicotina Es Primavera - Parte I’ comienza con un empuje frontal de juguetona y extravagante luminosidad que no tarda mucho en abrir paso a una dimensionalidad grisácea guiada por un tensamente calmo dueto de flauta y cello. La sucesiva incorporación ulterior de todos los músicos se realiza bajo la desafiante lógica del free-jazz, cuya misión consiste en escalar una cima de estructuras nuevas desde la cual se podrá instalar un motif fastuoso y adusto a la vez, motif en el que el ensamble exhibe una genial ingeniería de sólidas constricciones. A su vez, este motif tiene la función de preparar el terreno para otro en el que la fastuosidad latente se desata abiertamente: la tríada de trompeta, cello y flauta se impone señorialmente en medio del bloque general, cuyo groove sustentante es simplemente soberbio. Bajo la guía de un cello que parece expresar las voces de los demonios internos que habitan bajo su cubierta de madera, la Parte II comienza con una esplendorosa aura extrovertida cuyo talante tremendamente urgente está signado por un colorido sónico osado. Una segunda sección vira drásticamente a una inquieta atmósfera engañosamente serena que bebe tanto de las vibraciones místicas de SUN RA como del tenebrismo sistemático de UNIVERS ZERO; mientras el motif central se desarrolla bajo las simultáneas guías del piano y la trompeta, ella termina derivando crucialmente hacia un clima sereno y contemplativo, incluso llegando a ostentar un fulgor no muy frugal, amable en su cadencia otoñal.


Brindando la conclusión al concepto de ‘Nicotina Es Primavera’, la Parte III – que dura casi 11 minutos – comienza con una aureola surrealista expectante a manos de la triangulación de cello, flauta y bajo, dando posteriormente impulso al armado de una ambientación lírica en la que el espíritu reflexivo llena espacios con pulcra sobriedad. Tal vez tenemos en esta segunda fase de la Parte III una de las manifestaciones más puras de la faceta reflexiva de la banda, y ello repercute finalmente en el asentamiento de una espiritualidad cálidamente nostálgica para las instancias finales. El repertorio del disco concluye con ‘Enero Suicida’, pieza que comienza focalizándose en transmitir recursos de una serenidad grácil, llegando más adelante a fortalecer dicha serenidad mediante un ahondamiento en los ribetes contemplativos que emanan naturalmente de la pieza en sí. Definitivamente, el ensamble se siente cómodo regresando a su faceta reflexiva con convincente ahínco. En algún momento se da un incremento del vigor expresivo del grupo, lo cual sirve finalmente para gestar, poco antes de llegar a la barrera del sexto minuto, un delirio caótico marcado por aleatorios cromatismos surrealistas. La labor consiste ahora en crear una nueva lógica desde la cual se pueda crear convergencias para las vías construidas por cada instrumento: en medio de todo este ingenioso arrebato aparentemente informe, el piano elabora unos suaves fraseos ensoñadores de los cuales ha de brotar la conclusiva irrupción climática del ensamble en pleno. La nota final de vibráfono se encarga de cerrar la puerta tras el apagamiento de todas las luces, una vez que se ha explotado fehacientemente la implosión conclusiva. Todo esto fue “Animal Cerámico”, una declaración de principios sobre todo lo que puede seguir dando de sí la idea del rock-in-opposition como vigente táctica de aventuras musicales: NICOTINA ES PRIMAVERA es un nuevo nombre a tener en cuenta dentro de la siempre efervescente avanzada vanguardista sudamericana.



Muestras de “Animal Cerámico”.-



Sunday, April 24, 2016

Algo más que el disco #4 para FACTOR BURZACO


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

FACTOR BURZACO, ese exquisito monstruo avant-progresivo fundado y dirigido por el magistral compositor argentino Abel Gilbert, vuelve al ruedo fonográfico con el disco “3.76”, un disco con cuyo título designa su intención de que no se le conciba como el cuarto ítem de la discografía de la banda – aunque técnicamente lo es – sino como un disco de transición hacia la que habrá de ser su próxima obra. Mientras llega ese momento, Gilbert y la pléyade de compañeros/as de viaje se dedican principalmente a repasar ciertas piezas de los tres primeros álbumes para elaborar nuevas versiones de las mismas: las sesiones de grabación para “3.76” tuvieron lugar entre octubre del 2014 y mayo del 2015, siendo publicado a nivel doméstico en octubre del mismo 2015, en coproducción con el sello AltrOck Records. De todas formas, este sello italiano recién ha impulsado la distribución internacional a inicios del presente mes de abril, por lo que en cierto sentido “3.76” pertenece a los años 2015 y 2016 simultáneamente. El núcleo duro de FACTOR BURZACO consta de la vocalista Carolina Restuccia, el guitarrista Pedro Chalkho, el bajista Carlos Eduardo Quebrada Vásquez (héroe de SALES DE BAÑO y BOSNNIA), el baterista-percusionista Facundo Negri (también tocando sintetizador a veces) y el propio Gilbert al piano. Por su parte, el nutrido ejército de colaboradores partícipes incluye al maestro guitarrista Alan Courtis, los vientistas Hernán Samá, Rosa Nolly, Sergio Catalán y Luciano Giambastiani, el bajista Nahuel Tavosnasnska, el Nonsense Vocal Ensamble (Valeria Martinelli, Virginia Majorel, Martín Díaz y Javier Lezcano), el legendario Carlos Cutaia al órgano, tres personas alternándose al piano (Marcelo Katz, Silvia Dabul y Marcela Toreales), Sebastián Preit y Lorena Torales a los teclados adicionales, y cuatro personas aportando voces en diversos momentos del disco (Marcelo Delgado, Marcelo Cohen, Luciano Vollacé y Marcel Álvarez). Bueno, centrémonos en los detalles de “3.76” a partir de ahora, ¿vale?  


El repertorio de este recuento comienza con la dupla de ‘Qué’ y ‘Mesianik’, una secuencia que comienza con un tenor de inquietante sigilo y termina irrumpiendo en un colorido neurótico cuyas vibraciones expresionistas se instalan por todas partes, llenando espacios dadaístas mientras los va creando dentro de una osada ingeniería sonora. A continuación sigue ‘Inter-dicción’, pieza cuya base temática está bien metida en el estándar Crimsoniano de los 80s, aprovechando tal circunstancia para abrir campo a la emergencia de ornamentos de percusión tonal a lo ZAPPA y retazos de guitarra eléctrica muy a lo HENRY COW. Poco menos de 5 minutos de pura gloria avant-progresiva químicamente pura. La irrupción de ‘Mesianik En Saigón’ sirve para que Torales nos agasaje con intensos y retorcidamente celebratorios efluvios de piano basados en los Estudios del maestro húngaro György Ligeti, los cuales tienen la meta de remodelar drásticamente el motif central de ‘Mesianik’. Esos efluvios de piano sirven no solo para lucir su propia luminiscencia sino también para anticipar el arribo de los delirios etéreos en cuyo éter inescrutable flota el esquema de ‘LAS (Y Orfeo)’, la siguiente pieza del álbum. Es como si tras haberse tomado un par de minutos para admirar el refinado acabado de oro y bronce de la puerta de una mansión, encontramos que ésta guarda dentro de sí un inmobiliario adusto que evoca sensaciones de un incierto horror ante el pronto auge de una presencia maléfica invisible. Los ornamentos de órgano que aparecen en la sección final mientras flotan los oscurantistas arreglos corales ostentan un aura provocadora y siniestra… y aún así, el ensamble se las arregla muy bien para que la cosa no se desborde. ‘Guantanabu 1’ tiene una letra recitada (escrita por Marcelo Cohen) mientras la instrumentación vuelve a la instauración parcialmente Crimsoniana que anteriormente habíamos disfrutado en ‘Inter-dicción’, aunque esta vez el esquema de trabajo es muy diferente: se arma en torno a una nebulosa ambientación de oráculos urgentes arropados por un vigoroso y electrizante pathos. A continuación siguen ‘Guantanabu 2,3’ y ‘Guantanabu 3’, cuyas misiones respectivas consisten en llevar la densidad inicial del concepto de ‘Guantanabu’ a una suerte de incandescente implosión metafísica y en construir un crescendo arquitectónico desde el cual se rearma la predominante aureola de tensión posmodernista.

 

‘Qué 2’ consiste en un sereno pasaje solista de piano donde se remodela el foco central de ‘Qué’, logrando crear así el único momento genuinamente etéreo del álbum. También es verdad que esta pieza de piano sirve para abrir la puerta a ese fabuloso ejercicio de abstractas extroversiones y surrealistas jolgorios que es ‘Arnold Turro’, una de las piezas más notables del álbum “III”. Bueno, aquí recibe el beneficio de un arreglo más filudo y fresco, lo cual hace que suene mejor que nunca. La secuela de este tema viene encarnada en ‘Dans Arnold, Tanz!!!’, un ejercicio de tecno-dance con ornamentos disruptivos propios tanto del krautrock electrónico como del rock-in-opposition: un abordaje gracioso e intrigante que revela una inesperada arista cuasi-popera dentro de la visión militantemente vanguardista de FACTOR BURZACO. La cosa es que Arnold Schoenberg es una figura referencial para esta dupla de temas, pues ‘Arnold Turro’ contiene una cita de la magna obra ‘Pierrot Lunaire’ y ‘Dans Arnold, Tanz!!!’ incluye el sonido de la voz del mismo Schoenberg. Cierra el disco ‘Cómo Acariciar Un Tigre Muerto’, 7 minutos que amplían la versión original que había aparecido en el primer álbum del ensamble (allá por el año 2007). Alternando pasajes grisáceos de tendencia minimalista con otros más abiertamente exultantes, los músicos involucrados en este broche del álbum despliegan a sus anchas sus propias interpretaciones de los legados de ART BEARS y HENRY COW, estableciendo aires de familia con el estándar de THINKING PLAGUE. Todo esto fue “3.76”, un notable catálogo de revisiones de varias de las composiciones más significativas de FACTOR BURZACO a lo largo de la obra desarrollada hasta el día de hoy. El rol principal de este disco es el de acompañar a los tres anteriores mientras muestra la permanente actitud evolutiva de la visión musical de esta entidad vital para la vanguardia progresiva argentina del nuevo milenio; por eso es algo más que un simple y llano cuarto disco, a pesar de que su título indique un valor aritmético menor a 4.


Muestras de “3.76”.-

Thursday, April 21, 2016

MATTHEW PARMENTER... mirando al ayer y caminando hacia un nuevo mañana


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

MATTHEW PARMENTER, el héroe progresivo de Detroit, el Mimo Ácido Mágico de la escena progresiva estadounidense, acaba de publicar su tercer disco solista “All Our Yesterdays”, publicado a través del sello Strung Out Records (el mismo que se encarga de la obra de DISCIPLINE, banda que él precisamente lidera) durante la primera quincena de marzo último. PARMENTER se encarga del piano, el mellotrón, los sintetizadores, el violín, el saxofón, el bajo y las guitarras acústica y eléctrica – valgan verdades, hay poca presencia de la acústica y la de la eléctrica es manejada con una discreción acorde al limitado nivel de virtuosismo de parte del autor en cuestión. El baterista Paul Dzendzel es el músico invitado para algunas canciones, justamente su colega de DISCIPLINE. Distanciándose mayormente de la arquitectónica sofisticación de “Astray” y del dramático oscurantismo de “Horror Express”, PARMENTER decide en esta nueva empresa musical enfocarse más directamente en su faceta de cantautor, especialmente en lo que se refiere a las expansiones de las ideas musicales en curso. De hecho, la mayor parte de las piezas del álbum está por debajo de los 4 ¼ minutos de duración, superando solo tres de las diez canciones la barrera de los 5 minutos. Al modo de PETER HAMMILL – el referente central de PARMENTER – en los álbumes “Over”, “And Close As This” y “X My Heart”, el buen MATTHEW ha decidido centrarse en la elaboración de canciones con estructuras reconocibles y con inspiración personal, abriendo ciertos espacios bien medidos a la explicitación de ostentaciones esquemas art-rockeras. Veamos ahora los detalles de  “All Our Yesterdays”.


‘Scheherezade’ abre el álbum poniendo sobre el tapete muchos de los recursos estilísticos que hacen de la propuesta musical de PARMENTER algo tan especial y tan magnético. Un tarareo en enérgico falsete y unas espartanas notas de piano impulsan el inicio de una canción en la que la magia solitaria de la introspección adquiere una vitalidad única. Mientras el piano impone el esquema sónico, el amenazante bajo abre poco a poco la puerta a la guitarra y la batería para que el retrato emocional de turno se alimente crucialmente de su propio vigor inherente: dicho vigor se expresa abiertamente pero siempre cuidando de desbordarse innecesariamente. ‘Danse Du Ventre’ agiliza las cosas con una dinámica jazz-fusionesca en su estructura rítmica mientras las armazones de piano, sintetizador y guitarra elaboran un exultante paisaje sonoro signado por lo impresionista. Con la dupla de ‘Digital’ y ‘I Am A Shadow’, PARMENTER sigue explorando varias atmósferas emocionales en aras de enriquecer gravitantemente el repertorio: el primero de estos temas es patentemente ceremonioso, armado en torno al piano y múltiples capas de órgano y sintetizador, algo indudablemente afín al paradigma de PROCOL HARUM y al del GENESIS de la etapa 1970-1; ‘I Am A Shadow’, por su parte, se caracteriza por la exploración de atmósferas etéreas en base a un esquema melódico sobrio y sutil donde se hermanan una ensoñadora orquestación de teclados y una sencilla programación de ritmos (un poco evocando lo que aún quedaba de espíritu investigador en el modelo Genesiano de fines de los 70s).  La quinta canción del disco, ‘All For Nothing’ se toma poco más de 5 minutos para completar su desarrollo temático, pletórico de espiritualidad amenazante que a su vez está arropada por una atmósfera inquietantemente oscura. Esto nos hace recordar a su segundo álbum solista “Horror Express”: ¿no se tratará de un leftover del disco en cuestión?... ¿o tal vez de una canción abandonada para el glorioso álbum de DISCIPLINE “To Shatter All Accord”? Dejamos de especular y vamos a lo concreto: la energía tanática del canto de PARMENTER y el embrujo diabólico de las sucesivas líneas de violín y saxo expresan las aristas más siniestras del mundo musical de nuestro héroe. Un mundo muy Hammilliano, por cierto, pero también afín al RIO francófono y además, hasta cierto punto, a la psicodelia Crimsoniana.

Siendo así que ‘All For Nothing’ instauró un indudable cénit decisivo del álbum, la sexta canción – que justamente da título al álbum – emerge con el propósito de indagar nuevamente en la faceta intimista e introspectivamente misteriosa de PARMENTER. La letra muestra al yo mirándose en el propio espejo mientras se abre a la incertidumbre del futuro, según palabras del propio William Shakespeare, procedentes de un extracto del más famoso soliloquio de esa joya dramatúrgica que es Macbeth. Inmortales y sabias estas urgentes palabras: “To-morrow, and to-morrow, and to-morrow / Creeps in this petty pace from day to day, / To the last syllable of recorded time. En cuanto a lo estrictamente musical, la canción sigue el paradigma Disciplinero pero con un carácter más constreñido, lo cual se debe al hecho obvio de que es una canción solista: también cabe señalar aires de familia con las baladas del primer álbum solista “Astray”. Y cómo no hacer un capítulo aparte para la tensión amplificada cuando PARMENTER canta por segunda y última vez: It is a tale / Told by an idiot, full of sound and fury /Signifying nothing.” Lo que hace aquí el buen MATTHEW es mostrarnos las marcas indelebles del paso de la oscuridad emocional antes expuestas en ‘All For Nothing’ como si estuviera ahora testificando en el confesionario los temores más genuinos del ego: otro pico del álbum. A continuación sigue la dupla de ‘Stuff In The Bag’ e ‘Inside’, las dos canciones más largas del disco, durando cada una más de 5 ½ minutos. ‘Stuff In The Bag’ nos sorprende con una frontal jovialidad que parece recibir simultáneamente las herencias de los paradigmas clásicos de PAUL MCCARTNEY & WINGS y de ELTON JOHN; por su parte, ‘Inside’ regresa al esquema de balada progresiva volviendo por la senda de ‘Digital’ y ‘All Our Yesterdays’, girando un poco más la tuerca de uno de los estándares de MATTHEW PARMENTER y de DISCIPLINE. ‘Consumption’, breve pieza que ni siquiera llega a ocupar dos minutos enteros de espacio, es una espartana balada folk con base de guitarra acústica, pero claro, no vemos aquí nada de DONOVAN ni CAROLE KING ni IAN ANDERSON ni BOB DYLAN, es pura intensidad airada al estilo de PETER HAMMILL.


‘Hey For The Dance’ es la canción encargada de cerrar el repertorio, y aunque ostenta una inocultable intensidad emocional en el desarrollo de su motif, la canción en sí misma nos transmite calidez serena y optimismo flagrante: lo que hace PARMENTER aquí parece ser la extracción de un aprendizaje de optimismo tras haber ahondado en los aspectos más infernales de la psique humana. La primera sección de esta canción se centra en una exhibición de art-rock pastoral al modo de la época clásica de BARCLAY JAMES HARVEST, para luego derivar en la segunda hacia un espíritu rocanrolero de corte clásico (como lo harían MCCARTNEY & WINGS). Es una pena que el fade-out llegue más pronto de lo necesario, o en todo caso, sentimos que la onda festiva de este pasaje final podría haberse aprovechado de una expansión un poco más laboriosa. De todas maneras, se agradece que con esta actitud tan exultante y un refinamiento tan llamativo se cierre el repertorio de “All Our Yesterdays”, el cual ocupa menos de tres cuartos de espacio… ¡pero qué bien aprovechado fue este espectro temporal para este nuevo enfoque creativo que MATTHEW PARMENTER nos ha exhibido de inicio a fin! Admitimos que no nos impacta tanto como “Horror Express”, mas “All Our Yesterdays” nos parece una joya musical en sí misma. Mientras DISCIPLINE se toma pacientemente su tiempo para remodelarse y preparar la preproducción de su próximo trabajo de estudio – así se anuncia en su página web –, MATTHEW PARMENTER agasaja nuestros oídos y nuestros espíritus con esta exploración sistemática de su faceta de cantautor art-rockero. Muy recomendable este disco, la verdad que sí.


Muestras de “All Our Yesterdays”.-


Monday, April 18, 2016

FRENCH TV: embajadores vitalicios de la élite avant-progresiva mundial


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos toca complacernos con presentar el nuevo trabajo fonográfico de la rara y talentosa banda avant-progresiva norteamericana FRENCH TV: su nuevo disco “Ambassadors Of Good Health And Clean Living” acaba de salir al mercado en formato físico a inicios de abril, sucediendo a “I Forgive You For All My Unhappiness”, que data del año 2010. Para esta ocasión, el sempiterno bajista y principal compositor del grupo Mike Sary se ha hecho acompañar por el guitarrista japonés Katsumi Yoneda (integrante de TEE - THE EARTH EXPLORER) y por el baterista-percusionista connacional Mike Perry, siendo así que otros dos músicos japoneses asumen las labores a los teclados alternadamente: Ryuji Yonekura (también de TEE) y Takao Kawasaki. Parece mentira que hayan pasado más de 30 años desde aquel homónimo trabajo de debut – más precisamente, del año 1984 –, pues realmente hablar de FRENCH TV es hablar de una banda veterana y señera de la movida rock-in-opposition tras la gloriosa década de los 70s. Si fue con su tercer disco “Virtue In Futility” (del año 1994) que este grupo pudo asentar su identidad con rotunda madurez, cada disco que vino después sirvió para robustecer este asentamiento… y “Ambassadors Of Good Health And Clean Living” no es precisamente una excepción a esta especie de regla. De hecho, anticipamos que será una de las producciones progresivas más gloriosas del año 2016, pero antes de precipitarnos en más elogios introductorios, vayamos a los detalles del disco en cuestión.

Siempre amantes de los títulos graciosos no solamente para sus álbumes, nos pone de buen humor simplemente leer (y ahora escribir) el nombre del tema de apertura del álbum: ‘We’re Putting On Our Bulldog Faces (And Hoping Something Good Happens)’. Durando casi 9 ½ minutos, la pieza se pasea por una ilación relativamente sencilla de motivos ágiles y no especialmente estrambóticos: es como una farsa amable en clave festivalera. Encontramos claras alusiones a los parámetros de NATIONAL HEALTH y HAPPY THE MAN en los diversos índices temáticos que se van sucediendo; particularmente relevantes resultan los ornamentos de teclado y de percusión, pues ellos aportan colores suavemente extravagantes al expansivo núcleo musical de la pieza. A poco de traspasarse la frontera del quinto minuto y medio parece anunciarse un recurso de densidad rockera, pero en realidad se trata de un minúsculo puente hacia nuevas variantes extravagantes, siempre con la cálida amabilidad que hace mucho rato se instauró como leitmotiv. En medio de todos estos ornamentos transgresores que han estado teniendo lugar, la guitarra enuncia algunos trucos Hackettianos en ciertos pasajes estratégicos de la sección final. ‘Friendly Pursuit’ sigue a continuación para emplear más garra rockera y menos tiempo en la instauración y desarrollo de su caprichoso núcleo temático. La banda exhibe su esencial colorido juguetón que tan buenos réditos le rindió en sus discos más logrados del pasado (como “The Case Against Art”, “This Is What We Do” y “The Violence Of Amateurs”), siendo pródigo en trucos Zappianos y virajes extraños como los que hace hacia instancias jazz-progresivas robustas y hacia grooves latinos. El ensamble se mantiene compactamente afiatado a través de todo este carnaval progresivo. Definitivamente, aquí hay una herencia del FRANK ZAPPA 72-75. Para el tercer tema del álbum, que responde al irresistiblemente estrafalario título de ‘Rocka-Saggy-Baby-Bubba-Shaggy-Baba-Boo’, el ensamble comienza este nuevo viaje proyectándose a grandes expansiones temáticas y lo hace esta vez con una gran proyección sinfónica en medio del núcleo combinado de RIO y Canterbury, otra vez con el fantasma de HAPPY THE MAN rondando por allí. Eso sí, los factores deconstructivos no tardan en emerger para implantar un colorido surrealista que toma tanto de HATFIELD AND THE NORTH como de SAMLA MAMMAS MANNA, AKSAK MABOUL y los inolvidables RASCAL REPORTERS. 

Definitivamente, en la secuencia de las piezas segunda y tercera, la gente de FRENCH TV ha venido enlazando nexos familiares con YUGEN y SKE en cuanto a la asunción de la misión de darle una nueva frescura a la vanguardia progresiva para el nuevo milenio, y eso se mantendrá igual en el caso del tema con el que comienza la segunda mitad del álbum, ‘Gee, I Wish We Had One’a Them Doomsday Machine’. Siendo diseñado para ostentar grácilmente las facetas más filudas del ensamble, en él se aprecia cómo el bajo se destaca particularmente dentro del bloque instrumental global, y también advertimos que los guitarreos son de los más agresivos que escuchamos en todo el álbum: respecto a este último detalle, ello nos recuerda al modelo Zappiano de fines de los 70s e inicios de los 80s. El núcleo temático se basa en una alegre mezcla de rock y jazz con varios tintes fusionescos (ya de inspiración latina, ya de inspiración norteafricana) que sirven tanto para agitar las cosas a nivel de groove como para motivar algunos recursos dadaístas en medio del ambiente general, ya de por sí marcado por una extravagante jovialidad. Como sea, también es un hecho relevante el que los invitados a las guitarras y los teclados aporten recursos de un “sinfonismo escondido” a toda esta ecléctica algarabía. ‘Shemp Vs. Classical Economy’ establece un nostálgico viaje a los viejos paradigmas de GILGAMESH y NATIONAL HEALTH, es simple y llanamente un homenaje a las provincias más exquisitas del movimiento Canterbury, un homenaje realmente muy inspirado. Eso sí, algunas variantes temáticas que entran a tallar apelan en cierta medida al oscurantismo propio de la tradición del RIO francófono, pero mayormente sirven para impulsar una potenciación de la riqueza multi-temática en curso. Los últimos 10 ¾ minutos del disco están ocupados por ‘Metronome Crisis’, pieza cuyos parajes iniciales se caracterizan por una frontal calidez que impone una ambientación ligera, aunque en ningún caso relajada, pues siempre se abren surcos y cauces para la incorporación de ornamentos extravagantes, disruptivos como ZAPPA siempre quería en sus composiciones más ambiciosas. ¡Incluso hay una breve miniatura signada por un ritmo andino! Pero bueno, vale reincidir en que el tenor general de este broche de oro es tremendamente similar al de la pieza de apertura, lo cual se traduce en el cierre de un brillante círculo musical para la estructura integral del disco.

Qué bueno es saber que Mike Sary y toda la gente de FRENCH TV siguen bien metidos en su salsa, capaces de insertar y motivar coloridos refrescantes dentro de su variopinta y ya tradicional visión musical. Lo que nos ha brindado Ambassadors Of Good Health And Clean Living” ante todo es un testimonio de infatigable creatividad que una vez más confirma a los FRENCH TV como portavoces legítimos de la élite avant-progresiva estadounidense de las últimas décadas... aunque esta vez la aventura ha tenido en realidad pasaporte transoceánico. 


Muestras de “Ambassadors Of Good Health And Clean Living”.-
We’re Putting On Our Bulldog Faces (And Hoping Something Good Happens): https://frenchtv.bandcamp.com/track/were-putting-on-our-bulldog-faces-and-hoping-something-good-happens


Saturday, April 16, 2016

El perpetuo asentamiento del mundo musical de POSEIDÓTICA


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

POSEIDÓTICA siguen adelante y lo hacen con un disco tan electrizante como señorial: “El Dilema Del Origen”, como siempre, un disco instrumental con inspiración conceptual. Bajo las iniciativas conjuntas del nuevo integrante Walter Broide [batería] y los de siempre Hernán Miceli [guitarra], Martín Rodríguez [bajo] y Santiago Rúa [guitarra], el repertorio de este disco se inspiró en un relato del propio bajista Rodríguez. Dicho relato se sitúa en un tiempo postapocalíptico donde el narrador y sus compañeros se hallan anonadados y perdidos en una confusión mental que les abruma, asustados como están por la violencia que les rodea, pero con una figura femenina cósmica que se identifica como La Hija del Átomo, se les presenta la oportunidad de escapar de eso por vía de un viaje trascendental y definitivo. En este viaje se suceden visiones nuevas y remembranzas de momentos significativos que la memoria había olvidado… y justamente en este despertar de recuerdos renovados, el narrador se pregunta qué significa su existencia, qué paradigmas de significación nuevos estás disponibles, a qué lugares viajar para encontrar la ansiada paz mental. Todo este camino mental se revela como un perpetuo Dilema del Origen, algo tremendamente confuso y, a la vez, motivador. El material se grabó en vivo en los Estudios El Attic (en Buenos Aires) en los días 14 y 15 de diciembre del 2013; los procesos de adición de pistas y la mezcla tuvieron lugar entre los meses de enero y setiembre del año siguiente… procesos un poco extensos, la verdad. En fin, a mediados de abril del 2015 pudo “El Dilema Del Origen” convertirse en una realidad fáctica dentro de la oferta fonográfica argentina a través de la coproducción conjunta de los sellos Exiles Records, Aquatalan Records y Titan Music; también tuvo su edición de vinilo. Vale señalar que el diseño de la caja del CD está muy bien logrado, jugando con varias extrapolaciones de los dibujos al doblarse y desdoblarse: una auténtica obra de arte a cargo de Mariano Valle y Diego Valle. 


‘Algoritmo’ abre el repertorio del disco con una ambientación telúrica cautivadora, sostenida sobre un groove tribal debidamente cubierto por una amalgama sonora etérea de tendencia inconfundiblemente space-rockera. Acto seguido se inserta la pieza homónima para instaurar un esquema de trabajo incendiario donde los imponentes riffs y progresiones armónicas emanados de las dos guitarras se ajustan a la sólida arquitectura rítmica en curso, la misma que transita fluidamente del 4/4 al 5/4: stoner progresivo químicamente puro diseñado para excitar el corazón del oyente. ‘Holograma’ comienza recibiendo directamente el impacto de expresionista intensidad de la pieza precedente, para luego derivar hacia una atmósfera sobria y sutil de tendencia post-rockera, algo así como reflejando el vaciamiento del holograma tras mostrar todos sus colores. ‘Dinastía Nocturna’ esboza un prólogo minimalista y cadencioso antes de entrar de lleno en un cuerpo central que nos remite a una interesante cruza de estándares psicodélicos y post-metaleros, añadiendo ciertos matices de no-wave al asunto. El bajo sabe hacer notar su presencia en medio de la patente musculatura de las dos guitarras, y eso se debe sin duda al impulso que recibe de la robusta ingeniería rítmica gestada por la batería. Aunque el motivo central goza de una estructura sencilla, el resultado final se siente muy colorido; el talante envolvente y evocativo de la coda realza esta genuina sensación, siendo así que el violinista invitado Federico Terranova aporta interesantes texturas melódicas sobre las escalas de bajo. El momento de ‘El Alma De Las Máquinas’ es uno de nuevas expresiones extrovertidas y robustas, combinando la vitalidad incendiaria del tema homónimo con el rigor vitalista de ‘Dinastía Nocturna’. Los riffs establecen convincentemente el hilo conductor del desarrollo temático, el mismo que se deja transportar como por un tobogán a través de un patrón musical impolutamente definido: definitivamente, los POSEIDÓTICA son expertos en crear fluidez musical en medio de esquemas pesados.

  

Centrándose predominantemente en un esquema rítmico armado sobre los compases alternados de 10/8 y 7/8, ‘Viaje De Agua’ elabora una drástica y rotunda mezcla de math-rock y stoner con un procesamiento muy elegante de la fuerza esencial de la banda. Aquí notamos a unos POSEIDÓTICA que exorcizan gallardamente su faceta más refinada, lo cual les permite explorar matices especialmente estilizados de su propuesta. Una vez más aparece el violín de Terranova como ítem partícipe del entramado sónico, y ciertamente es relevante para la estructura global de la pieza. ‘Segundo Mundo’ se inserta de regreso a la faceta introspectiva de la banda, desarrollando un fabuloso ejercicio de mezcla de space-rock y post-rock bajo una cautivadora armazón progresiva que, en ciertas ocasiones muy medidas, explora recursos de intensidad. ‘El Observador’ perpetúa esta tendencia introspectiva llevándola hacia el terreno de flotantes luminosidades signadas por una envolvente serenidad. ‘Aeroruta’, por su parte, elabora un sólido retorno a la habitual musculatura bizarra de la banda, jugando la baza del rock duro clásico: la pesadez reinante se alimenta de su propio gancho inherente mientras los sucesivos solos de las guitarras entran a tallar para sacarle el jugo al dinamismo en curso. La dupla de ‘Videogame’ e ‘Hija Del Átomo’ ocupa los últimos 6 ¼ minutos del álbum: ambos temas se retuercen soberbia y fulgurosamente en patrones de rock pesado con ribetes stoner, apelando al derroche de vitalidad que es de esperar del grupo. En el caso de ‘Videogame’ tenemos un abordaje totalmente frontal de este tipo de estrategia musical, mientras que en ‘Hija Del Átomo’ hay un epílogo estratégicamente diseñado para abrir campos a atmósferas más matizadas – al estilo del post-metal –, con lo cual se gesta un ambiente oportunamente majestuoso para el cierre del álbum. Así concluye “El Dilema Del Origen”, un disco poderoso y vehemente en cuanto a las ambiciones artísticas que dirigen su esquema musical, pero que sobre todo hay que destacar por su manera tan lúcida de mostrar una perfecta combinación de energía y refinamiento. La gente de POSEIDÓTICA sigue reafirmando su posicionamiento campeón y su vigor incombustible en la cima de la vanguardia rockera argentina: su muscular grandeza no supone dilema alguno, es un hecho evidente y palpable. Recomendamos “El Dilema Del Origen” al 100%.


Muestras de “El Dilema Del Origen”.-



Thursday, April 14, 2016

KAI D'RAÍZ: nuevas raíces para lus nuevos tiempos de la vanguardia argentina



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Desde Argentina llega KAI D’RAÍZ, un nutrido grupo avant-jazz-progresivo de Buenos Aires formado en marzo del año 2014. El octeto original estaba conformado por Nicolás García Médici [saxos tenor y soprano], Juan Ignacia Sánchez [saxo alto], Pablo Quiñones [trompeta], Manuel Calvo [trombón], Pablo Butelman [guitarra], Emiliano Spadaccini [piano], Fabricio Fuentes Pereira [contrabajo] y Mariano Sánchez Tejeira [batería]. A inicios del año 2015, el grupo publicó en formato físico su disco homónimo de debut, el mismo que había sido grabado el 2 de diciembre del 2014 en Fort Estudios; previamente a la edición física, había sido difundido en la red de Bandcamp del grupo. Estaba claro que el ensamble había logrado forjar en pocos meses un material muy sólido que dignifica notoriamente a la escena contemporánea de su país. García Médici es el autor de todos los temas excepto ‘Espejo’, compuesto por el guitarrista Butelman. Podemos adelantar que la virtud nuclear del estilo así como del talento creativo de KAI D’RAÍZ es la elegancia: elegancia es la palabra que con mayor precisión designa el modo que el grupo tiene de ver el horizonte del sonido articulado y el modo de convertirlo en performance dentro de las coordenadas amplias que ofrecen al unísono el jazz contemporáneo, la fusión y la vanguardia progresiva. El nombre del grupo se inspira en la palabra quechua Kay que significa ser, estar, haber, y con dicho nombre el grupo declara su intención de hacer que su música refleje su asentamiento en las raíces de las diferentes vidas que cada integrante individual trae a la asociación. Bueno, veamos cuáles resultaron ser los rasgos específicos de esta declaración musical. 


‘La Interminable’ abre el repertorio de “Kai D’Raíz” con una aureola de sobria gracilidad, elaborando un esquema de trabajo muy equilibrado en el que los saltarines colores del nutrido ensamble de vientos se compenetran a las mil maravillas con el inteligente swing armado por la dupla rítmica: fungiendo como eficaz embajador entre ambas instancias, el piano asume un rol especialmente protagónico mientras la guitarra se complace en crear intrigantes texturas abstractas. ¡Qué gran inicio!... Pero calma, que aún falta el resto del disco, y de hecho, lo que sigue a continuación es la pieza tripartita que da nombre a la banda: las secciones se titulan ‘Intro’, ‘Transición’ y ‘Fuga’. ‘Kai D’Raíz’ comienza con un talante patentemente sombrío, como asumiendo una actitud sigilosa en un lugar pesadamente nublado que parece esconder un peligro inminente. Pero de repente, con unas exultantes escalas de piano, las nubes se disipan instantáneamente y el ensamble se dispone a retratar un escenario muy distinto, uno iluminado y vibrante de espiritualidad extrovertida. Todo suena muy a la onda del rock-in-opposition ahora, con varios toques Zappianos que entran a tallar con suprema efectividad. Este renovador momentum se refuerza decisivamente cuando se instala una estupenda amalgama de los metales y los latidos arquitectónicos de la batería para la tercera sección, cuyo cuerpo central recupera en cierta medida la ansiedad misteriosa de la primera, pero sin duda ahora la banda está definitivamente concentrada en elaborar sonoridades celebratorias. Variando dramáticamente de registro, ‘Espejo’ se mete en aguas introspectivas para empaparse de vibraciones solipsistas en una conmovedora atmósfera contemplativa. Estando el piano a cargo de sustentar la delicada armazón instrumental global, la guitarra cuenta con espacios suficientes para flotar y dibujar hermosos retazos sónicos en el aire, los mismos que se sienten reforzados por las sobrias intervenciones de los vientistas. ‘Hugo’ también preserva algo de la aureola contemplativa de la pieza precedente, pero esta vez la espiritualidad reinante se siente más relajada. El saxo solista se encarga de transmitir le mayor parte de esta expresividad nuclear de la pieza mientras el contrabajo delinea una base cautivadora.
 

‘Jojo’ dura poco más de 9 ½ minutos, lo cual la convierte en la pieza más extensa del disco. Si las dos piezas anteriores estaban marcadas por un espíritu contemplativo, ‘Jojo’ capitaliza toda esta serenidad que ahora se ha hecho predominante y la lleva hacia el terreno del estoicismo plácido. El swing meticulosamente lento sobre el cual se desarrolla el motif central de este tema define un modus operandi autoconstreñido de parte del ensamble; eso sí, en algunos parajes minúsculos se despliega algo de densidad, pero son solo momentos efímeros de inescrutable aturdimiento en medio del sosiego. Los solos de contrabajo y trompeta parecen transmitir las pulsaciones del corazón que acompaña a la mente que observa tranquilamente los rincones más oscuros de sí misma. El pasaje de cierre es arrebatadoramente majestuoso, una bella capilla hecha sonido. En fin, el repertorio del disco concluye con ‘Acechando’, tema que remodela la extroversión sobria y colorida con la cual había comenzado el álbum, dándole así la estructura de un círculo que se cierra. Los sucesivos solos de piano, saxo y trompeta transportan los recursos de vitalidad necesarios para enfatizar los aspectos centrales del motif central. Un gran cierre para un álbum indudablemente hermoso. Nos han causado una muy grata primera impresión estos enormes músicos de KAI D’RAÍZ, un ensamble que recientemente se ha ampliado a noneto con la incorporación de Sebastián Tozzola al clarinete bajo y el saxo barítono. De un grupo tan grosso como éste esperamos que nos pueda dar más sorpresas musicales agradables como ésta: nos alegra mucho haber conocido el repertorio de “Kai D’Raíz”, un disco que ejemplifica a las mil maravillas el tipo de creatividad que late perpetuamente en la escena jazzera vanguardista argentina. Anotemos este nombre en nuestras agendas melómanas: KAI D’RAÍZ… no es una orden, pero casi.


Muestras de “Kai D’Raíz”.-
Kai D’Raíz (Transición + Fuga): https://www.youtube.com/watch?v=vz3-bLfkoiw

Tuesday, April 12, 2016

SQUADRA OMEGA: la mirada campeona del space-rock italiano


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Ha llegado la hora de presentar al grupo italiano SQUADRA OMEGA y su disco “Altri Occhi Ci Guardano”. El ensamble es un cuarteto conformado por OmegaMatt [guitarras, saxo, sintetizadores, efectos electrónicos, percusión, tambores electrónicos], OmegaG8 [bajo, sintetizadores, efectos electrónicos, guitarra acústica, percusión], más los dos bateristas Omega Dav y OmegaFrank. Es el primer trabajo fonográfico de la banda como cuarteto, lo cual significa específicamente que hay dos bateristas en su formación (tiene cuatro discos de larga duración y algunos EP en su haber hasta el momento): girando en torno al dúo de OmegaMatt y OmegaG8, el ensamble tiene al resto de la instrumentación a cargo de otros socios de turno, y hoy por hoy eso significa que cuenta con doble batería. Esto se traduce en una oportunidad magnífica para robustecer el dinamismo inherente a la oferta musical de SQUADRA OMEGA, un grupo que hoy por hoy es una entidad campeona de la provincia space-rockera en la vanguardia italiana. Repasemos ahora los detalles del repertorio de “Altri Occhi Ci Guardano”. 


Las cosas de ponen en marcha con ‘Il Buio Dentro’, que es en realidad un preludio aleatorio en el que el bajo, la guitarra, las baterías y las percusiones eléctricas generan un crescendo que, a pesar de su apariencia oscurantista, más bien refleja el surgimiento de algo nuevo que está dispuesto a brotar a lo grande. Cuando se estructura un jam a partir de la triangulación del bajo y las dos baterías, es el indicio de que acaba de emerger ‘Sospesi Nell’Oblio’. Los efluvios incansables de la guitarra, que oscilan entre lo stoner y lo jazz-rockero, se afianzan sólidamente en medio de las capas y efectos de los sintetizadores, los cuales también cuentan con algunos momentos medidos de protagonismo. La receptividad de los legados de HAWKWIND, AMON DÜÜL II y CAN es evidente, aunque SQUADRA OMEGA porta una prestancia muy particular en la que se crea una exquisitez sonora más curtida que la de los primeros y las dosis de agresividad expresiva son más comedidas que en el caso de los segundos. ‘La Nube Di Oort’ vuelve al factor aleatorio como un epílogo de la pieza anterior, creando así una atmósfera de transfiguraciones atrapadas en sí mismas, retratando el espíritu de una energía perenne que se cierra en sus propios remolinos hasta hallar una nueva forma donde reestructurarse. ‘Il Labirinto’ ocupa un espacio de casi 12 ¾ minutos y lo hace llevándonos a través de incesantes parajes de un laberinto uniforme cuyas paredes emiten una luminosidad mecanicista. Comenzando con un swing blues-rockero y luego pasando a un groove más machacón, la pieza se sigue moviendo sólidamente bajo coordenadas krautrockeras con su generosas dosis de instanciaciones a lo HAWKWIND. ‘Sepolto Dalle Sabbie Del Tempo’ sigue a continuación para seguir ahondando en el factor HAWKWIND con el propósito de capitalizar la aureola extrovertida sistemáticamente expuesta en la pieza anterior, aunque cabe la salvedad de que hay ciertos recursos a lo STEVE HILLAGE que instilan en la pieza una luminosidad muy particular. El arrebato final brinda un oportuno broche a la vitalidad reinante, llevándola hacia un ímpetu que se sitúa entre lo tanático y lo exultante. 

‘Hyosciamus’ es la primera pieza del álbum centrada en el dueto de guitarras acústicas de OmegaMatt y OmegaG8. Los ornamentos de saxo aportan una cualidad etérea al asunto. Gestado para explotar a fondo las vibraciones electrizantes propias de los momentos más neuróticamente grandilocuentes del krautrock, ‘Il Grande Idolo’ nos remite a los paradigmas de AMON DÜÜL II y GILA, con su efectiva articulación de masivos ornamentos cósmicos de los sintetizadores, las capas de guitarra acústica, los efluvios ocasionales de saxo y los arreglos percusivos que ponen especial acento en lo tribal. El hecho de que esta pieza se prolongue hasta los 11 ¾ minutos de duración garantiza que la banda explore sesudamente los aspectos más majestuosos de esa neurosis onírica tan propia del krautrock y el space-rock. Mientras nos acercamos al final del disco emerge la pieza homónima, la cual nos devuelve a los grooves y esquemas sónicos que anteriormente disfrutamos en ‘Sospesi Nell’Oblio’ e ‘Il Labirinto’, y lo hace resaltando sus recursos de magnificencia rockera y extrovertido expresionismo. Son más de 12 ½ minutos de designios vitalistas libremente desarrollados sobre un swing llamativo: si la pieza precedente simbolizaba la maravillada observación de las bellas paredes de un palacio, en ‘Altri Occhi Ci Guardano’ tenemos el fondo adecuado para un paseo relajado por valles y praderas bajo un generoso sol primaveral. El epílogo llega de la mano de ‘Il Rovine Circolari’, el segundo dueto de guitarras acústicas, esta vez más reposado que el primero: la plasmación de calma reflexiva es una invitación a despejar la mente para que se abandone a la corriente que lleva hacia el horizonte de la vigilia tras haberse arrojado a un viaje de secuencias de mil y una imágenes.


Todo esto fue “Altri Occhi Ci Guardano”, el disco idóneo para descubrir a los SQUADRA OMEGA si es que no se lo ha hecho todavía; éste era precisamente nuestro caso y nos ha complacido bastante. Vale la pena investigar en toda la obra que han venido haciendo OmegaMatt, OmegaG8 y sus compañeros de viaje, y cómo no, esperamos que sigan llegando producciones de su parte. 


Muestras de “Altri Occhi Ci Guardano”.-


Sunday, April 10, 2016

Es hora de descubrir a DINNER


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

DINNER es un grupo japonés conformado por los guitarristas Oba y Harada, el baterista Takahashi y el bajista Ogata: así es, los integrantes solo usan sus apellidos en los créditos de su disco “Time To Share It”, publicado por Nomadic Records en el año 2014. Se trata del cuarto ítem de su catálogo, el cual incluye también a sus álbumes “B5 No Saka”, “And… Hearing Things” y “Rock Disco”. El grupo crea una confluencia de post-rock y math-rock con algunos matices de rock duro sofisticado dentro de la mezcla que permiten a los músicos mantener su estrategia sonora bien enraizada en una musculatura genuina y motivadora, a la par que conserva su sano y vigoroso eclecticismo. Lo que descubrimos en “Time To Share It” es un muestrario perfecto del esquema musical que la banda proyecta hacia la avanzada rockera de su país: en otras palabras, DINNER se caracterizan por realizar una modalidad vigorosa de post-rock que no se niega a establecer contactos claros con estándares del math-rock y la psicodelia progresiva. Repasemos ahora los detalles de su repertorio.


‘Voice’ es el preludio del álbum: durando poco menos de 2 ½ minutes, comienza con efectos de guitarra en reversa y luego sigue con una armazón etérea cuyo núcleo está en la dupla de guitarras acústicas. En realidad, la idea es que se allane el camino para la próxima irrupción de ‘Building’, una pieza articulada sobre un esquema rítmico vivaz: la alternancia entre pasajes extrovertidos y contenidos está manejada con impecable pulcritud, dando espacio predominante al compás de 5/4. ‘Out Line’ porta un aura sofisticadamente extrovertida igual a la de la pieza precedente pero esta vez el grupo ajusta las clavijas rockeras de su esquema sónico con mayor fruición en los momentos más filudos. También se nota una mayor soltura en el modo en que la batería desarrolla los grooves exigidos por cada ocasión. El grupo se siente cómodo trabajando con compases inusuales, y eso se sigue notando en el siguiente tema, titulado ‘GlassChair’. Durando casi 6 ¼ minutos, se trata de la pieza más larga del álbum: su función principal es la de completar cabalmente el retrato general de la visión musical de la banda con un ejercicio de dinamismos rockeros exultantes dentro de un marco sofisticado. ‘NothingRiver’ coquetea levemente con estándares del hard rock – hay algunos trucos a lo STEVE VAI en algunos fraseos de la primera guitarra, pero básicamente, el tema trata de capitalizar los ecos de energía estilizada vertidos en la secuencia de los dos precedentes. ‘Okay’ cambia de registro en clave de balada acústica cantada, incorporando suaves aportes percusivos en el camino; a continuación se engarza ‘ForeThe Light’ para recapitular y revitalizar el punche rockero de la banda, y lo hace con un frenesí frontal que los emparenta con sus compatriotas de TÉ y los británicos de AND SO I WATCH YOU FROM AFAR.

Con la dupla de ‘Elf And Maze’ y ‘PlasticNoise’, el cuarteto continúa desarrollando estrategias para fortalecer su atrapante propuesta de sofisticación rockera, por lo que podemos degustar de ideas refrescantes una vez que estamos de lleno en la segunda mitad del álbum. Ambos temas incorporan buenas dosis de groove jazz-rockero, siendo ‘Elf And Maze’ el que redunda en realzar la faceta luminosa del sonido grupal, mientras que ‘PlasticNoise’ se mete con razonable solvencia en las aguas de lo fusionesco en varios pasajes estratégicos. ‘Will To Sense’ se hace eco de esta actitud de búsqueda de revitalizaciones y por ello asume un tenor fastuoso en el que las variaciones de motivos y ambientes apuntan hacia un crescendo expresivo contundente. La labor del bajista resulta sumamente efectiva en el sostén de la filuda sección final. ‘A Place’ es otro tema cantado, siendo su bloque instrumental un retoma del espíritu general de ‘Elf And Maze’, y al igual que ‘Will To Sense’, articula su variedad multi-temática en torno a la elaboración de un crescendo expresivo: esta vez, la parte agresiva final exalta las aristas filudas de los riffs guitarreros. ‘Save’ cierra el álbum como un espejo del prólogo ‘Voice’: es una etérea pieza acústica cerrada por efectos de guitarra en reversa, completando así el círculo de las inquietudes artísticas del grupo. DINNER nos ha parecido un buen descubrimiento y recomendamos a los coleccionistas progresivos que tengan equitativas afinidades por el math-rock y el post-rock que le echen un buen vistazo auditivo a “Time To Share It”.


Muestra de “Time To Share It”.-


Friday, April 08, 2016

QUAKER: memorias de una autocrítica progresiva


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión nos metemos en los pasadizos de los recuerdos y nos remontamos a inicios de la primera década del presente milenio con el grupo argentino QUAKER y lo que fue su debut fonográfico con el disco “Autocrítica”. El cuarteto, fundado en La Plata a inicios del milenio, grabó este ítem que fue publicado por el sello Viajero Inmóvil en agosto del año 2005: estaba compuesto por los guitarristas Papo Manes y Jerónimo de la Arena, el bajista Federico Caselli y el baterista Luciano Caselli. Como colaboradora ocasional fungía la teclista Carolina Becerra, aportando ornamentos y matices al de por sí solvente sólido entramado del cuarteto para el segundo tema del álbum. El núcleo sonoro de QUAKER, banda que en su momento encarnó una de las revelaciones más potentes de la escena progresiva argentina del nuevo milenio, estaba empapado de afluencias Crimsonianas que alternaban entre el legado de la época 73-74 con la fase 80era de tan significativo hito del rock progresivo, pero también había espacio suficiente para la elaboración de ambientes densos y engañosamente lánguidos a lo post-rock y grooves de tenor jazz-rockero. Lo primero se hace evidente, en líneas generales, en el modelo artístico de QUAKER es la manera tan calculada de construir una ingeniería envolvente en base a los juegos armónicos, contrapuntos y polifonías de los dos guitarristas, e inmediatamente después se abren a nuestro oídos las construcciones de compases ingeniosos (habitualmente no demasiado frenéticos) de parte de la dupla rítmica para sustentar ambientes psicológicos que exigen nuestra activa participación como oyentes. El resultado final se traduce en una serie de excursiones musicales diseñadas para impactar en el cráneo del oyente e invitar a su cerebro a viajar hacia esferas recónditas del yo interior y del universo circundante, evocando lo misterioso sin dejar de hacerse sugerente, no llegando nunca a lo tenebroso aunque sí coqueteando muchas veces con el claroscuro.

‘Frühstück’ da inicio al repertorio con una uso particularmente ingenioso del vigor expresivo del grupo: manejando compases no muy frenéticos y poniendo énfasis en lo sutil a la hora de desarrollar el motif central, el grupo se da maña para mostrar una musculatura inapelable tanto en la ingeniería dialogante de las dos guitarras como en el sustento rítmico que ostenta una agilidad sobria y elegante. Para el asentamiento del pasaje final, sobre la frontera del quinto minuto, el ensamble cambia levemente de registro para elaborar un ejercicio de filuda implosión con el fin de crear un clímax específico en la conclusión. Ya con dos piezas que siguen después, ‘Autocritica?’ y ‘Russian Mountain’, la banda nos obsequia algunos de los pasajes más intensos del disco a partir de la capitalización de la magia sónica expuesta en ‘Frühstück’, que nos impactó como una tremenda vía de entrada. En el caso de ‘Autocrítica?’, tenemos un caso severo de neurosis modernista al modo de las polifonías arquitectónicas del paradigma Crimsoniano de los 80s, alternándolas a veces con matices sombríos a lo post-rock. Antes de que la batería entre en acción, para lo cual se toma un notable tiempo de espera, las guitarras exploran un dinamismo impresionista; ya con el grupo íntegramente en acción, el esquema Crimsoniano en curso adquiere un groove abiertamente sofisticado que permite al aura de la pieza sacar de sí toda su luminosidad latente. Por su parte, ‘Russian Mountain’ establece un serio y magnético híbrido de psicodelia progresiva pesada y stoner, siempre metiendo algunos matices jazzeros al esquema rítmico para que el evidente despliegue de vigor incendiario no se salga de control. En medio de estas dos piezas se sitúa ‘Memorias De Un Pato De Hule’, la cual se centra en el discurso jazz-rockero con la exploración de climas serenos e introspectivos. A despecho de la aureola reflexiva que ostenta el motif central, la batería elabora varios momentos vigorosos que, a pesar de sonar paradójico, resultan convincentes a la hora de resaltar ciertas instancias expresivas de la pieza. Siendo el tema menos extenso del álbum con sus poco más de 3 ¼ minuto de duración, ‘Hanoi’ se preocupa bastante por trabajar la faceta psicodélica del grupo, siempre con un énfasis en el modelo Crimsoniano, aunque también podemos encontrar parentescos colaterales con el krautrock guitarra-céntrico de unos GURU GURU.

Mientras el grupo viaja continuamente desde lo interior hasta lo exterior y viceversa, no nos debe sorprender que sean las cadencias introspectivas los factores que inundan sistemáticamente los esquemas respectivos de los dos siguientes temas, ‘Melos Per Manencia’ y ‘Arsis’. ‘Melos Per Manencia’ enfatiza la relevancia de las tonalidades de tinte jazz-rockero, con lo cual permite que entren algunos halos de luz del atardecer en medio de la grisácea ambientación que predomina en la pieza, especialmente en lo referente a la polenta mesurada que se emana de los solos alternados de ambas guitarras. ‘Arsis’, por su lado, explora lo introspectivo yendo por la senda de lo sombrío, casi tentando lo siniestro pero con un aire de misterio que más parece del Purgatorio que del Limbo. Las abstracciones Frippianas de los ornamentos de guitarra y las vibraciones minimalistas de inspiración post-rockera conviven fluidamente en medio de la etérea densidad que marca a la pieza. Los últimos 7 ½ minutos del disco están ocupados por ‘A Zurda Y Siniestra’, tema que se explaya en un núcleo abiertamente Crimsoniano aunque en algún momento interrumpe esta estrategia para elaborar un ambiente fusionesco de talante relajado y sereno. Para la retoma del núcleo central, el grupo decide aumentar la polenta y explorar su faceta más explosiva. Los parcos aplausos del final conforman un curioso truco humorístico tras el último despliegue de fragor rockero. En suma, este disco es uno de tantos síntomas de vigor y creatividad renovada que han venido evolucionando y asentándose en la provincia progresiva argentina a lo largo del presente milenio. “Autocrítica” nos ha mostrado a unos QUAKER pugnantes por lograr gestar algo original a partir de las fuertes influencias que asimilan, y ciertamente lograron su cometido al plantear una oferta musical refrescante a través de sus retratos sonoros que transitan infatigablemente entre lo observacional y lo catártico.

Pocos años después de la publicación de este disco, QUAKER se reformuló como trío y pasó a llamarse justamente QUAKER TRÍO, concentrando su labor creativa bajo las coordenadas del jazz-rock. Unos años después, el grupo pasó a quinteto y asumió el curioso nombre de QUINTETO QUAKER TRÍO, donde se mantenía activos el baterista Luciano Caselli y el guitarrista Jerónimo de la Arena, añadiéndose las presencias del pianista Ignacio Stoppani, el bajista Fernando Alonso y el vocalista Diegomartez. Este dato es materia para explayarse en otra publicación: por ahora, nos limitamos a expresar nuestra dulce nostalgia por lo que hicieron los integrantes del colectivo QUAKER en su etapa progresiva; es una pena que “Autocrítica” sea el único designio que nos legó la alineación vigente en dicha etapa, pero quien pueda conseguir un ejemplar de este disco, pues no se lo piense dos veces, que sin duda gozará mucho de este testimonio de la avanzada rockera argentina de inicios del tercer milenio.


Muestras de “Autocrítica”.-