Thursday, September 21, 2017

Operación #12 de FRENCH TV


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Buenas noticias, las mejores noticias desde los cuarteles de invierno de Mike Sary en Lousiville, Kentucky. Bajista y líder permanente de FRENCH TV (además de constructor de efectos sintetizados y loops), Sary y el resto del susodicho ensamble estadounidense de música avant-progresiva acaban de lanzar al mercado un nuevo trabajo fonográfico a mediados del pasado mes de setiembre bajo el título de “Operation:  MOCKINGBIRD”. Se trata del decimosegundo ítem de su largo currículum vitae, siendo publicado en la red de Bancamp del este último 13 de setiembre. La edición física se complementa con la publicación virtual en el blog de Bandcamp de FRENCH TV. Los compañeros de viaje de Sary en esta ocasión son Katsumi Yoneda [guitarras], Patrick Strawser [teclados] y Mark L. Perry [batería], además de los invitados ocasionales Ludo Fabre [violín], Karl Ledus [saxos y flauta] y Nico Fabre [teclados]. Yoneda, integrante del genial grupo japonés prog-sinfónico TEE, repite plato desde los días del disco precedente “Ambassadors Of Good Health And Clean Living” (2016), y lo mismo vale para Perry. Otro vínculo con el álbum precedente es que el grupo sigue dispuesto a explorar con meticulosa profundidad las aristas más jazzeras y Canterburyanas de su variopinta propuesta musical, ese caleidoscopio sónico tan elegante como extravagante que el grupo ha cultivado consistentemente desde la ya lejana década de los 80s. Eternos desconocidos para el mainstream y perpetuas figuras de culto al margen de la élite progresiva que se ha venido reforzando en los últimos 25 años, los FRENCH TV se han mantenido al pie del cañón con una ideología musical que mezcla lo bello con lo desafiante, lo arquitectónico con lo dadaísta. Bueno, veamos ahora los detalles de “Operation:  MOCKINGBIRD”.

Durando poco menos de 2 ½ minutos, ‘Ghost Zone’ abre el álbum con un despliegue de climas etéreos cuya serena majestuosidad nos recuerda en algo a la dimensión introspectiva del cosmos musical de ALLAN HOLDSWORTH. Se trata de algo no muy usual en el propio cosmos de FRENCH TV, pero le damos la bienvenida. Luego sigue ‘Noble Obelisk’, un tema muy metido en el legado del jazz-fusion de RETURN TO FOREVER y WEATHER REPORT en cuanto al esquema básico de su swing, mientras que su vitalista esquema melódico nos lleva por las sinuosas y sistemáticas travesuras de FRANK ZAPPA del mismo modo que nos transporta a la magia elegante de los inolvidables HAPPY THE MAN. Una aguda mezcla de chiquillada y señorío nos muestra este ensamble con esa aureola de jovial exquisitez que es entrañable marca de la casa. ‘Urgent Fury’ emplea su considerable espacio de 8 ½ minutos para expandir los horizontes sonoros claramente delineados en la pieza anterior en aras de sacar lustre al colorido de las interacciones instrumentales y al dinamismo variado de las múltiples mudanzas de ritmo y ambiente. Transitando fluidamente del Canterbury al jazz-rock y de allí a una modalidad festiva de rock-in-opposition en caminos de ida y vuelta, el ensamble se suelta en un carrusel de ingenios musicales que no tiene cómo parar. Contamos un par de asombrosos solos de sintetizador en el camino, así como algunos mayestáticos solos de guitarra que nos recuerdan al modelo de Phil Miller (NATIONAL HEALTH, HATFIELD AND THE NORTH). Tenemos aquí uno de nuestros ítems favoritos de “Operation:  MOCKINGBIRD”. El cuarto tema se titula ‘Tree Incident’ y su función consiste básicamente en concentrarse en los elementos más directamente vivaces de los sofisticados embrujos planteados en las dos piezas precedentes, haciendo un uso menos rotundo de la infaltable complejidad pretenciosa progresiva... bueno, en este caso, se trata de algo jazz-progresivo que combina la claridad melódica de lo sinfónico con el groove suntuoso de lo jazzero. Los pasajes extravagantes están allí pero son menos gravitantes... y una vez más, disfrutamos de algunos solos de sintetizador en los que se exorciza al unísono a las figuras de Jan Hammer, Kit Watkins y Alan Gowen.

Hay dos temas del repertorio que duran poco menos de 10 ¾ minutos: ‘Golden Pheasant Of The Infinite Reach’ y ‘Vigilant Sentinel’. El primero de ellos (otro favorito nuestro) estructuralmente se enfoca en desarrollar una síntesis entre la elegancia jubilosa de la pieza #4 y la traviesa gula sonora de la pieza #3, dando tal vez algo de prioridad a la primera de estas dos dimensiones. El contexto que el grupo crea para desarrollar la ilación de los increíblemente sofisticados motivos es esencialmente cálido, por lo que siempre da la sensación de que cada músico involucrado en esta ingeniería musical se acomoda muy a sus anchas dentro del entramado común. Simpático el empleo de algún interludio de tono reggae y otro en clave blues-rockera en ciertos lugares estratégicos, lo cual nos toma por sorpresa. Por su parte, ‘Vigilant Sentinel’ acoge la lógica de la arquitectónica diversidad que ha venido imperando consistentemente desde el segundo tema del disco y le da una agilidad diferente, una soltura acrecentada que permite a los aportes instrumentales desenvolverse con astuta alegría a través de los siempre exigentes florecimientos multitemáticos. el viraje psicodélico para el pasaje epilogar es un detalle curioso y efectivo. Hay un innegable aire de familia con Golden Pheasant Of The Infinite Reach’, queda claro, pero hay algo en el donaire de esta séptima pieza del álbum que se siente muy propio. En medio de ‘Golden Pheasant Of The Infinite Reach’ y ‘Vigilant Sentinel’ se sitúa ‘Nimrod Dancer’, tema que comienza dando predominio al aspecto jazz-rockero, aunque no tarda mucho en abrir espacios para el surgimiento de algunos recursos aparentemente caóticos de señorial absurdidad al modo del gran ZAPPA. También hay una apertura a factores prog-sinfónicos cerca del final en ciertos pasajes donde parece reconstruirse un hermanamiento entre los paradigmas de HAPPY THE MAN y GENTLE GIANT. La manera en que el grupo adorna con grácil irisación esos momentos extravagantes a los cuales hicimos alusión antes hacen inevitable recordar a los RASCAL REPORTERS y, en menor medida, a FROGG CAFÉ. 

Los últimos 3 ¾ minutos del disco están ocupados por ‘Silent Years’, una especie de sonata cósmica donde las flotantes escalas de piano son acompañadas por grisáceos retazos de sintetizador, una combinación diseñada para expresar una envolvente irradiación de otoñal melancolía. Tras haberle hecho pasar por varias fases de jolgorio, al oyente se le reserva el necesario rellano introspectivo para el epílogo. En total, han sido alrededor de 56 minutos de gloria musical lo que nos han brindado los FRENCH TV con éste, su nuevo disco. En líneas generales, y tal como señalamos en el primer párrafo de la presente reseña, este disco prosigue a paso firme por las pautas de predominio del factor jazz-rockero derivadas del disco anterior “Ambassadors Of Good Health And Clean Living”, pero también cabe enfatizar el hecho de que se abre espacios grandes a la creación de ambientes y texturas jovialmente extravagantes que conformaban la esencia de la grandeza de sus mejores discos entre fines de los 90s e inicios del nuevo milenio. Así pues, “Operation: MOCKINGBIRD” es una labor de síntesis estética que brinda a FRENCH TV una nueva instancia de grandeza dentro de la élite avant-progresiva de su país, y cómo, también del mundo entero. ¡Recomendado al 200%!


Muestras de “Operation: MOCKINGBIRD”.-

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