Radiohead fue la banda de los 90s que mas influyo en toda esa generacion de bandas britanicas (Coldplay, Keane, Muse, Travis, Doves et al, agrupadas ahora en las tiendas de discos bajo la etiqueta de Rock Alternativo/Pop.) Cuando su tercer album “OK Computer” salio al mercado en 1997, le dio al mundo una sorpresa (=desvirgino) a una masa de oyentes pop, al cambiar la idea de lo que deberia de ser un album de rock moderno, utilizando una variado y complejo ensamble de sonidos, tocando desde elementos progresivos de los 70s hasta el free-jazz y musica tecno-electronica experimental, y fortaleciendolo con un excelente trabajo de produccion.
Su influencia sonica sigue vigente, incluso en el sustrato de varias bandas britanicas nuevo-progresistas (New Prog) que estan emergiendo con fuerza ultimamente (e.g. O.S.I y Pure Reason Revolution). Le damos por tanto a Radiohead un breve reconocimiento en esta reseña.
Sin embargo, Radiohead no solo es reconocida por introducir una sintesis moderna de influencias y generos musicales pasados, sino tambien por la lirica futurista de Thom York, que contrapuntea la condicion del ser humano frente a la tecnologia, la globalizacion y los temas ambientales desde una concepcion socio-artistica.
Sin embargo, en este contexto, Radiohead mantiene una relacion extraña y ambivalente con la tecnologia. Veamos porque. Su obra maestra “OK Computer” retrata la vida moderna como automatizante y sin alma, una especie de contragolpe alternativo contra la tecno-utopia progresista proclamada por Kraftwerk y Tangerine Dream en los 70s.
“OK Computer” es un album artistico, oscuro, siniestro, post-moderno con elementos muy progresistas, muy diferente a la musica de los 80s, esa decada de excesos que le quito el valor artistico a la musica de los 70s. “OK Computer” tambien es el “Dark Side of the Moon” de Radiohead, ya sea por la perfecta unificacion del concepto, el tiempo en 7/4, o por la riqueza de texturas espaciales. No le creas a nadie que diga que no hay talento musical aqui – este tipo de comentarios lo hacen quienes no entienden que el rock verdaderamente "progresivo" viene en distintos empaques, sabores y colores – esta musica es pura, imaginativa, llena de creatividad y talento.
Lirica y sonicamente la musica se siente desconectada de la epoca de los 90s. Las estructuras musicales son frecuentemente atonales y disonantes, con paisajes repletos de ruiditos, loops, muestreos y voces computarizadas añadidas para incomodar al escucha. Los arreglos estan claramente diseñados por un neurastenico.
En este sentido, “OK Computer” es un album infectado de Ludismo a la Unibomber. Sentimos estar inmersos en una ciudad donde los humanos y los androides trabajan y colaboran juntos, un mundo donde los robots, como en el “Blade Runner” de Ridley Scott [1982], sienten emociones, y los humanos, en cruel competencia, quisieran no poseerlas. Mientras Kraftwerk eulogiaba a los robots como “seres super humanos” y se expresaba paroxisticamente de las bondades del transporte masivo, Radiohead en contraste imagina un mundo repleto de androides paranoicos y carreteras congestionadas.
“In a fast German car/I’m amazed that I survived/An airbag saved my life”, canta el vocalista Tom York en la rola “Airbag”, como si hubiera sufrido una experiencia al borde la muerte en el “Autobahn” de Kraftwerk. La panacea progresista propuesta por la banda alemana se convierte en un mundo naufragante cuyos restos son laminas metalicas retorcidas y guitarras distorsionantes. Por lo menos, funcionaron las bolsas de aire.
Ya en el primer album de Radiohead, "Pablo Honey”, la rola post-grunge pop “Creep” le da voz a todo aquel que se siente desconectado, alienado, o “geeky”. Pero “OK Computer” va mas alla en acusar la enajenacion desde esta misma linea: hay una calidad visceral que satura al oyente, la sensacion de alguien que esta siendo atosigado por demasiadas exigencias. La monotonia de aviones despegando, trenes, carreteras, radios fuera de sintonia, monoxido de carbono, antibioticos, camiones de basura, encima de todo el estres del trabajo diario es absurdamente abominable. El subtexto es: este mundo esta destruyendo lo que somos. La banda toca el punto medular y unico de nuestra condicion pos-moderna, enfatizando el significado de vivir en la era tecnologizante, una caotica realidad con demandas inagotables e aparentemente inevitables a la psique humana.
Como se acepta la entrada en la era de computatizacion masiva sin perder el sentido de lo que significa ser humano? A lo largo del album, el narrador se hace esta pregunta. Sus miedos son palpables pues continuamente clama y ruega por algo humano y vivo que le de consuelo o esperanza:
Please could you stop the noise, I’m trying to get some rest
From all the unborn chicken voices in my head
What’s that...? (I may be paranoid, but not an android)
What’s that...? (I may be paranoid, but not an android)…."Paranoid Android"
Shell smashed, juices flowing
wings twitch, legs are going,
don’t get sentimental, it always ends up drivel.
One day, I’m gonna grow wings,
a chemical reaction,
hysterical and useless
hysterical and
let down and hanging around,
crushed like a bug in the ground. you’ll know where you are …."Let Down”
Es como si la primera funcion del arte sea recordarnos la diferencia entre libertad y represion, que el cambio es real y lo posible es posible.
Despues de “OK Computer”, Radiohead fue criticada por las revistas poperas, describiendola como una banda perversa y traicionera [por no seguir siendo un grupo pop, un producto mas del mercado]. Pero por supuesto, en su momento Radiohead defendio a viva voz su libertad de hacer arte como mas les placiera y su derecho a no dejarse comprar, una ironica locura en su momento en el unico contexto en el que no era posible expresar este intento sin el apoyo de las mega-distribuidoras ("Fuck Corporate Rock!").
El problema sin embargo es que la estrategia independentista de crear esta “separacion” un tanto cuanto artificial de la ubre corporativa funciona por un rato pero inevitablemente tu “producto” termina sucumbiendo en el cementerio de las demas mercancias.
Para lograrlo, imitaron a Kurt Cobain y Nirvana, comoditizando su disentimiento en un mercado tecno-totalizado, respondiendo a sus demandas en una forma que se adecue a lo que el artista quiere: la necesidad de ser autentico, la espontaneidad de la autonomia, y por minima que sea, una separacion entre si mismos y la vida en el mundo corporativo. Si “OK Computer” fue la vision infernal de una vida ordenada por la maquinaria, la trilogia que le siguio intento negociar un contrato con la tecnologia que les ofreciera una mayor recompensa.
Eso fue exactamente lo que paso con Radiohead. En su album subsecuente “Kid A” (2000), Radiohead decidio asimilarse – o mas bien acomodarse- a las corrientes tecnologizantes. Las inusuales guitarras disonantes y tambores se redujeron un tanto, contrapesadas con un incremento proporcional en ritmos computarizados contenidos y el zumbido desenmembrado de la musica electronica. Como los Budistas arguyen, en principio no hay nada inherentemente diabolico en las maquinas (hasta las Computadoras estan OK), es la Mente que habita la maquina la que puede ser maligna (como dice Pink Floyd, "the luunatic is-in your heaaddd"). Obvio que el experimento fue demasiado brusco para muchos fans, quienes los acusaron de traicion, pero no tan obvio lo fue el que sus dos siguientes albumes, “Amnesiac” y “Hail to The Thief” trataran de encontrar un punto medio entre el dinamismo roquero de canciones bien estructuradas y la infinita paleta de sonidos ofrecido por la electronica.
Lo relevante, sin embargo, es que la musica de Radiohead logra el enorme proposito de encontrar lo humano en lo inhumanizante, la libertad dentro de lo esclavizante, en un solo instante. Lo maravilloso de ese instante es todo lo que podemos pedirles.
Los miembros de Radiohead, son revolucionarios tan solo por virtud de su arte. Talvez no sean Luditas al estilo Siglo XIX, pero acaso sean los profetas que sonaron la alarma para despertar en el nuevo siglo con una cultura en peligro de ser aniquilada.
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Sigo tan sediento de absoluto como cuando tenia veinte años, pero la delicada crispacion, la delicia acida y mordiente del acto creador o de la simple contemplacion de la belleza, no me parecen ya un premio, un acceso a una realidad absoluta y satisfactoria.
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