Sigo tan sediento de absoluto como cuando tenia veinte años, pero la delicada crispacion, la delicia acida y mordiente del acto creador o de la simple contemplacion de la belleza, no me parecen ya un premio, un acceso a una realidad absoluta y satisfactoria.
Thursday, August 04, 2011
El "Flashback" progresivo de JAIME ROSAS - uniendo el pasado y el porvenir
HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
¿Qué tal si echamos una mirada a la actualidad progresiva chilena? Pues bien, tenemos en nuestras manos un disco que tomó más de dos años de trabajo al virtuoso y perfeccionista teclista JAIME ROSAS para desarrollar y completar, retomando y reciclando viejas ideas a la par que iba germinando, forjando y concluyendo otras nuevas: el resultado, “Flashback”. En perfecta coherencia con la idea general de repaso del lugar propio dentro del entorno musical desarrollado durante años y años, Jaime Rosas vuelve a operar estrictamente como solista acompañado de invitados de turno después de haber hecho sus dos discos de estudio anteriores en formato grupal de trío y cuarteto. Esta nueva obra tiene una cierta conexión con “Creciendo”, pero también es justo matizar que este nuevo disco cuenta con una personalidad propia bien afianzada, e incluso contiene una mayor dosis de colorido en la paleta de sonidos y estrategias estilísticas abarcadas en su repertorio, eso sí, siempre dentro de una coherencia musical bien definida: unidad en la heterogeneidad.
Siendo el tema que abre el disco una suite progresiva de más de 20 minutos de duración, queda clara la decisión de ROSAS de poner toda la carne progresiva en el asador desde el punto de arranque. Dando rienda suelta a sus influencias emersoniano-wakemanianas con un punche sólido y contundente que tiene mucho que ver con el sinfonismo ultra-barroco de las últimas décadas practicado por nombres como PÄR LINDH PROJECT y GERARD, los primeros tres minutos son ocupados por un vendaval fastuoso bien sostenido por la dupla rítmica. La siguiente fase tiene un aura mucho más calmada, siendo así que la fastuosidad en curso se torna introspectiva aunque para nada carente de punche: hablé de calma, no de languidez. Poco antes de llegar a la barrera del séptimo minuto, la calma cede paso a un nuevo momento de fuerza explícita, esta vez al ritmo de blues-rock pero con las lógicas florituras del sintetizador que aseguran el ambiente sinfónico a buen recaudo: este momento es en realidad un puente hacia una serie de pasajes más trepidantes, los cuales sí son muy semejantes en espíritu al motivo inicial… y las florituras siguen llenando espacio en su perfecta combinación de solvencia técnica y buen gusto. En el minuto 10 pasamos a una sección reflexiva y solemne, donde el canto de Jaime Scalpello pone voz al misticismo patente en las armonías de piano y las etéreas orquestaciones de teclado. La irrupción de un interludio extrovertido sirve principalmente para realzar el misticismo bajo una nueva luz por un momento, no como contraste; el contraste propiamente dicho llega al finalizar la parte cantada, con una retoma de la contundencia electrizante dispuesta para redondear la idea para los últimos 5 minutos. ‘El Principio Del Ritmo’ es un animal de otra fauna: un ejercicio de jazz suave donde se explora una cadencia tranquila con suma elegancia, siendo así que en algunos momentos de producen unos interesantes intercambio de piano y guitarra guiados por un refinadísimo sentido de la sutileza. Y si de seguir cambiando de fauna se trata, entonces el momento es más que propicio para el surgimiento de una pieza como ‘Buenos Momentos’, la cual encaja de lleno con el estándar de JAIME ROSAS en su faceta más extrovertida, sinfonismo incendiario en posición “borderline” con el paradigma del prog-metal. Gustosamente comparte protagonismo ROSAS con el guitarrista Javier Sepúlveda en los pasajes más fieros, pero la atmósfera predominante es la de una “orquesta wagneriana” traducida al lenguaje del rock: en esto último, podemos hallar ciertas reminiscencias de sus propias composiciones épicas dentro del modus operandi de ENTRANCE.
‘Lejos’ es una vieja composición que Rosas rescata para la ocasión: se trata de une balada que aparentemente tiene el potencial de una típica power-ballad, pero que el autor, en colaboración con su colega Rodrigo Godoy, reelabora como balada envolvente donde el sinfonismo se manifiesta en su expresión más etérea, con algunos matices fusionescos en el intermedio que añaden algunas interesantes variantes en la cadencia general de la canción. Si ‘Buenos Momentos’ se emparentaba con las aventuras más incendiarias del anterior álbum “Creciendo”, ‘Lejos’ se conecta con los momentos más intimistas del mismo. ‘Memoria’ es otro tema rescatado de los viejos tiempos, y de hecho data del tiempo en que ROSAS debutó en el mundillo del rock con un grupo llamado Iron Will: ‘Memoria’ es una power-ballad instrumental hecha bajo el modelo de las piezas lentas de SATRIANI y VAI, y de hecho, ROSAS se mantiene fiel a la idea original para dejar que el guitarrista de turno (Ignacio Ruiz) ocupe inamoviblemente el lugar central. Los últimos 10 minutos y medio del álbum están ocupados por la pieza homónima, la cual epitomiza grandemente el concepto de tributo al rock progresivo. Con un prólogo cuyo lienzo consiste en una serie de minimalistas capas de teclado y cuyos retazos consisten en extractos breves de clásicos compuestos por ELP, GENESIS, YES, LOS JAIVAS y otros, el primer motivo se instala dentro de un esquema donde lo vangelisiano y lo floydiano se enlazan para marcar a través de un cogobierno el paisaje de una reflexión cósmica. El segundo motivo se explaya en un aire hard-rockero que nos remite a DEEP PURPLE con algo del UK de la etapa “Danger Money”, no por mucho tiempo en verdad, porque no tarda en emerger un tercer motivo donde la pieza vira hacia esa área continuamente explorada por Rosas, la confluencia entre la obsesiva estilización barroca de WAKEMAN y el nervio aguerrido emersoniano. Esta sección es la última, y su fade-out desemboca en un arreglo cibernético a lo JEAN-MICHEL JARRE, además de una coda donde nuestro héroe despierta enojado por el ruido del despertador… ¡y lo rompe! ¿Una alusión satírica al personaje Pink mientras rompía su multitud de televisores en uno de sus tantos momentos de demencia rabiosa en “The Wall”? Posiblemente sí, pues la clave de humor ha sido uno de los elementos esenciales de esta pieza en su concepto integral. Una manera muy ocurrente de concluir este disco: justamente con una pieza que individualmente recapitula la unidad en la heterogeneidad que mencionamos en el primer párrafo.
“Flashback” es, como balance general, una obra que confirma el sitial que tiene JAIME ROSAS como figura central de los teclados dentro del circuito progresivo sudamericano. ¡Muy recomendable!
No comments:
Post a Comment