HOLA AMIGOS DE
AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy tenemos un nuevo motivo para alegrarnos en
asuntos progresivos. Resulta que a solo un año de su disco precedente “Destruktive
Actions Affect Livings”, DAAL, la
criatura del teclista Alfio Costa y el baterista Davide Guidoni vuelve a lucir
su talento progresivo moderno en su nueva obra “Dodecahedron”. Se trata de un
disco conceptual extendido a través de 12 Partes, cada una de ellas inspirada
en sendos relatos góticos escritos por seguidores de la banda. De hecho, todo
empezó en octubre de 2010 cuando el dúo lanzó la idea en un foro internauta de
amantes del rock progresivo de invitar a
la gente a que les enviaran relatos de horror inspirados en alguna pesadilla, o
anécdota difícil de sus vidas, un trauma, etc., para a partir de ahí inspirarse
en la realización de un concept-disc. Pues bien, ahora este disco se ha hecho
realidad en “Dedocahedron”, no solo con el amplio arsenal de teclados,
sintetizadores, baterías, percusiones acústicas, étnicas y electrónicas y recursos
electrónicos varios que Costa y Guidoni suelen emplear, sino también con un
nutrido destacamento de colaboradores: Ettore Salati (guitarras eléctricas,
slide y clásica, itchemba, kehru), Luca Scherani (bouzouki), Roberto “Bobo”
Aiolfi (bajos eléctricos con y sin trastes, contrabajo), Alessandro Papotto
(saxo, flauta, clarinete), Vincenzo Zitello (arpa barda, flauta bajo), Marcella
Arganese (guitarra clásica), Chiara Alberti (cello) y Sylvia Trabucco (violín
en IV, XI y XII). Ahora pasamos a revisar el repertorio del disco con detalle.
Iniciado por un suntuoso
preludio de tenor exótico, ‘Part I’ abre el disco con una exhibición sumamente
elegante de vibración rockera patente y, a la vez, moderadamente desarrollada
sobre un compás a medio tiempo: la amalgama de capas de teclado se articula a
las mil maravillas con la arquitectura sostenida por la dupla rítmica y los
espacios llenados por los riffs de guitarra mientras dura la expansión del
llamativo cuerpo central. El epílogo se centra en un hermoso y estilizadamente inquietante
motivo de guitarra clásica que sirve como una especie de puente a ‘Part II’,
pieza que desarrolla un dinamismo etéreo. Las alusiones a sonoridades del
Extremo Oriente en su sección introductoria y la parsimonia típicamente
Floydiana del cuerpo central permiten al
ensamble elaborar una sonoridad convincentemente instalada bajo un
ropaje de calmado misterio. La espiritualidad de ‘Part III’ tiene mucho que ver
con el estándar oscurantista y tenebroso de GOBLIN así como con el patrón del
progresivo escandinavo: es una pieza lenta pero rebosante de plena garra
rockera. En sus dos últimos minutos se incorporan arreglos de tenor sinfónico
que sirven para realzar la sensación de inminente peligro que ha marcado la
esencia de su desarrollo temático. Cuando llega ‘Part IV’ volvemos al
predominio de lo sutil, esta vez con aires de jazz de salón sabiamente
remodelados por pautas psicodélicas: con la presencia del dueto de violín y
cello se garantiza la permanencia de recursos de claridad melódica a través de
este viaje sonoro específico. ‘Part V’ nos remonta al space-rock alimentado por
coloridos fusionescos cuasi-arábigos, haciendo que el lento compás de base
impulse la generación y persistencia del suspenso sin desmedro de la calma
contemplativa reinante. Una vez más, tenemos un postludio de guitarra clásica que nos guía a la siguiente
parte: “Part VI” exhibe, en su amplia primera sección, una estructura
krautrockera donde la combinación de futurismo robótico y vibración onírica nos
remite a los tiempos del TANGERINE DREAM 75-78, para luego concluir con una
fastuosa coda sinfónica donde se conjugan los estándares Floydiano y
Yessiano de una forma conmovedoramente
majestuosa. Mención especial para el solo de guitarra, cuyo esplendor peculiar
es imprescindible para que el ensamblaje instrumental global concretice la
dimensionalidad épica hacia la que se proyecta.
La secuencia de ‘Part VII’
y ‘Part VIII’ es bastante contrastada: la primera de estas piezas nos hace
transitar por relajantes parajes de lirismo cándido alimentado por leves aires
optimistas; la segunda se encuadra en una atmósfera cósmica repleta de
pulsátiles vibraciones distópicas donde el space-rock y el jazz-rock se
hermanan dentro de un encuadre progresivo contundentemente magnético. ‘Part IX’ signa el regreso de las aristas más
musculares de DAAL, y desde el primer instante del despliegue de su riff básico
se advierte que estamos ante el cénit rockero del álbum. El esquema rítmico
sostenido sobre bien articuladas cadencias sincopadas ayuda a la base nuclear
de la pieza a nutrirse de un swing llamativo, así como a intercalar con
perfecta naturalidad los intermedios electrónicos estratégicamente localizados.
A partir de aquí, el dúo y sus compañeros de turno están preparados para hacer
un nuevo viraje temático hacia áreas jazzísticas, esta vez con un tono
contemplativo en el que se apuesta por un lirismo romántico, como utilizando el
estándar de SHADOWFAX a través de un filtro de YELLOW JACKETS. ‘Part XI’ es
como un tema hermanadamente vinculado a ‘Part IV’ con elementos adicionales
inspirados en el vuelo onírico de TANGERINE DREAM y el VANGELIS de la época de
“Antarctica”: fusión contemporánea con base ambient-electrónica, donde la
presencia del dueto de cello y violín, una vez más, ayuda a sustentar el
aspecto lírico del asunto. ‘Part XII’ concluye el disco al modo de un exquisito
viaje sinfónico donde confluyen los legados de GOBLIN, CAMEL y el KING CRIMSON
69-70 bajo la fuerte influencia de los actuales patrones de HÖSTSONATEN y WHITE
WILLOW: esta composición ostenta orgullosamente un esplendor musical digno de
sus herencias y referencias colaterales, logrando retratar simultáneamente la
melancolía y la inquietud con una paleta sónica arrolladoramente crepuscular.
En muchos sentidos, ‘Part XII’ sintetiza un selección de atmósferas que se
hicieron presentes en varias Partes precedentes, con lo cual se logra un gran
final para otro grandioso disco de DAAL: “Dodecahedron” lleva a buen puerto su
misión particular de distanciarse de la lógica de hiperbólicas aventuras
eclécticas bajo la cual se trazaron los discos precedentes, y de esta manera,
nos obsequia un nuevo repertorio donde el grupo reconstruye su propia esencia
de manera fresca y cautivante. Dada esta consistencia creativa que DAAL sigue
mostrando y afianzando durante el desarrollo de su carrera fonográfica, nuestro
diagnóstico sobre “Dodecahedron” es: ¡recomendado!
Muestras de “Dodecahedron”.-
Dodecahedron Part II: http://www.youtube.com/watch?v=w9EbxEcydjM Dodecahedron Part VIII: http://www.youtube.com/watch?v=DUoV9uL_xdg
Dodecahedron Part XI: http://www.youtube.com/watch?v=QjZ5XjxWy1M
No comments:
Post a Comment