HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
En esta ocasión nos fijamos en el genial guitarrista y compositor argentino DARÍO ÍSCARO, quien ha retomado
parcialmente el proyecto ANTIHÉROE para su disco de 2013 “Ánima Fugitiva”:
literalmente, este disco está firmado por ÍSCARO y ANTIHÉROE PROJECT. No
busquemos aquí una continuación de la línea de trabajo desarrollada en los
discos “Antihéroe” (1998) y “Entretejido Cósmico” (2007), sino más bien una
labor de introspección trasladada al lenguaje de la música donde este maestro
oriundo de Córdoba crea nuevos caminos para su inquieta creatividad. A lo largo
del disco se muestra una instrumentación espartana que a veces incluye
percusiones orientales a cargo de Martín Díaz, además de algunas intervenciones
esporádicas del trombón (del invitado Pablo Fenoglio), el cello (del invitado
Gustavo Lorenzatti) y una guitarra adicional (del invitado Juampy Juárez); no
son pocas las ocasiones en las que ÍSCARO se basta con su guitarra para
expresar lo que quiere expresar en el momento. El oído atento puede encontrar
varias confluencias entre las sonoridades creadas por ÍSCARO y los paradigmas
respectivos de ROBERT FRIPP y DAVID TORN, además de sus recurrentes inquietudes
por explorar nuevos caminos del jazz-fusión: también podrá disfrutar de unos interesantes
enfoques de la música oriental a través de un filtro psicodélico-progresivo. El
repertorio de “Ánima Fugitiva” fue registrado y producido en el estudio
bonaerense Casafrida entre setiembre y noviembre de 2011, siendo publicado por
Viajero Inmóvil en 2013.
La primera sección de la idea homónima abre el álbum en un etéreo caos
de texturas y fraseos espartanos antes de que ‘Vimanas I’ entre en acción para
desplegar el primero de varios vuelos sonoros donde los ritmos exóticos y los
contrapuntos se amalgaman en un fino equilibrio de densidad y frescura. Luego
sigue ‘Atonal Duet’: siendo el único tema del álbum que no fue compuesto por ÍSCARO,
el autor Juampy Juárez, también guitarrista, entabla justamente un breve dueto
atonal con ÍSCARO. Juárez volverá más adelante para el séptimo tema, ‘Luces En
El Cerro’, donde la idea de hacer un armado dual de desarrollos atonales es
llevado hacia una mayor expansión. Antes de esto último, Íscaro nos lleva a un
intimismo contemplativo en ‘Ferwin’, para elaborar luego un nuevo ejercicio de
delicado delirio en ‘Ánima Fugitiva II’ y desarrollar un elegante juego
psicodélico-oriental en ‘Purusha’. ‘Avatares Porteños’ contiene una de las
composiciones más entrañablemente evocativas del álbum: ÍSCARO saca buen
provecho de su solitaria guitarra para llevarnos por los senderos de la faceta
serena de la melancolía. ‘Años De Apatía’, a contrapelo de su título, no tiene
nada de apático y sí mucho de vigoroso: la sensual energía que destila la pieza
en base a su estructura rítmica se complementa ágilmente con el colorido
plasmado por el bloque sonoro, siendo así que el trombón ocupa un rol destacado
en este entramado. Esta ilación de ‘Avatares Porteños’ y ‘Años De Apatía’ es
muy efectiva a la hora de representar las variaciones de ambientes que
caracterizan al disco en general.
La tercera sección de la idea de ‘Ánima Fugitiva’ (otra vez aleatoria y
deconstructiva) es sucedida por el candor de ‘Vimanas II’, y de allí pasamos a
un ejercicio de minimalismo cósmico con ‘Revelación’. Esto último resulta
motivador como resorte del alma para proyectarse hacia los cielos más
recónditos, antes de que la aureola reflexiva y un tanto misteriosa de
‘Meconaissance’ nos lleve hacia un nuevo contacto con la tierra para observarla
con una nueva mirada. La cuarta sección de ‘Ánima Fugitiva’ es un puente al
despliegue de atmósferas grisáceas que se realiza en ‘Sonámbula’, una pieza cuya
sección inicial tiene muchas afinidades con el legado del chamber-rock en lo
que concierne al diálogo entre guitarra y trombón, aunque cuando la percusión
entra a tallar, el aspecto de fusión vanguardista vuelve a ser dominante.
‘Aparición’ crea un híbrido entre el minimalismo cósmico de ‘Revelación’ y los
sesudos recovecos atonales de ‘Luces En El Cerro’. La sección quinta de ‘Ánima
Fugitiva’, con sus casi 4 ½ minutos de duración, es la más larga, y también es
la pieza a cargo de cerrar el álbum. Su dinámica consiste en expandir los
trazos etéreos de las cuatro secciones anteriores, aprovechando el mayor
espectro temporal de que dispone para darle vueltas más contundentes al clima
inquietantemente onírico que ha venido marcando esta idea específica.
“Ánima Fugitiva” es una tremenda cita musical que DARÍO ÍSCARO nos
plantea con su visión artística forjada con los años y con nuevos horizontes
para su proyección creativa. ¡A no perderse esta cita con ÍSCARO y ANTIHÉROE
PROJECT!
Muestras de “Ánima Fugitiva”.-
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