Wednesday, January 29, 2014

KAYO DOT agita las linternas de la vanguardia progresiva estadounidense


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

La siempre activa y reactiva banda estadounidense KAYO DOT, liderada por el talentoso compositor y multi-instrumentista Toby Driver, vuelve a la carga con “Hubardo”, una ambiciosa obra que se focaliza en una síntesis de la oscura intensidad electrizante de los dos primeros discos, las exploraciones de tendencia rock-in-opposition que se pusieron en marcha desde “Blue Lambency Downward” y el legado de MAUDLIN OF THE WELL, siendo así que dicha síntesis – rotunda y apasionada – es la catapulta para generar nuevas energías para la visión musical del grupo, especialmente en lo que se refiere a sustentar su inherente fortaleza sónica con rebosantes dosis de polícromas musicalidades. Este disco fue editado para download digital y en formato de triple vinilo en abril del pasado año 2013. La formación de KAYO DOT para esta ocasión incluye, cómo no, a la figura dominante de Toby Driver [al bajo, sintetizadores, órgano, pianos acústico y eléctrico Rhodes, percusión y canto], así como a sus terratenientes de siempre Mia Matsumiya [al violín], Terran Olson [a la flauta, clarinete, saxo alto, órgano, piano y sintetizador] y Tim Byrnes [a la trompeta y corno], además del saxofonista-clarinetista Daniel Means, el guitarrista Ron Varod y el baterista Keith Abrams. 


El proyecto de “Hubardo” se basa en una historia y las letras de un viejo camarada del Sr. Driver: Jason Byron, vocalista, teclista y poeta en los primeros álbumes de MAUDLIN OF THE WELL. Este reencuentro creativo tiene sentido porque “Hubardo” fue concebido desde el punto de partida como una revisión de todo lo que ha hecho KAYO DOT desde su primer disco “Choirs Of The Eye” – heredero directo de la línea avant-metalera que motivaba la visión artística de MAUDLIN OF THE WELL – hasta la enérgica revitalización del rock-in-opposition que KAYO DOT ha planteado de forma tan particular en sus últimos trabajos (de “Coyote” en adelante). Esta exigencia musical se basa, a su vez, en la exigencia conceptual que implica el contar con una estructura narrativa y una serie de poemas de antemano, lo cual determina el enfoque de posibles expansiones y necesarias restricciones al entramado compositivo de la obra. Hablando específicamente sobre el concepto de “Hubardo”, tengamos en cuenta que esta palabra significa “linterna” en lengua enochiana, y que el hilo conductor de las letras de las canciones apunta hacia la búsqueda de una luz que nos pueda guiar al escape de un mundo oscurecido por la confusión y la insatisfacción.


Vayamos ahora al repertorio del disco, el cual se abre con ‘The Black Stone’, tema que se explaya en más de 10 ½ minutos de ambientaciones mortuorias y delirios espectrales: comenzando con una superposición de guitarreos minimalistas, nebulosas orquestaciones de cuerdas, inquietantes ornamentos percusivos y lentos cantos guturales, la armazón sónica se concretiza finalmente en un ejercicio de musicalidad exaltadamente oscura que no resulta para nada ajena a los legados de UNIVERS ZERO y PRESENT, pero que también es receptiva del doom y el death metal. ‘Crown-In-The-Muck’ sigue a continuación para llevar esta festividad tanática hacia dimensiones épicas donde la intensidad reinante se siente empapada de factores sludge. Así las cosas, el ensamble está preparado para impulsarse confiadamente hacia el fragor (engañosamente) caótico de ‘Thief’, que es una de las piezas más electrizantes que haya surgido jamás de las fuentes de KAYO DOT o MAUDLIN OF THE WELL: los continuos quiebres rítmicos y marcados contrastes de ambientes que tienen lugar a través de la ilación multi-temática son simplemente fantásticas: las intuiciones dramáticas de los integrantes del grupo saben cómo amalgamarse bien a través de la ostentosamente compleja composición que sostiene a sus intervenciones. Y como es de esperar, el canto gutural entra a tallar en ciertos pasajes signados por una aureola fatalista. Con la dupla de ‘Vision Adjustment To Another Wavelength’ y ‘Zlida Caosgi (To Water The Earth)’, temas que añaden elementos de free-jazz al esquema sonoro grupal, la exaltación se reafirma e incluso acrecienta en una maraña de tensiones emocionales y perturbaciones espirituales que se aglutinan en una desesperada búsqueda de paz al final del túnel… y esa paz habrá de llegar finalmente.

Durando casi 9 ½ minutos, ‘The First Matter (Saturn In The Guise Of Sadness)’ cierra este primer volumen con un aire reposado e introspectivo, claramente emparentado con el estándar del post-rock,y también con una importante presencia de las capas de teclado, las cuales aportan un elemento space-rockero al asunto. A pesar de que a mitad de camino, este viaje vira hacia una dimensión un tanto densa sobre un tempo de 10/8, queda claro que la paz de la contemplación reemplaza a los mil y un disfraces sónicos de la angustia que se nos revelaron en los temas precedentes. ‘The Second Operation (Lunar Water)’ nos remite a los tiempos de “Blue Lambency Downward” y el testamento de MAUDLIN OF THE WELL “Part The Second”, con sus cándidas atmósferas melancólicas sumergidas bajo una luminosidad otoñalmente etérea. De hecho, esa sensación melancólica queda pertinentemente realzada con la participación de una coral que aporta un aire místico adicional al asunto. ‘Floodgate’ nos devuelve momentáneamente a la plenitud mortuoria que había signado la mayor parte de la espiritualidad musical del primer volumen, de hecho enfatizando sus aristas más áridas. La secuencia de ‘And He Built Him A Boat’ y ‘Passing The River’ nos revela un repaso sólido y efectivo de la línea de trabajo desarrollada por Toby Driver y sus secuaces en sus dos últimos trabajos, “Stained Glass” y “Gamma Knife”, con sus vibraciones áridas y vulnerables que emanan de un bien logrado afiatamiento de estándares del post-metal y del jazz experimental. Así, la banda se encamina hacia el glorioso punto final que brindan los 14 minutos y pico de ‘The Wait Of The World’.

 

“Hubardo” es, ante todo, una oferta monumental que supone un registro de magnificencia como todo lo que ha venido haciendo KAYO DOT desde su inicio. Se nos prometió una síntesis al modo de una mirada hacia la propia historia en su camino hacia el presente y eso es justamente lo que se ha encapsulado en este triple vinilo: tal vez se trate de una obra decisiva dentro de la instancia todavía vigente donde se mueve KAYO DOT… y solo podemos esperar a que vengan próximos trabajos en el futuro para ver si se confirma esta optimista hipótesis.


Muestras de “Hubardo”.-


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