HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
El proyecto chileno TAURUS,
forjado por el talentoso compositor y músico chileno Claudio Momberg (también
director de SETI y un tercio de QUARKS) es lo que traemos ahora a colación so pretexto de la
publicación de su más reciente oferta “Opus IV:
Elevations”, por vía de Mylodon Records. Últimamente ha estado ocupado el Sr. Momberg, habiendo gestado el disco
anterior de TAURUS y formado un trío prog-electrónico llamado QUARKS en el
transcurso del año pasado, y ahora sigue dando señas constantes de creatividad
en pos de mantener andando la maquinaria de música progresiva en Sudamérica.
Podemos adelantar que este nuevo disco de TAURUS refleja, al unísono, un
trabajo sistemático bajo varias de las pautas centrales del prog sinfónico y
una retrospectiva reconstructiva de las estrategias sonoras desarrolladas en
los tres discos previos, pero mejor vayamos al repertorio mismo, ¿vale?
Ocupando los primeros
9 ½ minutos del álbum, ‘Avernuss’ comienza con un clima sigiloso donde el
estándar del sinfonismo se maneja desde un esquema Floydiano: pomposo pero contenido
por una serenidad ceremoniosa mientras el esquema rítmico y las capas de
teclado se toman su tiempo para acomodarse y asentarse, siendo así que cuando
lo hace, la cosa se pone en plan de KARMACANIC con RICK WAKEMAN. No hay
variaciones dramáticas de ritmo o ambiente, pero sí un sólido trabajo de
evolución de los motivos centrales. Luego sigue ‘Phlegra’, que está cargo de
mostrar ambientes introvertidos en clave de un romanticismo sereno, no ajeno al
estereotipo de THE ENID. Con la dupla de ‘Ceraunius’ y ‘Nepenthes’, Momberg nos
lleva por más senderos musicales: el primero de estos temas se orienta hacia
una extroversión colorida donde se da rienda suelta al reciclaje de los
dinamismos esenciales de YES y GENESIS, mientras que el segundo se basa en una
ingeniería rítmica exótica para trabajar climas etéreos y envolventes, siempre
con esa majestuosidad estilizada propia del sinfonismo. Cuando llega el momento
en que emerge ‘Tharsis’, disfrutamos de un medio tiempo muy común en varias de
las piezas más pomposas de THE ALAN PARSONS PROJECT, aunque aquí notamos un
innegable tufo Genesiano en el modo en que se arreglan las armazones
instrumentales con las cuales se articula el desarrollo del cuerpo central: los
solos de guitarrs eléctrica tienen mucho de STEVE HACKETT y el de sintetizador
está influido por el modelo de TONY BANKS, en efecto, aunque cuando llegamos al
momento del solo de órgano (demasiado breve para nuestro gusto), la cuestión se
pone muy a lo WAKEMAN. Momberg sabe darse buena mañana para hacer confluir
todos estos ingredientes en una sonoridad moderna y propia.
Durando poco menos de
4 minutos, ‘Ortygia’ nos lleva a un ensamblaje de órgano de fuelles,
orquestaciones y corales sintetizadas, concretando así una atractiva labor de
reactivación del paradigma WAKEMAN a través del modelo que el mismo TAURUS
estableció en su Opus I “Dimensions”. Tras este pasaje de vibraciones
reflexivas, llega la armazón rítmica de ‘Deuteronilus’, sostenida
exclusivamente en secuencias de percusiones diversas que ostentan su groove de
corte Latin-jazz; esta exploración sonora dura menos de 2 ¼ minutos pero sabe
dejar la marca de su sensual frenesí en la mente del oyente. Luego sigue
‘Euripus’, elaborando un contrapunto de elegancia virginal frente a la pieza
anterior: el talante manierista del piano y las orquestaciones solemnes que
surgen para arropar a éste se acoplan a la perfección al consistente compás de
7/8. El momento de ‘Zephyris’ es uno de jolgorio rockero, no muy distinto del
que disfrutamos anteriormente en ‘Ceraunius’, pero con un fragor más
pronunciado en los guitarreos. Finalmente, ‘Arsia’ nos exhibe un fastuosos
retrato de introspecciones melódicas donde confluyen lo sinfónico y el new-age,
algo muy afín a la labor general del “Opus III: Research”. Este broche del
álbum nos recuerda que el concepto global de este proyecto sigue coherentemente
afianzado en su bien definido norte musical.
Todo esto fue
“Elevations”, un decisivo manifiesto prog-sinfónico de TAURUS que funciona como
gestor de una especial revitalización para su misión artística. Gracias a
Claudio Momberg por no guardarse nada en este nuevo flujo de inspiración
musical que le sobrevino y que ha plasmado en este disco que no dudamos en
recomendar ampliamente a los prog-melómanos de todo el mundo.
¡Prog Dios! ¡Qué maravilla de reseña!
ReplyDeleteDos agradecimientos: a usted respetable Prog Maestro, por sus reseñas que nos seducen a imaginar sentir y desear adueñarnos de estas Obras Maestras. Bravo a Claudio Momberg por su creatividad y exótica ingeniería rítmica...Cuánta majestuosidad y Prog evolución...
Un Prog abrazo para ambos.
Carla Marín de Costa Rica
Bravo a Claudio Momberg, sin duda.
ReplyDeleteGracias por elogiar mis humildes reseñas con expresiones tan entusiastas.