HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy nos complacemos en
presentar a ARCABUZ, un grupo español fundado en el año 1979 con la misión de
hacer rock progresivo en base a los legados de la primera escuela británica, el
movimiento del rock andaluz y la misma tradición 70era española. A pesar del
enorme entusiasmo que le ponían al asunto Julio Francisco Álvaro [teclados],
José Luis López [bajo], Carlos López [guitarras eléctrica y acústica,
mandolina, bouzouki] y Aurelio Ortega [batería], la cosa no prosperó hasta el
punto de contar con algún apoyo fonográfico bien definido. Pero bueno, los
cuatro exsocios no tuvieron mejor idea en el año 2009 que la de retomar sus
sueños de ARCABUZ y abocarse a la grabación apropiada de su material, algo más
que la maqueta que lograron grabar en esos lejanos inicios de los 80s mientras
esperaban asegurarse algún contrato de grabación. Lo que se concreta ahora en
el 2014 se titula “Orígenes”, un título muy apropiado para significar este acto
de revancha contra los desdenes del pasado en busca de un lugar de
autoafirmación en el actual y amplio mundo fonográfico. Veamos en qué consiste
cada una de las piezas que integran el repertorio de “Orígenes”, ¿vale?
Este recorrido por la
memoria viviente de ARCABUZ empieza a lo grande con el fastuoso pasaje
introductorio de una pieza con un poderoso título: ‘Confrontaciones Dolorosas’.
El desgarro emocional aludido en el título se traduce aquí en un furioso
esplendor sinfónico que bebe tanto de las tradiciones de YES y EMERSON, LAKE
& PALMER como de las de MEZQUITA y ATILA. ‘La Setrilleira’ sigue a
continuación para llevarnos hacia un sendero de lirismo un poco más reposado,
aunque igualmente mantiene un espíritu extrovertido fácil de notar, lo cual
hace que la intensificada sección final surja con impoluta fluidez. Algunos
pasajes de teclado guardan un aire muy a lo Pete Bardens, y de hecho, hay un
groove que nos recuerda al que ostentaban varias canciones del clásico de CAMEL
“MoonMadness”. Llevando el elemento progresivo andaluz más lejos, ‘Música
Después De La Vida’ nos muestra en un primer momento un estupendo cuadro sonoro
de dinamismo exótico estilizado muy en onda con los primeros discos de CAI e
IMÁN CALIFATO INDEPENDIENTE: la ingeniería arábiga con la que se crea los
núcleos melódicos en curso se ajustan a una arquitectura refinada donde la
musculatura del rock se mantiene firme, aunque esta vez la mayor parte de ésta
se asienta sobre un compás lento, muy en línea con la languidez mística del
PINK FLOYD de la etapa 73-75. Con el largo solo de guitarra que se desarrolla
durante el pasaje lento se refleja muy cabalmente el nivel de señorío sónico
que la banda es capaz de expresar. ‘Al Final De Una Larga Espera’ nos lleva a
terrenos más afines al paradigma de CAMEL: no nos dejemos engañar por la
solemne introversión que marca el pasaje inicial, aquí encontramos poco después
una nueva dosis de la luminosidad expresiva que es tan característica del
cuarteto.
‘Geisha’ es la pieza
más extensa del álbum con sus casi 10 ½ minutos de duración. A pesar de las
imágenes de fiestas cortesanas del Extremo Oriente que evoca el título de esta
pieza, en realidad su exotismo está más inclinado hacia lo arábigo. Los jams
constitutivos del núcleo de esta pieza están bien armados, representando la
expresividad enérgica de la banda con solvencia, y además, se incluye un muy
buen solo de batería que sirve para darle un giro nuevo al asunto. Nos vamos
acercando al final del disco cuando llega la hora de que emerja ‘Raptus
Emocional’. Su vibración Cameliana, muy al estilo de ‘La Setrilleira’, es
llevada con una plenitud melódica cautivadora. Al final del camino nos topamos
con ‘Melomanía En Re (Tributo A Un Reencuentro)’, tema que encapsula más de 8 ½
minutos de gloria musical envolvente: tras un inicio sereno e introvertido, el
groove transita hacia un aura más ágil, ostentando una vez más la mágica luminosidad
de la esencia del rock sinfónico de raíces andaluzas. Una vez más, la guitarra
se luce con majestuosidad en los momentos donde se necesita realzar el enfoque
melódico del clímax. En fin, todo esto fue “Orígenes”, el testimonio de un
sueño recobrado para la gente de ARCABUZ en esta misión de hacer rock
progresivo de ayer y hoy. Esta música buscó a su público en esos inicios de los
años 80s y ahora cuenta con una orza con la cual puede enfilar sus trayectos
posibles a través de los mares que se abren en las redes de comunicación de
nuestros tiempos: es hora de prestar toda la atención debida a esta visión
musical de Julio Francisco Álvaro, José Luis López, Carlos López y Aurelio
Ortega.
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