Sunday, January 04, 2015

“Coffins On Io” o la reconstrucción del mundo de KAYO DOT


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da la ocasión de volcar nuestra atención en KAYO DOT, quienes hicieron su vuelta al ruedo en octubre del 2014 con su álbum “Coffins On Io”. Toby Driver, el fundador y cerebro nuclear de la banda, había estado componiendo material para lo que sería un nuevo proyecto grupal bajo su mando (ya cuenta con KAYO DOT, VAURA, TARTAR LAMB, etc.); a fin de cuentas, la buena recepción que tuvieron las nuevas composiciones de parte del resto del grupo, así como por el sello fonográfico The Flenser, derivó en que todas estas nuevas ideas formaran parte de un nuevo disco de KAYO DOT con la adición de más temas para completar un repertorio total de 50 minutos. La alineación que grabó “Coffins On Io” constaba del mismo Driver al bajo, el sintetizador, el piano y el canto, junto a los constantemente leales Daniel Means a los saxos alto y tenor, Ron Varod a la guitarra, Keith Abrams a la batería y Tim Byrnes a los sintetizadores. Si el disco anterior “Hubardo” supuso una monumental obra de recapitulación y síntesis de los más expresivos desarrollos estilísticos de toda la carrera de KAYO DOT hasta entonces (junto a guiños al legado inolvidable de MAUDLIN OF THE WELL), ahora tenemos en “Coffins On Io” lo que parece ser – al menos, en parte – un nuevo día en los cimientos vivientes de la visión musical del ensamble. Por ahora, el grupo está girando como cuarteto de Driver, Means, Abrams y Varod, su alineación más concisa hasta ahora. Manteniendo nexos con el jazz vanguardista contemporáneo y el chamber-rock dentro de una refrescantemente nueva modalidad de música progresiva, ahora resulta que hay una buena dosis de elementos sonoros recibidos del rock gótico, la dark wave y el tecno de los 80s dentro del desafiante y renovado paisaje sonoro que se abre ante nuestros oídos desde el principio al fin del disco que estamos reseñando ahora. Vayamos a los detalles del mismo.


Durando poco menos de 12 minutos, ‘The Mortality Of Doves’ abre el álbum con una aureola etérea que comienza bien asentada en climas electrónicos donde, a través del minimalismo imperante, late un lirismo sereno y envolvente. Antes de llegar a la frontera del cuarto minuto y medio, el ensamble elabora un clima densamente rockero donde todo se trastoca hacia una melancolía grisácea: parece prácticamente una partitura perdida de PRESENT remodelada por un combo de stoner que aspira a evolucionar hacia un ensamble de space-rock. Así las cosas, el grupo crea suficientes recursos sónicos para mantener la densidad emocional a través de las variantes de los motivos centrales y crear una atractiva atmósfera de tensión. ‘Offramp Cycle, Pattern 22’ es un ejercicio de gracilidad melódica en un contexto gótico obviamente influido por los paradigmas de COCTEAU TWINS y THE SISTERS OF MERCY, pero con una ambientación flotante que le debe mucho al PETER GABRIEL del tercer álbum y al DAVID BOWIE de la trilogía de Berlín. ‘Logtime Disturbance On The Miracle Mile’ tiene un formato menos ambicioso y menos expansivo que la canción precedente, pero es básicamente su prima hermana: reconocemos en ella el tipo de ansiedad existencialista propio del rock gótico tanto en el canto como en su atmósfera general, aunque la labor de la batería desarrolla una inteligente dinámica jazz-rockera. Una vez más, ciertos recursos heredados del chamber-rock francófono entran a tallar para sembrar musgos de expansión sonora dentro de un jardín donde los encuadres temáticos están arquitectónicamente perfilados.

 

La segunda mitad del disco se inicia con ‘Library Subterranean’, una pieza que retoma la gravedad etérea de ‘The Mortality Of Doves’ pero incorporando algunos recursos sonoros propios de la faceta más introvertida de KAYO DOT en los dos discos precedentes. Siendo como es una pieza abiertamente comprometida con la niebla de la más rotunda nocturnidad, todavía ostenta atmósferas y grooves pletóricos de genuina intensidad rockera; de hecho, a lo largo de la electrizante sección instrumental que ocupa toda la segunda mitad, la dupla rítmica de Abrams y Driver se luce exquisitamente mientras las armazones de múltiples sintetizadores recubren el sonido grupal con una fastuosidad contundente. Siendo ‘Library Subterranean’ una innegable cima dentro del repertorio de “Coffins On Io”, ‘The Assassination Of Adam’ tiene la misión complicada de sucederle. ¿Y cómo lo hace? Pues primero empieza con una visceral ritmo a lo dark wave, básico y primigenio, apelando a la motivación rockera en su manifestación más ruda, pero en el desarrollo temático se complejizan las cosas hacia una forma de híbrido entre post-metal y rock deconstructivo contemporáneo al estilo “patentado” por MAUDLIN IN THE WELL. Fuego después de la bruma, y después de aquel fuego emerge ‘Spirit Photography’ para cerrar el álbum: el ambiente general de este broche de oro se centra en climas introspectivos y complejas cadencias rítmicas en clave lenta, con un cierto componente de TORTOISE y otro de KING CRIMSON en algunos ornamentos que entran a tallar mientras el motivo central se asienta una y otra vez.


Todo esto fue “Coffins On Io”, un disco muy interesante para las perspectivas futuras del art-rock de nuestros tiempos, y definitivamente, un impulso revelador para lo que los KAYO DOT tendrán a bien hacer de ahora en adelante en su imparablemente evolutiva visión musical. Como manifiesto de novedad surgida del interior de una voz veterana, es menos chocante que sorprendente, sin por ello dejar de mantener la peculiar intensidad de siempre. 


Muestras de “Coffins On Io”.-


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