HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy se da la ocasión
de presentar al maestro británico MARK WINGFIELD, guitarrista de gran
trayectoria dentro del jazz experimental, so pretexto de su álbum “Proof Of
Light”. Le acompañan en esta aventura el contrabajista Yaron Stavi y el
baterista Asaf Sirkis, compañeros idóneos para plasmar los diversos coloridos y
recursos de energía musical que WINGFIELD tenía en mente a la hora de componer
el repertorio. Como Stavi y Sirkis cuentan con sus propios proyectos musicales
(ASAF SIRKIS TRIO, THE INNER NOISE, LIGHTHOUSE TRIO, etc.), WINGFIELD se siente
complacido de brindarles amplios espacios de expresión dentro de este
repertorio que conforma “Proof Of Light”. Desde fines de los 90s, WINGFIELD se
ha labrado un nombre como voz peculiar dentro del jazz-rock de avanzada, World
Music y música académica contemporánea. Con un pasado que le vincula a grupos
de jazz vanguardista como SMQ y SCAPETRACE, WINGFIELD ya es, ante todo, una
figura netamente individual dentro de su área: veamos cómo se traduce su genio
creativo a lo largo del repertorio de “Proof Of Light”.
Durando poco más de 6
minutos y desarrollándose sobre compases alternados de 7/8 y 4/4, el primer
tema ‘Mars Saffron’ muestra un ejercicio de vitalismo contenido donde la
sobriedad marca la pauta en la expresividad del trío. El extenso rol
protagónico de la guitarra sintetizada nos remite a un híbrido de HOLDSWORTH y
METHENY. Acto seguido viene ‘Restless Mountains’, que a pesar de las alusiones
de su título contiene una espiritualidad serena y un talante contemplativo, y
más adelante, ‘A Conversation We Had’ hace lo propio con un aura etérea que
realza irremediable el factor sereno. En medio de estas dos piezas se sitúa
‘The Way To Etretat’, pieza de carácter ensoñador donde la dulzura inherente al
cuerpo temático se afianza rotundamente por medio de la ingeniosa fruición que
se da en los diálogos continuos entre los tres instrumentistas. Sirkis brilla
de una forma particular aquí con un solo que realza pertinentemente al momento
climático para sustentar su expansiva luminosidad. ‘A Thousand Faces’ vira
desde la serenidad contemplativa de algunas piezas precedentes hacia las mismas
estepas de la introversión, elaborando así un paisaje sonoro lo suficientemente
sutil como para permitir al contrabajo hacerse cargo de buena parte de sus
coloridos centrales. Claro está, no falta la vibración imponente de la guitarra
de WINGFIELD, pero en este contexto debe hacer que su paleta solo use tonos
grisáceos.
La segunda mitad del
álbum se abre con ‘Voltaic’, la pieza más extensa del álbum con sus poco menos
de 8 ½ minutos de duración. Su propuesta
sónica es tremendamente ambiciosa, pues comienza con un despliegue de explosiva
extroversión como hasta ahora no se había dado en el repertorio (al modo de un
híbrido entre MAHAVISHNU ORCHESTRA y JIMI HENDRIX), para luego derivar hacia un
neurótico arrebato deconstructivo de base free-jazz, aportando tintes cósmicos
al asunto. La tercera sección sustenta un groove cálido y misterioso al estilo
del modelo primigenio de WEATHER REPORT finiquita las cosas mientras los ecos
de caso controlado de la segunda sección siguen vigentes como una tormenta
dispuesta a retornar para anunciar el clímax conclusivo, el mismo que se basa
en un breve reprise del primer motivo. Con ‘Summer Night’s Story’, el ensamble
preserva la aureola de la extroversión bizarra de la pieza anterior y la
esquematiza dentro de un plan de trabajo centrado en estándares
jazz-progresivos – notamos coincidencias con I KNOW YOU WELL MISS CLARA y los
primeros álbumes de THE WRONG OBJECT. ‘Koromo’s Tale’, por el contrario, se
proyecta hacia una engañosa languidez que parece esconder ladinamente la
energía electrizante de una amenaza latente envuelta en misterio: un poco como
si se tratara de UPPER EXTREMITIES haciendo un estudio de caso con una
partitura perdida de WEATHER REPORT. En fin, la pieza homónima cierra el álbum
con una soltura colorida muy agradable, la misma que se matiza en varios
pasajes intermedios con la elaboración de texturas sutiles y sencillas. El
groove general de la pieza nos vuelve a remontar a las remembranzas de las
épocas más rutilantes de la MAHAVIHNU ORCHESTRA.
Todo esto fue “Proof
Of Light”, una prueba de que la luz que emana de la música jazz-rockera de nuestros
tiempos todavía goza de fuerza infinita, imposible de consumirse: MARK
WINGFIELD demuestra la valía de su buena reputación en este disco muy
recomendable.
Muestras de “Proof Of Light”.-
Voltaic: http://markwingfield-moonjune.bandcamp.com/track/mars-saffron
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