Monday, August 24, 2015

HOOFFOOT: estrella ascendente de la nueva avanzada progresiva sueca


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da la ocasión de presentar a HOOFFOOT, ensamble jazz-progresivo sueco que en febrero pasado ha publicado su disco homónimo de debut a través del sello Paura Di Niente, con distribución de Kommun 2. La edición es en formato de vinilo. Este sexteto asentado en la localidad de Malmö y conformado por Pär Hallgren [bajo], Jacob Hamilton [batería y percusión], Joakim Jönsson [guitarra], Mikael Ödesjö [guitarra], Bengt Wahlgren [piano eléctrico, sintetizador y órgano Hammond] y Ola Eriksson [sintetizador y órgano Hammond], se precia de ser una fuerza musical que rompe las barreras de las etiquetas mientras juega algunas de sus reglas en un eclecticismo vitalista y fulgurante. En efecto, su arquitectura sónica fusiona jazz, el rock y psicodelia en una ingeniería progresiva muy modernista... modernista a pesar de sus evidentes deudas con diversas figuras grandes de la vanguardia rockera de los 70’s. Tal como señalan orgullosamente en su página web y en su perfil de Facebook, “¡hay que conformarse solamente con la no-conformidad!”. En el disco, los HOOFFOOT se hacen acompañar por dos invitados: Gustaf Sörnmo a la trompeta e Ida Hollgrem al saxofón barítono.


El primer tema del álbum dura 18 ½ minutos y se titula ‘Last Flight Of The Ratite’. Tras una breve fanfarria que nos remite brevemente a esos momentos de efervescente vanguardia jazz-rockera de fines de los 60’s, llega un primer motivo central reminiscente del ZAPPA de la época 69-72. Mientras una guitarra dibuja grooves jazzeros y la otra delinea efectos cósmicos, la trompeta se complace en dibujar elegantes solos mientras en una matriz subterránea, los fraseos del piano eléctrico fluyen cuales caudales fluviales primigenios. Cuando las cosas se vuelven más musculares, llega el turno para que las guitarras ocupen el rol protagónico y marquen la evolución temática del momento. Poco antes de llegar a la frontera del séptimo minuto y medio, las cosas viran hacia el terreno del Canterbury space-rock, al modo de una sincronía entre los paradigmas de GONG y KAHN; se trata básicamente de un interludio, pero su poder es tal que la retoma del groove inicial empieza a sonar más robusto a causa de su impacto, lo cual se concretiza especialmente en los espectaculares solos de órgano y de guitarra que se suceden a partir de la barrera del minuto 10. Finalmente, el grupo se retrotrae a un dinamismo sutil y etéreo bien sostenido por un loop continuo de piano eléctrico – un poco a lo MAGMA – antes de que el reprise de la fanfarria inicial, en una versión remodelada, signe la conclusión de la pieza. La otra mitad del álbum está ocupada por ‘Take Five… Seeven, Six, Eight And Nine’, tema que dura 16 minutos. Sus aires iniciales nos remiten perfectamente a las líneas de trabajo del Canterbury (GILGAMESH, NUCLEUS, tal vez algo del SOFT MACHINE post-Wyatt). Apelando a una fluidez impecable y un nervio meticuloso, la banda va enriqueciendo gradualmente la paleta sonora con elementos fusionescos que generan un colorido formidable. En la frontera del noveno minuto y medio, el grupo vira hacia un frenético interludio marcado por una ingeniería neurótica, la misma que nos hace recordar al GONG de la etapa del “Camembert Electrique” pero con una aureola de extravagante exquisitez que nos remite a los modelos de SUN RA y ORNETTE COLEMAN. Con este travieso interludio se abren las puertas para que se sucedan otros breves pasajes variados en clave de psicodelia progresiva y free-form antes de que se retomen los aires Canterburyanos iniciales. Dada la atrapante calidez del motivo retomado, da hasta pena darnos cuenta de que falta poco para que termine esta pieza, y con ella, el álbum.

  

Bueno, pues qué otra conclusión podemos elaborar para la presente reseña aparte de que el nombre del grupo HOOFFOOT y el de éste, su disco homónimo, conforman ítems obligatorios en la lista de las más agradables sorpresas progresivas del año 2015. Sin duda, se trata de toda una revelación.


Muestra de “Hooffoot”.-

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