HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
ÁNGEL
ONTALVA, uno de los más heroicos y prolíficos creadores musicales de la vanguardia
española del nuevo milenio sigue haciéndose presente como solista en el ruedo
fonográfico, y esta vez lo hace con “Tierra Quemada”. Este disco, publicado por
vía de OctoberXart y bajo la producción ejecutiva de Francisco Macías a fines
de junio pasado, contiene un catálogo registrado en varias sesiones realizadas
entre este mismo año y el anterior. ONTALVA, quien se hace cargo de las
guitarras y algunas pistas de bajo, ocasionalmente, se hace acompañar por sus habituales
compañeros de OCTOBER EQUUS Amanda Pazos [bajo], Víctor Rodríguez [teclados y
melódica], Vasco Trilla [batería y percusión y Luis Rocha [clarinetes], además
de Marc Egea [hurdy gurdy y duduk] y Pablo Ortega [cello]. Las soberbias ilustraciones, obra del propio ONTALVA, completan las credenciales estéticas de “Tierra Quemada”. Adelantamos que esta
obra ostenta un magnífico colorido dentro de un esquema versátil que para nada
pierde el foco, pero bueno, es más productivo entrar a los detalles del mismo
antes de seguir expresando algunos de los innumerables elogios que, en nuestra
humilde opinión, merece este disco.
‘Tarlaya Ektim Sogan’ abre el álbum con masivos
aromas del Oriente Próximo, y de hecho, eso tiene mucho sentido en referencia
al título turco de la pieza en cuestión. Los saxos y las orquestaciones de
teclado comparten el protagonismo con la guitarra de Ontalva (por no decir que
se lo roban). Tras este celebratorio y exótico tema de apertura llega ‘No
Return’, una pieza que nos brinda casi 7 ¼ minutos de exploraciones jazz-progresivas
cercanas por igual a los modelos de KING CRIMSON y de MAHAVISHNU ORCHESTRA (en
cuanto a la faceta densa de estos últimos), lo cual pone al ensamble en cierta consonancia
con lo que hacen grupos como DOUBT y MORAINE. Su personalidad está marcada por
una seriedad que a veces se siente distante, o no precisamente distante, sino
más bien majestuoso, abandonando la lógica del juego y asumiendo un rol
emperador en su bien definida musicalidad; es por ello que la presencia de la
guitarra tiene un porte más aguerrido y el esquema rítmico crea un swing más
ceremonioso. Volviendo de lleno al terreno de la fusión contemporánea y
ahondando en las potencialidades de expresividad extrovertida de los mismos, la
pieza homónima impone su autoridad festiva de manera inapelablemente llamativa.
El momento protagónico del saxo soprano es particularmente notable, y de hecho, podemos afirmar que en piezas como ésta, ONTALVA reaviva la línea de trabajo plasmada en su primer ítem solista “Mundo Flotante” (de fines del 2012). Con la secuencia de estas
tres primeras piezas tenemos ya motivos de sobra para sentirnos agradecidos por
tener nuestros espíritus generosamente estimulados por obra y gracias de estos geniales
vuelos musicales… ¡pero aún queda mucho más por disfrutar! Etéreo y fantasmal,
aunque también relajante de algún modo parecido a la aureola propia de la
reflexividad del yo sobre lo trascendente, ‘Ugetsu’ varía de registro y nos
lleva por parajes de serenidad en base a atmósferas cálidamente introspectivas
que están obviamente inspiradas en el Lejano Oriente. ‘El Telele’, por su
parte, nos muestra una aventura jazz-prog-psicodélica que nos puede muy bien
hacer recordar a las aventuras solistas de un TREY GUNN o, hasta cierto punto,
a FORGAS BAND PHENOMENA. Es como si la extroversión sistemáticamente
desarrollada en las tres primeras piezas adoptara un filo renovado.
‘Comanche’ es un recordatorio del punto de origen
de la visión musical que ONTALVA ha venido desarrollando desde los inicios de
OCTOBER EQUUS. Oscuro y evocativo a la vez, ambas cualidades se congregan
armoniosamente sobre la base del esquema de musculatura dosificada que se
explaya en el arreglo instrumental global. Nos vamos acercando al final del
álbum cuando nos topamos con ‘Bicycles Were Quite Popular In The Forbidden
City’. El lirismo de esta no muy larga pieza – dura menos de 3 minutos –
recupera algo de la serenidad contemplativa que antes apreciamos en ‘Ugetsu’,
pero aquí hallamos una armazón instrumental más explícitamente colorida,
llenando más espacios, atreviéndose a llevar el factor exuberante hacia nuevas
fronteras de sensualidad sónica. Los últimos 9 minutos de este repertorio están
ocupados por ‘Cobra Trap’, tema abiertamente focalizado en el discurso de la
vanguardia jazzera, no siendo ajeno a la recepción de ciertos matices propios
del discurso de la psicodelia progresiva y de la vieja tradición del Canterbury
mientras se va expandiendo a lo largo del ambicioso espacio que se ha trazado. Las dosis de cromatismo sonoro son medidas dentro del esquema de ‘Cobra Trap’, pero esto está en las antípodas de lo lánguido; muy por el contrario, se despliega una intensidad atrapante gestada por la comunión de los partícipes. Termina a lo grande “Tierra Quemada”, sin duda alguna, pero es que el disco es
grandioso en sus incesantes despliegues de ingenio ecléctico y policromía
musical. ÁNGEL ONTALVA y la pléyade de sus socios de turno se han lucido
enormemente en este disco que solo nos limitaremos a recomendar a los
coleccionistas progresivos en un 200%.
Muestras de “Tierra Quemada”.-
Tarlaya Ektim Sogan: https://octoberxart.bandcamp.com/track/tarlaya-ektim-sogan
Tierra
Quemada: https://octoberxart.bandcamp.com/track/tierra-quemada
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