HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Buenas
nuevas para los amantes y coleccionistas de música jazz-progresiva: el trío
danés ELEPHANT9 y el músico sueco REINE FISKE vuelven a unir fuerzas con
“Silver Mountain”, 3 años después de su primera empresa conjunta “Atlantis”.
Por vía del sello Rune Grammofon, este ensamble ha publicado este nuevo trabajo
en formato de CD y de vinilo doble (incluyendo una edición muy limitada de
vinilo blanco) a fines de agosto pasado, y la verdad es que se trata de una
obra contundente y fascinante. La instrumentación está repartida como sigue: Ståle Storløkken a los pianos eléctrico Fender Rhodes y
de cola, órgano Hammond y sintetizador Mini-Moog; Nicolai Hængsle Eilertsen al
bajo eléctrico, guitarras acústicas de 12 cuerdas y percusión; Torstein Lofthus
a la batería y percusión; Reine Fiske a las guitarras eléctrica y clásica.
Veamos cómo se traduce toda esta logística en maravilla sónica químicamente
pura a lo largo y ancho del repertorio de “Silver Mountain”.
Durando
poco menos de 14 ½ minutos, ‘Occidentali’ inicia el repertorio con abundantes
muestras del fuego creativo generado por las creativas interacciones de los
cuatro músicos. Primero tenemos una sección movida por cadencias místicas al
estilo de los legados de SUN RA, del HERBIE HANCOCK de inicios de los 70’s y
del WEATHER REPORT pre-1974, siendo así que el matrimonio de piano eléctrico y
batería crea un groove magníficamente sensual, un aspecto terrenal para la mística
reinante. Luego sigue un pasaje marcado por un filo psicodélico muy agresivo:
es breve pero fundamental para crear oportunos recursos de intensidad
expresiva. Así las cosas, un etéreo interludio de tenor espacial entra a tallar
para cimentar el camino de emergencia para un nuevo motif psicodélico en 5/4 en
el que el grupo coquetea abiertamente con la tradición del space-rock. Si ‘Occidentali’
puso la cuota de magia polícroma a la hora de poner en marcha las cosas, ‘You
Are The Sunshine Of My Life’ (título con no precisamente velada alusión al
genio de STEVIE WONDER) se propone establecer el predominio de los recursos de densidad
misteriosa. Aunque los ecos de la influencia de SUN RA y HANCOCK siguen
presentes, esta vez se da un dinamismo más etéreo dentro del bloque
instrumental integral, lo cual hace que el crescendo desde el que se arma el
desarrollo temático se sienta como el anuncio de una inminente irrupción de una
luminosidad indescifrable e impenetrable. Para cuando nos vamos acercando al final,
ciertamente se respira un aire de expectativa muy fuerte en el ambiente. Varios
efectos de sintetizador y el groove constante de la dupla rítmica nos remiten,
en buena parte, al paradigma de TORTOISE. Siendo la pieza menos extensa del
álbum, pues “solo” dura 9 ¼ minutos, ‘Abhartach’ está a cargo de remodelar la
energía vitalista del grupo y llevarlo hacia refrescantes dimensiones de
extroversión. En sus pasajes iniciales parece que volvemos al terreno de ‘Occidentali’,
pero una vez instalado el cuerpo central de esta pieza queda claro que es la
hora de la primera manifestación fehacientemente de la faceta explosiva del
ensamble. El exultante solo del órgano Hammond es simplemente fenomenal, y lo
mismo vale para la inteligencia arquitectónica que derrocha la incombustible
armazón de síncopas que gesta Lofthus. Poco antes de llegar a la frontera del
sexto minuto y medio se gesta un pandemonio sónico donde los ominosos fantasmas
del free-jazz se apoderan del núcleo temático y lo convierten en una exquisita pesadilla
que tiene algo de tétrica y mucho de surrealista. ¡Por Dios, qué fabuloso cénit
para el repertorio de este disco!
Pero
todavía queda mucho más, bueno, solo dos temas, pero es que no hay razón para
volvernos nostálgicos a estas alturas del partido porque cada uno de ellos
rebasa la barrera de los 20 minutos. ‘Kungsten’ comienza con una sección que
recibe algo del impacto de los juegos de intensas síncopas y climas amenazantes
de la pieza anterior, aunque todavía con una aureola de misterio que atenúa
relativamente las obvias muestras de filudo vigor. La segunda sección establece
una vitalidad más refinada, un poco como si se tratara de la gente del WEATHER
REPORT de la época del “I Sing The Body Electric” tratando de gestar una mezcla
con KING CRIMSON. En algún momento tras la barrera del 13er minuto,
el fuego se corta y llega el imperio del aire con un relajante y lánguido
pasaje liderado por acordes espartanos de guitarra de 12 cuerdas y capas de
mellotrón: ahora sí la guitarra se siente muy Frippiana, pero por el lado
introspectivo. Para la coda, el ensamble retoma el primer motif mientras
conserva algo de las vibraciones etéreas de la sección que se dejó atrás. ‘The
Above Ground Sound’ es, por otra parte, un motivo para que el cuarteto explore
las inquietudes más abstractas y disonantes de su sinergia. El groove inicial,
muy centrado en la faceta tribal de la tradición vanguardista jazzera mientras
tiende puentes con el krautrock de raigambre fusionesca, establece un régimen
de jovialidad neurótica que sabe crear una grisácea aureola juguetona en torno
a sí; de hecho, el vigor matemático con que la batería traza el sendero para
los demás instrumentos parece prácticamente sobrehumano. El mecanismo avanza
incesante en un crescendo que llega a adquirir cierta cualidad amenazante, pero
un abrupto quiebre antes de llegar a la barrera del sexto minuto reubica las
cosas en un plano de free-jazz con vibraciones psicodélicas. Otro inesperado
pero eficaz viraje al acid-folk – marcado por evocadores torrentes de guitarras
acústicas que se agitan cuales leves perturbaciones de un lago en un cándido
paisaje primaveral – permite a la banda darle un giro etéreo a la ilación
multi-temática. A pesar de la calma momentáneamente reinante, la tensa
expresividad no desaparece sino que se remodela a la espera de otra variante, la
cual emerge finalmente al modo de una nueva exploración en las aguas del
free-jazz, esta vez con un aura cósmica que nos recuerda al aspecto
deconstructivo de AGITATION FREE y DZYAN. Todo esto se trata en realidad de un doble
puente hacia el último motif, el cual está llevado sobre un groove sereno que
refleja el apaciguamiento emocional tras tantos momentos de intensidad renovada
e impredecible.
El
balance final que planteamos para “Silver Mountain” es que se trata de una obra
jazz-progresiva fabulosa, intensa en su sabiamente gestionado eclecticismo y
exquisita en su incesante exhibición de inteligencia musical. La verdad que
esta asociación noruego-sueca de ELEPHANT9 y REINE FISKE nunca puede
equivocarse, siempre hace cosas grandiosas para los bienes mayores de la
vanguardia escandinava y de la escena progresiva mundial contemporánea. Con una
hora y cuarto de tan altos niveles de grandeza musical… ¡“Silver Mountain”
tiene que ser un disco recomendado al 200%!
Muestras
de “Silver Mountain”.-
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