Sunday, January 10, 2016

LA CURVA DI LESMO: curva de sabiduría progresiva


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos a LA CURVA DI LESMO, un nuevo proyecto progresivo italiano surgido en el seno de la prolífica escena progresiva genovesa, un proyecto donde participa Fabio Zuffanti, el hombre de las mil facetas y de las mil bandas. En este caso, se trata de un ensamble armado bajo el liderazgo dual del mencionado Zuffanti (al bajo y los efectos) y Stefano Agnini, uno de los teclistas de LA COSCIENZA DI ZENO. Creando una línea de trabajo que combina fluidamente el sinfonismo retro con expresiones modernas de la avanzada progresiva de las dos últimas décadas, la dupla de Zuffanti y Agnini se hace acompañar de una miríada de amigos/as y colegas del medio a la hora de concretar el repertorio de este disco homónimo publicado a mediados de octubre pasado. De hecho, la larga lista de figuras invitadas incluye al otro teclista, al bajista, al baterista y al violinista de LA COSCIENZA DI ZENO (Luca Scherani, Gabriele Guidi Colombi, Andrea Orlando y Domenico Ingenito, respectivamente), al bajista de IL TEMPIO DELLE CLESSIDRE que esta vez aporta intervenciones a la guitarra clásica, al inolvidable Boris Valle de FINISTERRE, al flautista de ERIS PULVIA Flavio Romano, a la bella Beatrice Antolini destacando su canto en la primera canción, y al maestro del canto experimental Claudio Milano que se luce como siempre en su peculiar visión artística donde música y teatro se convierten en “una sola cosa”. Agnini escogió el nombre de este proyecto a partir de la primera historieta creada por el maestro del cómic italiano Guido Crepax en torno al personaje de ciencia-ficción Valentina, allá por el año 1965: este personaje surgió inicialmente como prometida de Neutrón y pronto cobró protagonismo propio, asumiendo un rol muy proactivo además de una fuerte carga erótica en medio de un ambiente que oscila entre los futurista y lo surrealista. Nótese que el Sr. Crepax también fue el autor de la portada del primer disco del grupo GARYBALDI “Nuda”.


Bueno, vayamos ahora a los detalles del repertorio de “La Curva Di Lesmo”. A grandes rasgos, los dueños de este proyecto lo describen como una cruza entre la vieja tradición nacional de los 70’s (con especial énfasis en los legados de IL BALLETTO DI BRONZO, CERVELLO, OPUS AVANTRA y SEMIRAMIS), la línea de cantautor (FABRIZIO D’ANDRÉ) y la avanzada electrónica vintage (citando a bandas olvidadas como SIGNORI DELA GALLASSIA y AUTOMAT): definitivamente, ambos “directores de orquesta” dan rienda suelta a la línea de trabajo retro-progresiva que ya han desarrollado en sus propios grupos aparte. Durando poco menos de 8 ½ minutos, ‘La Posa Dei Morti’ pone en marcha las cosas ostentando inicialmente una languidez reflexiva convenientemente arropada bajo una fastuosidad lírica de la mano de las capas de teclado (mellotrón y órgano); el canto de Beatrice Antolini sirve para reforzar el aura reflexiva del momento. A poco de superada la barrera del segundo minuto y medio, el asunto vira hacia un filudo motif en 5/4 donde no solo sale a relucir una precisa polenta rockera sino también una cierta aureola amenazante. Este interludio no es muy extenso que digamos, pero al haber dejado una huella, el momentáneo regreso al pasaje inicial ya instala la expectativa ante variaciones ulteriores, y de hecho, la ilación de los dos siguientes motivos instrumentales desarrolla un perfil sinfónico ameno y agradable, un poco al modo de una cruza entre PREMIATA FORNERIA MARCONI y CAMEL pero con un talante moderno que ya conocemos en el paradigma de LA MASCHERA DI CERA y los primeros álbumes de FINISTERRE. La suave coda con tarareo y piano eléctrico abre la puerta al arribo de ‘L’Isola Delle Lacrime’, pieza que se extiende por un espacio de 17 ¼ minutos. Su espiritualidad general es ceremoniosa, apoyada en climas grisáceos cuyos recursos centrales están a cargo de los colchones de los sintetizadores y los sobriamente aguerridos riffs de guitarra: en los primeros minutos, se siente un aire de gracilidad electrónica al modo de un krautrock “contaminado” con estilizaciones propias del modelo sinfónico. Para cuando llegamos a la frontera del octavo minuto, nosotros ya hemos disfrutado de una sección marcada por un groove ameno y llamativo y otra signada por un romanticismo cálido, siempre contando con la teatralizada dupla vocal de Jenny Sorrenti y Max Manfredi, con aportes adicionales de Claudio Roncone. Las siguientes secciones de esta suite transitan desde el sinfonismo estandarizado hasta el folk-rock de raíces renacentistas (algo así como un paseo por aromas de la tradición progresiva mediterránea bajo la guía del paradigma Genesiano), aterrizando finalmente sobre un reprise del primer motivo que, al preservar la presencia de las flautas que asumieron un rol importante en la sección de cariz renacentista, resulta enriquecido.

En fin, ‘Ho Rischiato Di Vivere’ es la suite más larga del álbum: durando poco menos de 26 ½ minutos, cierra el disco con un esplendor fastuoso y ambicioso. Las cinco secciones de que consta esta suite se titulan ‘Ho Rischiato Di Vivere - Parte Prima’, ‘ Ritratto Di Donna In Nero’, ‘Memoriale’, ‘Gargoyle’ y ‘Ho Rischiato Di Vivere - Parte Seconda’. Para la ocasión, Claudio Milano (sí, el mismo de NICHELODEON y otros proyectos avant-progresivos radicales) se luce como invitado estrella al canto. Con un ritmo marcial de la batería empieza a instalarse el primer motivo, el mismo que guarda enormes aires de familia con precedentes propuestas de música progresiva de tendencia tenebrista (GOBLIN, MORTE MACABRE, DEVIL DOLL), además del proyecto L’OMBRA DELLA SERA (donde también estuvo involucrado Zuffanti, mira por dónde). El siguiente pasaje alterna momentos de ágil luminosidad con otros en los que se perpetúa el tenebrismo antes mencionado, lo cual repercute eficazmente en que se enfatice la teatralidad: una sonata sobriamente fúnebre de piano y unas flotantes capas de sintetizador acompañan a una recitación seguida de un canto sutilmente torturado. En una tercera instancia nos preparamos para recibir un despliegue de musicalidades aguerridas que se emparentan apropiadamente con los pasajes más robustos de la suite precedente. Los ornamentos provistos por los violines ayudan mucho a recordar el parentesco con el paradigma de los legendarios DEVIL DOLL, y lo mismo sucede con el pasaje inmediatamente posterior, el cual comienza con una base de guitarra acústica para luego ir ascendiendo en un crescendo rockero sumamente imponente en su crepuscular densidad emocional. Aquel ritmo marcial del inicio reaparece brevemente para inaugurar la pauta de los siguientes motivos, los cuales despliegan climas de juguetona neurosis sobre esquemas rítmicos viscerales que son manejados con típica exquisitez progresiva: esto nos recuerda una vez más al modelo de LA MASCHERA DI CERA, y cómo no, también a ciertas estrategias creativas que hemos hallado antes en discos de HÖSTSONATEN, LA COSCIENZA DI ZENO, LE PORTE NON APERTE y NOT A GOOD SIGN. Los últimos minutos de la suite se desarrollan sobre un compás lento que irradia una abrumadora nostalgia, no totalmente exenta de las vibraciones claroscuras y tenebristas que tuvieron un peso tan significativo en las primeras secciones: el llenado contundente de los teclados y el peso de las bases armónicas de la guitarra proporcionan un oportuno despliegue de majestuosa emotividad.


Nos ha gustado mucho lo producido por esta nueva iniciativa italiana: LA CURVA DI LESMO y “la Curva Di Lesmo” son nombres a tener muy en cuenta en el catálogo de una buena fonoteca progresiva actualizada pues su propuesta es manifestación de una curva de sabiduría musical.


Muestra de “La Curva Di Lesmo”.-

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