Saturday, March 05, 2016

Los primeros sueños cristalinos de SHADOW GALLERY


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

SHADOW GALLERY es el nombre de una de las bandas norteamericanas más celebradas dentro del ayer y el hoy del escenario prog-metalero a nivel mundial. Sus inicios se remontan a inicios de los 80s, en el estado de Pennsylvania, bajo el nombre de SORCERER, enfocándose en hacer versiones de clásicos del heavy metal y el prog: por aquel entonces, el grupo estaba conformado por Mike Baker, Carl Cadden-James, Ron Evans y John Coonie. Fue a mediados fines de los 80s que el grupo comenzó a forjar su camino de madurez estilística, mientras Evans salía el grupo y entraban en escena los guitarristas Brendt Allman y Chris Ingles; en una situación que resultó crucial, este último pronto pasó al rol de teclista, aprovechando además que estaba estudiando piano en el ámbito académico. Con el inicio de la década de los 90s, el grupo pasó a llamarse SHADOW GALLERY y asumió la decisión de combinar las influencias de las entonces novedosas propuestas de DREAM THEATER y FATES WARNING con los legados prog-sinfónicos de unos YES, GENESIS, KANSAS y EMERSON, LAKE & PALMER, más los vigorosos paradigmas de RUSH, IRON MAIDEN y JUDAS PRIEST. En lo referente al departamento vocal, QUEEN, QUEENSRŸCHE y YES son las influencias más patentes. A inicios de 1991, el grupo grabó una maqueta con 8 canciones, y esa maqueta llamó la atención de la gente del entonces nuevo sello Magna Carta: con prontitud y decisión, los jefes de dicho sello propusieron un contrato de grabación, siendo el primer paso el de publicar 7 de esas 8 canciones en un disco homónimo, el mismo que se hizo realidad en abril de 1992. La alineación de SHADOW GALLERY consistía entonces en Mike Baker [voz y coros], Carl Cadden-James [bajos con y sin trastes, flauta y coros], Brendt Allman [guitarras eléctricas y acústicas, y coros], Chris Ingles [piano y sintetizadores] y Ben Timely [batería y percusión]. Ben Timely no era una persona real, sino el bromista apodo que le puso el grupo a la caja de ritmos Alesis HR-16, la cual fue utilizada para la maqueta mencionada anteriormente. Como la gente de Magna Carta decidió publicar la maqueta misma, el baterista real del grupo John Croonie quedó relegado a mero percusionista adicional en algunas secciones del material publicado en “Shadow Gallery”: esto le incomodó mucho, lo suficiente como para que decidiera irse del grupo. Yendo a algo más agradable, la imagen central de la portada es muy ilustrativa: Ícaro está listo para despegar de noche, y eso puede muy bien simbolizar a este momento que vive SHADOW GALLERY, el momento del despegue de su propuesta musical en medio de una noche incierta sin saber qué le traerá el nuevo día que llegará en unas cuantas horas.  


Pasamos ahora directamente a la apreciación del repertorio de “Shadow Gallery”, y nos complacemos instantáneamente con ese magnífico despliegue de barroquismos y esquemas románticos que marcan la esencia dominante de ‘The Dance Of Fools’, hermosa pieza de entrada que se inserta más profundamente en los estándares del viejo sinfonismo británico que en el modelo prog-metalero propiamente dicho. Los arreglos de teclados ocupan un intenso protagonismo en la arquitectura instrumental global, aunque sin cerrar espacios para el lucimiento de robustos riffs y solos de guitarra: YES, EMERSON, LAKE & PALMER y KANSAS son los referentes nucleares. Luego sigue la dupla de ‘Darktown’ y ‘Mystified’, diseñada para aumentar el rol del factor prog-metalero dentro de los encuadres instrumentales en curso, y también para impulsar desarrollos temáticos más multicoloridos. ‘Darktown’ comienza con oscuros ornamentos de teclado que parecen apuntar a envolventes atmósferas góticas, pero en realidad se trata de un solemne ritual de iniciación a un furioso viaje metálico: en el centro de esta introducción instrumental vemos que es posible hacer convivir los guitarreos del estilo de FATES WARNING con saltarines efluvios de flauta a lo JETHRO TULL. El primer pasaje cantado se instaura sobre un compás lento muy a lo GENESIS, el cual sirve idóneamente para que el grupo coquetee igualmente con el sinfonismo clásico y con el neo-prog; el canto de Baker es evocativo y elegante, y así se mantiene en los momentos más frenéticos, los mismos que sirven para que el grupo exorcice su devoción por la aparatosa frescura del modelo prog-metalero. Tras aprovechar bien la expansión temática, la cual incluye un gran duelo entre Allman e Ingles, el grupo vuelve a la sección lenta para el fade-out instrumental. ‘Mystified’, por su parte, establece una modalidad sonora bien enraizada en el hard rock clásico (a medio camino entre DEEP PURPLE y DIO) y el paradigma del primer QUEENSRŸCHE: esto tiene lugar dentro de un desarrollo temático suntuosamente instalado sobre un compás lento y envuelto en un ejercicio de elegante autoconstricción en las labores de las guitarras y los teclados.


‘Questions At Hand’ comienza en plan genuinamente metálico, creando riffs y esquemas rítmicos fieros bajo la inspiración de los modelos de DREAM THEATER y METALLICA. El gancho del primer núcleo melódico ingeniado para esta canción se impone sin atenuantes, mas luego vira hacia unas vibraciones más reflexivas cuando unos interludios más reposados entran a tallar con la finalidad de organizar recursos de variedad temática. Tras volver a las iniciales atmósferas fieras para el pasaje final, el tic-tac de un reloj de salón abre la puerta a la emergencia de ‘The Final Hour’. Siendo ésta la canción más breve del álbum con sus poco más de 5 minutos de duración, comienza como una balada serena y luego instaura su motif central bajo las pautas del metal neo-clásico con las estilizaciones pomposas propias del prog-metal. Con ‘Say Goodbye To The Morning’, la banda regresa plenamente al predominio del aspecto sinfónico: hay un pasaje iniciado por la tríada de piano-guitarra acústica- flauta que porta fuertes aires de familia con el modelo de GENESIS, aunque no tarda mucho en tallar el factor rockero bajo las influencias de KANSAS y STYX, además de contar con algunos solos de guitarra a lo YNGWIE MALSTEEM.Los últimos 17 minutos y pico del disco están ocupados por la suite ‘The Queen Of The City Of Ice’. Los pasajes pastorales gozan de una inmensa presencia a lo largo del ambicioso desarrollo musical de esta suite, siendo así que el tenor renacentista de las líneas vocales y arreglos corales producen una sensación de majestuosa calidez (al modo del GENESIS clásico con algunos matices de URIAH HEEP y el RAINBOW de los primeros discos).En algunas intervenciones corales se añade la intervención de la invitada Lianne Himmelwright. A poco de pasada la barrera del octavo minuto y medio, las cosas se intensifican al nivel de un híbrido de RUSH y YES, pasando luego a territorio prog-metalero: el interludio instrumental se siente robusto, aunque su vuelo no es muy extenso. Tras un momento teatral en el que se desarrolla un breve diálogo, volvemos a la cálida belleza del motivo central, haciendo que el oyente empático se deje seducir por el bello estribillo con el que se arma el fade-out. El balance general de “Shadow Gallery” es que se trata de un disco que contiene un catálogo pensado con sorprendente madurez musical pero que carece de una apropiada producción de sonido; bueno, no olvidemos que se trata de una maqueta.


Si bien este primer disco no fue precisamente un éxito de ventas, sí logró llamar la atención de buena parte del público receptivo a la nueva movida prog-metalera de ese momento. Más aún, el sello Magna Carta aprovechó la buena onda que había en las redes virtuales progresivas para con esta y otras bandas de su catálogo (MAGELLAN, ENCHANT, CAIRO, TRADE WORLD, TEMPEST) para organizar diversos discos de tributo a YES, PINK FLOYD, GENESIS, RUSH, JETHRO TULL, etc., con las participaciones de dichas bandas. La gente de SHADOW GALLERY formó parte de casi todas estas actividades de homenaje, y en el camino, incorporó a sus filas al baterista-percusionista Kevin Soffera y al guitarrista-teclista Gary Wehrkamp: el rol de este último resultó vital para darle un enfoque más redondo al sello personal del grupo, pues no solo es un instrumentista que pueda ampliar las presencias de las guitarras o los teclados según la ocasión, sino que también es un prolífico compositor. Es sintomático que una de sus primeras intervenciones como integrante de SHADOW GALLERY haya sido tocando casi todos los instrumentos (salvo uno de los solos de guitarra) en una versión del clásico de PINK FLOYD ‘Time’ dentro del disco de tributo “The Moon Revisited”. Ahora, como sexteto, el grupo estaba preparado para idear, gestar y registrar una de sus obras maestras definitivas: “Carved In Stone”. Grabado en marzo y abril de 1995, fue publicado en julio del mismo año y hasta el día de hoy es considerado como una de las piedras angulares del revival progresivo estadounidense de los 90s. Es que es un disco donde el grupo funciona más como un grupo… es una orquesta de rock que se mueve por una diversidad de códigos musicales y maneja todos ellos con una solvencia tan vibrante como imponente. El grupo pasó por una etapa no precisamente libre de problemas mientras gestaba esta joya. El apoyo económico y logístico de parte del sello era intermitente, por lo que el grupo no podía agenciarse una gira nacional ni tampoco participaciones en festivales de rock, lo cual les hubiera permitido foguearse. Además, en medio de esta determinada frustración, Ingles dejó por unos meses al grupo para dedicarse en exclusiva a su formación académica; algunas partes de piano escritas por él tuvieron que ser ensayadas y grabadas por Wehrkamp a fin de sacar provecho a la temporada de grabaciones y a la inspiración del momento. De todas maneras, este último impasse se resolvió positivamente con el regreso de Ingles y el reasentamiento del sexteto. La portada de este segundo disco es también muy ilustrativa: un inmenso reloj de sol tiene una antorcha encendida en su centro mientras el amanecer se anuncia en medio del cielo rojizo. Atrás quedó la noche de la portada del primer disco y ahora es el turno de mirar al nuevo día con optimismo y prestancia. Pasemos ahora a los detalles de “Carved In Stone”: valgan verdades, ya no nos aguantamos las ganas de hacerlo.


La canción de entrada ‘Cliffhanger’ comienza con un ambiente misterioso, masivamente marcado por ambientaciones góticas e impresionistas en las que la comunión de piano y sintetizador comandan la vía de emergencia para el cuerpo central. Majestuoso y cadencioso, éste se proyecta hacia un hermanamiento de los paradigmas de FATES WARNING y DREAM THEATER, con trazos del BLACK SABBATH de la época de Dio. Cuando el pasaje instrumental explota con todo su furioso esplendor, toda la tensión antes contenida se suelta con solvencia y gancho, derivando finalmente hacia un reprise del cuerpo central para el fade-out. ¡8 ¾ minutos de pura gloria prog-metalera! El ‘Interlude #1’ perpetúa por unos instantes la aureola amenazante que constituyó la temática de ‘Cliffhanger’ antes de que ‘Crystalline Dream’ – una de las canciones inmortalmente emblemáticas de SHADOW GALLERY – instaure un espíritu extrovertido y autoafirmativo. Las bellas líneas corales y los sucesivos solos de guitarra y sintetizador son simplemente increíbles. Es justo decir que estas dos primeras canciones de “Carved In Stone” exponen de forma clara y definitiva las pautas y las coordenadas para la esencia definitiva del grupo. El ‘Interlude #2’ no es tanto un interludio strictu sensu como un puente de mágica ceremoniosidad entre el fulgor épico de ‘Crystalline Dream’ y la mística solemnidad de ‘Don’t Ever Cry, Just Remember’, una de las baladas progresivas más bellas que se hayan compuesto en los 90s. Con unas irresistiblemente manieristas bases de piano, unos enormes arreglos orquestales de teclado, sucesivos solos de flauta y guitarra que van desde lo melancólico a lo rabioso, y sobre todo, las bellísimas líneas vocales idóneas para la temática apocalíptica de la letra, esta canción se erige en la perfecta culminación de la serie séxtuple inicial del álbum. Esta serie se cierra con ‘Interlude #3’, miniatura que recoge los ecos de la majestuosa melancolía de ‘Don’t Ever Cry, Just Remember’ para darle un concluyente reposo sostenido. No podemos realmente descansar de la regia musicalidad que ha exhibido la banda pues acto seguido surge ‘Warcry’, otra canción masivamente épica que nos remite a los legados de YES, KANSAS, GENESIS y IRON MAIDEN. A través de su espacio de 6 minutos, la banda transita a través de los bien hilados desarrollos multi-temáticos con una fluidez absolutamente pulcra. El vigor viril del pasaje final no desparece tras el fin del fade-out, deja una huella perenne en el espíritu del oyente empático. la trilogía de ‘Crystalline Dream’, ‘Don’t Ever Cry, Just Remember’ y ‘Warcry’ es simplemente monumental. El momento de verdadero reposo surge con el bello instrumental ‘Celtic Princess’, ejecutado a dúo de piano y guitarra acústica. Como su título bien lo señala, el cuerpo central ostenta un colorido céltico, aunque el esquema performativo escogido nos hace pensar más en los tiempos de Chopin y Liszt.

La canción más corta del disco es también la más directamente estandarizada bajo las coordenadas del prog-metal: se titula ‘Deeper Than Life’ y ostenta guitarreos poderosos por todas partes, esquemas rítmicos complejos y gancho melódico ineludible. Es una canción hecha con grandes instintos artísticos a pesar de que se nota que no aspira a las mismas pretensiones estéticas de cualquiera de las anteriores. ‘Alaska’, por el contrario, es una balada acústica respetuosa de los legados pastorales de YES y GENESIS: Baker y sus colegas exploran matices angelicales de sus aportes vocales. Esta balada que expresa una alegre melancolía incluye un refinado solo de flauta además de sobrios pasajes de piano que se amoldan muy bien a los fundamentos establecidos por las guitarras acústicas de 6 y 12 cuerdas. Los efímeros interludios que respectivamente anteceden y suceden a ‘Alaska’ consisten en efectos de sonido que emulan un viento helado; en el caso del segundo de ellos, la noción se realza eficazmente al anunciar la suite de casi 22 minutos de duración titulada ‘Ghostship’. Con esta maratón musical, el grupo nos revela el plato fuerte del álbum. Las secciones responden sucesivamente a los títulos autónomos de ‘The Gathering The Night Before’, ‘Voyage’, ‘Dead Calm’, ‘Approaching Storm’, ‘Storm’, ‘Enchantment’ y ‘Legend’. La secuencia de las dos primeras secciones es una celebratoria manifestación de climas célticos en clave metalera, muy en línea con las épocas más gloriosas de IRON MAIDEN, siendo así que los ornamentos de teclado (a lo EMERSON-con-WAKEMAN) añaden un oportuno aire de estilización fastuosa al asunto. Los efectos cósmicos de sintetizador en las instancias finales de ‘Voyage’ abren la puerta a las ambientaciones etéreas de ‘Dead Calm’, cuya aureola de tensa expectativa resulta bien expresada en las espartanas armonizaciones de la guitarra acústica de 12 cuerdas: se anuncia algo que parece tenebroso sin que suene chocante o apabullador. Con la dupla de ‘Approaching Storm’ y ‘Storm’, la banda nos obsequia los momentos más pesados del disco: ampulosos, amenazantes y robustos, los riffs y solos se desarrollan dentro de una ingeniería progresiva muy sólida, indudablemente deudora del DREAM THEATER de la época 89-95. La inclusión de un pasaje en clave thrash-metal nos remite de lleno al paradigma de SLAYER, y de inmediato se clausura con un puente ceremonioso que abre campo a un maravilloso solo de piano. Éste se titula ‘Enchantment’ y recoge, dentro de su solitaria elegancia, una combinación de temeroso respeto a los misterios del más allá con el colorido propio del florecimiento de lo que renace; de este modo, el terreno está preparado para la sección final, la misma que exhibe una musculatura solemne, propia de lo épico en el sentido más esplendoroso de la palabra.

El final de la suite ‘Ghostship’ no firma todavía el final de “Carved In Stone”, pues tras unos momentos de silencio, suenan los continuos golpes de unos nudillos sobre una puerta de madera. Esos golpes suenan con insistente paciencia por un par de minutos. ¿Qué es lo que está pasando? Se está aguardando el arribo del epílogo del álbum, una hermosa pieza sinfónica compuesta por Wehrkamp que se titula ‘T.G. 1994’, en alusión el Día de Acción de Gracias del año 1994. La ambientación general de este epílogo, generosamente orquestado y elegantemente conducido por las bases de piano, nos recuerda al prototipo de THE ENID, y posiblemente también a la faceta más propiamente académica de RICK WAKEMAN. Lo que más se hace notar de ‘T.G. 1994’ es la amable placidez con la que se desarrolla su espiritualidad épica. En agosto de 2015, el sello Magna Carta – aún vigente pero sin contar en su catálogo actual con las bandas que lo iniciaron – publicó un double feature con estos dos primeros de SHADOW GALLERY. Es un ítem interesante, no nos cabe duda al respecto, pero no cancela la importancia que tiene el retener los ítems individuales originales para quien los tenga. Es que esta doble reedición tiene información muy parca tanto en el arte gráfica como en la información escrita; de hecho, ni siquiera trae las letras de las canciones. Pero bueno, es una buena compra para quien no adquirió los dos discos en su momento y guarda al grupo en lugares muy importantes de su mente y corazón progresivos.


La vida siguió para adelante en la evolución creativa de SHADOW GALLERY, gestando dos discos conceptuales, “Tyranny” y su secuela “Room V”, y un álbum en el ínterin titulado “Legacy”: éste fue el último disco del grupo para el sello Magna Carta, y de paso, también el último con la alineación de sexteto, pues Ingles abandonó definitivamente a la banda en el año 2005, poco antes del inicio de las sesiones de grabación para “Room V”, con lo cual dejaba a Wehrkamp como el único a cargo de los teclados. Hoy por hoy, desde inicios del 2009, el grupo cuenta con un frontman llamado Brian Ashland, ocupando el lugar antes poseído por Mike Baker, quien lamentable y prematuramente falleció el día 29 de octubre del año 2008: tenía solo 45 años. Dedicamos esta retrospectiva de “Shadow Gallery” y “Carved In Stone” a su memoria.


Muestras de SHADOW GALLERY.-
Bridge 1 + Crystalline Dream: https://www.youtube.com/watch?v=t9I3GUfIrW8
Don’t Ever Cry, Just Remember + Bridge 3: https://www.youtube.com/watch?v=ziJ564I6ZWE


[Esta reseña incluye información originalmente publicada en el siguiente enlace de la página web La Caja De Música:http://www.dlsi.ua.es/~inesta/LCDM/Discos/shadowgallery_carvedinstone.html]



[Dedico esta retrospectiva a mis amigos Christian Díaz y Rodrigo González Zegarra, quienes me introdujeron en el maravilloso mundo musical de SHADOW GALLERY.]

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