HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Los reyes del space-rock progresivo belga QUANTUM FANTAY vuelven
al ruedo con un nuevo disco titulado “Tessellation Of Euclidean Space”, un
título de inspiración científica y connotaciones mágicas. Lanzado al mercado
por el sello Progressive Promotion Records
en el último día del pasado mes de julio, este nuevo álbum (el séptimo de
estudio para el currículum de la banda) nos muestra un énfasis sistemático en
las dimensiones más etéreas de su bien definido sendero musical, aunque tal vez
hablar de lo lírico sea más preciso que hablar de lo etéreo. El cuarteto
de Pete Mush [sintetizadores y programaciones], Jaro [bajo], Gino Bartolini [batería
y percusión] y Tom Tas [guitarras] se luce a su antojo dentro de un terreno
estilístico que maneja muy bien desde el pasaje inicial de su carrera: el grupo preserva intacta la alineación que había aparecido dos años atrás en el disco “Dancing In Limbo”, siendo
así que entonces Tom Tas era el músico recién ingresado. Ahora se nota
claramente la relevancia de su presencia en el andamiaje de colores y matices
dentro del sendero invariablemente cósmico de la banda. A lo
largo del repertorio, el entramado sonoro que crean los QUANTUM FANTAY se
beneficia de ocasionales aportes adicionales de los invitados Nette Willox y
Jorinde, al saxofón y a la flauta, respectivamente. Bueno, vayamos ahora a los
detalles de “Tessellation Of Euclidean Space”, ¿vale?
El repertorio comienza con ‘Tessellate’, que a través de su
espacio de 9 ¼ minutos establece un dinamismo notoriamente contenido sobre un groove
fusionesco de inspiración reggae. El esquema rítmico se mantiene impolutamente
preciso mientras los ornamentos y texturas de los sintetizadores se encargan de
aportar una musicalidad decisiva: sobre la base de este escenario, la guitarra,
el saxofón y la flauta aprovechan sucesivamente para abrirse sus propios
espacios de protagonismo, los mismos que
están diseñados para dar nuevo aliento al colorido ya firmemente instalado. Para los dos últimos minutos, el groove reinante se torna un poco más intenso mientras las vibraciones centrales preservan su foco sonoro. ‘Manaskavya’, pieza portadora de una
espiritualidad mucho más grácil que la del tema de apertura, motiva dentro del esquema de trabajo grupal la elaboración de pulsaciones rotundas y cautivadoras sobre un compás rítmico llamativamente frenético. De esta manera, el ensamble se da buena mañana para explorar su faceta más propiamente rockera sin renunciar al aura sofisticada propia del lenguaje space-progresivo; el resultado final es un cénit dentro del repertorio. La presencia de la flauta nos remonta a esos tiempos de los OZRIC TENTACLES pre-1995. Con el arribo de
‘Astral Projection’, tema que dura 8 minutos, el ensamble se dispone a potenciar sus recursos de exquisitez sónica instaurando un animoso lirismo a su paradigma. Hay, en efecto, una actitud preciosista en el enfoque instrumental integral, lo cual se hace notar especialmente en el modo en que se delinean los sucesivos solos de guitarra (de lo más emotivo en todo el disco) y de sintetizador. También se hace notar en la forma tan compacta en que entran a tallar algunos pasajes más fieros cerca del final. Hasta aquí tenemos un disco bastante entretenido que hace lucir la refinada factura de sus diseños melódicos y sus atmósferas, y la cosa todavía da para más.
Los cuatro siguientes temas conforman la secuencia de secciones
encuadradas bajo el concepto integral de ‘Skytopia’. La sección a se titula ‘Azure’ y su talante general se caracteriza por una continuidad con el aura preciosista de la pieza precedente mientras añade un incremento especial del factor fusionesco en los arreglos percusivos.
La sección b, titulada ‘Lapute’, perpetúa esta vitalidad mientras recoge algo del embrujo extrovertido que ya había marcado a ciertos pasajes de los temas #1 y #3 del álbum. Las dos últimas secciones de ‘Skytopia’ se llaman ‘Ignis Fatuus’ y ‘Empyrean’,
respectivamente: la primera de ellas se hace eco del talante fusionesco de las dos primeras secciones mientras que la segunda vuelve, en su mayor parte, al terreno del space-reggae a través de una relevante variación temática. En su pasaje final, ‘Empyrean’ vira hacia un groove efusivo que se mete a fondo en el discurso del jazz-rock mientras preserva el persistente esquema space-rockero: las últimas líneas de saxo brindan un matiz evocativo al epílogo. Ocupando un espacio de poco más de 3 ½ minutos, ‘Anahata’
cierra el repertorio ostentando una majestuosidad flotante que se siente
realmente conmovedora. El tenor imponente de las capas, secuencias y armazones
de los sintetizadores no tapa el embrujo oscilante creado por los fraseos de la
guitarra ni el encanto evocativo de las líneas de flauta. Realmente se trata de
una composición muy bella que podía haberse extendido un poco más, pero a pesar
de que nos frustra un poco que se le haya concedido esta duración, al menos hay
que reconocer que funciona muy bien como broche del disco. Hablando desde lo puramente técnico, nada nuevo bajo el sol que alumbra al país del space-rock progresivo nos brindan QUANTUM FANTAY con “Tessellation Of Euclidean Space”, pero si lo que queda por hacer es desarrollar ideas y esquemas sonoros que denoten una genuina labor de inspiración, entonces este cuarteto, con sus invitados de turno, han hecho una buena faena y hay que felicitarles por ello. Todavía hay buenas razones (muy buenas) para colocar a este grupo en un lugar preferente de nuestros estantes de discos.
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