Sunday, September 23, 2018

OAKSENHAM nos muestran su oda progresiva a la dualidad vida-muerte



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da el turno de presentar al grupo armenio OAKSENHAM so pretexto del reciente lanzamiento al mercado de su nuevo disco “Upon All The Living And The Dead”, más exactamente, el pasado 20 de agosto. El quinteto conformado por Vahagn Papayan [bajo], Ashot Korganyan [batería], Vardan Gasparyan [guitarras eléctricas y acusticas], Vardan Harutyunyan [sintetizadores, piano de cola y efectos electrónicos] y Aram Asatryan [violín] se ha lucido a lo grande en éste, su segundo trabajo de estudio, el mismo que sucede a “Conquest Of The Pacific” (2006). La gente de OAKSEHAM se dedica a cultivar una modalidad ecléctica de rock progresivo sinfónico que también incorpora ocasionales elementos experimentales procedentes del jazz de avanzada de aquellos años 70s, de la vertiente pastoral del prog-folk y del chamber-rock en su faceta menos tenebrista. A lo largo del repertorio contenido en “Upon All The Living And The Dead”, el grupo ha contado con momentáneas colaboraciones de parte de Valery Tolstov a la flauta y Andranik Kochar al fagot en el sexto tema, Shushan Petrosyan al canto en los temas cuarto y noveno, y también en este último, el apoyo del Ensamble Vocal Geghard, conformado por las sopranos Anahit Papayan, Sona Varpetyan y Luisa Avagyan. La portada de por sí es mágicamente perturbadora: vemos a un ente semiantropomórfico con cuernos de alce, tal vez El Diablo mismo, presenciendo el arribo del barco del Holandés Volador... ¿o no será que El Diablo está dando la bienvenida a los tripulantes  a su infernal guarida eterna? La portada es muy expresiva y, a la vez, tremendamente sugerente. El proceso de gestación de “Upon All The Living And The Dead” ha sido largo y lleno de postergaciones: con decir que el material nuevo fue grabado en dos estudios nacionales entre febrero y agosto del año 2012... sí, seis años atrás. Tolstov grabó sus aportes a la flauta en su estudio personal de la localidad suiza de Wintertour. Bueno, revisemos ahora los detalles del cosmos musical arropado bajo la antes descrita imagen de la portada.

Durando casi 5 minutos, ‘Death Penalty’ da inicio al álbum comenzando con un breve prólogo ceremonioso marcado por las parcas capas de órgano, para luego dejar que el ensamble completo se deje guiar por el violín en un cuerpo central signado por una sobria modalidad de expresionismo colorido. En algún momento emerge un interludio donde se agilizan un poco las cosas para ostentar un talante más festivo, pero, en general, es el aura de sobriedad quien impone su fulgor en la focalización del desarrollo melódico en curso. Luego sigue la dupla de ‘Winter Maid’ y ‘Storm In The Crown’, diseñada para que el grupo siga exhibiendo cómoda y solventemente su elegante visión del paradigma progresivo sinfónico. ‘Winter Maid’ es una pieza que brinda generosos espacios expresivos a ambientes bucólicos merced a la fuerte presencia de la guitarra acústica dentro del entramado global, aunque también cabe resaltar que los ornamentos de los teclados aportan una serena fastuosidad al asunto, así como que la dupla rítmica se encarga de generar recursos de refinada vitalidad al esquema musical de la pieza. La estrategia compositiva se basa en el dimorfismo entre guitarra y teclado, dejando que las bases armónicas revelen gradualmente la calidez melódica que se nos brinda liberalmente aquí. La sucesión de solos de sintetizador, violín y guitarra eléctrica está pulcramente organizada. Por su parte, ‘Storm In The Crown’ se enfila hacia una excelsa exploración de laboriosidades manieristas y vibraciones románticas, logrando así un cristalino equilibrio entre lo sereno y lo denso durante la exposición y el afianzamiento del muy vitalista motif central. Tenemos aquí, en nuestra humilde opinión, un cénit decisivo del disco. ‘Snow’ da un viraje hacia áreas introspectivas del arte del sonido con un desarrollo temático, siendo así que los galantes arreglos melódicos organizados por los instrumentos en sus delicadas interacciones y el no menos delicado canto femenino despliegan una aureola de cándida serenidad, algo que casi raya en la cristalina fragilidad de un espíritu contemplativo que se siente absorbido por una idea silenciosamente abrumadora.

‘Oakwood’, que dura casi 7 ¾ minutos, cierra la primera mitad del disco para exhibir un retorno al modus operandi de la tercera pieza del álbum: en abierto contraste con la canción inmediatamente precedente, esta pieza exhibe un magnífico fulgor donde los diversos ejes temáticos que se van hilando a lo largo y ancho del ambicioso esquema melódico articulan una sabia mezcla de vigor y preciosismo. La garra que adquiere la guitarra cuando se encara al violín en una gallarda disputa por la asunción del rol protagónico dentro del bloque sonoro integral se resuelve en un poderoso diálogo que se sucede con un contundente solo de sintetizador. Sinfonismo en su más pura expresión, un cénit absoluto del álbum. La pieza encargada de inaugurar la segunda mitad del repertorio es ‘Moonage’, la cual, a través de su espacio de más de 6 ¾ minutos, exhibe una mágica gracilidad musical en torno al equilibrio entre el prog-folk y el sinfonismo donde se alternan climas primaverales sobriamente luminosos con otros un poco más densos cuyo talante otoñal se desarrolla con una muy pulida sutileza. Lo que apreciamos aquí es casi como una cruza entre los ISILDUR’S BANE pre-1998, THE ENID y la faceta más suntuosa de unos PREMIATA FORNERIA MARCONI (su etapa 1972-4). La guitarra acústica está a cargo de sustentar la mayor parte de las bases armónicas mientras la dupla rítmica asume un rol crucial durante el surgimiento de las diversas secciones claramente diferenciadas entre sí. Con el arribo de Adventures Of The Violet’ (tema que dura poco menos que el anterior), el ensamble se embarca en un viaje jazz-rockero patentemente inspirado en las facetas más refinadas de la escena fusionesca de los 70s (pensamos en JEAN-LUC PONTY). El groove general de la pieza es llamativo mientras preserva un tenor delicado; es un tema bastante bello que continúa por la senda expresionista del precedente mientras baja un poco la dosis de fastuosidad. La relativamente breve pieza ‘Maid In Fugue’ es una elaborada fuga académica en clave rockera que se inicia con el bajo, y, de hecho, hay cierto protagonismo de este instrumento a través de los menos de tres minutos que dura el tema en cuestión. El encuadre empleado aquí nos recuerda al de la primera pieza del álbum. 

Nos acercamos al final del disco cuando llega el turno de ‘Muse’, tema que dura poco más de 9 minutos. Este tema nos remite inicialmente a un equilibrado híbrido de CAMEL y GENESIS con la incorporación de ciertas afinidades con la escuela prog-sinfónica mediterránea. También notamos coincidencias estilísticas con los respectivos paradigma de los brasileños QUATERNA RÉQUIEM y los japoneses de THE EARTH EXPLORER. Cuando emerge la sección cantada, también se incorporan algunos elementos jazzeros en el groove así como en el manejo del desarrollo melódico, con lo cual la pieza asume un enriquecimiento crucial en su esquema de trabajo Algunos ornamentos de teclado a lo GENTLE GIANT, algunos quiebres rítmicos que nos hacen recordar a FROGG CAFÉ y a INTERPOSE por allá - todo está manejado con impoluta soltura. El broche del álbum llega de la mano de ‘Afterdeath Fantasy’, cuyo breve prólogo de piano se engarza a la perfección con el swing que marcaba el epílogo de ‘Muse’, mas  queda claro que el grupo ha diseñado la ocasión para que el disco concluya con un frontal talante sinfónico. Prácticamente, lo que disfrutamos en ‘Afterdeath Fantasy’ es una síntesis de las atmósferas y recursos melódicos de los temas #1, #3 y #5, traduciéndose ella en una manifestación de gracia épica. Todo esto fue lo que se nos ha brindado en la experiencia de “Upon All The Living And The Dead”, un disco fenomenal y fastuoso que encarna un testimonio de inspirada grandilocuencia progresiva para el año 2018. El colectivo armenio de OAKSENHAM se ha lucido a lo grande en esta oda musical a la dualidad vida-muerte, por lo que solo nos queda en estas palabras finales recomendar el disco en cuestión al 200%... ¿o tal vez 300%?... 


Muestras de “Upon All The Living And The Dead”.-
Storm In The Crown: https://oaksenham.bandcamp.com/track/storm-in-the-crown
Adventures Of The Violet: https://oaksenham.bandcamp.com/track/adventures-of-the-violet

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