Friday, October 12, 2018

La cuarta estación de la ORCHESTRA OF THE UPPER ATMOSPHERE



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión presentamos al amplio ensamble británico ORCHESTRA OF THE UPPER ATMOSPHERE, el cual está integrado por Martin Archer [teclados, efectos electrónicos, saxofones, clarinetes, flauta, flauta dulce bajo y armónica bajo], Chris Bywater [teclados, efectos electrónicos, sintetizador de laptop, percusión y voz], Steve Dinsdale [batería electrónica y teclados], Frostlake [voz, viola y efectos electrónicos], Yvonna Magda [violín y efectos electrónicos], Walt Shaw [percusión, efectos electrónicos y voz] y Terry Todd [bajo]. Es por medio de la publicación de su nuevo disco “Theta Four”, a inicios del pasado mes de julio, que hemos descubierto a este grupo... ¡y más vale tarde que nunca! Como si no fuese suficiente el arsenal logístico que trae el septeto mencionado más arriba, a lo largo del disco que aquí reseñamos aparecen ocasionales invitados como el trombonista George Murray, el violinista Paul Schatzberger, la violista Aby Vulliamy y la cellista Angela Rosenfeld. Martin Archer es el fundador, orientador y principal compositor de este nutrido y talentoso proyecto jazz-progresivo: la ORCHESTRA OF THE UPPER ATMOSPHERE tuvo su primer disco en el mercado en el año 2012 y este ítem que hoy tenemos a nuestra disposición es ya el cuarto disco de su carrera. “Theta Four” (o “θ4) fue publicado por el sello británico Discus Music, fundado en 1994 por el propio Archer y Mick Beck para abrir una tribuna comercial para sus diversos proyectos musicales y los de otros músicos que se aventuren por los caminos del avant-jazz, la fusión contemporánea, la improvisación, la electrónica y otras propuestas eclécticas difíciles de categorizar. Bueno, pasemos ahora a los detalles que nos tiene reservado el fabuloso repertorio de “Theta Four”.


Durando casi 13 ¾ minutos, ‘Star Gathering’ abre el repertorio del disco con un esplendorosos despliegue de refinados grooves tribales sobre los que se elaboran y explayan suntuosos arreglos de teclado y cuerdas. Tras un hipnótico prólogo que ondeaba al modo de las primeras luces tibias de un misterioso amanecer, el primer cuerpo central nos muestra una fascinante amalgama de coloridos diversos que se van delineando y entrecruzando con señorial sobriedad. Los arreglos corales que entran a tallar añaden una oportuna cuota de mágica extravagancia al asunto mientras los imparables añadidos percusivos refuerzan el groove. A mitad de camino, un ceremoniosa sección cantada interrumpe la celebración para invitarnos a encauzar un lírico momento de meditación que se sostiene sobre etéreas capas de sintetizadores, para luego abrirse a un juego deconstructivo de tensiones cerebrales para el cual los arreglos corales sirven de foco. Finalmente, la última sección recupera  lo tribal y lo capitaliza con espléndida magnificencia. Los siguientes 12 ¾ minutos del repertorio están ocupados por la dupla de ‘The Surface Below’ y ‘Essential Light’, dos ítems que sirven para que la banda siga explayándose en sus bien afilados armamentos musicales eclécticos. El primero de estos temas se sustenta sobre efluvios percusivos aleatorios y retazos abstractos de contrabajo mientras las orquestaciones que van girando en torno al veleidoso encuadre instrumental aportan una aureola solipsista que oscila entre lo otoñal y lo primaveral. Algo de misterioso tienen estas rotaciones orquestales, mas no al estilo de un misterio sombrío sino más bien de un arcano cuyo parcial ocultamiento implica una invitación a pensar el orden del mundo con una mirada nueva. Por su parte, ‘Essential Light’ se enfila por una grácil y estilizada ingeniería fusionesca que nos remite a los WEATHER REPORT de los tres primeros discos. El comedidamente vigoroso esquema rítmico y los sutiles arreglos de teclado encuadran ágilmente el motif central, cuyo dibujo recibe los trazos principales de parte del saxofón. ¡Qué tema más bello! 

Cuando llega el turno de ‘Displacement’, el régimen pasa a ser uno de mezcla de musique concrète con minimalismo en base a la confluencia de libres ornamentos percusivos, áridos efectos electrónicos y parcas notas de piano. A partir de los últimos golpes de percusión y un subterfugio de capa sintetizada se abre vía al siguiente tema, ‘The Unquiet Playground’, el cual nos devuelve al dinamismo del jazz-fusion con enmarañados encuadres psicodélicos que, ora muestran afinidades con ciertos senderos del krautrock, ora se hermanan con estándares del así llamado acid folk. Es como un hibridización solemne y onírica entre HERBIE HANCOCK, HARMONIA, SUN RA y AKSAK MABOUL, añadiéndose algunas sazones de la faceta más etérea de la polícroma visión musical de JOHN ZORN. La misión de ‘The Life And Death Of A Sewing Machine’ consiste en dejarse llevar por las pautas centrales de la pieza precedente y brindarle una densidad más vibrante a partir de los legados de las piezas #1 y #3 del disco, mientras se arropa todo bajo un manto diseñado con tejidos free-jazzeros: así pues, gozamos ahora de algo que resulta, a la vez, celebratorio y tenso, mientras luce sus galones de extravagante exquisitez. ‘Time-Lapsed’ vira inmediatamente de registro para llevarnos a un paisaje más relajado, hasta optimista, en base a un groove llamativo en clave de nu-jazz y un aura pomposa al modo de AFTER CRYING en sus mejores épocas. El violín asume el rol protagónico mientras los vientos guían las bases armónicas; por su parte, las orquestaciones esperan su turno para absorber el núcleo sonoro en algún momento del intermedio, regresando más tarde para la germinación del pasaje epilogar. El disco termina a lo grande con la secuencia de tres piezas patentemente ambiciosas como son ‘A Widening Road’, ‘Nanobutterfly’ y ‘Edge Of The World’. ‘A Widening Road’ vuelve a explorar las dimensiones más etéreas del vitalismo jazz-progresivo que ya se han instaurado en varios de los momentos más evocativos del repertorio precedente; incluso el ensamble ahonda en sus sutilezas cósmicas para permitir que la mezcla de free jazz y psicodelia que está teniendo lugar se arrope con túnicas ensoñadoras. 


‘Nanobutterfly’ establece un hermanamiento de free-jazz, krautrock electrónico y space-rock dentro de un dinamismo que va armando su propio esqueleto a lo largo del camino. El peso que tienen los sintetizadores y los efectos cibernéticos en la elaboración del cautivador bloque nebuloso que llena los contornos de la línea melódica y el swing del intermitente jam central indica a todas luces que el grupo quiere darle un nuevo giro de tuerca a sus proyecciones modernistas. El momento de lucimiento del violín resulta particularmente brillante durante la segunda escena del jam central, mientras que los diversos interludios ostentan un viso surrealista en base a los  fondos sintetizados y los graves efectos vocales. ‘Edge Of The World’ ocupa los últimos 11 ¼ minutos del álbum y lo hace expresando unas tibias tonalidades  otoñales impregnadas de un cálido dadaísmo. El manejo sereno del compás  en 7/8 y las intervenciones de cándidos arreglos vocales femeninos aportan recursos de serenidad en medio de la tensión latente expuesta por los teclados en sus siempre ondeantes intervenciones, y, sobre todo, por los solos de los vientos que entran a  tallar a mitad del camino. “Theta Four” es, en conclusión, una obra magistral que lleva al ideal del eclecticismo jazz-progresivo hacia nuevas dimensiones de grandeza dentro de la vanguardia musical contemporánea. El nombre de la ORCHESTRA OF THE UPPER ATMOSPHERE debe ser anotado con tinta indeleble en nuestras agendas de próximas exploraciones y degustaciones melómanas.

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