Sunday, August 14, 2022

DRH: magníficos fuegos artificiales de la avanzada progresiva francesa




HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da ocasión de presentar el nuevo trabajo discográfico del grupo francés DRH, el cual está conformado por Alexandre Phalippon [bajo], Josselin Hazard [batería], Danilo Rodriguez [guitarras] y Rémi Matrat [saxofones]. El disco en cuestión es “Ode To A Firework” y fue publicado el pasado 11 de abril. La línea de trabajo de esta banda fundada y afincada en Lyon se sitúa en un sólido híbrido de prog-metal, RIO y jazz-rock experimental; su álbum de debut “Thin Ice” data del año 2018 y ahora tenemos a este disco sucesor como uno de los ítems más interesantes que se han hecho en el área francesa de la actual avanzada progresiva mundial. En poco más de 40 minutos, el colectivo de DRH ha concretado en “Ode To A Firework” una obra enérgica y dinámica; detengámonos en el repertorio contenido en él. 


Todo comienza con la pieza de 6 minutos de duración ‘B. Smith’, la cual pone sobre el tapete varios de los recursos estilísticos de grupo. Todo empieza con unas cálidas líneas de saxo sobre un trasfondo etéreo para, al poco rato, abrir paso a un cuerpo central más filudo que se centra en una combinación de aires exóticos y pesadas vibraciones rockeras; estas últimas se explayan en un arquitectura sónica donde confluyen el prog-metal y el math-rock. A mitad de camino, las cosas se calman bajo un ropaje misteriosamente ceremonioso cuya tensión interna se exterioriza parcialmente a través del neurótico solo de saxofón. El cuerpo central entra a tallar de nuevo para perfilar el final de la pieza como un círculo que se cierra apropiadamente. A continuación llega el turno de ‘Dips’, una pieza que exhibe su fulgor fornido desde el punto de arranque, haciéndolo sobre una base rítmica parsimoniosa. Opera aquí una distorsión metalera del estándar Crimsoniano mientras los diversos pasajes se van hilando a lo largo de una diversidad de grooves. De hecho, cuando el swing se torna más vivaz, un hálito jubiloso se apodera de la maquinaria sonora, lo cual no solo aporta agilidad extra al asunto, sino que también abre espacios para la momentánea irrupción de una refinada sección jazz-rockera. El tercer tema del disco es el que justamente le da título: ‘Ode To A Firework’ se proyecta hacia una serie de encuadres líricos que ostentan convincente la faceta más estilizada del ideario estético de DHR. Bajo la guía del saxofón, el trípode de guitarra-bajo-batería organiza un sofisticado swing de tenor jazz-progresivo. A poco de pasada la frontera del minuto y medio, el grupo arma un ácido motif metalero de genuinas inclinaciones progresivas, siendo así que el saxofón sigue siendo el instrumento situado en el centro protagónico del bloque. Mientras la pieza avanza, el frenesí metalero aumenta su musculatura hasta llegar a un momento de irrefrenable implosión. Tras este volcánico clímax, el grupo regresa al motif inicial con una delicadeza calculada que signa al epílogo de la pieza con un cierto aire ensoñador. 

‘Rage’, el cuarto tema del álbum, se sitúa en un plano contemplativo alimentado por texturas melancólicas tras un prólogo ritualístico centrado en invocaciones vocales y ornamentos de batería. Aún en los momentos cuando emerge un pasaje aguerrido, la espiritualidad melancólica hace sentir su peso, excepto en el epílogo, donde todo aterriza en una asertividad incendiaria. Cabe recalcar que las continuas florituras del saxofón son de las más notables en todo el álbum. ‘Save Us’ se centra mayormente en sintetizar las espiritualidades expresivas de los temas #2 y #3, gestando una afilada frescura donde la garra y el nervio se fusionan en una hoguera sonora moldeada por una exquisitez estilizada al modo de la más meticulosa labor de orfebrería. La labor de la batería se siente particularmente compleja aquí. De paso, se nos revela el que tal vez sea el mejor solo de guitarra del disco (junto al que habrá de aparecer en el siguiente tema). La dupla de los temas ‘U.N.K.’ y ‘Zorgan’ completa los últimos 12 ¼ minutos del repertorio. El enfoque creativo de ‘U.N.K.’ consiste en una capitalización del ígneo vigor propio de la faceta más tensa de la banda con un filtro señorial que se manifiesta en la ilación de todos los virajes y variaciones temáticas que se van sucediendo con impoluta fluidez. En cuanto a ‘Zorgan’, éste se centra en los aspectos más densos de la ingeniería grupal, llegando a sonar tenebroso y lóbrego tanto en el prólogo como en algunas secciones posteriores. El centro temático se apoya en un swing semejante al de los temas #2 y #5; mientras tanto, el saxofón vuelve a explotar sus recursos más neuróticos en la mayor parte de los pasajes donde ocupa el centro protagónico. El último minuto sirve para que el grupo reitere y amplifique el nervio grandilocuente de la pieza precedente. Todo esto es lo que nos brindó desde los cuarteles de DRH con el disco “Ode To A Firework”, una filuda y vitalista demostración de música progresiva expansiva y ecléctica centrada en la musculatura y alimentada por giros versátiles por aquí y por allí. Vale la pena explorar no solo este nuevo disco de DRH, sino también el anterior: totalmente recomendable para valorar la importancia de la escena vanguardista francesa dentro del ideal del rock artístico a nivel mundial. 



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