Sunday, December 02, 2018

ALL TRAPS ON EARTH: una nueva luz en el universo progresivo escandinavo



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da el ameno y revelador momento de presentar a una nueva entidad progresiva sueca: ALL TRAPS ON EARTH. El ensamble se destaca a primera vista por integrar a tres músicos de la significativa banda ÄNGLAGÅRD y la no menos importante THIEVES’ KITCHEN, los cuales son Johan Brand [bajos, pedales bajos, guitarras, mellotrones, piano eléctrico Fender Rhodes, órgano, sintetizadores Moog Voyager y Minitaur, percusión básica y voz], Thomas Johnson [piano clásico, pianos eléctricos Wurlitzer y Fender Rhodes, pianet, clavinet, mellotrón y sintetizador Moog Voyager] y Erik Hammarström [batería, vibráfono, marimba, xilofón, glockenspiel,, tímpanos, campanas tubulares, tarola militar, tam-tam, bloques de madera y gran cassa]. El cuarteto se completa con la presencia de la vocalista Miranda Brand, hija de Johan. Este grupo, cuyo disco de debut “A Drop Of Light” salió al mercado a mediados del pasado mes de noviembre, es, de hecho, un proyecto liderado por Brand: él ha hecho todas las letras y casi toda la música, con aportes colaterales de parte de Johnson. Como si fuera poco tener a disposición tan amplio y meticuloso arsenal instrumental, el cuarteto contó también con las siguientes colaboraciones: Magnus Båge a la flauta; Phil Mercy (de THIEVES’ KITCHEN), a las guitarras; Karl Olandersson, a la trompeta y el fliscorno; Fredrick Lindborg, al clarinete bajo y a los saoxofones barítono, tenor, alto y soprano; y Mathias Bååth, a las flautas alto, tenor y bajo. Los esquemas y parámetros musicales de ALL TRAPS ON EARTH plantean referencias a los paradigmas de WHITE WILLOW, el primer álbum de ANEKDOTEN y, cómo no, a esos dos primeros discos que hicieron ÄNGLAGÅRD y que se convirtieron en piedras fundamentales para el asentamiento y los indicadores del revival progresivo de los 90s, particularmente en esa área denominada retro-prog. Se trata de algo inevitable teniendo en cuenta dónde tocan y tocaron sus camaradas de viaje. Pero ha más que una simple vuelta de tuerca nueva al paradigma retro-progresivo escandinavo en lo que nos ofrecen ALL TRAPS ON EARTH: con un catálogo de cinco composiciones que integran “A Drop Of Light” de las cuales cuatro se explayan en duraciones entre los 13 y los 18 ¼ minutos de duración, los viajes musicales que emprenden los instrumentistas crean híbridos fluidos entre el preciosismo melódico de la tradición sinfónica de primera escuela, la perturbadora garra del rock psicodélico, el etéreo oscurantismo nutrido por una remodelación del paradigma de GOBLIN y el genereso empleo de matices avant-garde. Todo esto hace de la agenda musical de la banda un manifiesto tanto de la serenidad reflexiva del espíritu como del ominoso espíritu que tensa nuestras vísceras. Las ocasionales inclusiones de grooves y ornamentos de orientación jazzera y de ornamentos de vientos beneficia la expansión de un eclecticismo que se hace cada vez más interesante e intrigante a medida que avanza el disco.    


Veamos ahora los detalles del disco que tenemos en nuestras manos. Durando 18 ¼ minutos, ‘A Drop Of Light’ abre el repertorio trabajando con ese balance antes mencionado entre el ensimismamiento y la inquietud oscurantista, dándose una prioridad (que no es apabullante ni mucho menos) del primero de esos factores. Las etéreas capas de teclado y las suaves armonías del bajo se conjugan con el canto femenino para crear un sigiloso y tenebroso prólogo, el cual habrá de abrir campo a unos recursos de tensión extrovertida poco antes de atravesar la frontera del tercer minuto. es a partir de aquí que el núcleo central se arma sobre una gloriosa lógica de vericuetos y laberintos melódicos donde los mellotrones y el órgano adquieren una suerte de rol protagónico. No faltan espacios para el lucimiento de la guitarra acústica ni tampoco instancias donde todo vira drásticamente hacia una parca introspección, y de hecho, eso es lo que sucede cuando recién se pasa al segundo tercio del tema. Este momento de sigilosa quietud no es sino el preámbulo al sostenido armazón de una nueva serie de pasajes densos y tensos donde se conjugan contrapuntos traviesos y esquemas disonantes señoriales: la adición de percusiones tonales para enfatizar ciertas intervenciones de los teclados ayuda a potenciar el colorido que atraviesa a este grisáceo bosque musical. Poco antes de llegar a la frontera del minuto 12 emerge otra sección tranquila que ahora instala un esquema de alternancias entre la bruma y el fuego, creándose finalmente un aura dramática para el cierre. Con un espacio dos minutos menor que el de la primera canción, ‘Magmatic Warning’ emerge con la intención de dar prioridad al ominoso oscurantismo para su foco creativo dentro de la recurrente dialéctica serenidad-tensión con la que juega la esencia íntegra del álbum. En comparación con el tema que abrió el álbum, ‘Magmatic Warning’ goza de un foco temático más integrado a través de su diversidad estructural. Sus pasajes vigorosos entran a tallar desde el punto de arranque mientras que los pasajes lánguidos emergen con unas vibraciones espirituales que se sitúan en un punto intermedio entre lo mágico y lo sombrío. Hay un especial protagonismo de los metales, incluyéndose un fabuloso solo de trompeta que dirige el camino hacia un electrizante éxtasis a mitad de camino. Las cosas se remodelan tras esta explosión con un renovador aire de ceremoniosa vivacidad, el cual reviste cabalmente a todos los chocantes cambios de swing que tienen lugar en buena parte de la segunda mitad de la pieza. El epílogo lleva lo ceremonioso a una dimensión fantasmagórica en medio de una magnífica ebullición sonora. Tenemos buenas razones para considerar a esta canción como el cénit del álbum, pero claro, se trata de un diagnóstico muy subjetivo.


‘Omen’, que dura casi 13 minutos enteros, prosigue en buena medida el carácter de la segunda pieza del álbum con la salvedad de que los pasajes más intensos son manejados con una ambientación más austera. Esto conlleva, casi de rebote, un importante énfasis en la faceta tenebrosa de la banda a través de la mayor parte de la paleta sonora que se va desplegando sin cesar. Una vez que el tema asienta y afianza su cuerpo central, el ensamble en bloque se dedica a ejercer una tremendamente inspirada orquestación de pasajes robustos sobre un esquema rítmico repleto de recursos sincopáticos. En este contexto, el ígneo flujo de los motivos sucesivamente interconectados desarrollan una garra maciza e imponente, eso hasta que llega el momento del epílogo y el ensamble se pone a elaborar una coda que apuesta por la búsqueda relativamente prolongada de un sosiego reflexivo. Para los últimos minutos, ‘First Step’ solo dura dos minutos, por lo que lo que tiene que decir se expresa de forma concisa: se trata de un retrato de meditabunda serenidad que se vehiculiza con un soterrado fulgor a través de los delicados fraseos del piano de cola, siendo así que las capas de mellotrón completan la atmósfera con sedosa y grisácea suavidad.  Los últimos 14 minutos del disco están ocupados por el magnífico tema ‘Bortglömda Gårdar’, el cual bien se puede describir como una expresionista síntesis de los ambientes y las estrategias melódicas que se han plasmado sistemáticamente en las dos primeras piezas del álbum. Las escalas de clavinet que abren la canción están diseñadas para reflejar una ambientación palaciega que, lejos de ostentar su áureo brillo, resalta la incertidumbre y la tirantez propias de un castillo embrujado. En efecto, esto que se anuncia se concreta al poco rato de la mano del ensamble en pleno. La majestad y la solemne sinuosidad de los diversos motivos que se van interconectando oscilan entre una extroversión densa y un tenebrismo solipsista… ¡y a veces se mezclan ambas cosas! Vuelven a hacerse presentes los arreglos de metales para dar un colorido extra a cierto pasaje, aunque, claro está, ese matiz de color no está para romper con la tensión predominante sino para realzar su esencial exuberancia. Algunos pasajes de sintetizador que entran a tallar en el último tercio añaden interesantes tonalidades cósmicas al asunto. Cerca del final, algunos gráciles entramados de flauta, mellotrón y sintetizador arman un bosquejo de la delicada interioridad de un alma que ya quiere irse a descansar tras haber presenciado todos los escenarios sónicos exhibidos por el repertorio total. Si ‘Omen’ se centraba principalmente en preservar la cosecha del tema #2 del álbum, ‘Bortglömda Gårdar’ desarrolla la estrategia de crear una tenaz y esplendorosa dialéctica entre los dos primeros temas, para así condensar sus instanciaciones de bruma y resplandor con un vigor tonificado. A fin de cuentas, consideramos que este último tema del álbum  también debe ser considerado como otro culmen expresivo del mismo.



“A Drop Of Light” es un catálogo de geniales expresiones progresivas que se siente muy placentera desde la escucha #1, mas una apropiada apreciación de su caleidoscópica belleza y de su inteligente artesanía musical exige una notablemente cantidad de atentas escuchas y meticulosas hermenéuticas melómanas. La gente de ALL TRAPS ON EARTH se ha lucido a lo grande con un trabajo bordado. Definitivamente, tenemos aquí una de las publicaciones progresivas más impresionantes que la escena escandinava ha brindado al mundo en este año 2018 que ya pronto se nos va.   


Muestras de “A Drop Of Light”.-

Bortglömda Gårdar: https://alltrapsonearth.bandcamp.com/track/bortgl-mda-g-rdar

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