Saturday, January 12, 2019

Una electrizante noria progresiva para nuestros oídos de parte de los FORGAS BAND PHENOMENA



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión hablaremos de uno de los discos más elegantes e intensos de la producción progresiva mundial que tuvo lugar durante el pasado año 2018: nos referimos a “L’Oreille Électrique”, quinto disco de estudio gestado por los franceses FORGAS BAND PHENOMENA (sexto en el cómputo total) y que fue publicado por el sello Cuneiform Records durante la primera mitad de noviembre del susodicho año 2018. El ensamble dirigido por el baterista Patrick Forgas – autor de todos los temas del álbum – se completa con Karolina Mlodecka [violín], Pierre Schmidt [guitarra], Sébastien Trognon [saxofones tenor, alto y soprano, y flauta], Dimitri Alexaline [trompeta, fliscorno y trombón], Gérard Prévost [bajo] e Igor Brover [pianos acústico y eléctrico]. Conservando la misma logística musical de los dos discos anteriores y preservando a buena parte del personal que se hizo presente en “Acte V” (su anterior trabajo de estudio, que data del año 2012), los FORGAS BAND PHENOMENA le dan un nuevo giro ingenioso y cautivador a la tuerca de su fusión de Canterbury y Zeuhl con fundamentos jazz-rockeros. Schmidt y Prévost son los nuevos chicos del barrio... aunque no hay mucho de nuevo en la labor de Prévost, quien, entre otras cosas, ha sido integrante de ZAO. ¡Una de las bandas influyentes en este grupo! “L’Oreille Électrique” fue grabado en el Studio Aéronef entre el 30 de octubre y el 1 de noviembre del año 2017: el disco está dedicado a las memorias de Alain Juliac y André Voltz, quienes fueron mánager e ingeniero de sonido del grupo. 


Ocupando los primeros 10 minutos del disco (o casi), ‘Délice Karmâ’ exhibe una ágil combinación de entusiasmo y gracilidad tanto en su desarrollo temático como en la mayor parte de su swing básico. Alternando fluidamente compases de 6/8 y 9/8 mientras transita entre pasajes plenamente extrovertidos y otros más contenidos, la precisa ingeniería melódica de este tema inicial se instaura con cristalina transparencia, abriendo algunos espacios estratégicos para sucesivos solos de los instrumentos de viento, del violín y de la guitarra. El karma a lo Zeuhl del piano eléctrico y la frescura a lo SOFT MACHINE (etapa 72-74) congenian muy bien. Durando prácticamente lo mismo – unos segundos más – el segundo tema del repertorio, que se titula ‘Septième Ciel’ establece una aureola totalmente distinta a la del primer tema. Esta vez tenemos una instancia de expresividades serenas articuladas en torno a vibraciones impresionistas, siendo así que el violín es el primer instrumento que sale al frente, siendo así que pronto compartirá el primer plano con la guitarra. El inusual compás de 5/4 es manejado primeramente con apacible mansedumbre y, luego, con un arduo dinamismo que permite al bloque instrumental soltarse sin romper con el delicado equilibrio esencial al esquema melódico en curso. Cuando todo se deriva sobre un compás de 6/8, los campos de apertura para la soltura de cada instrumento individual se acrecientan mientras que el núcleo temático asume un señorío cada vez  más imponente, llegando en algunos parajes a adquirir unos aires mediterráneos que ostentan dócilmente su dulce exotismo. Para los dos últimos minutos, el violín vuelve a  adquirir un protagonismo especial mientras los demás instrumentos le acompañan en este despliegue de sobrios coloridos sonoros. El título de este tema tiene valor sentimental pues es el mismo nombre del estudio donde el grupo, en el ya lejano año 2008,  hizo una grabación para un disco de tributo a MAGMA bajo la producción de Alain Juliac. 



La tercera pieza del disco es la homónima y su primer solo está a cargo del saxofón tenor, siendo pronto sucedido por la dupla de fliscorno y violín: la triangulación de batería, piano eléctrico y batería remite a la gracia saltarina de ‘Délice Karmâ’ sin ningún tapujo o disimulo. Para cuando llega el turno del solo de violín, el esquema rítmico se torna un poco más complejo, y así permanece mientras se proyectan espacios para los lucimientos individuales respectivos del piano eléctrico y el trombón. El último cuarto del tema comienza con una cadencia muy sobria desde la cual se elabora un crescendo cuyos cimientos habrán de ser llenados por un contundente solo de guitarra en el clímax concluyente. Algo muy a lo POTEMKINE, sin duda. Lo que hemos apreciado en ‘L’Oreille Électrique’ ha sido una remodelación orientada hacia un refinamiento más afiatado del bloque sonoro del grupo tal como se había diseñado para el tema de apertura, con lo cual perpetuó el cénit conquistado por ‘Septième Ciel’. Así las cosas, advertimos que ya hemos disfrutado de casi media hora de perpetuas glorias auditivas jazz-progresivas de parte de este excelso ensamble francés, mas todavía quedan más deleites musicales en el camino hacia el final del repertorio. Cuando llega el turno de ‘Crème Anglaise’, vemos a la banda decidida a intensificar los aspectos canteburianos de su propuesta mostrando abiertas afinidades con los HATFIELD AND THE NORTH del segundo disco y los SOFT MACHINE del sexto. Hay una actitud un poco más afilada en el sonido grupal, lo cual se debe en no poca medida a los roles más intensos que ejercen los vientos dentro del bloque general. Combinando el garbo imponente del segundo tema con la majestuosidad vivaz que caracterizó al tercero, la estructura polivalente de ‘Crème Anglaise’ se pasea por pasajes vivaces y otros circunspectos con aristocrática naturalidad. Al igual que en el caso de ‘Septième Ciel’, el carácter sereno del prólogo se apoya sobre la muy pulcra complicidad entre el piano eléctrico y el violín. Los últimos 12 ½ minutos del repertorio de “L’Oreille Électrique” están ocupados por ‘Pierre Angulaire’, el cénit decisivo del disco cuya culminante expresividad musical se basa en el establecimiento de una síntesis de las atmósferas y grooves que se desarrollaron en los tres ítems precedentes. Una vez más, el trípode de batería, bajo y piano eléctrico se destaca en la mezcla mientras que los demás instrumentos se apropian del núcleo melódico creado para la ocasión dentro de un ensamblaje muy refinado y muy meticuloso. Los espacios para los solos de guitarra, saxofón, violín y trompeta emergen con una mezcla de cautela y vigor. 


   

Todo esto es lo que se nos brindó a lo largo y ancho del repertorio de “L’Oreille Électrique”, un catálogo de extraordinarias grandezas sónicas donde el encuentro entre los discursos del Canterbury y del Zeuhl con orientaciones jazz-rockeras tiene un resplandor sólido y glorioso. Es una verdad inocultable e inocultable que la gente de FORGAS BAND PHENOMENA se ha lucido a lo grande en este disco que resultó ser uno de los más exquisitos del pasado disco 2018. Otra sublime victoria artística de parte de este ensamble dirigido por Patrick Forgas. ¡Obra recomendada al 300%!


Muestras de “L’Oreille Électrique”.-
Pierre Angulaire: https://cuneiformrecords.bandcamp.com/track/pierre-angulaire-corner-stone


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