Saturday, October 05, 2019

MOON MEN y su alunizaje #2



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión presentamos a un cuarteto estadounidense de rock psicodélico ecléctico que se llama MOON MEN, por motivo de su segundo disco “Uncomfortable Space Drobe”, publicado en el primer día del último mes del pasado año 2018. Un motivo un poco tardío, es verdad, pero, aún con la demora del caso, ha valido la pena descubrir a este grupo cuyos integrantes responden a los graciosos seudónimos de Admiral Eschaton Crater [guitarras, e-bow, efectos electrónicos, sintetizador Casio y grabaciones de campo], Billzilla [batería y percusión], Dom Fook [saxofones, clarinete y teclados] y Cthulhu Moone [bajos, guitarras y bronces]. Tras esos seudónimos se esconden las personas reales Bret Harold Hart, Dave Newhouse, Jerry King y Bill Jungwirth... sí, el segundo es uno de los integrantes de los legendarios THE MUFFINS. Las labores de grabación y producción de sonido fueron realizadas por Bret Hart (bueno, Admiral Eschaton Crater) en su HandMaid Studio de Carolina del Norte, en varias sesiones durante los meses de abril y mayo del 2018. El enfoque compositivo se basaba en diversas ideas presentadas por los cuatro integrantes para que luego, a través de un uso exhaustivo de los aparatos del estudio de grabación y con arreglos artificiales propios de la musique concrète, dirigir las sobregrabaciones de instrumentaciones adicionales sobre un groove específico o una atmósfera ya delineada en una pista básica. Con esta estrategia, la música resultante exuda aires de creatividad libre a la par que se siente una interacción cercana entre los participantes dentro del entramado tecnológico diseñado para la ocasión. El eclecticismo colectivo navega cómodamente por las mareas del space-rock, el RIO, el avant-jazz y el krautrock dentro de una bizarra unificación sonora. Bueno, veamos ahora los detalles de este repertorio contenido en “Uncomfortable Space Drobe”.

‘Pulsar’ pone las cosas en marcha con un talante grisáceo y solemne mientras los enclaves dispuestos por el piano eléctrico y la batería encauzan un matiz jazz-rockero para el patentemente cósmico jam en curso. Así las cosas, esta pieza combina el misterio de una espiritualidad distante con las vibraciones de un groove razonablemente llamativo. La dupla de ‘Dark They Were, And Golden-Eyed’ y ‘Phat Cranium’ se encarga de expandir eficazmente la paleta sonora que maneja el grupo a través de su espacio conjunto de 9 minutos. El primero de estos temas mencionados comienza con una capa minimalista de sintetizador, la cual pronto abre paso a un cuerpo central punzante y lisérgico que se asienta cómodamente sobre un esquema rítmico ostentosamente sofisticado. El bajo cumple un rol particularmente activo a la hora de insuflar al bloque sonoro de una agresividad señorial: incluso se erige como instrumento protagónico en el armazón de la sección epilogar. Por su parte, ‘Phat Cranium’ se concentra en establecer un puente entre los GONG de la fase 72-74 y el STEVE HILLAGE de la fase 75-79, añadiéndose algunos retazos un tanto Crimsonianos en los guitarreos. Tenemos aquí un ejercicio de space-rock con elementos notorios de jazz-rock y funk, aunque debe quedar claro que este último factor no es un contrapeso al nervio rockero que inunda a la pieza sino un activador adicional del mismo. Ante esta evidencia, no nos cabe duda de que a ‘Phat Cranium’ no le hubiese venido nada mal un arreglo más expansivo para que su fuego llamativo pudiese arder por un rato más, pero bueno, es así como lo dejaron los MOON MEN porque llega el turno de ‘Moon Men Luv Dance’. Esta pieza prosigue por la senda de frontal extroversión asentada por la pieza precedente pero, a la vez, retoma el filo lisérgico que ya hemos apreciado en el segundo tema del álbum. En medio de la arquitectura rítmica y los libres fraseos psicodélicos de la guitarra, los ornamentos de los múltiples saxos operan como el foco nuclear del entramado instrumental. 

El breve tema ‘Washer Song’ (dura 1 minutos y medio) comienza exhibiendo un groove jazz-rockero recubierto de absorbentes empujes prog-psicodélicos, para luego derivar en un breve ejercicio de punk-jazz: varias cosas suceden en un lapsus tan corto. Así las cosas, se abre la puerta para el arribo de ‘Antimatter Handshake’, un ejercicio de RIO al estilo de un híbrido de AKSAK MABOUL y ART BEARS a través del filtro de COSA BRAVA. Una idea musical sencilla es llevada a un nivel valiente de sofisticación progresiva a través de diversos implementos sonoros y un esquema rítmico de talante industrial: todo suena muy abstracto y muy grácil a la vez. Se sienten muy cortos los poco más de 3 ½ minutos que el cuarteto ha asignado a esta pieza, pero la vida y el disco tienen que continuar, por lo que ahora llegamos al turno de ‘The Mechanical Dog’. Esta pieza – cuyo título sospechamos que procede de la celebérrima novela de RAY BRADBURY Fahrenheit 451 – ahonda en el filo psicodélico con recovecos jazz-rockeos que ya se hicieron manifiestos y esquematizados en la pieza precedente. A todo eso se añade un vitalismo experimental que emana del complejo mecanismo gestado por la dupla rítmica, algo muy propio del RIO. Cuando en las últimas instancias entra a tallar la armónica y la guitarra emite unos fraseos blueseros, se nos viene a la cabeza el paradigma de la MAGIC BAND del extravagante icono del rock CAPTAIN BEEFHEART. ‘Banana Mountain And The Almond Milk Sea’ establece un dinamismo más solemne en comparación con la ilación de las tres piezas precedentes, creando una encrucijada entre el modelo del punk-jazz y la faceta más oscurantista de THE MUFFINS. Este tema suena suntuoso e inquietante a la vez, incluso con un cierto aire de amenazante incertidumbre. Durando poco más de 6 ¼ minutos, ‘Kai Ching Tai Ching’, el décimo tema del álbum, también es el más largo del mismo. Con un enfoque estilístico que se enfila hacia un encuentro entre el avant-prog y el nu-jazz (algo así como una cruza entre DOUBT, TORTOISE y THE MUFFINS), su primer cuerpo establece una cadencia mágicamente seductora, incluso con atisbos de mágica sensualidad. Con todo, también hay unos tarareos dadaístas que se contraponen a ello por medio del establecimiento de un recurso humorístico. El segundo cuerpo se asienta sobre un compás más notoriamente vivaz, y así, la aureola de sofisticación que domina a toda la pieza adquiere un fulgor más explícitamente abierto a la intervención de recursos psicodélicos de parte de la guitarra y los efectos de sintetizador (algo así como unos FAUST convertidos a la religión de JOHN ZORN). 

‘Magic Bread’ ostenta una espiritualidad extrovertida muy cercana a la que antes apreciamos en ‘Phat Cranium’ y ‘Moon Men Luv Dance’, pero la presencia de algunos elementos deconstuctivos (particularmente, el efímero bajón de ritmo que emerge a mitad de camino) añade un interesante recurso disruptivo al asunto. La pieza homónima del disco dura apenas 1 minuto y tres cuartos, y básicamente consiste en un ejercicio de free-jazz contaminado por algunos trucos caóticamente modernistas al modo de un ZAPPA poseído por el espíritu de los NEU! del segundo álbum. Una vez más, tenemos el caso de una pieza muy breve donde suceden muchas cosas. El cierre oficial del repertorio del disco viene de la mano de ‘M.M.1 – A.S.F.S. – Reprise’, una pieza de 4 ¾ minutos de duración donde el agente caótico introducido en ‘Uncomfortable Space Probe’ parece estar fortalecido por una implosión previa para luego expandirse aleatoria y apabullantemente a través del cosmos sonoro. He aquí una labor de deconstrucción musical elevada hacia una expresión particularmente incendiaria. Refiriéndonos ahora a los bonus tracks que solo aparecen en el blog de Bandcamp de MOON MEN, el primero de ellos se titula ‘Around The Solar System In A Tub’ y dura poco menos de 9 ¾ minutos. Sus atmósferas sobrias y aleatorias, que primero fluyen casualmente y luego se articulan sobre un groove reconocible, exhiben una expresividad cósmica que se sitúa en una cruza entre los GONG de la fase 1972-3 y los climas de experimentación libre a lo krautrock que apreciamos en los primeros discos de TANGERINE DREAM y de KRAFTWERK. El 0tro responde al nombre de ‘Clacking At The Clicking’ (un título muy a lo CAPTAIN BEEFHEART) y dura poco más de 4 minutos; su estrategia consiste en crear vibraciones caóticas desde las cuales los fraseos de la guitarra y los ornamentos de los teclados pueden explayarseen sonoridades disonantes. Se trata de una táctica masiva pero realizada con un talante genuinamente etéreo. Sin ser propiamente complacientes, estos dos temas se encuadrean en climas agradablemente llevaderos, por lo que se puede concluir que acompañan adecuadamente al repertorio del disco aquí reseñado. 

Ha sido un gusto enorme para nosotros descubrir a los MOON MEN, aunque haya sido con un poco de tardanza. “Uncomfortable Space Prob” es un disco sumamente interesante por causa de la versatilidad y el ingenio que exhiben los Sres. Admiral Eschaton Crater, Billzilla, Dom Fook y Cthulhu Moone a lo largo de los temas contenidos en él. Muy pronto volveremos a ellos porque hace muy poco tiempo publicaron su tercer disco, el cual ya será objeto de una próxima reseña. En este momento específico, recomendamos al 100% que el melómano progresivo investigue en todos los discos que tiene publicado el ensamble de los MOON MEN hasta la fecha: “Uncomfortable Space Prob” significó para nosotros la idónea vía de acceso a la nave musical de la banda, la cual ejecutó una impecable labor de alunizaje sonoro.

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