HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy
tenemos la estupenda ocasión de presentar el nuevo disco del excelso grupo
británico-escandinavo THIEVES’ KITCHEN, el cual está constituido por el núcleo
triádico de Amy Darby [voz], Phil Mercy [guitarras] y Thomas Johnson [teclados].
El disco en cuestión responde al nombre de “Genius Loci” y fue publicado en el
pasado 23 de setiembre por el sello The Merch Desk: se trata del séptimo
trabajo fonográfico de esta banda, la cual ha desarrollado su propio modelo de
música retro-progresiva sinfónica con amplias dosis de sensibilidades
folklóricas y pastoriles. En apoyo del trío colaboran dos excolegas de Johnson
en ÄNGLAGARD, quienes son el bajista Johan
Brand y la flautista Anna Holmgren, además del exbaterista de SANGUINE HUM Paul
Mallyon. La fecha de lanzamiento de este nuevo disco coincidió con el cuarto
aniversario de su antecesor “The Clockwork Universe”, y de hecho, “Genius Loci” recibe el
impacto de su predecesor en cuanto a los delineamientos estéticos empleados
para gestar y arreglar las nuevas composiciones. Eso sí, la particularidad de este nuevo disco está en su concepto central: las temáticas de las
letras se apartan del asunto cósmico y ahora se centran más en el contacto del
espíritu humano con sus propio interior y con el hábitat natural que rodea a su
corporeidad circundante. El título del álbum es la expresión latina para espíritu del lugar, que es la
peculiaridad de un punto en el espacio desde el cual se manifiesta al alma
humana, interpelándola. Darby se hizo cargo no solo de las letras de las piezas cantadas, sino también del arte y el diseño gráficos de la tapa de este nuevo disco. Bueno, veamos ahora los detalles de su repertorio.
Ocupando un espacio de 9 ½ minutos, ‘Eilmer’ abre el álbum
con el habitual derroche de claridad melódica y refinamiento extremo en la
elaboración de variadas atmósferas a través del ambicioso desarrollo temático
en curso. El cuerpo central halla pronto su núcleo operativo y el canto de
Darby también entra pronto en acción, siendo así que el oyente se familiariza
instantáneamente con la ambientación serena y reflexiva bajo la cual se
desarrollan las ilaciones melódicas en curso. La labor de los teclados es
bastante meticulosa y la dupla rítmica maneja muy fluidamente los ornamentos
sofisticados del swing central de la canción; de hecho, este swing utiliza
elementos jazzeros en varios pasajes, aunque sin duda se explora aquí el
territorio del prog sinfónico. Navegando sobre un medio tiempo, el colorido
patente en la refinada musicalidad de la arquitectura melódica hace sentir sus
vibraciones gráciles sin disimulo. Recién a poco de pasada la frontera del
quinto minuto es que entra a tallar un hermoso solo de guitarra cuyo lirismo se
emparenta cercanamente con el canto de dary. ‘Uffington’ es un tema más largo, superando
por poco la duración de 11 ½ minutos. Aquí sí se da una mayor expansión del
factor jazz-progresivo dentro de los bloques temáticos y también dentro de los
armazones de los grooves y esquemas rítmicos. De hecho, el elemento
sinfónico ha de quedar bastante opacado por el otro factor mencionado a lo largo de las prioritarias expansiones temáticas. En este enfoque estilístico abordado por la banda, encontramos un parentesco con lo que hacen bandas como HAPPY THE
MAN, WAPPA GAPPA y SARCOPHAGUS NOW: es como si un conglomerado de músicos de
esta banda hubiese hecho una remodelación de una maqueta perdida de los ECHOLYN
de “The End Is Beautiful”. La guitarra asume un protagonismo más intenso en la
base instrumental, siendo así que, en la mayor parte del tiempo, se hace cargo
de dirigir el dinamismo global de la instrumentación. Las titilaciones introspectivas
que inundan la sección final establecen un oportuno epílogo ensoñador al
asunto. ‘The Poison Garden’ es una bella pieza de piano y voz que toma la
ensoñación con la que concluyó la canción precedente y la convierte en
melancolía. El talante del piano se sitúa a medio camino entre el impresionismo
y el paradigma Gershwiniano.
El ítem más extenso del repertorio es el monumental ‘The Voice Of The Lar’, el
cual se extiende por 20 minutos y pico. La primera instancia está sostenida por
una etérea y minimalista capa de órgano sobre la que se instala un solo de
guitarra. El prólogo se toma su tiempo para instaurar su discurso antes de
dejar que el cuerpo central se empiece a soltar con un muy dinámico colorido, poco
antes de llegar a la frontera de los dos minutos y tres cuartos. Tras un buen
rato de expansiones fulgurosas, el todavía netamente instrumental desarrollo
temático vira hacia un compás de 6 /8 lento, y es a partir del octavo minuto y
medio que el canto de Darby entra a tallar. A partir de allí, tras una breve
instancia flotante y ensoñadora donde solo actúa el piano eléctrico, el bloque
instrumental retoma los dos motifs en una sucesión impolutamente organizada
mientras el canto se mantiene sólidamente en su perfil evocador. Poco antes de
llegar a la frontera del cuarto de hora, el bloque instrumental gesta otro
pasaje extrovertido y lo hace en base a un explayamiento de recursos Yessianos
(en consonancia con varios estándares de THE FLOWER KINGS y FARMHOUSE ODYSSEY).
Con la reaparición de la parte cantada, el grupo regresa por última vez al
cuerpo central, enfatizando los pasajes más entusiastas. ‘Mirie It Is’ es la
pieza encargada de cerrar el álbum, y en muchos aspectos, asume una posición de
retorno a la estilización contemplativa que había signado a la esencia de la
primera canción del repertorio. La aparición de la flauta en el bloque
sonoro realza eficazmente las vibraciones pastoriles sobre las cuales se
asienta el núcleo melódico. La letra y la base melódica de ‘Mirie It Is’
proceden de una canción de inicios del siglo XIII, la cual aparece transcrita
en uno de los copiosos archivos de la Biblioteca Bodleiana de Oxford. De hecho,
se trata de la canción secular en idioma inglés más antigua de la cual se tiene
noticia, y su letra es un lamento de la fragilidad del hombre ante las fuerzas
imperiosas del invierno. Aunque las últimas líneas que canta Darby son muy
parcas, aportan un oportuno aire de autoridad para consagrar una conclusión
contundente para la canción y para el álbum.
“Genius Loci” es una enorme belleza de disco que, aunque no trae algo propiamente nuevo respecto al disco precedente de esta banda, sí logra reafirmar su posicionamiento de gran relevancia dentro de la actual generación del rock progresivo sinfónico. Su lirismo es tremendamente cautivador y sus ambiciones melódicas son manejadas con suprema elegancia. THIEVES’ KITCHEN es un grupo que siempre vale la pena, por lo que recomendamos este nuevo disco que nos brinda al 100%.
Muestras
de “Genius Loci”.-
The Voice
Of The Lar: https://thieveskitchen.bandcamp.com/track/the-voice-of-the-lar
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