Thursday, January 02, 2020

IL GIARDINO ONIRICO regresan a lo grande con un patrón progresivo renovado


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

A inicios de octubre del pasado año 2019, más exactamente, en el segundo día de dicho mes, tuvimos la grata sorpresa de testificar la publicación del nuevo trabajo fonográfico del grupo italiano IL GIARDINO ONIRICO, el cual se titula “Apofenia”. El sello encargado de publicar el disco en cuestión es Lizard Records. Este tercer disco tiene la misión de suceder a los estupendos “Perigeo” y “Complesso K MMXIII”, discos que en los respectivos años 2012 y 2013 dieron buena cuenta de la mezcla de color, músculo y sofisticación psicodélica que el grupo sabía dar a su propia personalidad prog-sinfónica. Han pasado muchos años desde entonces, por lo que el evento actual de este nuevo disco, publicado por el sello G.T. Music Distribution, estará centrado en ver cómo ha logrado el grupo campear el temporal del imparable curso del tiempo a lo largo del repertorio que conforma “Apofenia”. El personal que gestó y grabó este nuevo disco está constituido, como siempre, por el guitarrista Stefano Avigliana, los teclistas Dariush Hakim y Emanuele Telli, el bajista Ettore Mazzarini y el baterista-percusionista Massimo Moscatelli. A lo largo del álbum, el grupo contó con las ocasionales cooperaciones del integrante de LA MASCHERA DI CERA Alessandro Corvaglia (canto en dos temas), Jenni Sorrenti (canto en un tema), Jenna “Sharm” Holdway (coros en un tema), el ensamble vocal Fuori Dal Coro (coro en tema), David Morucci (saxo en los temas #3 y #5) y Claudio Braccio (saxo en el tema #7). Como dato significativo, se trata de su disco más extenso hasta la fecha, con casi 78 minutos de música nueva, por lo que, de entrada, queda claro que el grupo ha mantenido una ebullición creativa fuerte durante todo este tiempo de hibernación en que dejó de grabar discos. Bueno, veamos ahora los detalles de “Apofenia”, ¿vale? 


Durando casi 12 ¼ minutos completos, ‘Onironauta’ abre el disco con un excelente juego de expansiones en sus desarrollos temáticos y en los asentamientos de sus sucesivas atmósferas. Todo comienza con un tenor Floydiano en las iniciales capas cósmicas de sintetizador, las mismas que terminan abriendo el camino para la irrupción de un suntuoso motif en el que el grupo hace gala de su habitual mezcla de exquisitez y densidad. Un segundo motif establece un groove ágil alimentado por un electrizante solo de guitarra (al modo de un híbrido entre Petrucci y Gilmour) y envuelto por refinadas orquestaciones de sintetizador. Mientras tanto, la armonización entre la dupla rítmica y la percusión computarizada permite al bloque sonoro global afirmar su posicionamiento con inagotable constancia. Estamos ahora en un territorio híbrido entre VESPERO, OZRIC TENTACLES y los GENESIS de fines de los 70s. Poco antes de tocar la frontera del décimo minuto y medio, el enclave sonoro se vuelve lento y ceremonioso para que el epílogo de esta pieza nos devuelva a la faceta más suntuosa del estándar Floydiano. Sigue a continuación ‘Scivolosa Simmetria’. Bajo la guía del piano, el ensamble íntegro muestra toda su musculatura desde el punto de partida con un motif inicial en 5/4 que sabe hacerse sentir radiante a través de su frenético swing. Las cosas se tornan un poco más sencillas para las partes cantadas, aunque el fulgor musical sigue intacto. El canto de Corvaglia tiene una expresividad muy peculiar, lo cual ayuda mucho a focalizar la aureola de seria extroversión que se plasma en todas y cada una de las partículas sonoras de la canción. Las florituras de la guitarra son demoledoras, de las mejores que escucharemos en todo el disco... Y con estos primeros temas del álbum ye tenemos instaurada una focalización musical tremendamente poderosa para lo que todavía queda del álbum. Esto acaba de comenzar, amigos. 

 

Siendo la segunda pieza más extensa del álbum con sus más de 12 ¾ minutos de duración, ‘Alétheia’ exhibe una oportuna variedad de atmósferas, la cual comienza con un ejercicio de sinfonismo cálido y sereno, centrado principalmente en realzar un ambiente de flotante introspección. Poco a poco se arma un ascenso fulguroso hacia un ejercicio de jazz-rock con claros tintes fusionescos donde la banda se regodea en sus aristas más extrovertidas. Los aportes del saxofón añaden un dinámico colorido al asunto. Una vez de regreso a la llana introspección, se arma un puente hacia un epílogo solemne cuyo núcleo central está en las capas y bases armónicas de los dos teclados; incluso se nota algún ligero matiz sombrío en ellas mientras la batería elabora suntuosos juegos de redobles para hacer que lo ceremonioso tenga también su buena dosis de filo rockero. Los temas cuarto y quinto del álbum tienen en común que duran más de 10 ½ minutos cada uno: se titulan ‘Mushin’ y ‘Apogeo’, respectivamente. ‘Mushin’ está inicialmente signado por una ambientación misteriosa y moderadamente dramática dentro de una estructura de balada progresiva. Al modo de una encrucijada entre los PINK FLOYD post-83, los MARILLION de los 90s y la KATE BUSH post-82, la banda desarrolla arreglos refinados para la sencilla claridad melódica sobre la cual se articulan los entrelazamientos entre la guitarra y los teclados. Mientras tanto, el canto de Jenni Sorrenti le da un empuje especial al aspecto dramático que mencionamos anteriormente. El fuerte componente cibernético de la coda en un tempo de 7/8 aporta una prestancia cósmica para una canción fabulosa que instaura un cénit para el álbum, lo mismo que hace la siguiente, titulada ‘Apogeo’. Esta pieza sintetiza la pomposidad arquitectónica de la pieza de apertura con la grandilocuencia modernista de la precedente, añadiendo un toque cuasi-prog-metalero en los pasajes más musculares; de hecho, los guitarreos, en su interacción con la dupla rítmica, nos remiten a un espacio intermedio entre los DREAM THEATER post-1999 y el paradigma desarrollado por HAKEN a partir de su segundo álbum. Se sienten particularmente ambiciosos los manejos de los cambios de ritmos y atmósferas así como los entramados melódicos que se dirigen desde la labor doble de los teclistas, una labor que halla un empuje crucial en la batería en varios pasajes de este excelente tema. Como dijimos, otro cénit del disco. 



Para ‘Un Nodo All’anima’, Corvaglia vuelve a colaborar como vocalista. La canción comienza reposada, absorta en una pasión contenida mientras desarrolla un esquema sonoro que se sitúa a medio camino entre los GENESIS de fines de los 70s y el estándar retro-prog italiano (al estilo de NOT A GOOD SIGN, SYNDONE y UNREAL CITY, por poner unos ejemplos). A poco de pasada la barrera del cuarto minuto, todo vira hacia un híbrido de prog-metal a lo INDUKTI, jazz-fusión de tenor mediteráneo y estándares Emersonianos, sostenido sobre un esquema rítmico inusual. La grandilocuencia sigue firme en la ingeniería global del álbum. Atención a los hermosos solos de guitarra acústica que salen al frente en algún momento; una cálida contraparte a los vuelos sicodélicos del solo de sintetizador que les seguirá de inmediato. La última pieza del repertorio es también la más extensa del mismo: dura casi 14 minutos y porta el bello título de ‘Lacrime Di Stelle’... Cómo no, se mantiene a la altura de toda la electrizante pomposidad que le ha precedido, siendo así que su sección prologar exhibe un aura dulcemente melancólica. Las intervenciones invitadas del saxo refuerzan el esplendor expresivo de dicha melancolía. Más adelante, las cosas se agilizan un poco dentro de una persistente atmósfera etérea que inunda los cauces melódicos por donde fluyen las orquestaciones gestoras del desarrollo temático. Una tercera sección vuelve a la serenidad melancólica, pero con una magnificencia imponente que, a fin de cuentas, perfila la misión de concluir la pieza con una ceremoniosidad contundente. “Apofenia” es, según nuestro balance general, la opera magna de IL GIARDINO ONIRICO: valió la pena esperar todo este tiempo que pasó entre su segundo trabajo fonográfico y este último que, por sí mismo, destaca como uno de los ítems más brillantes de la producción progresiva italiana del pasado año 2019. ¡Recomendado al 200!


Muestras de “Apofenia”.-
Mushin:  https://www.youtube.com/watch?v=kURPF_to4hY

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