Saturday, May 23, 2020

Revisión de un paseo vital para el legado avant-progresivo de los RASCAL REPORTERS



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En este día se da la gratísima ocasión de volver a pasear por el mundo musical del legendario dúo estadounidense de música avant-progresiva RASCAL REPORTERS, un ensamble que aún tiene mucho por dar que hablar a pesar de que está formalmente disuelto tras el fallecimiento de Steve Gore. El grupo se hace vigente con la iniciativa del sobreviviente Steve Kretzmer con su permanente labor de desempolvamiento de material inédito, reediciones de discos con bonus tracks y compleciones de composiciones que en su momento se quedaron a medio hacer. Bueno, en estos primeros meses del año 2020, tenemos un caso de la segunda modalidad, la reedición del tercer álbum del grupo “Ridin’ On A Bummer”, con dos bonus tracks. Este disco fue originalmente publicado en el año 1984 por el sello del propio dúo Hebbardesque Records: se trataba de su primer LP porque sus dos primeros trabajos se publicaron en formato de casete. Se trató de un trabajo tremendamente crucial para el desarrollo estilístico del grupo pues fue el primero que mostró un foco bien definido para su combativa visión del rock progresivo de tendencia RIO, tras la secuencia de sus dos primeros trabajos “Freaks Obscure” y “We’re God”; además, impulsó la germinación del siguiente álbum “Happy Accidents” (1988), el mismo que signó el asentamiento decisivo del paradigma artístico del dúo. Gore falleció en marzo del año 2009, un año después de la publicación del séptimo disco del grupo “The Mind Boggles”, considerado por muchos como una de sus obras maestras. Pero volvamos a “Ridin’ On A Bummer”: repetimos que su apreciación es necesaria para entender cuándo empezó a florecer el extravagante vitalismo que los RASCAL REPORTERS convirtieron en voz propia dentro del rock progresivo de vanguardia radical. Ya hubo una reedición de vigésimo aniversario en el año 2005 de este disco, con 8 bonus tracks, una cantidad enorme. Pero la gracia de esta nueva reedición es que contiene una versión medio minuto más larga del tercer tema, y contiene a la opus ‘Psychlops’ entera, con sus 13 minutos y pico de espacio. Lo habitual era encontrar fragmentos de la misma en reediciones de sus discos en CD. James Strain se encargó de los procesos de remezcla y nueva producción de sonido, mejorando el balance de los instrumentos amalgamados para superar las cortedades técnicas en la mezcla del disco original .

   

Como siempre, los dos Steves se repartieron las labores a los teclados, la batería, las guitarras, el bajo, el clarinete, la flauta dulce, la melódica, las percusiones y el canto, además de utilizar algo de percusión concreta con un reloj y una frazada (sí, como se lee). Pero además, el dúo tuvo el privilegio de contar con las geniales colaboraciones ocasionales de parte de Fred Frith (efectos de grabación y voz), Tim Hodgkinson (saxo alto y voz), Dave Newhouse (saxo tenor y percusión), Mary Ellen Rollins (cello), Gary Schumcher (guitarra eléctrica), Rick Barenholz (voz) y Bill Andrews (voz). Sí, hemos leído bien, esta lista de colaboradores incluye a grandes personajes de HENRY COW y THE MUFFINS. Bueno, yendo al material mismo de este ítem, comenzamos con la dupla de ‘Elements’ y ‘The Hills’, que ocupa un total de poco más de 6 minutos. La primera de estas piezas se centra sesuda y maniáticamente en explorar la faceta más surrealista y vivaracha del polivalente lenguaje progresivo. A punta de sobresaltos en las incansables variantes rítmicas y los coloridos instrumentales, anuncia con toda la honestidad del mundo qué es lo que tiene el oyente frente a su mente y a sus oídos. Por su parte, el segundo de estos temas nos sorprende con su guisa de balada nostálgica que se sitúa en las cercanías de la faceta introvertida del Canterbury. La principal fuente de color melódico de esta canción proviene del clarinete. Luego sigue la maratónica pieza ‘RIO’ – una de las más esenciales dentro de toda la trayectoria fonográfica del dúo –, la misma que se extiende hasta casi 16 ½ minutos. La ilación de los motivos aquí contenidos transitan entre la blancura virginal de lo sutil y la estrambótica oscuridad de la densidad experimental, con todos los matices que uno puede hallar en medio. Deconstrucciones que hibridizan los legados de FRANK ZAPPA y THE RESIDENTS, momentos de elegante delirio al estilo de los HENRY COW de los dos últimos álbumes, gráciles colores al modo de AKSAK MABOUL, juegos pseudo-carabeteros a lo SLAPP HAPPY y minimalistas exploraciones modernistas que nos remiten a FAUST y CLUSTER: todo esto se sazona convenientemente con efectos de lluvia, maquinarias operativas y vocalizaciones dadaístas. Curiosamente, el dúo se las apaña muy bien para hacer que todo esto no resulte extremadamente chocante al emplear grooves razonablemente serenos de tenor avant-jazzero para sustentar los diversos bloques sonoros que se van hilando a lo largo del camino. Lo que se gesta entre poco después de cruzar la frontera del séptimo minuto y antes de llegar a la del décimo minuto merece una mención especial: una intrigante y bella sonata de piano de matices impresionistas seguida de un motivo grupal muy saltarín donde se combinan lo grisáceo y lo fulguroso. ‘RIO’, con su propia manera de homenajear y parodiar en simultáneo al mal bautizado género rock-in-opposition, concreta una de sus manifestaciones más fabulosas en toda su historia. Gracias eternas a los Sres. Gore y Kezmer por esto... ¡pero todavía queda más! 

La miniatura ‘Mike Newfield’ exhibe una marcha celebratoria propia de un carnaval de marionetas, todo ello en base a órgano, sintetizador, melódica, arreglo coral y tambores marciales. Continuando por el tinte más jazzero dentro de la senda de múltiples extravagancias lúdicas que trazó la inverosímil ingeniería musical de ‘RIO’, los temas ‘Barrensphere’ y ‘Barrensphere Revisited’ – #5 y #8, respectivamente – exhiben sendos ejercicios de bizarra inteligencia vanguardista. ‘Barrensphere’ comienza con una cantata serena para luego abrir paso a un cuerpo central donde confluyen los paradigmas de THE MUFFINS y los SOFT MACHINE de la etapa 72-74. Mientras la dupla rítmica plantea una desafiante base para las sobriamente densas armonías de los teclados, el saxofón se suelta con un vigor elegante que hace que sus florituras disonantes se arropen bajo la más fina seda musical. ‘Barrensphere Revisited’, por su parte, baja un poco la nota de tensión para recurrir a elementos de lirismo flotante en sus pasajes iniciales. Más adelante, las cosas viran hacia una agilidad modernista que nos devuelven al cosmos de AKSAK MABOUL mientras incorpora también factores de ART BEARS. Definitivamente, el elemento RIO vuelve de lleno pero con la mirada fija en la vanguardia jazzera, enfrascada en sus propias inquietudes abstractas y absorbida por recursos cibernéticos. Para la sección final, el delirio cerebral Zappiano se impone mientras el extravagante swing de turno arma un nuevo esquema de trabajo más reconocible. En medio de estos dos temas se sitúan ‘Without Passion Or Peace’ y ‘Bones Chorale’. Dentro del patrón estético de los RASCAL REPORTERS, ‘Without Passion Or Peace’ resulta ser una de las piezas más bellas de todo su repertorio histórico, aunque nos pueda chocar al principio el alucinado frenesí de su sección prologar. Sin embargo, una vez que se apacigua esta tormenta de intrincados e inescrutables diabluras, se arma una ilación de refinados motivos marcados por la guía ya del órgano, ya del piano. Los aportes de la primera guitarra (muy distorsionada) y el sintetizador completan los cautivadores meandros de los desarrollos temáticos. Durando poco menos de 2 minutos, ‘Bones Chorale’ condensa con suma agilidad las estratagemas más pícaras del siempre desafiante ideario estético del grupo.


  

Tal como dijimos en el párrafo introductorio, la opus ‘Psychlops’ instala un momento cumbre muy significativo dentro del universo de los RASCAL REPORTERS. Pues bien, todo comienza con un motivo sereno de talante romántico, al modo de una balada de un musical de Broadway, pero con una instrumentación más propia del primer disco de THE MUFFINS o del segundo disco de AKSAK MABOUL. Mientras van tomando forma las variaciones sucesivas, el tenor se torna más satírico, aterrizando abruptamente en un aparatoso juego de abstracciones electrónicas a poco de pasada la frontera del quinto minuto. Éste, a su vez, es interrumpido por un breve soliloquio que abre la puerta a una bella melodía de tenor jazz fusion que aporta un necesario momento de serenidad (aunque no faltan los arreglos vocales de actitud farsesca). La última sección es una canción de estilo de jazz de vodevil con elementos añadidos de sátira Zappiana, un truco muy acorde con la ocasión. Ahora vamos a los dos 8 bonus tracks de esta reedición. ‘Paper Love’ alterna pasajes de balada pop psicodélica de los 60s con otros más movidos al estilo doo-wop donde las dulces cadencias de los cantos aportan un irresistible encanto al asunto. Los 10CC de los dos primeros álbumes hubiesen estado orgullosos de haber hecho esta canción, así como THE MOTHERS OF INVENTION en su faceta más ligera... pero se trata de algo creado por estos dos Daves. El segundo bonus track es ‘Psychlops (piano version)’, que es una versión de voz y piano de una de las primeras secciones de la suite homónima. Lo que suena nos evoca a un salón de jazz ya vacío donde el pianista se entretiene tocando una pieza de espíritu crepuscular por el simple gusto de hacerlo. Bueno, aquí termina nuestro repaso de esta excelente revisión de un paseo vital para el legado avant-progresivo de los RASCAL REPORTERS que supone la presente reedición de “Ridin’ On A Bummer”. Desde ya la consideramos como uno de los rescates fonográficos más valiosos dentro del mundo progresivo en los últimos años, y cómo no, lo consideramos como un ítem infaltable en cualquier buena fonoteca de música vanguardista de las cuatro últimas décadas. Este ítem no anula sino que complementa a la anteriormente mencionada reedición de vigésimo aniversario: incluso tuvo una portada diferente, pero nos gusta más la portada azul original. Como sea, todo lo que venga de parte de los RASCAL REPORTERS es bienvenido en cualquier colección de música progresiva abierta a las propuestas más osadas y traviesas del género. 


Muestras de “Ridin’ On A Bummer” (2020).-

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