MANNA / MIRAGE: el perfecto autorretrato del avant-progresivo estadounidense contemporáneo
HOLA, AMIGOS DE
AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy tenemos el enorme gusto
de presentar el nuevo trabajo fonográfico del proyecto liderado por el vientista-teclista Dave Newhouse MANNA / MIRAGE, el cual fue creado para continuar con el legado estilístico
de esa banda luminaria de la vanguardia progresiva que fue THE MUFFINS. El disco
en cuestión se titula “Face” y fue publicado por el sello New House Music –
propiedad de Dave, claro está – a mediados del pasado mes de julio, siendo el
tercer ítem de su vigente discografía. Además de utilizar su habitual arsenal
de teclados, saxofones soprano, alto, tenor y barítono, y maderas, el maestro Newhouse se
hace acompañar a lo largo del álbum por un nutrido personal que incluye a Guy
Segers (bajo), Sean Rickman (batería), Mark Stanley (guitarra), Jerry King (bajo,
guitarra, trompeta y trombón), Bret Hart (guitarra), William Jungwirth
(batería), Forrest Fang (violín), Rich O’Meara (marimba), Nick Prol (canto), Greg
Segal (percusiones concretas, pito de tren y silbato pato) y George Newhouse (batería). Algunos de estos músicos son integrantes o colaboradores de MOON MEN y DIRATZ, dos colectivos de los cuales forma parte el propio Newhouse, y también está aquí el gran Guy Segers, veterano de UNIVERS ZERO y PRESENT, además de gestor de la ECLECTIC MAYBE BAND y otros proyectos vanguardistas notables del nuevo milenio. De todos ellos, King es, además, coautor de un tema junto a Newhouse, quien compuso exclusivamente todos los demás. En cuanto a la portada de “Face”, ella se basa en un cuadro hecho por el ya fallecido pintor italiano Serge
Serghejev; Newhouse se convirtió en un admirador de su obra hasta el punto de
que el material de este disco está inspirado por su abordaje abstracto de las
artes plásticas, y por ello se lo dedica a su memoria. Newhouse dirigió las sesiones de grabación de este material en los Abin Sur Studios de New Market, en el estado de Maryland. Las posteriores labores de mezcla y masterización se realizaron en los Orion Studios de Baltimore, también en Maryland. Bueno, veamos ahora los detalles del disco en sí.
Durando poco más de 8 ¾ minutos,
‘There Was No Flower, And The Autumn Leaves Fall’ abre el repertorio. Los golpes cáusticos de piano imponen un prólogo grave y parsimonioso que no tarda mucho en tornarse solemne con los sucesivos ornamentos de bajo y órgano con los cuales se prepara la decisiva irrupción del bloque instrumental. Una vez sucedido esto, ya no hay marcha atrás en lo relativo a la construcción e instalación de un clima inquietante que se coloca en el intermedio entre lo cálidamente sugerente y lo abiertamente tenebroso, algo así como una fraternidad improbable entre los paradigmas de NATIONAL HEALTH y de PRESENT. Los recursos de densidad que operan a lo largo del desarrollo temático se asientan cómodamente sobre las desafiantes variantes de los siempre complejos swings armados por la dupla rítmica. Los minutos pasan volando con este realmente impactante inicio de álbum. Luego sigue
‘Monkey In His Head’, pieza que empieza con un groove fenomenal que nos remite
a una cruza entre los paradigmas de EGG y de los HENRY COW del primer álbum, algo muy diferente del ambiente central en torno al cual giraba el desarrollo de la pieza de entrada. La
añadida dosis de densidad presente tanto en los fraseos flotantes de la
guitarra como en las sofisticadas líneas de bajo sirve de efectivo contrapunto
al jovial swing mayormente establecido por la batería. Una vez que se detiene
la batería, la segunda parte instaura un minimalista clima sombrío en el que la
densidad ya presente inunda todos los espacios sonoros; ahora hemos entrado al
terreno del patrón Crimsoniano de la fase 73-74 con matices nuevamente añadidos del RIO francófono. Un gran cénit del álbum tras otro en esta dupla inicial que nos deja con la boca abierta. La subsiguiente secuencia de ‘Atomic Buddha’ y ‘Island Of Dr. Noreau’ sirve para que el ensamble
rotante siga explorando estrategias interesantes de creatividad avant-progresiva.
En el primero de estos temas mencionados, la pauta general es la de la extroversión ágil alimentada de una gracilidad exquisita que se explaya fluidamente a lo largo de las variantes de motif y compás. Los momentos reposados en los que el órgano marca la pauta elaboran un sólido vínculo dialéctico con esos otros en los que la dupla rítmica empujan al bloque sonoro a establecer un juego de dinamismos bien perfilados. Es en estos últimos que el saxo brilla con mesurada exuberancia. Por su parte, el segundo
de éstos se centra en una espiritualidad contemplativa en base a la utilización de una atmósfera crepuscular para el cuerpo central, siendo así que el ensamble de vientos dirige su desarrollo temático. El pasaje epilogar vuelve de lleno a la densidad de tenor chamber-rock, un viraje crucial y sorprendente.
‘Tunnels And Domes’ se centra fehacientemente en el patrón del Canterbury, estableciendo nexos con los modelos de los SOFT MACHINE del periodo 71-73 y HATFIELD AND THE NORTH, con una buena cuota de vibraciones jazz-progresivas que se sienten muy cercanas al disco debut de THE MUFFINS. Para la sección final, el piano y la guitarra dirigen la proyección de una cálida aureola contemplativa. La pieza incluye un fabuloso solo de guitarra a cargo de Stanley, de los mejores del álbum. De por sí, ‘Tunnels And Domes’ se erige como otro momento culminante del repertorio. ‘Road To Palace Oblivion’ tiene
la misión de brindar un recurso de jolgorio casi surrealista con su manera de
brindar una versión retorcidamente Zappiana de una ambientación Dixieland dentro de un laboratorio de experimentación sonora administrado por JOHN CAGE,
recurriendo a un ensamble de saxofones, percusiones concretas y algún que otro
sonido de silbato. La vitalidad candorosa que empuja al desarrollo temático
está absorbida por una entrañable espiritualidad lúdica. Hay una naturaleza ambiental en esta pieza que se condice con el objeto de inspiración de la misma: la casa de Tom Scott, el otro teclista-vientista de THE MUFFINS, situada en, y que sirvió para cobijar innumerables sesiones de ensayo para la susodicha banda. El final del disco llega
de la mano de ‘Fly Away’, una elegía que Newhouse compuso para su madre; la letra fue escrita recogiendo sus reflexiones sobre este triste e inevitable evento, incluyendo algunas últimas palabras que él realmente dijo a su madre durante ese inevitable trance. La estructura de la canción es de balada progresiva con ciertos tonos jazzeros y una buena deuda con el paradigma de PHILIP GLASS. Aunque el motivo de inspiración es triste, el espíritu de la canción es sereno y con una sobria dosis de majestuosidad. Esto es todo lo que se nos ha brindado en “Face” en
el transcurso de 38 ½ minutos, y realmente no hacía falta al maestro Dave
Newhouse y sus colaboradores mucho más tiempo para elaborar un trabajo de
exquisita factura, tan aventurero como evocador. Como entidad musical, MANNA / MIRAGE ha impuesto una renovada modalidad de osada excelencia con este hermoso y peculiar álbum,
totalmente recomendable para cualquier buena fonoteca de música progresiva de
genuina actitud visionaria. En muchos sentidos, este disco resulta ser el perfecto autorretrato del avant-progresivo estadounidense contemporáneo... ¡y eso que tiene a muchos veteranos dentro!
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