El diario progresivo experimental de los costarricenses MIMAYATO
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Un poco tardíamente, pero con el entusiasmo de siempre presentamos aquí
el disco del dúo costarricense MIMAYATO, el cual se titula “El Diario Del Dr.
Chapuí” y fue publicado en la segunda mitad del pasado año 2019, tanto en el blog de Bandcamp del grupo como en formato de CD. Más recientemente, en este mismo mes de diciembre de 2020, el sello Unicornio De Origami realizó una edición limitada en casete. El personal de MIMAYATO está conformado por el dúo de Abel Guier [bajo] y Alberto Moreno
[contrabajo]: el encuentro de dos mentes formadas escolásticamente en mundos tan diferentes entre sí como el del rock y el de la música académica, un encuentro diseñado para gestar una propuesta progresiva novedosa y sumamente interesante. El disco en cuestión fue producido, grabado, mezclado y
masterizado por Federico Miranda en Baula Producciones; Miranda, además, se
hizo cargo de las programaciones, los arreglos de cuerdas para un tema y la guitarra
eléctrica en otro. Por su parte, Martha Palacio intervino al canto en el
segundo tema del álbum. Lo que encontramos en “El Diario Del Dr. Chapuí” es una
propuesta de rock progresivo experimental que equilibra desarrollos temáticos
con atmósferas, siendo éstas predominantemente circunscritas a lo denso o a lo
crepuscular, lo cual se siente muy natural debido al enfoque musical
explícitamente asumido por un bajista y un contrabajista que se asocian. Todo el material del disco fue compuesto por Guier y Moreno, estando el primero de ellos a cargo de las letras en esos pocos momentos en los que aparecen.
El disco se abre con ‘La Fuga Del Dr. Chapuí’, el cual conecta los
mundos del KING CRIMSON de los 80s y de los AFTER CRYING de los cinco primeros
álbumes a través de un muy ágil groove sostenido sobre un compás inusual. Los absorbentes
colores que emanan del contrabajo con arco imponen un gancho llamativo y grácil
mientras el bajo llena espacios con su sofisticada manera de abordar su rol
dentro de la base rítmica. Gran inicio de álbum. Luego sigue ‘Happy King’ con
la misión de desdecirse de lo anterior para elaborar un envolvente y cadencioso
ejercicio de jazz introspectivo al modo de un PORTISHEAD contaminado por
TORTOISE. No es tanto tristeza como exploración contemplativa desde los más
recónditos rincones del yo lo que se exhibe en esta bella y misteriosa canción.
A mitad de camino, el bajo asume un sonido y una cadencia más agresivas, como
si la melancolía inicial hubiese sido reemplazada por un tipo de resolución. Para
las instancias finales, la pieza regresa a su clima inicial. Con la dupla de ‘Retrospectiva’
y ‘Fuego De Mar’, el ensamble se dispone a seguir explorando recursos
expresivos motivados por la idea de enriquecer la propuesta del álbum… Y la
vedad que todo sale de las mil maravillas. El primero de estos temas
mencionados refleja un vigor extrovertido que fluye naturalmente a través de
las síncopas programadas, así como en esos otros momentos en los que se ausenta
la batería programada. Hay un halo de exquisita exaltación que brilla de cabo a
rabo durante el desarrollo temático de ‘Retrospectiva’. En cuanto a ‘Fuego De
Mar’, a través de sus 3 ¾ minutos de duración se enfoca en una atmósfera
solipsista e inescrutablemente minimalista sobre un swing en 3/4 que transita
de lo étnico a lo académico con impoluta naturalidad. Noctámbulo y ensoñador,
este tema evoca lo que parece ser una pesadumbre escondida. El quinto tema del
álbum es bipartito y responde al título de ‘Fantasmas De Amón / Mrs. Flubber Y La
Aplastante “Diminutez” Del Todo’. Comienza recogiendo los ecos de absorbente
misterio de la pieza precedente, aunque con una dosis un poco mayor (solo un
poco) de exuberancia, además de un notable aumento de la densidad. Para la
segunda mitad, el ensamble vira hacia un clima más vibrante, exudando una soltura bastante ágil. Además, se añade trucos oníricos y surrealistas al susodicho nuevo clima a
fin de darle un retorcimiento muy dinámico, lo cual termina siendo sugerentemente
extravagante a fin de potenciar el resultado deseado. Otro momento culminante del álbum; cabe añadir que esta pieza fue compuesta para la banda sonora del cortometraje del director Jorge M. Rodrigo Por Delante.
‘Solo Contra El Bajo Y Profundo Azul’ comienza con una proclama
exultante del contrabajo con arco para luego instaurar un cuerpo central muy sobrio
en base a las espartanas bases del bajo; sobre éstas, el contrabajo delinea nuevos
paisajes sonoros centrados en lo contemplativo y lo melancólico, concluyendo
esta última sección con un final abierto, un aire de expectativa. Es como si la atmósfera evocadora de la pieza aún estuviese proyectándose hacia un horizonte indefinido. Durando 12 minutos y pico, ‘Hotel Chapuí’
es la pieza más extensa del repertorio y también es la encargada de cerrarlo, y lo hace con una aureola de magnificencia terminal. Aquí,
los dos instrumentos exploran a fondo los ribetes impresionistas que estuvieron
presentes, en mayor o menor medida, en el repertorio precedente, pero esta vez
se trata del núcleo central de la creatividad que sustenta a los diversos
motivos y climas que se van sucediendo. Si bien todo comienza muy reservado y
sigiloso (casi a lo UNIVERS ZERO), poco antes de llegar a la frontera del
quinto minuto nos damos cuenta de que se ha estado elaborando un crescendo muy
sutil que ha arribado a un clímax de tensa furia. Tensa, pero no apabullante,
siempre arropada por un manto de exquisita fineza. Cuando todo se silencia por
un rato, el cántico desganado y un tanto desafiante de “Y así caí de mi
viejo pedestal... / ¿A quién pondrás mientras yo vuelva arriba en el altar?”
empuja a la pieza a edificar un nuevo motivo, esta vez con un enfoque ácido que
facilita un nuevo giro de tuerca a la ya bien instalada furia. Hay unas
vibraciones épicas que resuenan con una magnificencia mecánica por un rato
antes de que todo se desintegre y se remodele para permitir un regreso a la solemnidad
crepuscular, casi coqueteando con lo tenebroso. Los últimos segundos apuntan a
un remanso, un solaz relajado. Todo esto fue “El Diario Del Dr. Chapuí”, un
disco que pone sobre el tapete de la vanguardia costarricense a MIMAYATO, un
dúo al que vale mucho la pena descubrir: este ensamble ha requerido de menos de 40 minutos para instaurar una propuesta muy valiosa para la apertura de nuevos horizontes en el gran escenario progresivo de Latinoamérica. Esperamos pronto nuevas noticias de
este proyecto bicéfalo, pues la verdad es que este disco nos ha complacido una
enormidad.
Muy buena la textura sonora. Gracias por la data César
ReplyDeleteGracias por tu atención, amigo Diego.
ReplyDeleteCésar Inca