Friday, May 14, 2021

La fructífera tercera cosecha progresiva de los griegos CICCADA



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
El universo de la música progresiva está de plácemes porque ya se ha concretado el lanzamiento de uno de los discos más esperados del presente año: “Harvest” del grupo griego CICCADA, publicado el pasado 23 de abril por el sello británico Bad Elephant Music. Este tercer disco de larga duración de CICCADA tiene sobre sus hombros el deber de suceder a “The Finest Of Miracles” tras seis años, un álbum permanece en nuestra memoria como uno de los más hermosos muestrarios de folk-prog con tenor ecléctico de los últimos 11 años. Para la realización de “Harvest”, este ensamble ateniense se amplió bastante, constando de las vocalistas Dimi Spela y Evangelia Kozoni, Yorgos Mouhos [guitarras eléctrica y acústicas de 6 y 12 cuerdas, y voz], Nicolas Nikolopoulos [flauta, clarinete, saxofones tenor y barítono, flauta dulce, pianos acústico y eléctrico, órgano, mellotrón, sintetizadores, clavicordio, claviner, glockenspiel y coros], Marietta Tsakmakli [saxofones soprano, alto y barítono, y coros], Aggelos Malisovas [bajos con y sin trastes] y Yiannis Iliakis [batería, percusión y coros]. Todas las canciones contenidas en este nuevo repertorio fueron compuestas por Mouhos y Nikolopoulos, y la verdad que capturan fehacientemente un ingenioso enfoque de la línea musical esencial de CICCADA, dándole un vigor renovado a su esquema sonoro. Bueno, veamos ahora los detalles de este disco, ¿vale?


La tríada inicial del álbum nos pone frente a nuestros ojos el mapa sonoro general del álbum, comenzando con ‘Eniania (Keepers Of The Midnight Harvest)’ y terminando con ‘The Old Man And The Butterfly’: el primero de estos temas dura poco menos de 7 ½ minutos y el último, poco más de 7 ¾ minutos. La pieza de entrada pone sobre el tapete un despliegue de sonoridades serenas bajo un ropaje preciosistamente exuberante, lo cual se traduce en un cobijo majestuoso para el etéreo desarrollo de los centros temáticos de fuerte carga pastoral. Es como una hibridización entre el paradigma de CELESTE y el patrón de los tres primeros álbumes de WHITE WILLOW, añadiéndose algunos elementos de la faceta más exultante de los dos primeros álbumes de QUIDAM. Las maderas y los saxos se interconectan en su guía compartida para la mayor parte del esquema melódico, mientras que la batería maneja con elegante soltura los cambios de ritmo que surgen en el camino. Por su parte, ‘The Old Man And The Butterfly’ se dedica a enfatizar el colorido vitalista reinante en la canción precedente para brindarle mayores dosis de sofisticación expresiva e intensidad refulgente. A través de una delicada exploración de los filtros neo-Canterburyanos de unos THIEVES’ KITCHEN o unos LOST CROWNS, el grupo inserta unos efectivos aires jazz-progresivos en varios pasajes de la versátil arquitectura rítmica de esta pieza. Un cénit del álbum, así como también lo es el tema que se sitúa en medio de ellos, titulado ‘Open Wings’. Manteniéndose fiel a su ideología de radiantes musicalidades, el grupo realiza el enfoque musical de este segundo ítem del álbum bajo la frontal influencia de los JETHRO TULL de la fase 77-79. La agilidad esencial al espíritu jovial de la composición va discurriendo naturalmente mientras, a mitad de camino, algunos recursos de vigor rockero se entrometen para explorar más a fondo las vibraciones enérgicas que perpetuamente empujan al entramado instrumental mientras las partes vocales elaboran un gentil sortilegio. ¡Recién llegamos al ecuador del disco y ya estamos totalmente impactados por lo que se va mostrando!... Pero todavía hay más. 

‘No Man’s Land’ comienza con un prólogo de temple Floydiano basado en el poderoso lamento de la guitarra eléctrica sobre una capa de órgano, pero pronto emerge un cuerpo central que agita masivamente varias referencias progresivas de los viejos años 70s, los mismos que van desde GRYPHON hasta GENESIS, pasando por JETHRO TULL y GENTLE GIANT. Durante el desarrollo temático, hay una presencia importante de pasajes melancólicos, eficazmente realzados por las vocales femeninas (incluyendo un ceremonioso soliloquio). De todas maneras, no faltan los interludios más animados que se encuadran en complejos esquemas rítmicos. Otro incuestionable culmen del álbum. ‘Who’s To Decide?’ nos sorprende con sus vibraciones jazz-rockeras desde los primeros instantes, marcados por la grácil agilidad de la dupla rítmica. La verdad que esto suena a un inaudito pero muy agradable híbrido de HATFIELD AND THE NORTH y los PREMIATA FORNERIA MARCONI de la fase 74-75. Más adelante hay un ejercicio de estilizada densidad que enriquece al dinamismo integral de la pieza. Dentro de la normativa estética de CICCADA, una pieza así encarna el contraste perfecto frente a las peculiares vibraciones meditabundas de ‘No Man’s Land’. Siendo el tema más largo del repertorio con sus poco menos de 12 ¾ minutos de duración, ‘Queen Of Wishes’ cumple con la función de cerrar a lo grande el álbum, y ya desde el punto de partida, con ese solemne prólogo pastoral marcado por las maderas, el grupo expone claramente sus intenciones. Pronto, las partes cantadas emergen para amalgamarse consistentemente con las marañas instrumentales, estando éstas inmersas en una línea de trabajo que también reconocemos en bandas como JORDSJØ y AGUSA, así como en HÖSTSONATEN: un equilibrio entre lo rockero y lo pastoral dentro de un convincente enclave progresivo que alterna estrategias de ilación y contraste. Básicamente, hallamos aquí una síntesis de las atmósferas centrales de las piezas primera y cuarta, con el plus de que en los pasajes más aguerridos se permite a la guitarra solista mostrar un punche más directo. Todo esto fue lo que se nos brindó en este hermoso álbum titulado “Harvest”, una auténtica cosecha de música progresiva óptimamente exquisita de parte del ensamble griego CICCADA, cumpliendo en gran medida con las expectativas despertadas por el magnífico camino evolutivo que el grupo concretó en la secuencia de sus dos discos precedentes. 

Aunque no es tan brillante como su predecesor, este nuevo álbum hace un generoso derroche de colorido e inteligencia arquitectónica a través de sus inagotablemente floridos desarrollos temáticos; es por ello que no nos deberá extrañar que “Harvest” se sitúe en posiciones muy altas en los rankings progresivos de fines de este año 2021 cuando llegue el momento de esas habituales encuestas. El colectivo de CICCADA ha recogido una fructífera y fenomenal tercera cosecha musical con este trabajo totalmente recomendable para una buena colección de música progresiva; este grupo griego se mantiene firme en la cima del prog europeo de los últimos 11 años.


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