Saturday, July 17, 2021

AZIOLA CRY: un concepto irónico arropado por una grandilocuente propuesta metal-progresiva

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión presentamos al trío instrumental estadounidense AZIOLA CRY so pretexto del reciente lanzamiento de su disco de estudio “The Ironic Divide”: más exactamente, el pasado 26 de marzo, por vía del sello The Laser’s Edge. El colectivo de AZIOLA CRY está asentado en Illinois, Chicago, y está conformado por Jason Blake [Warr Guitar], Mike Milaniak [guitarras] y Tommy Murray [batería]. Su línea de trabajo es una modalidad experimental y ecléctica de prog-metal, juntando mentes y voluntades forjadas por sus propios talentos individuales y por sus respectivas veteranías. Haciendo un poco de historia, AZIOLA CRY comenzó a inicios del nuevo milenio bajo la iniciativa de Blake, quien quería encontrar un espacio particular para sus composiciones fuera de las esferas habituales del rock metalero. Con el guitarrista Mike Milaniak y el baterista Tim Stickradt se completó el bloque grupal, el cual grabó el disco “Ellipsis” en el año 2005 y, dos años después, el EP “Ghost Conversation”. Tras la partida del baterista original, Murray entró en escena para ocupar su lugar, siendo así que entre tiempos en que cada integrante no estaba ocupado con otros proyectos, se pudo gestar, completar y publicar este segundo trabajo de larga duración tras varios años de hiato. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio contenido en “The Ironic Divide”.


Durando poco más de 9 ½ minutos, ‘And Cowards’ da inicio al álbum con todo, realizando exploraciones arquitectónicas de atmósferas y grooves que, básicamente, instauran una cruza entre los paradigmas de FATES WARNING, CANVAS SOLARIS, TOOL y los STICK MEN (en su faceta más aguerrida). Las puntualizaciones y énfasis están puestos en las bases armónicas a la hora de encuadrar el desarrollo temático del cuerpo central. Un interludio que surge a poco de pasada la frontera del tercer minuto vira hacia una dinámica un poco más aligerada, aunque las vibraciones macizas siguen muy en pie. Un segundo interludio, bastante breve, apela a una atmósfera parsimoniosa que hace que el resurgimiento del imperio de la lógica prog-metalera en clave arquitectónica lo haga sobre un swing más constreñido. Mientras tanto, la guitarra brinda un solo alucinante cerca del cortante clímax conclusivo. ¡Estupendo inicio de álbum! ‘Hollow Reflections’ sigue a continuación para exhibir, en su primera mitad, un retrato musical de sobriedad contemplativa con fundamentos jazz-progresivos, los mismos que asimilan trazas de la psicodelia neurótica de esencia Crimsoniana. La guitarra dibuja solos sutiles y delicados en ciertos pasajes estratégicos. Para la segunda mitad, el trío realiza un drástico viraje hacia una musculatura contundente empujada por una extroversión estilizadamente machacona y signada por una atmósfera moderadamente sombría. Para el epílogo, regresa el motif original, redondeando eficazmente la faena. El ítem central del disco es la suite homónima, la cual dura 21 minutos y pico y está dividida en cuatro secciones ‘Premonitions’, ‘A Torment Of Reason’, ‘Distort Persona’ y ‘One Final Collapse’. ‘The Ironic Divide’ empieza con un impulso bien articulado sobre un compás inusual a medio tiempo, lo cual permite que los aspectos machacones del groove se realcen contundentemente, así como una potenciación de las variantes ocasionales que van surgiendo. Poco antes de la frontera del sexto minuto y medio, el nervio rockero y el groove se incrementan, exigiendo así a los instrumentos a realizar ornamentos más ampulosos. Alrededor de la frontera del décimo minuto, un breve interludio de Warr Guitar anuncia una exploración Crimson-Tooliana de atmósferas misteriosas que coquetean marginalmente con lo siniestro, aunque más bien se trata de una tensión nebulosa que, en algún pasaje estratégico, se suelta. Una vez terminado este tiempo de vibraciones crepusculares llega otro de fulgores inquietos y robustos con los que el trío articula y fortifica un culmen prog-metalero alimentado por matices math-core. De paso, hay un fabuloso solo de guitarra que emerge en la frontera del minutos 19.
 

Tras la tremenda suite llega el momento del cierre del disco, y éste llega de la mano de ‘Scars Now Rest Where Once Bore Wings’, tema que dura poco menos de 12 ½ minutos. Su base expresiva reside en una actitud ceremoniosa marcada en niveles equitativos por una estructuración de traqueteos ingenieriles y una exploración de climas densos. Más adelante, todo se dinamiza de una forma notoria para llevarnos a un terreno cruzado de CANVAS SOLARIS y EXIVIOUS, con algunos elementos de la faz más agresiva de GEPH. La batería a veces usa ornamentos a lo Neal Peart cuando el enclave grupal procura elevar su estrategia musical a una instancia particularmente sofisticada. Cuando regresan los aires ceremoniosos, éstos recogen el impacto de la fortaleza sistemática que sustentaba a la sección precedente. Para los últimos minutos, el trío gesta una ambientación extrovertida que se enmarca en una soltura particularmente luminosa, sin sacrificar un ápice de sus ambiciones progresivas. Todo esto fue “The Ironic Divide”, un formidable trabajo que reactiva la escena actual del prog-metal experimental. La gente de AZIOLA CRY se ha lucido a lo grande y por ello merece nuestra atención, así como nuestra total recomendación para todos los apreciadores y coleccionistas de las vertientes más filudas del discurso metal-progresivo. A pesar del título irónico que ostenta, esta obra es genuinamente una concreción de inspiradas y grandilocuentes musicalidades dentro del rock artístico.



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