HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy tenemos la muy agradable ocasión de presentar “Pageant Of Beasts”, el nuevo trabajo fonográfico del estupendo ensamble retro-progresivo escocés BIG HOGG, el mismo que fue publicado el pasado 18 de junio por el sello Bad Elephant Music. Se trata del tercer disco de estudio de la banda (que también tiene en su haber un recopilatorio de viejas canciones de sus primeros años, entre 2010 y 2012), el mismo que le permite reforzar y afianzar su bien definido esquema estético. Asentado en la ciudad de Glasgow, este colectivo está conformado por la nutrida alineación de Justin Lumsden [guitarras y voz], Sophie Sexon [flauta y voz], Ross McCrae [trombón y piano eléctrico], Richard Merchant [trompeta, corneta y fliscorno], Nick Gaughan [batería, percusión, sintetizadores y coros] y Martin Beer [bajo, contrabajo y arpa]. En la séptima canción del álbum, Gaughan también se hace cargo de las guitarras, el bajo y los teclados. Además de contar con un arsenal sonoro de por sí copioso, el grupo contó con las colaboraciones ocasionales de Lavinia Blackwall (canto), Mike Hastings (guitarras acústica y fuzz), Phil Cardswell (trompeta), Rory Clark (fliscorno), Georgia Seddon (canto) e Ian Sexon (narraciones). En “Pageant Of Beasts”, la gente de BIG HOGG sigue explorando su sistemática nostalgia por los primeros años del movimiento Canterbury con matices añadidos del space-rock y la pscodelia de fines de los 60s, siempre procurando generar un encuadre sonoro refinado y equilibrado. Este enfoque los emparenta con otras estupendas bandas retro-progresivas del momento como LOST CROWNS, HOMUNCULUS RES y NEEDLEPOINT. Gaughan y McCrae se encargaron de organizar las sesiones de grabación en el propio estudio de la banda, The Space, y Lummsden se les unió para el proceso de mezcla. La masterización corrió a cargo de Kev Feazey. Veamos ahora los detalles de su repertorio.
Con el medio minuto de ‘Golden Beasts’
arrancan las cosas. Esta miniatura prologar instaura un ceremonioso arreglo de
metales, una gentil fanfarria que abre la puerta al arribo de ‘Here Come The
Moles’, un tema bastante ameno que combina la gracilidad jovial de unos
CARAVAN, la exquisitez de unos HATFIELD AND THE NORTH y la densidad ágil del
paradigma Zappiano, más algunos ornamentos sintetizados de tenor space-rockero. En
los últimos minutos, el fulgor rockero asciende de una manera bastante
creativa. ‘Man Overboard’ sigue a continuación para dar un viraje notorio hacia
algo más juguetón y menos aguerrido, aunque todavía muy afín a varias líneas de
acción de la tradición Canterbury. El uso de compases inusuales en algunos
pasajes estratégicos añade una sofisticación particular al asunto. Hay muchos
aires de familia con los italianos de HOMUNCULUS RES en esta canción, la cual se impone como un culmen particular del álbum que estamos reseñando aquí. La dupla de ‘Smoking
Again’ y ‘Willow’s Song’ sirve para que el ensamble siga explorando enfoques
sonoros con generosa liberalidad. El primer de estos temas se centra en una
cruza entre los COLOSSEUM de la época con el frontman Chris Farlowe y
CATAPILLA; el segundo de ellos es una semibalada de talante space-rockero que
parece extraída del segundo álbum de GONG para ser remodelada por los CURVED
AIR de los dos primeros álbumes. ‘Red Rum’ es una grácil y galante aventura instrumental
jazz-progresiva que nos lleva a un camino intermedio entre el ZAPPA de 1972 y
HATFIELD AND THE NORTH, con un cierto énfasis en el lirismo señorial de estos
últimos. ‘All Alone Stone’, con sus poco menos de 5 ½ minutos y medio, resulta
ser la canción más extensa del disco. Lejos de proyectarse hacia algún viaje épico, más bien se trata de una balada al estilo del primer disco de CARAVAN con algunos ornamentos de vientos que realzan matices centrales del esquema melódico en curso. La conjura coral del cierre añade un aire traviesamente misterioso al asunto.
‘Magistellus’ perpetúa el sendero de vibraciones reflexivas desarrollado en las dos canciones precedentes, pero esta vez con una aureola más sofisticada que le permite exhibir atisbos de esplendor señorial en medio de la espiritual constreñida que atraviesa a toda la canción. Ojalá hubiese sido más larga porque nos parece que tiene un gancho bastante cautivador; es otro cénit del álbum, pero el grupo decidió que solo tenía que durar cuatro minutos y cuarto... Y está bien, es lo que hay. Cuando llega el turno de ‘Wyverns’, el colectivo ahonda aún más en lo contemplativo mientras los arreglos instrumentales se prodigan en la elaboración de un clima sonoro signado por una psicodelia progresivamente estilizada. Más que ornamentos, los posicionamientos del sintetizador y de los vientos son enclaves melódicos y orquestaciones que sustentan sólidamente al desarrollo temático. La breve pieza ‘Bouffant Tail’ es un sorprendente collage distorsionado de sonidos aleatorios de vientos, teclados, batería y guitarra acompañado de un sortilegio satírico: casi como una idea de GONG llevada hacia una expresión salvaje de free-jazz. Se trata de un intermedio que nos toma totalmente por sorpresa antes de que emerja ‘Cat Fool’ para exponer un ejercicio de lirismo tremendamente gentil: algo así como unos CARAVAN en clave Motown. Una vez más, tenemos aquí una canción con bastante gancho que podría haber durado un poco más, pero eso es asunto decidido exclusivamente por el grupo. El epílogo de tres cuartos de minuto titulado ‘Too Much Belly Not Enough Paw’ nos lleva de regreso al inicio, una gentil fanfarria de trombones. Todo esto es lo que el ensamble de BIG HOGG nos ha ofrecido con su nuevo álbum “Pageant Of Beasts” un paso adelante en su evolución artística dentro de sus propios parámetros. No siendo un disco muy largo, dura poco más de 39 minutos, pero se da abasto para contener suficiente riqueza sónica y, de este modo, resultar muy recomendable para engalanar cualquier fonoteca progresiva mínimamente exhaustiva. A través de las cortinas hechas con telas de diversas influencias retro se deja ver la luz de creatividad propia de este colectivo escocés al cual siempre debemos prestar debida atención. Este disco ha sido un auténtico desfile de exquisitas piezas musicales.
Muestras de “Pageant Of Beasts”.-
Here Come The Moles: https://bighogg.bandcamp.com/track/here-come-the-moles
Man Overboard: https://bighogg.bandcamp.com/track/man-overboard
All Alone Stone: https://bighogg.bandcamp.com/track/all-alone-stone
Magistellus: https://bighogg.bandcamp.com/track/magistellus
‘Magistellus’ perpetúa el sendero de vibraciones reflexivas desarrollado en las dos canciones precedentes, pero esta vez con una aureola más sofisticada que le permite exhibir atisbos de esplendor señorial en medio de la espiritual constreñida que atraviesa a toda la canción. Ojalá hubiese sido más larga porque nos parece que tiene un gancho bastante cautivador; es otro cénit del álbum, pero el grupo decidió que solo tenía que durar cuatro minutos y cuarto... Y está bien, es lo que hay. Cuando llega el turno de ‘Wyverns’, el colectivo ahonda aún más en lo contemplativo mientras los arreglos instrumentales se prodigan en la elaboración de un clima sonoro signado por una psicodelia progresivamente estilizada. Más que ornamentos, los posicionamientos del sintetizador y de los vientos son enclaves melódicos y orquestaciones que sustentan sólidamente al desarrollo temático. La breve pieza ‘Bouffant Tail’ es un sorprendente collage distorsionado de sonidos aleatorios de vientos, teclados, batería y guitarra acompañado de un sortilegio satírico: casi como una idea de GONG llevada hacia una expresión salvaje de free-jazz. Se trata de un intermedio que nos toma totalmente por sorpresa antes de que emerja ‘Cat Fool’ para exponer un ejercicio de lirismo tremendamente gentil: algo así como unos CARAVAN en clave Motown. Una vez más, tenemos aquí una canción con bastante gancho que podría haber durado un poco más, pero eso es asunto decidido exclusivamente por el grupo. El epílogo de tres cuartos de minuto titulado ‘Too Much Belly Not Enough Paw’ nos lleva de regreso al inicio, una gentil fanfarria de trombones. Todo esto es lo que el ensamble de BIG HOGG nos ha ofrecido con su nuevo álbum “Pageant Of Beasts” un paso adelante en su evolución artística dentro de sus propios parámetros. No siendo un disco muy largo, dura poco más de 39 minutos, pero se da abasto para contener suficiente riqueza sónica y, de este modo, resultar muy recomendable para engalanar cualquier fonoteca progresiva mínimamente exhaustiva. A través de las cortinas hechas con telas de diversas influencias retro se deja ver la luz de creatividad propia de este colectivo escocés al cual siempre debemos prestar debida atención. Este disco ha sido un auténtico desfile de exquisitas piezas musicales.
Muestras de “Pageant Of Beasts”.-
Here Come The Moles: https://bighogg.bandcamp.com/track/here-come-the-moles
Man Overboard: https://bighogg.bandcamp.com/track/man-overboard
All Alone Stone: https://bighogg.bandcamp.com/track/all-alone-stone
Magistellus: https://bighogg.bandcamp.com/track/magistellus
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