Tuesday, March 15, 2022

El quinto protocolo del maestro SIMON PHILLIPS

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos “Protocol V”, el nuevo registro solista del magistral veterano británico de la batería SIMON PHILLIPS, un señor versátil que tiene una amplia y versátil trayectoria pero que es, ante todo, un campeón del jazz-rock. Publicado el pasado 4 de febrero por el sello CD Phantom Recordings, este disco nos muestra a un PHILLIPS muy bien acompañado por el tremendamente virtuoso ensamble de Otmaro Ruiz (piano y sintetizadores), Jacob Scesney (saxofones), Alex Sill (guitarras) y Ernest Tibbs (bajo). Conservando a Tibbs de sus anteriores discos “procolarios” y cambiando a los demás para esta ocasión, “Protocol V” es el primero de ellos en el que se incluye a un saxofonista, una idea muy importante para ampliar el espectro sonoro del programa jazz-rockero que PHILLIPS tiene en mente. PHILLIPS compuso algunos temas de este nuevo álbum por su cuenta en un proceso creativo que comenzó en marzo de 2020, mientras que contó con las labores de coautoría de Sill o Ruiz para otros. Incluso hay un tema coescrito con el teclista Jeff Babko 12 años atrás. El material recogido en “Protocol V” fue grabado en el estudio de PHILLIPS Carbonite Sound, ubicado en Ojai, California, a lo largo de la segunda mitad del pasado año 2021. Bueno, vayamos ahora a los detalles del mismo.


El repertorio se abre con el fabuloso tema ‘Jagannath’, el cual emerge como una implosión vivaz y festiva tras un breve preludio cósmico sintetizado. Una vez instalado el groove diseñado para que sobre él se asiente el desarrollo apropiadamente focalizado del motif central, los músicos se hermanan con virtuosa agilidad, la misma que ponen al servicio del dinamismo reinante. Por supuesto que hay solos de guitarra, saxo y piano eléctrico que ornamentan el fulgor reinante: este último se dispone con una cierta suavidad, la cual no estorba para nada en la persistente algarabía. Pero… ¡Qué estupenda pieza de entrada! Luego sigue ‘Isosceles’, un tema que también exuda una diáfana espiritualidad alegre, pero esta vez hay un nervio expresivo más filudo y un manejo más sofisticado del swing, así como una complejidad un poco más ostentosa tanto en el foco temático central como en los sucesivos solos de guitarra y de saxofón. Esto suena como una partitura perdida de los RETURN TO FOREVER de 1976 remodelada por los WEATHER REPORT de inicios de los 80s. Dos cenit para empezar el álbum. ‘Nyanga’ se mete de lleno en el área del jazz-fusion contemporáneo en base a ambientes y cadencias orientales. El exotismo patente en la atmósfera sonora gestada por el ensamble es manejado con meticulosa delicadeza, lo cual hace que el preciosismo implícito a los arreglos revele una suerte de talante contemplativo. En el momento del brillante solo de piano que entra a tallar a mitad de camino, PHILLIPS aprovecha la ocasión para brindar una refrescante sofisticación al swing básico. Un poco más adelante, el solo de guitarra impulsa al quinteto a proyectar el único pasaje incandescente de la pieza. Cuando llega el turno de ‘Undeviginti’, el ensamble regresa a la vitalidad celebratoria del que ya disfrutamos en el tema que abrió el álbum, combinada ella con la sofisticación palaciega del segundo. Eso sí, todo ello se sazona con una nueva tanda de colores exóticos en el núcleo central foco melódico (más mesurada que en el tema precedente), lo cual brinda una magia muy especial al asunto. De hecho, PHILLIPS compuso esta pieza tomando agunas notas de una pieza tradicional búlgara. Prácticamente, tenemos aquí una celebración sintética de los tres ítems precedentes. También tenemos un bellísimo – aunque demasiado breve – solo de sintetizador.
 
‘When the Cat’s Away’ es el simpático título de la quinta pieza del repertorio y su dinamismo es, efectivamente, bastante grácil. Aquí tenemos el producto de una cruza entre el jazz-rock contemporáneo y el jazz-rock de herencia 80era. Los aires de familia con VITAL INFORMATION son fáciles de notar. ‘Dark Star’ nos revela el primer (y único) paraje de cálido y entrañable remanso del disco, siendo así que el dueto inicial de piano y guitarra establece la indicación clave para el groove sosegado en 6/8 dentro del cual pronto se enmarcarán las labores de los instrumentistas. Hay un aire muy distinguido en los sutiles arpegios de guitarra acústica que guían el cierre con fade-out de este hermoso tema. Con sus poco más de 11 ¼ minutos de duración, ‘The Long Road Home’ es la pieza más extensa del álbum, y además, también es la encargada de cerrarlo. Hilando y alternando unos cuantos motivos, siendo así que predomina una atmósfera señorial a lo largo de toda esta secuencia, el quinteto explota cabalmente el potencial épico que abriga a este tema tan extenso, dándole incluso algunos toques progresivos a ciertos parajes. Hay un momento muy singular donde se abre campo para un envolvente y estilizado solo de piano, el mismo que aporta una instancia de serenidad en medio de la sobra fastuosidad que tiene lugar aquí. Al igual que en otros temas precedentes del álbum, el saxo oscila entre ser cómplice de la guitarra y complemento de los teclados; lo que hace aquí es realzar su capacidad orquestal a fin de facilitar la fluidez arquitectónica del bloque sonoro general. Todo esto fue “Protocol V”, otro gran disco dentro del curriculum vitae del crack SIMON PHILLIPS; realmente es un disco infaltable en cualquier buena fonoteca dedicada al jazz en general y al jazz-rock en particular. Puede ser que PHILLIPS haya cumplido 65 años hace poco, pero el regalo lo hemos recibido nosotros. 


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