Sunday, October 16, 2022

DJAM KARET: la fuerza de la veteranía progresiva bajo un etéreo cielo rojo

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Estamos de plácemes porque acaba de publicarse el nuevo álbum de la veterana banda estadounidense de rock progresivo ecléctico DJAM KARET, álbum titulado “Island In The Red Night Sky y publicado el 6 de setiembre del presente año 2022. El personal vigente de DJAM KARET está conformado por Gayle Ellett [guitarras acústicas y eléctricas de 12 cuerdas, guitarra e-bow, sintetizadores análogos, Mellotrón, ukeleles, bouzouki, órgano Hammond, pian eléctrico Fender Rhodes, armonio, vibráfono, contrabajo, viola, udu y grabaciones de campo], Mike Henderson [guitarra acústica de 12 cuerdas y teclados], Henry Osborne [bajo] y Chuck Oken, Jr. [batería, secuencias y soundscapes de sintetizadores digitales y análogos]. Los Sres. Ellett, Henderson, Osborne y Oken... O sea, ¡los integrantes del cuarteto original! El grupo se atribuye colectivamente la composición de todo el material contenido en “Island In The Red Night Sky”, estando Gayle Ellett a cargo de los procesos de producción, mezcla y masterización del repertorio en cuestión. Las sesiones de grabación se repartieron entre los Foggy Mountain Studios de Topanga y los White Arrow Studios de Claremont, ambas localidades pertenecientes al Estado de California. Hay ocasionales apariciones de músicos invitados como son Toddy Montgomery (sitar), Mark Cook (guitarras clásica, sin trastes, barítono y slide, y piano) y Hani Naser (canto). Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio contenido en “Island In The Red Night Sky”.


Durando poco más de 6 minutos, ‘Arrival’ abre el repertorio del álbum con un grácil despliegue de grooves fusionescos y jazz-progresivos a través de un implacable enclave space-rockero. Los aportes de algunos instrumentos de cuerda acústicos se compenetran fluidamente con las capas y ornamentos de los sintetizadores, así como con los flotantes fraseos de las guitarras eléctricas. Definitivamente, esta pieza de apertura asienta su gancho y su espíritu expresivo en los legados de los dos discos anteriores (“Sonic Celluloid” y “A Sky Full Of Stars For A Roof”, de los años 2017 y 2019, respectivamente). ‘The Masters Palace’ sigue a continuación para adentrarse en una dimensión más propiamente onírica, usando diversos recursos cósmicos a través del uso de sintetizadores, retazos de armonio y guitarra, y algunas florituras ocasionales de bouzouki y de guitarra acústica. Lo que suena aquí es como una especie de híbrido entre el VANGELIS de la etapa 1979-84 y los PINK FLOYD del año 1975, con algunos elementos de krautrock electrónico metidos para añadir un colorido extra al asunto. ‘The Continuum’ utiliza su espacio de poco más de 4 ½ minutos para ahondar en los matices electrónicos bajo una aureola más solemne. En la parte final, cuando entran a tallar percusiones (tanto reales como programadas), el sencillo núcleo temático asume unos interesantes aires meso-orientales, lo cual permite que se incorpore cierta vivacidad al esquema sonoro en curso. ‘Code T-1242’ le da un giro especial a las exploraciones cibernéticas heredadas de las dos piezas precedentes para crear algo así como una mezcla de ambiente electrónico y post-rock. Dentro de este norte sonoro, la permanencia de una ambientación expectante se instaura como el motif central al cual se van añadiendo armonías de múltiples guitarras (acústicas y eléctricas)  así como sutiles solos de sintetizador. Incluso se podría decir que las guitarras acústicas aportan un efectivo matiz pastoral al entramado instrumental, algo muy raro pero, como dijimos, bastante efectivo. ‘The Other Side’ cumple con la función de profundizar rotundamente en estándares del krautrock electrónico (TANGERINE DREAM, CLUSTER, HARMONIA), dándole un aire relativamente lírico al asunto. 7 ¼ minutos de sonoridades futuristas que han sido muy bien aprovechados desde un enfoque contemplativo.

‘Light Scattering By Small Particles’ básicamente exhibe una continuación de las sendas y directrices prog-electrónicas de la pieza precedente, esta vez, con una actitud más adusta y distante, menos cercana a la contemplación y más centrada en la indicación objetiva de que hay algo vibrante que late bajo una superficie exterior. La pieza más extensa del álbum dura poco más de 7 ¾ minutos y se titula ‘Woolsey Town’, siendo su función la de perpetuar la exploración de en las aristas más fastuosas del talante cósmico que ha sido tan absorbente y tan predominante dentro del repertorio precedente íntegro. En todo caso, la peculiaridad de esta pieza reside mayormente en que exhibe una majestuosidad contundente y envolvente. Además, con la inclusión de algunos instrumentos exóticos, esta pieza demuestra su ímpetu por acoger la inserción de matices eclécticos dentro de su propia estructura musical. Un cénit definitivo de este álbum. Todo concluye con ‘A New Dawn’; el título de este tema supone, a la vez, una contraparte y una complementación respecto al nombre del primer tema. Su esquema sonoro se centra en una síntesis entre el señorío del tema precedente y las elegantes vibraciones cibernéticas de ‘The Other Side’, siendo arropada por gentiles aires melancólicos. Es algo así como aguardar qué trae el nuevo día que recién asoma en el horizonte mientras las huellas del día anterior aún siguen presentes. “Island In The Red Night Sky” es, a fin de cuentas, un nuevo nivel en la escalinata invariable de variables enfoques estilísticos que la gente de DJAM KARET adoptó como su lenguaje progresivo particularmente ecléctico desde esa ya lejana década de los 80s. Muy recomendable, no nos cabe duda alguna al respecto. 


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