Saturday, January 07, 2023

Punto de quiebre y nuevo momento para los franceses LOST IN KIEV

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da la ocasión de presentar “Rupture”, el nuevo trabajo fonográfico del grupo francés LOST IN KIEV, el mismo que fue publicado el pasado 21 de octubre de 2022 por vía del sello alemán Pelagic Records, tanto en CD como en doble vinilo (negro, translúcido, verde manchado y verde oliva, el color que el comprador prefiera). La alineación que grabó este nuevo disco estuvo conformada por Maxime Ingrand [guitarra y sintetizador], Jean Christophe Condette [bajo y sintetizador], Dimitri Denat [guitarra] y Yoann Vermeulen [batería], pero recientemente este último dejó la banda, lo cual llevó a que fuese reemplazado por Jérémie Legrand. “Rupture” es un disco donde la gente de LOST IN KIEV sigue creando nuevos esquemas de creciente sofisticación para su propuesta de post-rock progresivamente ecléctico, algo que ya se había indicado claramente en “Persona”, su disco precedente del año 2019. Este nuevo trabajo es un álbum conceptual sobre el punto de quiebre en el desencuentro entre la civilización moderna y la vida natural, sus consecuencias y el empeoramiento de la existencia humana a partir de ello y otras circunstancias como la epidemia del COVID y las incesantes guerras que no dejan de acaecer. Cedemos la palabra a los propios integrantes de LOST IN KIEV: “La estabilidad planetaria está colgando de un hilo por causa del exceso de consumo y otras actividades humanas, mientras que muchos asuntos tales como la polución, la vida animal y el empleo de energía se encuentran en un punto sin retorno. Éstas son cosas que nos afectan y que tratamos de transcribir musicalmente, tanto en el sentido negativo como en el positivo.” Esta misma polaridad de lo negativo y lo positivo se halla encapsulada en el concepto de solastalgia, acuñado por el filósofo Glenn Albrecht y que da título a uno de los temas contenidos en “Rupture”; dicho término designa simultáneamente a los efectos negativos que causa en nosotros la distorsión de nuestro derredor y la motivación para cambiar las cosas para mejor. El disco fue grabado en The Apiary Studio, ubicado en la comuna francesa de Laval, con casi toda la instrumentación realizada en directo en el susodicho estudio, lo cual ayuda al grupo a concretar un punche más frontal que en sus discos precedentes. Veamos ahora los detalles del repertorio contenido en “Rupture”.


Durando poco más de 6 ¾ minutos, ‘We Are’ inicia el álbum con un despliegue de imponente señorío que se alimenta de la lánguida dinámica brindada por el esquema rítmico para resaltar fehaciente y abrasivamente los ornamentos del teclado y las intervenciones de las guitarras (tanto riffs como bases armónicas). Para su último tercio, la pieza incrementa un poco su vitalismo y permite al bloque instrumental brindar más soltura a su bien delineada expresividad. De hecho, el carácter abrupto del golpe final resulta muy adecuado para enfatizar dicha expresividad. ‘Prison Of Mind’ sigue a continuación para darle un nuevo giro de tuerca a esta mezcla de solemnidad y nervio mientras añade un nuevo cariz de vigor rockero al asunto (casi como RUSSIAN CIRCLES), algo en lo que ayuda bastante el invitado Loïc Rossetti, cantante de THE OCEAN COLLECTIVE. También resulta relevante la presencia de unas preciosistas orquestaciones de teclado a la hora de impulsar un recurso de intensificación para el bloque instrumental. 
Squaring The Circle’ se enfoca en la alternancia entre grooves contenidos y otros más explícitos a la hora de asentar la explicitación de las densas aristas concretadas para su prioritariamente ensoñador motif. Toda esta magnificencia suena como una cruza entre RED SPAROWES y GHOST TOAST más algunos matices añadidos de SOMALI YACHT CLUB. Con la dupla de ‘Another End Is Possible’ y ‘But You Don’t Care’, el grupo sigue explorando tonalidades y grooves dentro de su bien delineada apuesta musical. El primero de estos temas mencionados se centra en una atmósfera grisácea que mucho tiene de crepuscular, haciendo que la densidad de la pieza precedente dé paso al masivo arribo de una luminosidad otoñal que se sitúa a medio camino entre lo cálido y lo misterioso. Claro está, cuando la batería instaura el swing principal, la atmósfera general se beneficia con un bien elaborado aumento de la musculatura rockera. En cuanto a ‘But You Don’t Care’, opera aquí una agilidad muy fluida y extrovertida, lo cual repercute en que el motif central resulte particularmente llamativo. Esta vitalidad se traduce en una gracilidad renovadora que atraviesa a todos los vasos comunicantes por donde se integran los aportes de los instrumentos partícipes dentro de la amalgama grupal. 
 
  

‘Solastalgia’ se caracteriza por ostentar una estilizada prestancia que, básicamente, se centra en una síntesis de los espíritus de los temas #1 y #3. El tenor mayormente reflexivo emanado del bloque sonoro asume una imponente majestuosidad que, a veces, establece líneas de parentesco con el estándar del space-rock. El introspectivo epílogo se impone con el aura de un sutil atardecer. Definitivamente, esta pieza instaura un cénit muy importante para el esquema integral del repertorio. ‘Digital Flesh’ recibe algunos ecos de la pieza precedente y los dinamiza dentro de un esquema de trabajo más cercano al de ‘But You Don’t Care’, a la par que gesta unos ornamentos típicamente progresivos desde la labor de los teclados. El modo en que el bajo apuntilla el esquema rítmico en varios pasajes estratégicos ayuda a preservar el señorío musical en curso. Cuando llega el turno de ‘Dichotomy’, el grupo realiza el experimento de jugar con un groove blues-rockero y arroparlo con contundentes vibraciones futuristas, las mismas que, a su vez, acogen unas atmósferas elaboradas desde una cruza entre el prog y el post-rock. La pieza homónima ocupa un espacio de casi 7 ½ minutos y está a cargo de cerrar el repertorio. La misión de ‘Rupture’ consiste básicamente en plantear un recuento de la espiritualidad central del primer tema del álbum mientras recalca algunos aspectos del sexto tema, logrando así que se dé una manifestación vivaz y sutilmente tensa de la faceta más reflexiva dentro del ideario estético de LOST IN KIEV (en vínculo con entidades como MONO y MOGWAI). Las distantes irradiaciones plasmadas en los últimos instantes de la pieza parecen aludir a una especie de enigma vinculada a la temática conceptual del álbum: ¿Dónde está ese mundo de la vida al cual vamos renunciando cada día más mientras las ruedas de la historia siguen girando? Bueno, todo esto fue “Rupture”, un disco que nos parece lo mejor que ha gestado la gente de LOST IN KIEV hasta el momento. Definitivamente, nos parece que no hay duda posible sobre el magnetismo que tiene este nuevo álbum en base a la musculatura general que se va desplegando desde principio a fin junto a la maleabilidad estilística. Vigor e ingenio se fusionan en un solo impulso sonoro que hace de este disco un ítem bastante recomendable en cualquier fonoteca actualizada de rock artístico. ¡Felicitaciones a la gente de LOST IN KIEV por tan buena labor en este nuevo momento de su carrera!

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