Wednesday, March 12, 2025

Quinto gesto de amistad progresiva de parte de los estadounidenses PATTERN-SEEKING ANIMALS



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy celebramos la publicación del nuevo disco de PATTERN-SEEKING ANIMALS, el proyecto progresivo estadounidense radicado en Los Ángeles, California, y que fue originado por Ted Leonard [voz principal y guitarras], Dave Meros [bajo], John Boegehold [sintetizadores, mellotrón, guitarras, roncocco, programaciones y coros] y Jimmy Keegan [batería y percusión] a inicios del año 2018. Estos integrantes y colaboradores de la banda nodriza SPOCK’S BEARD ya cuentan con cinco discos en su haber desde el año 2019, siendo “Friend Of All Creatures”, publicado el último 14 de febrero por G.E.P. Records, el que reseñamos en esta ocasión. En este disco, el cuarteto contó con las colaboraciones de la vocalista Diane Boothby y la violinista Eliza James. Frank Rosato se hizo cargo de la ingeniería de sonido en las sesiones grabación del material contenido en “Friend Of All Animals”, y no sólo eso, también realizó las labores de mezcla y masterización del disco en cuestión. En líneas generales, la propuesta de PATTERN-SEEKING ANIMALS se apoya en un híbrido triádico entre el prog sinfónico propio de SPOCK’S BEARD, KANSAS y GENESIS, el así llamado AOR y el (mal llamado) neo-prog al estilo de MARILLION y PENDRAGON de los 90. La edición de “Friend Of All Creatures” se dio tanto en CD como en vinilo rojo.

 
Los dos primeros temas del repertorio son los más extensos del mismo: ‘Future Perfect World’, que dura más de 9 ½ minutos, y ‘Another Holy Grail’, que supera los 12 ¼ minutos de duración. El tema de apertura abre camino a su conmovedora claridad melódica desde los iniciales acordes de guitarra, los mismos que sitúan el punto de partida preciso para el groove del primer cuerpo central. Es el órgano quien lleva la voz cantante tanto en las armonías básicas como en el enclave melódico que se desarrolla sobre el medio tiempo elegido para la ocasión. Así las cosas, el ambiente es propicio para motivar una espiritualidad evocadora, la cual se realza prestamente cuando el swing de la batería torna hacia un 3/4 lento; con esta nueva aureola de solemnidad, la emotividad reinante asume un talante envolvente. Para las instancias finales, surgen unos aires entusiastas que permiten a la canción elevarse hacia un epílogo épico bastante agradable. En cuanto a ‘Another Holy Grail’, su posición se sitúa más próximamente al patrón de los GENESIS de la fase 76-78 con varios ornamentos propios del prog contemporáneo que juegan a doble banda con lo lírico y lo denso (pensamos en un espectro de bandas que van desde THE FLOWER KINGS hasta BRIGHTEYE BRISON, pasando por TRANSATLANTIC y el STEVE HACKETT del nuevo milenio). La prestancia estilizada de los arreglos de teclados y el diseño de una razonablemente sofisticada arquitectura rítmica impulsan relevantemente al canto de Leonard y a los ocasionales solos de guitarra. El último cuarto está muy inserto en el paradigma de SB en lo referente a su ágil cromatismo musical. Tras estas secuencia de dos magníficas y largas canciones, la balada ‘Down The Darkest Road’ tiene la misión de instaurar un subterfugio de matices pastorales arropado por una serie de elegantes orquestaciones. Es como si la gente de KANSAS hubiese hecho un viaje introspectivo bajo la guía de ANTHONY PHILLIPS. ‘In My Dying Days’, por su parte, ostenta un enfoque más asequible en cuanto a guía melódica y estructura rítmica. Los mayores recursos de estilización provienen del violín invitado. 
 

Cuando llega el turno de ‘The Seventh Sleeper’, el grupo regresa a plenitud al camino de la suntuosidad prog-sinfónica articulada con minuciosa elegancia que ya se exploró antes en los dos primeros temas del álbum. Eso sí, el espíritu calmo y la disposición reflexiva marcan el tenor de los arreglos instrumentales y líneas vocales que van emergiendo a lo largo del camino. Transitando de compases usuales a otros inusuales, el groove general es apacible, en muchos parajes, reposado. Bueno, la sección epilogar apuntala una expresividad intensa con ribetes genuinamente dramáticos, gestando un fulgor señorial que funciona muy bien para el cierre del telón. Se reabre dicho telón para que el grupo nos brinde ‘Days We’ll Remember’, otra balada que esta vez opera en el área de encuentro entre la metafísica ceremoniosa de YES y el refinamiento sistemático de TRANSATLANTIC. ‘Words Of Love Evermore’ trae consigo el cierre del álbum. El primer motivo emerge como una balada cuasi-Beatlesca a través del filtro de Steve Morse, y más adelante, las cosas se agilizan un poco tras un breve intermedio de tintes barrocos. Reforzado el motivo central, ahora muestra un poco más de punche mientras el swing permanece con su rumbo sereno, a veces insertando algunos enclaves de 7/8 con bien calculada fluidez. Siendo una canción bastante atractiva de por sí, funciona muy bien como clausura, especialmente cuando entra a tallar un refinado solo de guitarra. Toda esta fue, a fin de cuentas, la experiencia de “Friend Of All Creatures”, una inspección de amables y majestuosas aventuras musicales que el infatigable colectivo de PATTERN-SEEKING ANIMALS nos brinda para este año 2025. Esta banda ha mantenido un público estable y sus dos discos anteriores “Only Passing Through” (2022) y “Spooky Action At A Distance” (2023) han recibido bastantes elogios en especial; lo mismo deberá suceder con éste.
 

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