Friday, October 17, 2025

Los rostros del trío indonesio TOHPATI BERTIGA en el año 2017


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Llega un poco tarde, en realidad, muy tarde esta humilde reseña sobre el disco “Faces” de TOHPATI BERTIGA, el cual data del 7 de marzo de 2017. De todas maneras, tenía que llegar porque siempre hemos sido fanáticos de este excelente e incandescente trío indonesio de música jazz-rock-progresiva conformado por el propio Tohpati [guitarras], Indro Hardjodikoro [bajo] y Adhityo “Bowie” Wibowo [batería]. El disco que hoy nos ocupa sucedió por 5 años a “Riot”, un copioso disco que se caracterizaba por sus grandes dosis de agitación y de gallardía: fue inicialmente publicado por el sello Demajors y contó con la ayuda distributiva de MoonJune Records. “Faces” también fue publicado por Demajors. Todo el material aquí contenido, que ocupa un espacio total de poco más de 35 minutos, fue compuesto por Tohpati. Las sesiones de grabación tuvieron lugar en el año 2016, estando el propio Tohpati a cargo de la ingeniería de sonido. La mezcla fue realizada por Eko Sulistiyo y la ulterior masterización estuvo en manos de Benito Siahaan. En líneas generales, adelantamos que lo que está contenido en el repertorio de “Faces” tiende a ser menos enérgico que “Riot”, pero lo mejor es que repasemos sus detalles paso a paso.
 
Todo empieza con ‘Conviction’, una pieza muy conectada estilísticamente con los patrones de CAB y LIQUID TENSION EXPERIMENT. Tras un inicio marcado por un anuncio de algo que está llegando, el trío se embarca en un viaje musical llamativo cuya secuencia de grooves permite que los diversos centros temáticos exhiban abiertamente sus encantos particulares dentro de una permanente vivacidad. Muy efectivo tema de entrada tras el cual emerge el que justamente se titula ‘Faces’: su misión es la de activar una dosis aumentada de polenta bajo un manto de refinamiento jazz-rockero que exige una sofisticación estilística aún mayor. Teniendo en cuenta eso, la ingeniería rítmica diseñada para esta pieza homónima debe sustentar un swing particularmente exhaustivo mientras los riffs y solos de guitarra se van explayando con electrizante señorío. Confluyen los aires más ágiles de la legendaria banda TONY WILLIAMS LIFETIME con el patrón majestuoso de las excursiones jazz-rockeras del no menos legendario Jeff Beck en la segunda mitad de los 70: hay un pequeño pasaje diseñado para permitir el lucimiento de la batería. A todo esto se añaden unos ocasionales artilugios modernistas como matiz propio del trío (secuencia rítmicas cibernéticas). Una pieza festiva y extraordinaria a la que sucede otra que coincidentemente se titula ‘Extraordinary’: de hecho, es una composición dedicada a la memoria de un músico extraordinario, el pianista indonesio Riza Arshad, a quien conocemos mayormente por SIMAKDIALOG y que murió en enero de 2017 por un paro cardíaco. Lo que tiene lugar en este tercer tema del álbum es una majestuosa exhibición jazz-progresiva de cálidos entramados melódicos que se sienten, en parte, inspirados en la tradición asiática. He aquí uno de los momentos más líricos del disco y también una de las labores más sofisticadas del dúo rítmico. Ojalá hubiese sido un poco más larga, pero es que llega el turno de ‘Bright Side’, pieza donde el trío vuelve a explorar a fondo los que justamente son los matices y tonalidades más fulgurosas de su visión musical: un enfoque híbrido de jazz-rock y funk-rock donde el punche manifiesto es imparable e integral. Los lucimientos de la guitarra de Tohpati nos vuelven nuevamente a remitir al Beck más glorioso, aunque también al maestro McLaughlin. 

‘Absolute’ regresa de lleno al vigor entusiasta y elegantemente explosivo de la pieza inaugural del álbum, añadiendo una dosis extra de señorío en ciertos quiebres rítmicos que surgen a lo largo del camino, algo que lo acerca al tema precedente. De hecho, hay un intermedio de corte funk-jazzero que permite al bajo poner al  frente algunas geniales florituras antes de que la guitarra geste un solo agitado y ligeramente neurótico. No tarda mucho esto pues el swing inicial vuelve para redondear la faena. ‘Bluesphoria’ es la pieza más extensa del disco con sus cerca de 6 minutos de duración (dentro de un catálogo donde la mayor parte de los temas dura entre 4 minutos y pico y 4 ½ minutos). Si el título mismo es un indicio de lo que quiere hacer ahora el grupo, pues todo se centra en un alegre groove blues-rockero que se deja alimentar por algunas variantes de modulaciones propias del discurso jazzero. Imaginemos a unos DIXIE DREGS sin violín que quieren emular la algarabía de BECK, BOGERT & APPICE, y mientras están concentrados en ello, hacen una ligeras variantes progresivas en el armazón rítmico cuando el viaje está a mitad de su tránsito. Es precisamente en este punto que la guitarra elabora uno de sus solos más notables (y extensos) dentro del álbum. Los últimos 8 minutos del disco están ocupados por la dupla de ‘Sweet Talk’ e ‘Intense’. El primero de estos ítems mencionados da un nuevo giro a la tuerca del jazz-rock con raigambre funky, lo cual se traduce en un nuevo despliegue de colores fulgurosos y optimistas. En cuanto a ‘Intense’, se trata de una réplica a la espiritualidad jovial de ‘Sweet Talk’ en base a una estrategia jazz-progresiva que, si bien, preserva lo jovial, centraliza su extroversión dentro de una majestuosidad melódica y una oportuna dosis de nervio rockero que permiten que el disco se cierre con total señorío. Durar un poco más no le hubiera hecho daño, pero es lo que hay. Es, a fin de cuentas, un gran cierre para un gran trabajo fonográfico que, un poco frustrantemente, no llega a durar mucho más de 35 minutos. Bueno, como sea, lo hecho en “Faces” tiene muy buena factura y confirma para la posteridad que TOHPATI BERTIGA era un rostro de poderosos trazos jazz-progresivos con el que se podía contar a la hora de generar música de gran nivel. Muy recomendable esto.

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