Tuesday, November 18, 2025

Los primeros pasos del maestro francés TOM PENAGUIN



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy echamos un vistazo, o mej6dicho, muchos vistazos a un disco muy especial del prodigioso multiinstrumentista y compositor francés TOM PENAGUIN que el sello español áMARXE publicó en el último tercio de mayo pasado. PENAGUIN toca todos los instrumentos de cuerda, teclado, percusión y madera que se hacen presentes en las siete piezas aquí contenidas. El título de este disco no puede ser otro que “Beginnings”. Además de los estrictamente referido a la logística instrumental, PENAGUIN también se hizo cargo de las labores de mezcla y producción de esta colección de maquetas. En palabras del propio PENAGUIN: “Cada uno de estos temas fue, en su momento, lo que mejor que podía crear entonces, las piezas de inicio para álbumes que nunca llegaron a existir, como pequeñas semillas que esperaban a ser regadas para que pudiesen conformar un LP entero. Estas piezas eran (y siguen siendo) muy importantes para mí, pero están demasiado ampliadas como pata que yo pueda hacer algo nuevo con ellas, por lo que [publicar este disco] es una situación de «ahora o nunca».” Como no es de extrañar a partir de lo que conocemos de su anterior disco homónimo del año 2024, la línea de trabajo aquí plasmada se mueve dentro del factor jazz-progresivo que usualmente se denomina como Canterbury, pero lo mejor es que repasemos los detalles estrictamente musicales de cada uno de estos temas principiantes dentro de la caminata progresiva de este maestro francés.  


Durando poco más de 12 ¼ minutos, ‘Long Piece No. 1’ abre el repertorio con una grandilocuencia entusiasta y vibrante, apelando a grooves complejos y esquemas rítmicos sofisticados para armar una señorial arquitectura que se va llenando con ingeniosas interconexiones entre las guitarras y los teclados. Lo que suena aquí es un eficaz y convincente híbrido entre HATFIELD AND THE NORTH, MATCHING MOLE y los SOFT MACHINE de 1970, añadiéndose algunos colores comedidamente surrealistas aparentemente inspirados en el Zappa de 1969-73. Hay varios parajes delineados por los teclados que emanan una calidez absorbente, estando ellos a cargo de preservar un tono amable para la majestuosidad sónica en curso. También hay momentos en los que la extroversión se erige como guía de la expresividad integral elaborada desde el entramado de los instrumentos actuantes: es en éstos donde la batería se luce más intensamente. Ya en el último tercio, PENAGUIN se orienta hacia un área más emparentada con CARAVAN: apoyándose en un llamativo dinamismo, el nuevo motif se explaya en un jam gentilmente grácil que sabe cómo manejar su propia musculatura consistente. Tras este gran inicio de álbum surge ‘Ominous Bathbub In April’, una pieza que ostenta una espiritualidad más serena, más allá de que algunos interludios tengan un compás de base genuinamente impetuosa. Siendo lo ceremoniosa que es, la manifestación melódica irradia algunos atices de introversión y contemplación mientras las sedosas armonías del órgano saben, en ciertas ocasiones, desarrollar un aura de controlada densidad. De hecho, esto es muy útil para hacer natural la transición hacia el intermedio bélico junto a su ulterior desarrollo. El epílogo es relejado, casi cercano a lo pastoral. Conectándose con la nota final de la pieza precedente, ‘Two And A Half’ desarrolla una aureola expresionista muy parecida a la del tema inaugural, pero esta vez, con una fastuosidad menor: el despliegue de color se ajusta a la duración del desarrollo temático mientras establece algunas confluencias con SCHERZOO y NEEDLEPOINT. ‘The Tap Dancing Millipede Grew Tired’ exhibe una vivacidad más prolija, la cual se deja ornamentar con recursos sofisticados mientras se van desplegando sus recovecos multitemáticos. Se trata de una pieza verídicamente primaveral en su preclara luminosidad. La sección epilogar es más calmada, algo así como el arribo del anochecer tras una kermesse animada. Un cénit del álbum. 

Cuando llega el turno de ‘Several Clocks’, nos topamos inicialmente con una maraña de percusiones para que se pueda presenciar una reformulación del señorío intensamente patricio del tema #2. Hay un par de solos de guitarra que se destacan en medio de la instrumentación global, siendo así que ellos insuflan una musculatura renovadora al asunto. ‘Hamburg’s Heaviest Pebble’ se explaya por un espacio de 15 ¾ minutos para trasladar esta renovada fuerza hacia un terreno solemne y reflexivo. Los recursos de vigor rockero plasmados por la batería y la guitarra permiten que siempre se imponga una exuberancia solvente a través de las diversas variantes temáticas. Hay un intermedio psicodélico muy a lo GONG (de 1974), pero con un enfoque jazz-progresivo a lo MATCHING MOLE, un despliegue cósmico enlazado con un groove idóneamente terrenal. Tras dicho intermedio, un jam razonablemente aguerrido abre campo a la manifestación de ágiles riffs de guitarra, un rotundo solo de órgano y un amenazante diálogo entre bajo y batería; cuando entra a tallar otro solo de guitarra, se da un abierto coqueteo con el stoner y el Zeuhl a partir de esta confluencia de jazz-prog y space-rock. Esto llega a tener repercusiones incendiarias a partir de la frontera del decimotercer minuto, cuando la ebullición rockera se hermana con el paradigma de HAWKWIND. Los efluvios oníricos del sintetizador marcan un final inquietante con un inescrutable aire de misterio. Decisivo cénit del disco. El plus final del repertorio es una versión revisada y ampliada del primer tema: ‘Long Piece No. 1 Five Years Later’, 2 ¼ minutos más larga, exhibe una sesuda labor de remodelación donde los subterfugios sonoros empleados para la ocasión aportan una flamante solidez donde el brío de la versión original gana en tensión y opulencia. Se nota que aquí se quiso dar más nervio a la labor de la batería así como una mayor presencia de la guitarra eléctrica en la ubicación frontal del armazón instrumental. Las secciones más complejas y aristocráticas siguen allí, impolutas a través de este enfoque ampliado. Menos calidez y más musculatura que la primera versión. 

Como balance final, nos complace enormemente que TOM PENAGUIN sea capaz de mostrar su maestría performativa y creativa en esta serie de viejas composiciones. Esta revelación de sus ya añejos primeros pasos, a despecho del aspecto un tanto rudimentario de varios factores técnicos de lo que aquí se escucha, “Beginnings” es un estupendo legado sonoro de lo que fue PENAGUIN en su momento. He aquí un excelente testimonio de lo que ahora sabemos de él… Y nos deja con ganas de nuevos discos de su cosecha para el futuro próximo. ¡¡Muy pero que muy recomendable!!


Muestras de “Beginnings”.- 

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