Thursday, April 17, 2025

La infatigable asertividad musical del maestro estadounidense DAVE NEWHOUSE


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
En esta ocasión presentamos “Soli”, el nuevo trabajo solista del maestro estadounidense DAVE NEWHOUSE, multi-instrumentista y compositor veterano que siempre aprovecha cada momento para dar cuenta de las amplias dosis de creatividad y vigor que existen en su espíritu. Todavía no se cumple el aniversario de 
“Natura Morta”, su magnífico disco anterior, y ahora llega el turno de esta nueva obra fonográfica, la cual salió al mercado el pasado 4 de abril por vía del sello independiente New House Music (se deduce por el nombre que es una iniciativa del propio DAVE). El buen Sr. NEWHOUSE siempre da todo de sí en sus discos solistas, así como en grupos y proyectos colectivos, siempre ha sido así, incluso en aquellos viejos tiempos de THE MUFFINS, el primer gran grupo dentro de su amplio currículum vitae. Y qué decir de MANNA / MIRAGE, el proyecto con el que realizó una especie de continuación del legado de THE MUFFINS. En el caso de “Soli”, tenemos un repertorio donde él es el ejecutante exclusivo de todos los instrumentos (saxofones, clarinetes, flauta, pícolo, teclados, bajo, guitarra, acordeón, batería y percusión) y de todas las programaciones. Veamos ahora el repertorio mismo del disco. 
 

Ocupando un espacio de poco más de 2 minutos, ‘Oh What A Day’ abre el álbum con luminosa sobriedad. Su swing jazzero tiene un groove lo suficientemente rico como para llamarse extrovertido, pero su vitalismo patente se reviste de una elegancia razonablemente contenida que permite al centro melódico lucirse de manera natural. Ostentando el peculiar título de ‘Jumpin’ Pissoff’, la segunda pieza del repertorio exhibe un dinamismo más acrecentado que el de la pieza de apertura, gestando un esquema sonoro que combina fulgor y densidad con exquisita distinción. Lo que suena es como un híbrido entre los SOFT MACHINE de los álbumes cuarto y quinto y el FRANK ZAPPA de 1969-72. Una especial mención merecen los efluvios de los diversos saxofones que entran a tallar, y otra va para los extravagantes saltos de las guitarras en el pasaje epilogar. Un primer cénit del álbum al cual sigue ‘Fewer Heads’, otra pieza vivaz que, en esta ocasión específica, se centra en una remodelación avant-progresiva del estándar de los ensambles de vientos propios de los orígenes del jazz en ciertas zonas de la Costa Este de los EE.UU. La meticulosidad de la orquestación global es simplemente fenomenal, la simple razón de ser de esta composición, la composición de un arreglo masivo a partir de un motif estructuralmente sencillo. ‘Two-Spirit People’ es un nuevo ejercicio de vibraciones Canterburyanas (por llamarlas de una forma comúnmente aceptada) con inspiración tomada de SOFT MACHINE, aunque también hay alguna influencia de la delicadeza sistemática de GILGAMESH. Las ocasionales capas de acordeón ayudan a reforzar la tersa base armónica. Otro momento decisivamente culminante del disco. ‘3 Easy Pieces’ es un collage que comienza con un breve preludio en clave de big band, para luego virar hacia un motivo tribal que sustenta algunas leves incidencias del paradigma de SUN RA y otras de la faceta más vivaz de ZAPPA; su espíritu festivo revela una vivacidad ágil y llamativa. El tránsito final es hacia un motivo flotante donde rige la ley de las libres formas en clave etérea: las notas predominantes del teclado aletean con una suavidad que se asume con certera seguridad. Ya que mencionamos a ZAPPA, también sacamos a colación las confluencias con esa lógica del pastiche dadaísta al que es tan adepto el legendario dúo connacional RASCAL REPORTERS. 

Cuando llega el turno de ‘Bande Noire’, se abre campo al desarrollo de climas misteriosos donde el sutil fulgor sónico en curso se deja envolver bajo un manto otoñal que algo tiene de introspectivo. Hay, en efecto, una espiritualidad un tanto lánguida que atraviesa a las múltiples capas de teclados, vientos y acordeón, una ambientación cinematográfica que se explaya en la manifestación de una inquietud tan cierta como arcana. Es una exposición pura de la interioridad atravesada por la técnica del arte del sonido articulado. ‘Precious Eye’ tiene en su título una alusión a una metáfora solar del inmortal WILLIAM SHAKESPEARE. Ese referente literario se traduce a un groove jazz-progresivo semejante al del tema #1 sobre el que se desarrolla una exhibición de claridades melódicas que nos remiten a las del tema #4. He aquí un grácil encuentro entre los legados de HATFIELD AND THE NORTH y HAPPY THE MAN a través del lente de la faceta más serena de THE MUFFINS: una forma suntuosa de animar un bloque melódico de por sí bastante hermoso. Con la secuencia de estos dos temas, hemos transitado de la última bruma de la noche a las primeras luces matutinas. ‘Dr. Hepcat’ regresa a la vertiente más vanguardista de la amplia visión musical de NEWHOUSE por vía de una agitación Zappiana de algunos estándares herederos del jazz experimental de los 60 y 70. Apoyándose en un swing de Latin jazz, ‘The Man In The Skin-Painted Suit’ da otra vuelta de tuerca a la calidez melódica que ya apreciamos en algunas piezas precedentes. ‘Not Enough Time, Billy’ es una elegía en memoria del recientemente desaparecido Billy Swann, quien fue bajista-guitarrista de THE MUFFINS, el primer gran grupo dentro del amplio currículum vitae de NEWHOUSE. Su triste fallecimiento tuvo lugar en agosto de 2024. La pieza en cuestión ostenta una atmósfera grisácea que se va explayando con un aura intrigante; unas torsiones deconstructivas se manifiestan en las líneas del saxo mientras los teclados van plasmando una bruma absorbente. Hasta aquí llega el repertorio oficial del disco, pero todavía queda una versión de ‘The Man In The Skin-Painted Suit’ donde NEWHOUSE recibe la colaboración de Michael Bass, su colega en SWELL BROTHERS. Aunque el espíritu melódico de la composición es apropiadamente respetado, es natural que el esquema sonoro se sienta más lleno, suponiendo ello un realce de las motivaciones progresivas en curso. Muy eficaz este bonus track para terminar las cosas con una aureola de color sónico. 

Toda esta fue la experiencia de “Soli”, el nuevo álbum solista del noble orfebre de múltiples instrumentos DAVE NEWHOUSE, una autoridad irrefutable de la vanguardia estadounidense de ayer y hoy. Su infatigable asertividad musical no sólo añade réditos a su inmenso currículum vitae, sino que también perpetúa la dignidad artística del ideal de la música vanguardista estadounidense de nuestros días. Como prácticamente todo lo que hace este maestro, se trata de un disco muy recomendable para cualquier buena fonoteca.
 
 
Muestras de “Soli”.-

Tuesday, April 15, 2025

STEVE HACKETT: caminatas de un ilustre veterano de la música progresiva desde el circo hasta la caverna



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos “The Circus And The Nightwhale”, el disco que nos brindó el ilustre maestro británico STEVE HACKETT en el año 2024, más exactamente, el 16 de febrero de ese año, por vía del sello InsideOut Music. “The Circus And The Nightwhale” es un disco conceptual centrado en un personaje ficticio llamado Travla cuyos avatares en el rito de paso de los sueños de adolescente a los desafíos continuos de la vida adulta reflejan, de forma simbólica, muchos aspectos biográficos del propio HACKETT. El material aquí contenido fue grabado en varias sesiones a lo largo de los años 2022 y 2023 en el Siren Studio, donde también se mezcló y masterizó. HACKETT y Roger King son los codueños de este local. Algunos aportes de los músicos invitados fueron registrados en otros estudios: Darby Production, The Hastings Hit Factory, Music Farm Studios y Gramy Recording Studio. El buen STEVE está a cargo de las guitarras eléctricas, clásica, acústicas de 6 y de 12 cuerdas, la mandolina, la armónica, el bajo, las percusiones y el canto. Él se rodeó de varios insignes colaboradores: el antes mencionado Roger King (teclados, programaciones y arreglos orquestales), Jonas Reingold (bajo), Rob Townsend (saxos), Craig Blundell (batería), Nad Sylvan (voz), Amanda Lehmann (voz), John Hackett (flauta), Nick DVirgilio (batería), Benedict Fenner (batería) y Malik Mansurov (tar). Aprovecharemos el momento para echar un vistazo también a “Live Magic At Trading Boundaries”, el disco acústico en vivo que STEVE HACKETT publicó en enero de este año, lo cual le permite mantenerse vigente dentro de la producción progresiva del 2025. También fue publicado por InsideOut Music. Pero, volviendo a “The Circus And The Nightwhale”, mencionamos que su peculiar portada es de la autoría de Denise Marsh; más allá de que nos pueda gustar la portada en sí, resulta claro que la notable extravagancia de su concepción visual encaja auténticamente con los vuelos eclécticos diseñados para la secuencia de las piezas contenidas en el álbum mismo. Revisemos sus detalles.   


‘People Of The Smoke’ inicia el rumbo de las cosas con una serie de efectos de sonido de una vieja radio, música circense, el nacimiento de un niño y el inicio de un viaje ferroviario, tras lo cual aparece una orquestación de donde emerge el suntuoso núcleo temático en torno al cual ha de florecer el magnífico ensamble instrumental. Con mucho vigor rockero y un canto grave, la pieza se deja llevar por su propia soltura dentro de un dinamismo aguerrido que mucho tiene en común con las facetas más contundentes de los discos de HACKETT del 2015 en adelante. El breve tema ‘These Passing Clouds’ es un instrumental de talante etéreo donde la guitarra flota grácilmente sobre un medio tiempo programado, gestando unos quiebres melódicos tan envolventes como apasionados. A partir de allí emerge ‘Taking You Down’, una canción cuya misión consiste en remodelar el lado pesado de HACKETT con una grisácea y un tanto misteriosa ceremoniosidad, llegando a enlazarse hasta cierto punto con los paradigmas de LED ZEPPELIN y DEEP PURPLE. El solo de saxofón que surge antes de que la canción llegue a la frontera del segundo minuto realza la tensión emocional que es tan predominante en la espiritualidad general de la canción, y cómo no, también llegará el turno de un excelsamente torturado solo de guitarra. Otro breve tema titulado ‘Found And Lost’ comienza con una actitud evocativa centrada en la guitarra clásica que se poya en un ambiente ensoñador para que luego todo vire hacia un swing de jazz lento de salón. ‘Enter The Ring’ es un hermoso ejercicio de prog sinfónico cuya primera sección, centrada en la confluencia de arreglos corales y guitarras acústicas, ostenta ciertos matices folklóricos, para que luego todo se torne más majestuoso con la sólida interacción entre la guitarra y la batería. El epílogo en clave de vals circense añade un cariz cinematográfico al rompecabezas musical. ‘Get Me Out’ es una pieza bastante llamativa en lo que concierne a su compás de blues-rock y la estilización tan meticulosa que se aplica a la tensión inherente a su foco melódico. Dicha tensión se acentpua con el solo de guitarra que emerge a mitad de camino. Prestemos atención a este pasaje bastante significativo de la letra: “Held like a butterfly glued to a pin. / Pulled up and down by invisible strings. / The curtain comes down, can’t see the view. / A dog brought to heel, unable to feel.”
 
 

‘Ghost Moon And Living Love’ es el tema más extenso del disco con sus casi 6 ¾ minutos de duración. Su sección prologar consiste en una orquestación etérea aumentada parcialmente por un canto femenino, pero pronto entra a tallar un cuerpo central ágil y gentil que se sitúa cómodamente en el área más asequible del discurso prog-sinfónico. Una dulce vulnerabilidad late claramente a lo largo del desarrollo temático, el cual incluye otros brillantes solos de guitarra; en los últimos minutos, el entramado instrumental coquetea con lo pastoral mientras el canto incrementa sus vibraciones evocadoras. 
También vale la pena rescatar parte de su letra: “Hope springs eternal within the human breast. / I stumbled and fell, life gave me no rest. / When I gave in like snowmelt descends, / Bathed in blue starlight was love without end.” Tras un preludio de estilizadas travesuras de mandolina, ‘Circo Inferno’ instaura un nuevo ejercicio de rock filudo sobre un medio tiempo y suntuosos arreglos de teclados que afirman la orientación sofisticada de los arreglos instrumentales. Un par de exhibiciones de tapping entran a tallar para reforzar el nervio global antes de que salga al frente un neurótico solo de saxofón. Hay una dupla de temas que duran entre minuto y medio y minuto y tres cuartos: ‘Breakout’ y ‘All At Sea’. El primero de ellos se orienta por una senda Zeppeliniana bajo la guía de unos guitarreos punzantes cuyas intuiciones melódicas se recubren de ácida musculatura. El segundo vira hacia una senda psicodélica de tenor espacial tras unas drásticas florituras de guitarra que se hacen eco de la garra de ‘Breakout’. ‘Into The Nightwhale’ regresa a los climas etéreos para su densa sección inicial,  la cual abre camino a un groove mecánico que se sitúa cómodamente dentro de la vertiente psicodélica del discurso progresivo. Ya en su última parte, que es cantada, el asunto vira hacia un lirismo evocador que algo tiene también de ensoñador. 


La secuencia de ‘Wherever You Are’ y ‘White Dove’ ocupa los últimos 7 ½ minutos del álbum. La primera de estas piezas mencionadas remodela los ecos de la canción precedente para impulsar un nervio renovador sobre un medio tiempo pesado. Para complementar al impacto de este enfoque global, el desarrollo  temático apela a un señorío ostentoso que se ornanenta ocasionalmente con vibraciones exóticas. ‘White Dove’, por su parte, elabora un exquisito ejercicio académico con un impoluto oleaje de escalas de guitarra clásica. Las notas del instrumento literalmente aletean. Todo esto fue lo que se nos brindó en el pasado año 2024 con “The Circus And The Nightwhale” desde los cuarteles del infatigable maestro STEVE HACKETT, toda una  leyenda viviente del rock progresivo ecléctico británico. Hace muy poco, de hecho, a mediados de enero de este año 2025, HACKETT publicó un disco en vivo de línea acústica: su título es “Live Magic At Trading Boundaries” y se trata de una selección de actuaciones acústicas que el susodicho maestro dio en varios años, ya como solista, o con formatos de dúo, trío, cuarteto o quinteto, en eventos pre-navideños que se realizaron en Trading Boundaries. Éste es un local artístico situado dentro de una caverna ubicada en el este de Sussex. Desde la primera vez que dio un concierto decembrino como solista, HACKETT lo convirtió en una rutina anual. En diferentes ocasiones, se hizo acompañar por su hermano John Hackett (flauta), Rob Townsend (saxo soprano, flauta y flautín), Roger King (teclados) y Amanda Lehmann (guitarra acústica y canto). Lo primero que hay es una improvisación de motivos “a medio cocinar” a la guitarra clásica antes de que HACKETT nos brinde un fragmento de ‘Blood On The Rooftops’. No faltan extractos de ‘Black Light’, ‘After The Ordeal’ y un pasaje pastoral de esa emblemática suite de GENESIS ‘Supper’s Ready’. El primer gran momento contenido en sí mismo es la ágil remodelación de ‘Jacuzzi’, una pieza esencialmente alegre que aquí asume un aura de plena algarabía. Por otra parte, la delicada solemnidad de ‘Gnossienne No. 1’ – composición del gran ERIK SATIE – nos revela unas vibraciones más conmovedoras en su evocadora prestancia. Otra pieza clásica es un pasaje del ‘Organ Concerto’ de FRANCIS POULENC; el maestro HACKETT sabe manejarse muy bien en esta vereda musical. Nos complace que también aparezca ‘Walking Away From Rainbows’, pues es una cautivadora exhibición de romanticismo contemplativo.


También hay dos composiciones de Lehmann: ‘Memory Lane’ y ‘Only Happy When It Rains’. La primera es una balada en clave folk y la segunda es un blues donde HACKETT aprovecha la ocasión para tocar la armónica. Este catálogo de aventuras acústicas termina con la poderosa dupla de ‘Ace Of Wands’ y ‘The Journey’, dos composiciones distintas que se hermanan en la fastuosidad mientras siguen sendas muy dispares, la primera, la de la soltura barroca, la otra, la de la ceremoniosidad introspectiva. ‘Ace Of Wands’ es un hito por ser la primera pieza del primer álbum solista de HACKETT mientras que ‘The Journey’ forma parte de su primer álbum de guitarra clásica “Bay Of Kings”. Así nos fue con nuestros paseos por “The Circus And The Nightwhale” y “Live Magic At Trading Boundaries”. Un disco eléctrico que toma varias pautas estilísticas de varios precedentes, pero con una actitud ecléctica más acentuada, y otro acústico donde STEVE HACKETT demuestra por enésima vez cuán cómodo se siente dentro de un formato que le permite explorar todos los rudimentos y recursos de la faceta más introvertida de su caleidoscopio musical. Bastante recomendables ambos discos por razones distintas.
 
 
Muestras de “The Circus And The Nightwhale”.-
Taking You Down: https://www.youtube.com/watch?v=ruWrBvbAkq8
Enter The Ring: https://www.youtube.com/watch?v=TekPv4C7hy0
Ghost Moon And Living Love: https://www.youtube.com/watch?v=bYwwEfDv4yk
White Dove: https://www.youtube.com/watch?v=8dQvpLmV-Vc

Muestras de “Live Magic At Trading Boundaries”.-

Saturday, April 12, 2025

CHERCÁN: primer vuelo de una nueva ave del rock-fusión progresivo chileno


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy es tiempo de presentar al grupo chileno CHERCÁN y su álbum debut, también llamado “Chercán”, el cual fue publicado el pasado 4 de marzo. Se trata de una nueva apuesta musical del baterista-percusionista Rodrigo González Mera, a quien conocemos de LA DESOOORDEN y HOMÍNIDO. El resto de integrantes de CHERCÁN son Roberto Faúndez [guitarras eléctrica y acústica], Martín Peña [voces y guitarra ocasional], Simón Catalán [bajo] y Matías Bahamondes [saxos]. En algunos pasajes de “Chercán”, el quinteto recibió el apoyo del violinista Benjamín Ruz (también encargado de los arreglos de cuerdas), la violista Javiera González y la cellista Ariadna Kordovero. Las sesiones de grabación para el disco que hoy nos convoca tuvieron lugar en diferentes estudios de Santiago y Valdivia. Las ulteriores labores de mezcla estuvieron en manos de Jorge Fortune en Telúrica estudio de Coyhaique, mientras que la masterización estuvo repartida entre el mencionado Fortune y Carlos Barros. La hermosa e intrigante imagen de la portada es de la autoría de Paulina Rosso. Habiendo mencionado los antecedentes de Rodrigo González, podemos decir que la línea de trabajo de CHERCÁN está emparentada con la que realizaba en su momento HOMÍNIDO, pero con la variable de que hay un compromiso más sesudo con la garra rockera en medio de la sistemática versatilidad que define a la ambiciosa visión musical de este quinteto. Pero mejor será que revisemos los detalles del repertorio de “Chercán” a fin de aclarar con mayor profundidad esta noción.
 

Durando poco más de 6 ¾ minutos, ‘La Culpa’ abre el repertorio de “Chercán” haciendo un efectivo despliegue de vibraciones telúricas con ese poderoso groove tribal de batería al cual se unen pronto los demás instrumentos y el canto. Desde el mismísimo punto de arranque, el grupo quiere plantear un ritual de pasión y contemplación, siendo así que las líneas del saxofón son las principales aportadoras de lirismo mientras el canto va aumentando su pathos mientras a medida que va avanzando la ingeniería sónica diseñada para la ocasión. El intermedio contenido añade un ingenioso recurso de variedad al consistente centro temático, instalando una atmósfera cuasi-onírica antes de volver al fragor ritualista con el que todo comenzó. Un impactante inicio de álbum, cómo negarlo. ‘Caen Las Hojas Blancas’ sigue a continuación para reforzar y capitalizar los elementos de pesadez rockera mientras el swing de fusión jazz-progresiva asume un aura un poco más sofisticada. Una sacudida con dosis extra de nervio rockero, a veces rayano con lo que se suele denominar brutal prog, preservando un enfoque tan aguerrido como distinguido. Notamos alguna cercanía con la faceta más compleja de THE MARS VOLTA (etapa 2006-09). ‘Kalimba’ es una pieza gentil y grácil que se apoya directamente en el aspecto más propiamente lírico del discurso fusionesco. La secuencia armónica iniciada por el instrumento del título asienta las bases para el motif central que pronto es enriquecido masivamente por los demás instrumentos. Alrededor del tercer minuto, la densidad sutil se torna más explícita y la banda se siente preparada para gestar una nueva arremetida rockera, incluso añadiendo un toque de dramatismo al asunto. La miniatura ‘Desolación (En)’ despliega unos retazos flotantes que se sitúan entre lo introspectivo y lo nocturno. A partir de allí emerge ‘Tiempos Paralelos’, cuya senda inaugural recoge la última nota de ‘Desolación (En)’ para anunciar el pronto arribo de una prestancia magnífica. Las instancias iniciales del sostenido incremento de intensidad expresiva están sustentadas por unos tamborileos sutiles mientras el saxo dirige la pauta melódica. ya a mitad de camino se siente la llegada de un refinado vendaval de fuerza fusionesca que, en muchos sentidos, es heredera del dinamismo fastuoso de ‘Caen Las Hojas Blancas’ con algunos retoques proporcionados por los ecos del dramatismo emergente en la última sección de ‘Kalimba’. Todo un cénit del álbum.

‘Las Mentiras Del Muro’ es una canción bastante muscular en lo referente a su arquitectura central, aunque también abre algunos espacios a musicalidades más delicadas en ciertos lugares estratégicos. Portando algunas afinidades casuales con los estándares del prog-metal y el hard rock clásico en sus predominantes secciones potentes, la banda se da maña para articular una claridad melódica en medio de la patente tormenta. Los temas #7 y #8 son sendas partes de ‘Relato De Una Obsesión’: la Parte I se titula ‘Quimera’ mientras que la segunda se llama ‘El Orate’. En el prólogo de ‘Relato De Una Obsesión, Parte I: Quimera’ están las percusiones étnicas marcando el groove esencial sobre el que van poco a poco amoldándose las interacciones entre los instrumentos restantes. Los matices aportados por los arreglos de cuerdas ayudan mucho a realzar esa cualidad casi onírica que la banda plantea para el desarrollo temático. ‘Relato De Una Obsesión, Parte II: El Orate’, por su parte, se erige como la cumbre de explosividad musical y emocional a la que parece haber estado apuntando el ensamble a lo largo del álbum. La pieza en cuestión empieza recogiendo los resabios atmosféricos de la Parte I mientras añade más matices exóticos. Poco antes de cruzar la frontera del segundo minuto, se instala una ingeniería rockera donde lo exquisito y lo visceral se fusionan con la solidez del fuego y la lozanía de la tierra. Todo arde y todo es muy consistente en el poderoso y perfeccionista enclave sonoro elaborado por el grupo. Estas dos Partes de ‘Relato De Una Obsesión’ conforman el culmen definitivo del disco. ‘Colores’ trae consigo el cierre del repertorio y lo hace con un talante mucho más sosegado, centrando su impresionista núcleo temático bajo un ropaje evocador marcado por una distante calidez. Las notas van flotando como un ensueño nostálgico. Todo esto fue lo que nos brindó la gente del grupo chileno CHERCÁN con su álbum homónimo, un genuino testimonio de la energía invertida en su vuelo musical trazado a través de los cielos del rock-fusión progresivo. Hay que prestar atención a esta banda, la verdad que sí.

Wednesday, April 09, 2025

Segunda activación del corazón progresivo de los británicos LOST CROWNS


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
El primer día de abril (tras un período de preventa) se publicó el nuevo álbum del ensamble británico LOST CROWNS, el cual sucede a “Every Night Something Happens” por seis años y pico; este flamante segundo disco se titula “The Heart Is In The Body” y fue publicado por vía independiente. La nutrida alineación de LOST CROWNS tiene ciertas conexiones con THE CARDIACS y consta de Richard Larcombe [voz, guitarra, armonio, arpa, flautín, violín, cello, concertina, gaita y dulcémele], Rhodri Marsden [piano, teclados, teremín, fagot, flauta dulce, guitarra trémolo, sierra, percusión y voz], Josh Perl [teclados y voz], Nicola Baigent [clarinetes alto y bajo, saxofón, flauta y flauta dulce], Charlie Cawood [bajo, contrabajo, campanas de bajo y sitar], Sharron Fortnam [voz] y Keepsie [batería y campanas de mano].En algunas partes de “The Heart Is In The Body” colaboraron Mark Cawthra (voz), Susannah Henry (voz), Sarah Nash (voz) y James Larcombe (hurdy gurdy). Larcombe es el compositor y arreglista de todo el material aquí contenido; él y Marsden se encargaron de las labores de producción e ingeniería de sonido para las sesiones de grabación, y el segundo realizó posteriormente la mezcla y la masterización. En líneas generales, advertimos en este disco una acentuación de los matices más vibrantes de su enfoque jazz-progresivo empapado de rocío vanguardista, pero es mejor ir a los detalles del repertorio mismo. 
 

El disco empieza con ‘I Might Not’, canción que impone instantáneamente el poderío de su groove central en base al ímpetu conjunto de la batería, las bases de teclado y el imperioso canto. Una vez completo el armazón instrumental, todo se asienta como una cruza entre lo travieso y lo aguerrido, algo así como si una idea abandonada por los CARAVAN del segundo álbum hubiera sido retomada por la gente de HOMUNCULUS RES bajo las directrices de la legendaria banda belga COS. Vitalismo y gravedad se conjugan fluidamente dentro de una magnífica ingeniería sónica. Gran inicio para el álbum y ‘She Didn’t Want’ sigue a continuación para ahondar aún más en los aires de compleja soltura y surrealista jolgorio que se plasmaron en la canción de apertura. Esta vez, la suntuosidad en los arreglos instrumentales está sólidamente incrementada, siendo así que los espacios abiertos para la emergencia de ocasionales motivos densos son más relevantes. De este modo, las herramientas de inspiración Crimsoniana y Zappiana entran a tallar como interesantes recursos de grisácea tensión en medio de la siempre reinante extroversión. Un primer cénit del álbum. ‘Weaker Than Me’ establece nexos entre ART BEARS, los PICCHIO DAL POZZO de 1980 y los RASCAL REPORTERS de los 90. Eso se nota específicamente en el modo en que la retorcida y fulgurosa arquitectura musical diseñada para la ocasión se explaya rigurosamente a lo largo de los variados recovecos temáticos y rítmicos que se van sucediendo. Es un delirio organizado que presume de cuán extravagante es su método de acción. Cuando llega el turno de ‘The Same Without’, el grupo decida explorar otras facetas más coloridas de su visión estética mientras preserva gran parte del vitalismo estructural exhibido en los dos primeros temas del álbum. Tras un preludio ceremonioso, el cuerpo central activa un nervio vigoroso con el que las pautas instrumentales van edificando un viaje, en líneas generales, intenso y vehemente. Mientras tanto, el canto exhibe la calidez de siempre, la misma que funciona como una instancia de misteriosa espiritualidad. Otro momento culminante del disco. ‘Et Tu Brute’ sigue fielmente la senda del tema #2 tanto en lo referente al enfoque ostensiblemente sofisticado del groove como en las expansiones exhaustivas de la paleta sonora.
 
Cuando llega el turno de ‘O Alexander’, nos topamos con el primer momento realmente sereno del repertorio, en realidad, el único. Eso sí, la estructura musical serena sobre la que se articula esta composición está orientada hacia la orquestación de tenues capas oníricas que arman una especie de aurora boreal bajo cuya luz el canto se arroja sobriamente al manto de la introspección. Las marcas sistemáticamente atonales del desarrollo temático apuntan en simultáneo a las influencias de UNIVERS ZERO y HENRY COW, mientras que la magia ensoñadora de las líneas vocales nos remiten al paradigma de Robert Wyatt. Ocupando un espacio conjunto de poco menos de 17 minutos, la dupla de ‘Did Look A Fool’ y ‘A Sailor And His True Love’ se encarga de cerrar el repertorio. La primera de estas piezas mencionadas lleva a un nivel más elevado la predominante aureola de extroversión surrealista que se ha venido imponiendo en la mayor parte de las canciones e índices temáticos anteriores. El vitalismo se siente más saltarín, algo así como algo que pudo haber emergido de los cuarteles de REGAL WORM pero con un filtro masivamente desarrollado en la fábrica de los RASCAL REPORTERS. Así las cosas, el potencial de expresividad fiestera halla su contrapeso en la intensiva neurosis motivada por el swing central. Los ornamentos de teremín aumentan las persistentes vibraciones vivarachas. Los últimos segundos sirven para elaborar unas capas flotantes que reflejan muy bien la caída del telón. En lo referente a A Sailor And His True Love’ – el tema más largo del álbum con sus 9 ¾ minutos de duración –, se trata de una canción bastante ecléctica cuya primera sección se enfila hacia lo pastoral en base al hermanamiento de guitarra acústica y dulcémele. Cuando entran en acción la batería y otros instrumentos, el asunto vira hacia el tenor sinfónico, hay una patente riqueza lírica en el modo en que se organiza el crecientemente suntuoso armazón instrumental, pero se destila una cierta inquietud en las líneas melódicas del canto. A poco de pasada la frontera del tercer minuto, emerge un puente ceremonioso signado por una aura expectante; el sonido de la gaita y los ornamentos de la batería realzan esa atmósfera expectativa. Ya cuando las cosas adquieren una vitalidad renovadora, el ensamble organiza un ambiente que algo tiene de robusto, pero éste está manejado con una delicadeza muy peculiar (en cercanía con HOMUNCULUS RES y NEEDLEPOINT). Los numerosos ornamentos de los teclados y las complejas líneas del bajo hacen que la propuesta señorialmente extrovertida instaurada por la batería esté muy bien aprovechada. El motif del puente expectante regresa para el epílogo con una fortalecida majestuosidad. Una gran final que el disco realmente merecía.

Todo esto fue lo que se nos ofreció en “The Heart Is In The Body”, segunda aventura fonográfica de LOST CROWNS. esto es de lo más osado y exuberante que se ha hecho en la escena progresiva británico en los últimos años y merece todos los elogios que pueda recibir: un disco totalmente recomendable para integrar cualquier buena fonoteca de rock artístico que presuma de ser buena. La manera en que el grupo ha decidido expandir y capitalizar sus instintos experimentales a rendido grandes frutos en este segundo disco que pone a la banda en una posición de élite dentro de la vanguardia progresiva de su país. 
 
 
Muestras de “The Heart Is In The Body”.-
She Didn’t Want: https://lostcrowns.bandcamp.com/track/she-didnt-want
The Same Without: https://lostcrowns.bandcamp.com/track/the-same-without
A Sailor And His True Love: https://lostcrowns.bandcamp.com/track/a-sailor-and-his-true-love
 

Sunday, April 06, 2025

Tercera presencia fantasmal del excelente grupo sueco HOOFFOOT



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 
 
Hoy tenemos el enorme placer de presentar el nuevo trabajo fonográfico del excelente ensamble jazz-progresivo sueco HOOFFOOT, el cual se titula “Phantom Limb” y fue publicado este 4 de abril, hace muy pocos días. Las buenas nuevas para la vigencia de la música progresiva (y afines) nunca paran de llegar desde las tierras escandinavas. Se trata de la tercera obra de este grupo que comenzó como sexteto y que se redujo a cuarteto desde los tiempos del segundo disco del año 2019. Actualmente, HOOFFOOT opera con la alineación de Pär Hallgren [bajo y efectos], Jacob Hamilton [batería], Jocke Jönsson [guitarra y efectos] y Bengt Wahlgren [pianos eléctricos, órganos y sintetizadores]. En el disco que hoy nos ocupa colaboraron ocasionalmente Samuel Lundström (violín), Nelson Golott Rivera (percusión) y Fredrik Kronkvist (flauta y clarinete bajo). El material contenido en “Phantom Limb” fue grabado en los Hooffoot Studion, estando el propio Pär Hallgren a cargo de la ingeniería de sonido. El proceso de mezcla estuvo en manos de Joakim Lundberg en el Studio Sickan, mientras que la masterización fue realizada por Andreas Lubich en el estudio Loop-O Mastering. Este álbum fue publicado por el sello Paura Di Niente tanto en CD como en vinilo: no nos dejemos engañar por su nombre italiano, se trata del sello independiente de este grupo sueco. Bueno, repasemos ahora sus detalles estrictamente musicales. 
 
El disco empieza con la pieza titular, la cual causa una estupenda impresión inicial. En efecto, tras un breve preludio cósmico, ‘Phantom Limb’ instaura un primer jam bastante intenso cuyas grisáceas vibraciones se explayan sobre un groove bastante animado: éste nos recuerda al SUN RA de 1978 y al HERBIE HANCOCK de la fase 72-73. Ya más adelante, mientras la guitarra va ganando protagonismo dentro del centro neurálgico sónico y la batería usa un swing un poco más sofisticado, el asunto vira hacia un jazz-rock expandido a través de coqueteos con el discurso histórico del (así denominado) Canterbury. Se trata, en realidad, de un puente hacia una sala de operaciones donde el ensamble alterna pasajes líricos con otros más explícitamente musculares. El pasaje final está marcado por un clima de jolgorio moderadamente aguerrido, poniendo una etérea capa de minimalista de órgano el broche definitivo. A continuación, llega el turno de ‘When The Insane Go Marching In’, la banda se pone en plan un tanto ceremonioso para armar un prólogo solemne al modo de una reflexión vespertina con la mediana cercanía del atardecer. Cuando llega el momento de instalar el primer cuerpo central, el groove se anima un poco para gestar un motif cercano al paradigma de los dos primeros discos de NUCLEUS con la adición de conexiones estilísticas a las líneas de trabajo que bandas como ELEPHANT9 y KROKOFANT han estado realizando en los últimos tiempos. A poco de pasada la frontera del cuarto minuto, las cosas se animan más todavía y ya se elabora una algarabía más fulgurosa, una muy cercana a los pasajes líricos de la pieza inaugural, pero con una actitud más saltarina, casi reminiscente de los legendarios ZAO. Una mención especial va para la exuberancia de las líneas de bajo, la cual se hace notar bajo los aristocráticos arrebatos de la guitarra y los matices del órgano, e incluso realiza un cautivador solo. Es en esta instancia que la banda ahonda en el lirismo para preparar una nueva emergencia de vibraciones luminosas, en clave incrementada, para la sección final. La coda de piano es simplemente cautivadora. 

La segunda mitad del disco se inaugura con ‘Liisa (A Finnish Spectrolite)’, un tema que se inicia con un talante frontalmente vitalista; los insumos del cuarteto son enriquecidos por las intervenciones de la flauta a la hora de reforzar los índices temáticos. En una segunda instancia, el grupo baja la intensidad notablemente para trabajar con un swing reposado y relativamente sencillo. El renovado paisaje sonoro se extiende por un largo rato en las exploraciones de tonalidades serenas con cierto ribete melancólico. En los dos últimos minutos, el ensamble regresa al ímpetu vitalista del inicio para completar el círculo musical diseñado para la ocasión. El cierre del repertorio llega con ‘Last Letter Home’, que es también su pieza más extensa con su espacio de 14 ¾ minutos. La primera sección se enfila por una espiritualidad reflexiva bajo la guía de las calculadamente parsimoniosas armonías del piano eléctrico. la siguiente sección se centra en un jam mágicamente entusiasta que nos recuerda un poco al cuerpo central de la pieza homónima que abrió el álbum. El grupo ya va coqueteando sutilmente con el space-rock. Todo este dinamismo se va prolongando con un aura de convencida magnificencia donde la señorial policromía de lo progresivo y la sensual exuberancia de lo jazz-rockero se funden en una sola energía expresiva, la cual incluye varias trazas de rock psicodélico en algunos pasajes. Para la sección epilogar, el grupo remodela el motif inicial para dar un norte específico a las postrimerías del jolgorio jazz-progresivo, tornándolo luego más lento y con un enfoque más colmado para el breve momento del adiós, una manifestación de discreta elegancia que sabe imponerse con delicada autoridad. Este cuarto tema ha sido, en suma, un ambicioso despliegue de fulgores musicales con las que se gestó la perfecta arquitectura climática para la caída del telón. He aquí lo que se nos ofreció desde los cuarteles de HOOFFOOT con “Phantom Limb”, una gran apuesta por el dinamismo y el versátil colorido del ideal jazz-progresivo que es el área especializada de este excelente ensamble sueco. Más de tres cuartos de hora de grandeza musical. ¡¡Recomendado al 400%!! (un ciento por cada integrante del grupo). 
 
 
Muestras de “Phantom Limb”.-
When The Insane Go Marching In: https://hooffoot.bandcamp.com/track/when-the-insane-go-marching-in
Last Letter Home: https://hooffoot.bandcamp.com/track/last-letter-home

Thursday, April 03, 2025

El designio de los nuevos dominios del veterano grupo británico IQ



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Desde antes de que termine el mes de marzo del año 2025 ya tenemos a nuestra disposición lo nuevo del veterano grupo británico IQ: se titula “Dominion” y allí aparece el quinteto establecido desde hace más de 10 años, o sea, Peter Nicholls [voz y coros], Mike Holmes [guitarras, algunos teclados y coros], Tim Esau [bajos, pedales bajos y coros], Neil Durant [teclados] y Paul Cook [batería y percusión]. Todo el material contenido en “Dominion” fue compuesto por Holmes y Nicholls, estando el primero a cargo de la producción (como es habitual desde hace muchos años). También hay otros colaboradores de larga data presentes en la concreción de este álbum, el decimosegundo del grupo: el ingeniero de sonido Rob Aubrey y el diseñador artístico Tony Lythgoe. El proceso de grabación tuvo lugar entre noviembre de 2023 y diciembre de 2024, en los Aubitt Studios de Southampton. En líneas generales, podemos advertir que los climas, índices melódicos y atmósferas vertidos en este nuevo material se mantienen rodando por la senda trazada en la ilación de los dos trabajos precedentes, “The Road Of Bones” (2014) y “Resistance” (2019), con algunos matices emotivos que marcaron (en diferentes dosis) a los discos entre 1993 y 2000. Definitivamente, este grupo envejece de las mil maravillas, manteniéndose fiel a lo más perenne de su visión del rock progresivo mientras renueva detalles sónicos; y eso que el grupo pasó por un periodo de hibernación forzada por la pandemia. Eso sí, parece que este trance influyó bastante en la poesía de Nicholls, pues las letras de varias canciones giran en torno a la muerte y la temporalidad de la existencia (en coincidencia con “Ever”, ese fantástico álbum de 1993). De hecho, el título del disco está tomado del poema de DYLAN THOMAS Death shall have no dominion. En suma, es como si se tratara de la compleción de una trilogía iniciada con “The Road Of Bones” donde se decide dar un poco menos de incidencia a los climas crepusculares que fueron tan prevalentes en “Resistance”, pero mejor es que entremos de una vez en los detalles específicos del disco que hoy nos convoca.  


Ostentando una duración de 22 ½ minutos, la suite ‘The Unknown Door’ se asegura de dar inicio al repertorio de la forma más esplendida que sea posible. Sus secciones se titulan ‘Faint Equations’, ‘Many And More Still’, ‘An Orbital Plane’ y ‘Dream Stronger’. Todo comienza con una fanfarria ceremoniosa y un tanto distante, seguida en cuestión de segundos por una orquestación cósmica y transmisiones de voces mientras la fanfarria regresa con una mayor dosis de suntuosidad, todo muy cinematográfico…. Y Nicholls canta sus primeras líneas: “Who should find this unknown door / Shielded from the light? / Long before a world at war, / Beyond the veil of night.” El centro temático se va asentando mientras avanzan los minutos en medio de un ambiente etéreo que destila una gran amabilidad: el diálogo entre la guitarra acústica y los recursos electrónicos del sintetizador es bastante equilibrado, lo cual permite que la segunda sección irrumpa con un viraje aguerrido sin violentar la fluidez integral del momento. Así las cosas, el ensamble arma un groove llamativo sobre un esquema rítmico ágil que, de manera un tanto sutil, también es complejo. Poco a poco, la cosa va ganando musculatura y poco antes de llegar a la frontera del noveno minuto, la banda asume un poderío rockero señorial y contundente. Ya pasada la frontera del undécimo minuto, emerge un fastuoso solo de guitarra, al cual le sigue un armazón colectivo filudo y electrizante, muy al modo de una cruza entre PORCUPINE TREE y EMERSON, LAKE & PALMER. Tras este clímax, sigue un pasaje cósmico que nos devuelve a esos aires de extraño ensueño con los que comenzó esta suite. Con los rasgueos de guitarra acústica que entran a tallar al poco rato, Nicholls hace lucir su talante reflexivo con total soltura: “Left alone without reason, / Remind yourself you’re only halfway home. / Is there someone else I’m recalling made us forget? / Still I’m centered in another world of you I never knew.” Cuando el ensamble íntegro vuelve al frente, la pomposidad rockera se reinstala con una majestuosidad extra y un swing más refinado, y es ahora que el esquema general asevera el reforzamiento del enfoque instrumental, el cual pasa los últimos centrados en la gestación de un ceremonioso epílogo. Las últimas líneas tienen un tenor introspectivo muy adecuado para finiquitar el asunto con un aura distinguida coherente con la intencionalidad épica de esta composición de tan largo aliento; de hecho, es la segunda más extensa de toda la obra de IQ y está genial. 


Tras la maratón inaugural llega el turno de una balada serena e introspectiva titulada ‘One Of Us’. La cercana interconexión entre guitarra acústica y canto marca la pauta melódica mientras los teclados generan unas capas armónicas que, a despecho de su calculada sedosidad, hacen sentir su relevancia a la hora de acentuar la espiritualidad esencial de la composición. ‘No Dominion’ trabaja con climas dramáticos y un tempo lento para gestar una atmósfera imponente y solemne.Vale la pena apreciar estas partes de la letra: “The wall that’s built around you is undefended, / No matter where it ends, no matter when. / If I could make a difference, what would you have me do? / The heart that broke the best was over you.” – “Death, in its madness above the west moon, shall have no dominion / With none gone too soon, / So this memory will run its course. / And I choose to never give up more than I’d dare to lose / Without remorse.” Más allá de su exterior parsimonioso, la canción se siente bastante vitalista en sí misma. El último solo de guitarra es particularmente emotivo, siendo así que su desaparición abre paso a una coda de teclado que emula una caja musical. Este sonido es muy parecido al de las escalas iniciales de la siguiente pieza, ‘Far From Here’, que es la segunda más extensa del disco con sus 12 ¾ minutos de duración.* Eso sí, esas escalas abren camino a un clima más grisáceo, incluso con algunas trazas noctámbulas que rayan con lo lúgubre, antes de que la batería entre a tallar al borde de la frontera del segundo minuto y medio para motivar el inicio de un pasaje aristocráticamente enérgico. El canto de Nicholls se torna más agresivo mientras los instrumentistas arman otro ejercicio de refinado dramatismo; una mención especial va para el mágico solo de sintetizador que surge alrededor del quinto minuto y medio mientras el ensamble cambia de groove. Más adelante, algunos recursos cibernéticos inoculan algunos aspectos modernistas al encuadre general, pero el tenor general es el de realzar lo melódico. La sección epilogar es una dulce balada de voz y piano donde los aires de serena introspección vuelven a imponerse. “All the hours I was with you, right by your side, / With the time escaping us, ever knowing. / I tried to reach you, to be there / Where you need to be, always in my heart, / And you’re not far from here.”


Iniciándose con unas capas de teclado que retoman la última nota de la canción anterior, el tema Never Land’ pone el broche final a las cosas con una aureola de relajada melancolía. La manera en que se destaca el bajo sin trastes tras las primeras líneas de Nicholls anuncia que estas nuevas meditaciones vertidas en la letra serán manejadas con una gracilidad elocuente. Nuestras sospechas se confirman en la frontera del cuarto minuto, que es cuando la batería instala un swing razonablemente animado. La estructura melódica, siendo tan sencilla como es, está suficientemente ornamentada como para evidenciar una meticulosa labor de orfebrería musical a través del moto perpetuo. De esta manera, la persistente gracilidad termina asumiendo brotes celebratorios y eclosiones fulgurosas. Las capas finales de los sintetizadores ostentan un hálito cinematográfico donde todo parece flotar sobriamente. Así la experiencia total de “Dominion”, el designio de los nuevos dominios musicales del veterano grupo IQ, el cual ya tiene un catálogo de publicaciones fonográficas de más de 40 años. Al igual que sucedió con los dos discos precedentes, el grupo tuvo una racha tan creativa que había material suficiente para un disco extra, pero esta vez, teniendo en cuenta que habían pasado seis años desde “Resistence”, el grupo no quería pasar un año más en posproducción para el segundo volumen, así que, en todo caso, hay suficiente material para un siguiente disco de estudio sin que tengan que pasar tantos años de por medio.** Así, con un volumen único, “Dominion” funciona bastante bien como ente portavoz de lo que IQ es en esta fase de larga carrera, una carrera con muchos picos que encarnan la esencia del esplendor al que siempre aspira el ideal del rock artístico. En suma, un trabajo muy recomendable.


Muestras de “Dominion”.- 


* La inspiración para parte de la letra escrita por Nicholls proviene de su duelo por el fallecimiento de su señora madre, dos años atrás.  

** Más detalles sobre esta aseveración en la entrevista que hace poco concedieron Nicholls y Holmes a The Progressive Aspect. Enlace: https://theprogressiveaspect.net/blog/2025/03/28/iq-dominion/ También está la vídeo-entrevista para The Prog Report en el enlace https://www.youtube.com/watch?v=6C7zbj0oTu4

Tuesday, April 01, 2025

El cuarteto noruego WIZRD explora por segunda vez sus elementos musicales



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy echamos una mirada atrás al 6 de diciembre del pasado año 2024 y nos topamos con el segundo álbum del colectivo noruego WIZRD, el cual está conformado por Hallvard Gaardløs [bajo y voz], Karl Bjorå [guitarras y coros], Vegard Lien Bjerkan [teclados, acordeón y coros] y Axel Skalstad [batería y percusión]. El disco en cuestión se titula “Elements” y fue publicado por el sello Karima Records tanto en CD como en vinilo rojo transparente. Dag Erik Johansen se encargó de la ingeniería de sonido en las sesiones de grabación que tuvieron lugar en el estudio Athletic Sound, así como de las labores de mezcla en ese mismo estudio. En lo referente al ulterior proceso de masterización, éste estuvo en manos de Espen Høydalsvik en el estudio Oslo:Fuzz. Recapitulando los orígenes de la banda, ésta se inició en el año 2018 con la iniciativa del bajista Gaardløs de formar un grupo con un par de compañeros del Conservatorio de Jazz de Trondheim, siendo así que el ensamble pronto aumentó a cuarteto. Tras un estupendo inicio de trayectoria con el álbum del año 2022 “Elements”, ahora llega el turno de “Elements” para que devele renovadores esquemas musicales dentro del ideario estético de WIZRD. Es oportuno destacar que aquí hay integrantes de SOFT FFOG, MEGALODON COLLECTIVE y la bien recorrida banda KROKOFANT. Bueno, repasemos los detalles del repertorio contenido en el disco que hoy nos ocupa.


‘GT, Me & My 6610’ da el puntapié inicial a las cosas con un despliegue de grooves llamativos que hacen resonar a los bien delineados surcos melódicos sobre los que se instalan los cimientos específicos de la canción. Las vibraciones sofisticadas que tienen lugar guardan una semblanza con aquel legado de los cuatro primeros álbumes de WISHBONE ASH, añadiéndose un toque extra de dinámicas jazz-progresivas. Acto seguido, llega el turno de ‘Mesmerized’, siendo así que su misión consiste en tomar la posta de la pieza de apertura para incrementar el señorío progresivo dentro de una estructura temática donde se incluyen momentos rockeros más potentes. De hecho, el cuarteto desarrolla muy solventemente los contrastes entre los pasajes más potentes y los más relajados, destacándose en particular la dupla de batería y bajo por su labor tan ostensiblemente ornamentada. La fluidez con la que se derrama el talante vitalista de la canción nos suena como una cruza entre SOFT FFOG y los ANEKDOTEN de la fase 2003-07. Un primer punto culminante del álbum donde hay que hacer mención especial al excelso solo de guitarra. ‘The Void’ comienza con un preludio cósmico signado por una imponente aura retro-psicodélica, pasando luego a un cuerpo central que claramente recibe los ecos de virtuosa vehemencia que forjaron la esencia expresiva de la canción anterior. Durando casi 6 ¼ minutos, ‘Fylkesvei 33’ se erige como el segundo tema más largo del disco. Sus instancias iniciales brotan mientras aún no apagan los últimos acordes de ‘The Void’, y una vez instalado, nos topamos con un exquisito ejercicio híbrido de space-rock y nu-jazz con aditamentos de experimentación psicodélica afín a eso que usualmente llamamos krautrock. Si algún día nos hemos puesto a imaginar cómo funcionaría una asociación entre ELEPHANT9 y ELECTRIC ORANGE a la hora de explorar la dimensión jazz-rockera de los GONG de 1971, lo que se manifiesta en esta canción es la respuesta concreta y exacta. Otro cénit del álbum, uno que combina muy bien lo ágil con lo denso mientras preserva un encanto mágico en su esquema sónico. ‘National Day’ es, en buena medida, una retoma de los grooves centrales de la primera canción con una dosis extra de musculatura que procede de las canciones #2 y #3. Una mención especial va para el fabuloso solo de sintetizador que surge a mitad de camino, brindando un fulgor especial al bloque integral.

‘You’re Exposed!’ es una canción plenamente lírica que implica un nuevo regreso a la tradición de la psicodelia de fines de los 60 en una mezcla con el rock duro de los 70. Hay pasajes que nos remiten irremediablemente a los DEEP PURPLE de inicios de los 70, pero también permanecen incólumes esos otros donde el jazz-prog y la psicodelia se fusionan liberalmente. La cuasi-miniatura de poco más de dos minutos que tiene el peculiar nombre ‘!!!’ es un poderoso instrumental donde el ensamble manifiesta sus aristas más extrovertidas. La infatigable y furiosa agilidad de la dupla rítmica da un peso contundente a los complejos juegos de síncopas sobre los que se apoya el jam en curso. ‘Fire & Flames’ es la pieza más extensa del repertorio con su espacio de 6 ½ minutos. El primer cuerpo central se explaya de manera dadivosa en un groove talante razonablemente calmado: las efímeras florituras de piano que se destacan en las primeras instancias anuncian el tenor introspectivo con el que se habrá de guiar la espiritualidad predominante de la canción. Hallamos algunas confluencias con THE FLOWER KINGS de los 90 así como con LANDBERK mientras prevalece esa actitud contemplativa. A poco de pasada la frontera del cuarto minuto, las cosas viran drásticamente hacia un emplazamiento enérgico que es guiado, a dos bandas, por el complejo swing de la batería y por un poderoso solo de órgano; así las cosas, el grupo gesta un potente epílogo antes de volver a los aires introspectivos iniciales para la coda. ‘Kaleidoskop’ trae consigo el cierre del álbum y lo hace con una aureola melancólica que se encarna en una balada etérea no del todo ajena al paradigma del KEVIN AYERS de los tres primeros discos. Todo esto fue lo que se nos brindó a fines del año 2024 en el disco “Elements” desde los cuarteles de WIZRD; he aquí un grupo que ha sabido instalarse a paso rápido dentro de la élite del rock progresivo noruego de última generación. Por lo pronto, el grupo tiene programada una gira nacional en el próximo mes de mayo, así que su actividad está vigente. Como idea final, se trata de un disco bastante recomendable.

Saturday, March 29, 2025

20.000 leguas del viaje progresivo de los italiano NUOVA ERA

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Nos llegan excelentes noticias desde el sello AMS Records: el nuevo disco de la veterana banda italiana NUOVA ERA se publicó el pasado 28 de febrero, tanto en CD como en vinilo. Se trata de “20.000 Leghe Sotto I Mari”, álbum conceptual inspirado en una de las más populares novelas del literato francés JULES VERNE. 9 años después de su anterior trabajo de estudio “Return To The Castle”, el cuarteto conformado por Walter Pini [teclados y voz], Rudi Greco [bajo], Maurizio Marra [batería y percusión] y Alex Camaiti [guitarras eléctrica y acústica de 12 cuerdas, y voz] vuelve a la carga con su sempiterna visión del rock progresivo sinfónico rebosante de vigor y fuerza de carácter. Las letras de la suite homónima son de la autoría de James Hogg. El Parsifal Centro Musicale de Sesto Fiorentino, Florencia, fue el lugar donde se realizaron las grabaciones y donde también tuvo lugar el proceso de mezcla. 
 

Siendo el álbum conceptual que es, la suite homónima es el ítem central y realmente significativo del disco. Ella dura cerca de 36 ½ minutos y consta de las siguientes secciones: ‘La Partenza’, ‘La Caccia’, ‘Smarrimento’, ‘Capitan Nemo’, ‘Il Signore Delle Acque’, ‘Mondi Misteriosi’, ‘Profondo’ y ‘Prigionieri Dell’Abisso’.* Todo comienza, como es natural, con ruidos de ambientes marinos y al poco rato entra a tallar una secuencia de órgano que, a su vez, abre campo al grupo íntegro para que arme un pomposo prólogo inserto en una cruza entre lo romántico y lo gótico. Las cosas no tardan mucho en animarse dentro de un enclave donde se conjugan los paradigmas de EMERSON, LAKE & PALMER, METAMORFOSI y ALPHATAURUS, siendo así que las transiciones entre pasajes suntuosamente musculares y otros más envolventemente líricos fluyen con perfectamente pulcra fluidez. Teniendo en cuenta la fuerte presencia del órgano, el sintetizador y el mellotrón dentro del arsenal de los teclados y el vigor preciso de la batería, ambos comparten la posición directriz de los esquemas expresivos con los que manifiestan los motivos sucesivos. Los ocasionales solos de guitarra y las ornamentadas líneas del bajo completan el paisaje con impactante solvencia. Recién es cuando nos acercamos a la frontera del séptimo minuto que entra en acción el canto por primera vez. Alrededor de la frontera del noveno minuto y medio, la banda decide tomarse un largo tiempo para explorar matices más serenos bajo el ropaje de una atmósfera ceremoniosa. El asunto se explaya a través de variaciones entre lo introspectivo y lo majestuoso, algo que acerca al grupo al legado de LE ORME de la fase 1972-74, aunque sin dejar de lado la robustez inherente a la esencia estética del ensamble. Una sección de inspiración barroca da un giro fulguroso a la persistente ceremoniosidad antes de que un factor extrovertido entre en acción alrededor de la frontera del decimonoveno minuto (al modo de BIGLIETTO PER L’INFERNO con tonalidades de ALPHATAURUS). En un lapso de poco más de 5 minutos, se usa una alternancia entre estas dos vertientes significativas, lo cual facilita el despliegue ágil de varios recovecos melódicos cuya ingeniería común va revelando su bien blindada cohesión.

Con el arribo de otro momento ceremonioso con un impacto muscular, la banda realiza un nuevo ejercicio de testimonios señorialmente apasionados. Esto termina aterrizando en una suerte de jam jazz-progresivo con protagonismo del órgano mientras la guitarra y otros teclados van añadiendo cromatismos que, de manera gradual, conducen a un final solemne. La vitalidad aumenta razonablemente poco antes de llegar a la frontera de la media hora para regresar a climas góticos llamativos. En algún momento, entran a tallar unas suntuosas capas mellotrónicas cuya misión consiste en tender un puente hacia un moto perpetuo que está diseñado para signar el epílogo de la suite. Notamos aquí la irrupción de vibraciones combinadas de MUSEO ROSENBACH y los GENESIS de la etapa 1970-72. Hay un tenor elegíaco en la forma en que las capas y agitaciones sónicas se van amontonando con el propósito de crear un crescendo dramático inapelable que se encauza inevitablemente hacia un desplome aguerridamente caótico. La coda del distante piano de vodevil parece simbolizar el registro de los eventos pasados que quedan para ser rescatados y evaluados para el futuro. Tras este grandioso y grandilocuente trayecto de ‘20.000 Leghe Sotto I Mari’, tenemos algo más en el CD: un extenso tema titulado ‘Nautilus’ – dura poco más de 16 minutos – cuya composición data de cuando Walter Pini tenía 17 años de edad… Y hoy por hoy forma parte del canon de NUOVA ERA. Yendo a lo concreto, ‘Nautilus’ empieza con un motif en 7/8 que exhibe un señorío contundente mientras el sobrio lirismo del armazón melódico reitera la majestuosidad habitual de la banda. Alrededor del tercer minuto, las cosas viran hacia un empuje refinado, el mismo que se toma su tiempo para explotar su gancho natural. A partir de allí, se organiza la alternancia de estos dos vértices musicales, la misma que se articula con un inmenso bagaje Emersoniano. Una extensa sección ceremoniosa signada por una aristocrática robustez transite de lo parsimonioso a lo ágil mientras el grupo se prepara para elaborar un epílogo rutilante y explosivo que termina hundiéndose en un maelstrom deconstructivo. Los exquisitos solos de guitarra ornamentan la vitalidad del bloque general de manera contundente. A propósito, el pasaje ceremonioso que mencionamos unas líneas más arriba tiene la misma progresión armónica que la última sección de la suite. También hubo en varias secciones extrovertidas expansiones de jams que reconocemos de antes. No son coincidencias, pues Walter Pini retomó esta composición de sus años mozos para ampliarla en la suite que hoy en día tenemos a nuestra disposición como el centro neurálgico del disco aquí reseñado.

Todo esto fue lo que se nos brindó en “20.000 Leghe Sotto I Mari”, una obra musical pletórica de reciedumbre y exuberancia melódica al más fiel estilo del prog sinfónico. La gente de NUOVA ERA ha vuelto a lucir sus galones creativos desde su particular posicionamiento dentro de la élite progresiva italiana de las cuatro últimas décadas. ¡¡Totalmente recomendable!!
 
 
La suite ‘20.000 Leghe Sotto I Mari’: https://www.youtube.com/watch?v=Eb8zCWs_dkE


* La edición de vinilo sólo contiene la suite, siendo así que sus primeras secciones ocupan el lado A mientras que las otras tres ocupan el lado B.

Wednesday, March 26, 2025

Retorno de SUPERSISTER y reencuentro con Nancy

 
 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy celebramos un gran milagro progresivo del año 2025: la resurrección de la entidad del legendario ensamble neerlandés SUPERSISTER, fundado a fines de los 60, el mismo que gestó una excelente tríada inaugural de “Present From Nancy”, “To The Highest Bidder” y “Pudding En Gisteren” entre 1970 y 1972 para la gloria de la vanguardia rockera de su país. Bueno, no es del todo cierto eso de la actual resurrección, pues el teclista y principal compositor Robert Jan Stips mantuvo al SUPERSISTER PROJEKT por varios años, el mismo que llegó a publicar el muy buen álbum “Retsis Repus” en el año 2019. El asunto es que ahora ha recuperado el nombre original, publicando el 21 de este mes de marzo que ya se nos va un nuevo disco; su título es “Nancy Never Knew” y salió al mercado por vía del sello Soss Music (el mismo que publicó ese otro disco de SUPERSISTER PROJEKT que mencionamos antes). Con esa alusión directa a aquel lejano álbum de debut en su título, la alineación que gestó “Nancy Never Knew” está conformada por Stips [teclados y voz], Rinus Gerritsen [bajo] y Leon Klaasse [batería, percusión y voz]. Las sesiones de grabación para este trabajo tuvieron lugar en varios estudios de La Haya: Cultuurpodium Boerderij, Musicon, BGM Studio y Concertzaal Amare. La mezcla se realizó en el Power Sound Studio de Ámsterdam, mientras que la masterización se hizo en Profact International. El propio Stips fue el autor de la ilustración en la portada. Ya mucho se ha hablado de cómo los entonces cuatro jóvenes-prodigio de La Haya Stips, Sacha van Geest, Ron van Eck y Marco Vrolijk concretaron una visión musical particular dentro de la vanguardia de su país de 1970 en adelante para erigirse como la contraparte neerlandesa del así llamado Canterbury (jazz-prog británico, al fin y al cabo), y ahora, manteniéndose Stips al frente, SUPERSISTER todavía tiene algo más que decir antes de que termine el primer cuarto del primer siglo del nuevo milenio. Bueno, llegando a este punto, mejor es que revisemos de una buena vez los detalles estrictamente musicales de “Nancy Never Knew”. 

 
El repertorio se abre con ‘Something In Return’, una canción bastante animada que, desde sus primeros golpes, exhibe una ingeniosa y cristalina combinación de entusiastas atmósferas psicodélicas al viejo estilo de los 60 y elegantes grooves jazz-rockeros. El resultado de esta estrategia sónica se traduce en un encuadre tan grácil como elegante, capaz de imponer la autoridad de su refinamiento con oportuna delicadeza mientras se divide en varias secciones y su ingeniería rítmica se va complejizando mientras avanza su desarrollo. ¡Qué buena pieza de inicio! El segundo tema es precisamente el homónimo: ‘Nancy Never Knew’ nos brinda 103 segundos de atmósferas etéreas envueltas bajo un manto minimalista, el mismo que termina remodelándose cuando entra a tallar un suave swing jazzero en la sección final. ‘Out Of The Darkness’ es la pieza más extensa del disco con su espacio de poco menos de 9 ½ minutos. En su primera parte, el ceremonioso swing que sustenta las bases armónicas y ambientes provistos por los teclados halla una adecuada contraparte en las elegantes florituras del bajo. De esta manera, el jam básico es capaz de asumir una solemne fuerza de carácter mientras centra la mayor parte de su energía expresiva en proyectarse a una atmósfera donde lo misterioso y lo ensoñador se cruzan. También hay algunos retazos de lobreguez vibrando de manera sutil. La segunda parte es un poco más ágil y se orienta solventemente dentro de un groove jazz-progresivo que, una vez más, también abre ciertos espacios a la psicodelia primigenia en su faceta más evocadora. Mientras la batería va incrementando los matices sofisticados de su labor, un cierto fulgor empieza a iluminar al entramado instrumental. Todo se detiene para dejar paso a un epílogo de piano al estilo de SATIE, el cual, simultáneamente, cierra la puerta de ‘Out Of The Darkness’ e impulsa el inicio de ‘Into The Moving Light’, el siguiente tema. Éste comienza como un ejercicio de jazz-prog donde el piano y la batería dirigen al alimón el groove central, siendo así que el bajo se enfoca en delinear un enclave preciso para el refuerzo del motif central. La segunda sección es una excursión libre en atmósferas cósmicas al estilo avant-progresivo. Dos temas que son cénit decisivos del álbum. Cuando llega el turno de ‘Anywhere The Wind’, el grupo se centra en una calidez melódica entrañable que se sitúa a medio camino entre los CARAVAN del primer álbum y el KEVIN AYERS de la etapa (1970-72). El contraste entre la suavidad del canto y la florida asertividad del piano funciona muy bien dentro del armazón general. 

La miniatura ‘Interlude I’ regresa de frente al masivo minimalismo etéreo para que, a partir de allí, ‘Never In A 100.000.000 Dreams’ instaure otro inspirado ejercicio de sofisticado lirismo en clave progresiva. Recuperando buena parte de la elegante extroversión del primer tema, la banda hace gala de su perpetua capacidad para motivar ambientes de buen humor en medio de la seriedad exigida para la articulación de claridades melódicas y tempos razonablemente sofisticados. Sin duda, otro momento culminante del disco. ‘Interlude II’ se explaya en el seguimiento de la huella dejada por el Primer Interludio para darle un poco más suntuosidad a los índices de melancólica rememoración que se destila de las capas sintetizadas que se van sucediendo. De repente, emerge ‘60’s Medley’ con un viraje radical hacia un vitalismo juguetón impulsado por climas celebratorios. Las opulentas orquestaciones que completan los índices temáticos invitan a un ritual común, el cual termina concretándose en el ruido de la ovación de un público. Algunos retazos del viejo legado de SUPERSISTER brotan al frente con ‘Excerpt From Pudding & Gisteren’, esta vez, en el reconocimiento de la influencia de la música académica impresionista. Siempre es bueno recordar esa sección de la suite homónima del tercer álbum de la banda; de inmediato, emerge ‘Interlude III’, último pasaje de minimalismo efímero. Con esto, la balada de piano y voz ‘The Last Chord Open’ trae consigo el cierre del álbum, exhibiendo una espiritualidad nostálgica con manifiestos ribetes de solitaria introspección. Esto resuena a una balada típica de ROBERT WYATT, aunque en la tradición de SUPERSISTER, este recurso compositivo también ha tenido una importante presencia. Todo esto fue “Nancy Never Knew”, un lote de menos de 40 minutos de nueva música desde los legendarios cuarteles de SUPERSISTER, una banda emblemática del fervor progresivo de la Europa Continental de la primera mitad de los 70 y que, tal como se demuestra con este trabajo, todavía tiene algo interesante y sólido que aportar al ideal del rock artístico. Como señalamos un poco más arriba, hay indicios elegíacos en “Nancy Never Knew”, y de confirmarse nuestras sospechas, es una estupenda manera de darse la despedida de SUPERSISTER mientras resuenan sus últimos acordes y baja el telón. Pero, mientras tanto, está organizada una gira nacional para abril y mayo. ¡¡¡Mil millones de aplausos para estos próceres neerlandeses en todas sus encarnaciones por este gran sueño musical!!! 
 
 
Muestras de “Nancy Never Knew”.-
Out Of The Darkness: https://www.youtube.com/watch?v=mRS6810oe5E
Into The Moving Light: https://www.youtube.com/watch?v=tvqy6w4eScg
Never In A 100.000.000 Dreams: https://www.youtube.com/watch?v=JUOc9EW9EmQ