HOLA
AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Otras
de las deudas importantes que tenemos con el año 2011 es el disco de PAK “Secret
Curve”, el cual fue oficialmente firmado como RON ANDERSON’S PAK. De hecho, PAK es uno de los
proyectos que más han ocupado su agenda en los últimos años, siendo “Secret
Curve”, disco de 2011, el cuarto y más reciente ítem fonográfico de su
currículum. PAK no ha tenido una alineación permanente, pero sí una trayectoria
con consistente que ha servido para mantener a Anderson y sus colaboradores de
turno (especialmente al más nuevo, el vientito-teclista Tim Byrnes, que de por
sí cuenta con una actividad muy profusa y prolija como solista, en FRIENDLY
BEARS, y como colaborador de Toby Driver en KAYO DOT y TARTAR LAMB) en un muy
merecido lugar de devoción de parte de los seguidores y coleccionistas de
música de jazz de avanzada y rock experimental. A diferencia del PAK que grabó
“Motels” (segundo disco), esta encarnación porta una consistencia multicolor de
tono casi orquestal, llenando espacios a granel a través de complejas
composiciones que se van articulando, descoyuntando y reestructurando sobre
desafiantes esquemas y variantes rítmicas. La ayuda de incitados ocasionales al
violín, vientos y teclado aporta vitalistas coloridos al asunto. Este disco es
complejo pero imposible de dejar pasar inadvertido: capta la atención incluso
si el efecto final es de temor, repulsa o disgusto. Desde su más pura esencia,
“Secret Curve”, más que una obra de arte, es un acto de arrogante desafío para
nuestras conciencias en forma de arte.
Los primeros 7 minutos y medio del álbum están ocupados por la secuencia de ‘Overture’ y ‘Let Me Tell You Something’: ‘Overture’ ofrece una psicótica secuencia de aventuras sónicas exultantes de lunática extroversión (algo así como un interludio perdido de ZAPPA refocalizado por un ensamble de músicos de KOREYKOJINN y JOHN ZORN’S NAKED CITY como invitado especial), mientras que ‘Let Me Tell You Something’ brinda una fantástica vibración donde se cruzan la neurosis de KING CRIMSON, la vibración de MAHAVISHNU ORCHESTRA en sus momentos más agresivos y el estándar contemporáneo de Charts And Maps. ‘Caffeine Static Rendezvous’ elabora su esquema instrumental poniendo al piano en el centro neurálgico: se trata de un ejercicio de free-jazz traducido a una suerte de jazz-rock psicodélico, algo salvaje en su concepción y revestido de finos ropajes extravagantes durante su desarrollo. En ‘No Future’ hallamos algo más explícitamente estructurado, una suerte de confluencia de avant-jazz y math-rock donde la ilación de motivos se enriquece ocasionalmente con trucos de corte space-rockero. Durando más de nuevo minutos y medio, ‘Caro-Kann’ cumple con la misión de reciclar, recapitular y capitalizar varios de los recursos más estilizados en torno a los que se organizó la sistemática locura musical de los temas anteriores. La pieza homónima sigue a continuación para darle un cariz más grisáceo a la extravagancia reinante, a la par que focaliza más energía en enfatizar el aspecto avant-jazzero en varios momentos estratégicamente ubicados: es como un organismo sónico cuya esencia se sostiene en confluencia de FORGAS BAND PHENOMENA y ESKATON y que acaba de recibir una dosis casi peligrosa de vibraciones a lo U TOTEM y exaltaciones a lo RUINS. (Vale la pena añadir que Anderson colaboró con Tatsuya Yoshida en un proyecto llamado RONRUINS).
Los primeros 7 minutos y medio del álbum están ocupados por la secuencia de ‘Overture’ y ‘Let Me Tell You Something’: ‘Overture’ ofrece una psicótica secuencia de aventuras sónicas exultantes de lunática extroversión (algo así como un interludio perdido de ZAPPA refocalizado por un ensamble de músicos de KOREYKOJINN y JOHN ZORN’S NAKED CITY como invitado especial), mientras que ‘Let Me Tell You Something’ brinda una fantástica vibración donde se cruzan la neurosis de KING CRIMSON, la vibración de MAHAVISHNU ORCHESTRA en sus momentos más agresivos y el estándar contemporáneo de Charts And Maps. ‘Caffeine Static Rendezvous’ elabora su esquema instrumental poniendo al piano en el centro neurálgico: se trata de un ejercicio de free-jazz traducido a una suerte de jazz-rock psicodélico, algo salvaje en su concepción y revestido de finos ropajes extravagantes durante su desarrollo. En ‘No Future’ hallamos algo más explícitamente estructurado, una suerte de confluencia de avant-jazz y math-rock donde la ilación de motivos se enriquece ocasionalmente con trucos de corte space-rockero. Durando más de nuevo minutos y medio, ‘Caro-Kann’ cumple con la misión de reciclar, recapitular y capitalizar varios de los recursos más estilizados en torno a los que se organizó la sistemática locura musical de los temas anteriores. La pieza homónima sigue a continuación para darle un cariz más grisáceo a la extravagancia reinante, a la par que focaliza más energía en enfatizar el aspecto avant-jazzero en varios momentos estratégicamente ubicados: es como un organismo sónico cuya esencia se sostiene en confluencia de FORGAS BAND PHENOMENA y ESKATON y que acaba de recibir una dosis casi peligrosa de vibraciones a lo U TOTEM y exaltaciones a lo RUINS. (Vale la pena añadir que Anderson colaboró con Tatsuya Yoshida en un proyecto llamado RONRUINS).
‘Mama's Little Anarchist’ y ‘e4 Or d4’ son sendos retazos musicales donde la banda explora varias de las estrategias ya utilizadas en lo que va de disco: el primero es sereno, al modo de un paisaje reposado donde se sospecha que una tensión latente, pero que nunca se asoma con certeza; el segundo es un ejercicio de deconstrucción que vale tanto para el avant-prog contemporáneo a lo RUINS como para las facetas más alucinadas del math-rock, un ejercicio basado en una reconstrucción electrizantemente vitalista de la musique concrete. ‘Trebuchet’ retoma algo del vigor de ‘Caffeine Static Rendezvous’ pero con un talante un poco más constreñido, mientras que ‘Blinding Light’ aprieta el acelerador de la maquinaria sónica del ensamble para reinstaurar sus vibraciones más rotundas y contundentes. Los últimos 5 minutos y pico del álbum están ocupados por ‘Kempelen's Automaton’, pieza que recopila fluidamente los tensos coloridos y retorcidas neurosis que han venido engrandeciendo este álbum como lo que es, una obra fabulosa.
Escuchar “Secret Curve” no es solo escuchar, es tener una aventura donde el yo y el id aúnan fuerzas en una bizarra alianza para poder resistir el desafío. Música físicamente cerebral y metafísicamente delirante, esto es el repertorio de este disco que PAK nos ofreció en 2011. Por nuestra parte, lamentamos mucho haberlo descubierto tan tardíamente… ¡¡pero más vale tarde que nunca!!
Muestra
de “Secret Curve”.-
Let Me Tell You Something: http://www.youtube.com/watch?v=5584nTXi65w
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