Tuesday, June 11, 2013

ASTRALIS - un viaje retrospectivo al bosque interior del rock progresivo chileno


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión fijamos nuestra mirada y nuestros oídos en la banda chilena ASTRALIS. Este ensamble nació a principios del año 1999, en la comuna de Ñuñoa, bajo la iniciativa del guitarrista Patricio Vera-Pinto, quien funge como director artístico de la banda y compositor de todo el material: este veterano músico que ya desde los años 70s inició una trayectoria musical que incluye membresías en LUNALLENA y AMAPOLA. En cuanto al grupo ASTRALIS en sí, su propuesta sinfónica se basa en la confluencia del legado neo (MARILLION, PENDRAGON, tal vez un poco de ABEL GANZ) con los estándares sinfónicos propios de YES, el GENESIS 77-79 y el CAMEL post-Bardens. Tiene coincidencias con lo que bandas de otras áreas sudamericanas hacen también: CHANETON, ARION, TEMPUS FUGIT, DOGMA, CRISÁLIDA, etc. De esta manera, su disco debut de 2006 “Bienvenida Al Interior” manifestó un aporte sólido a la escena neo dentro del rock sudamericano actual. Junto a Vera-Pinto tocan Sergio Heredia [batería y percusión], Mauricio Arcís [bajo] y Juan Pablo Gaete [teclados].


Este disco cuenta con tres piezas que se expanden más allá de la frontera de los 10 minutos, además de dos temas que bordean los 8 minutos de duración: la banda asume frontalmente la proyección hacia composiciones de largo desarrollo. Así pues, ‘Bienvenida Al Interior’ abre el primer disco con una musicalidad envuelta en una aureola de cálido optimismo en su primera mitad, pero algún breve interludio de carácter tenso (manejado con mucho preciosismo) arma el terreno propicio para una momentánea variante endurecida de la expansión melódica en curso. A partir de aquí, el motivo central se retoma con un ceremoniosidad renovada. Luego sigue la dupla de ‘Nocturno Urbano’ y ‘Noventa Y Nueve’, diseñada para ahondar en la fastuosidad siempre latente en el esquema sonoro grupal. ‘Nocturno Urbano’ ostenta una languidez contemplativa que nos remite a los estándares de PINK FLOYD y CAMEL, pulcramente filtrados a través de la influencia de PENDRAGON (especialmente en sus parámetros sonoros plasmados en álbumes como “Not Of This World” y “Believe”). La última sección deja la languidez para remontar vuelo hacia un colorido sereno. Por su parte, ‘Noventa Y Nueve’ exhibe una expresividad más plenamente sofisticada, ostentando una arquitectura multi-temática más rica en variantes en las atmósferas y ambientes: cuando el cántico final de tenor Yessiano llega a su conclusión, se hace evidente que el disco conquista un cénit rotundo con este tema. ‘Doble Arcoiris’ elabora un viaje sonoro propio de lo que se espera de una semi-balada neo-progresiva; por su parte, ‘Bajo El Domo De Cristal’ empieza de forma similar, pero merced al impulso de la luminosidad más plena que exhibe su desarrollo lírico, la pieza termina elevándose hacia un clímax conclusivo eficazmente intenso. Los últimos 10 minutos y pico del disco están ocupados por ‘Kinnara’, el cual comienza reavivando la llama de la espiritualidad lánguida que antes había marcado a ‘Nocturno Urbano’. Un interludio armado en base a un flotante solo de guitarra arropado bajo capas cósmicas de teclado instaura el punto de quiebre para que la pieza vire hacia un dinamismo llamativamente extrovertido donde se cruzan los legados perpetuos de YES y GENESIS, siempre con su oportuno toque modernizado. Un cierre muy vitalista para un disco como “Bienvenida Al Interior”, cuyo mérito musical más saltante es su continua exhibición de inspirado preciosismo.

  

Con “Voces Del Bosque”, su segundo disco del año 2009, el grupo decidió enriquecer su propuesta sonora con la incorporación de elementos folk en modalidad estilizada y un acercamiento más profundo a la tradición sinfónica en sus facetas más cristalinas. La alineación del grupo acoge una ligera variante con el ingreso del nuevo teclista Mauricio Gaggero, aunque su antecesor Juan Pablo Gaete aún hace acto de presencia en un tema. La pieza homónima abre el disco con aires de naturaleza y atmósferas ensoñadoras muy a lo YES, logrando así abrir la experiencia del disco con un aura optimista y un colorido sónico frontal, el cual pronto muestra afinidades con estándares de LE ORME y ERIS PLUVIA de forma consistente hasta el final. Con esto, ASTRALIS se conecta en mayor afinidad con lo que en la escena argentina hace HÁBITAT, por ejemplo. Una mención especial debe ir hacia los solos de sintetizador, los cuales portan una magia bien desarrollada que sirve para darle un enfoque claro al encuadre melódico de la pieza. El segundo tema, ‘Caminos Internos’, nos muestra a la banda mostrando una dimensión más grácil de su esencia estilística, haciendo dos cosas a la vez: reforzar los roles de la guitarra y la batería a la hora de generar dinamismo rockero y explotar matices folclóricos de cueca en varios ornamentos rítmicos estratégicamente ubicados. Con ‘Los Pasantes’ (el tema con Gaete a los teclados), el cuarteto se mete de lleno en el estándar de LOS JAIVAS: alegre dinamismo andino traducido a refinamientos prog-sinfónicos, al estilo de los discos “Alturas De Machu Picchu” y “Aconcagua”. Siguiendo por esta línea folk-progresiva y añadiendo elementos de la herencia del CONGRESO 70ero, ‘Néctar De Luz’ emerge como una deliciosa cueca-rock donde el grupo explora la candidez propia de este emblemático ítem cultural chileno.


Los últimos 24 minutos y pico del álbum están ocupados por la dupla de ‘Estás Aquí’ y ‘Saraswati’. ‘Estás Aquí’ brinda una expansión ambiciosa sobre el equilibrio entre sinfonismo modernizado y prog-folk antes exhibido en ‘Caminos Internos’, con el gesto añadido de que el cuarteto aprovecha el extenso esquema dentro del cual arma la pieza para amplificar las potencialidades épicas del asunto, además de guiar el colorido esencial al sonido grupal hacia tonalidades más claroscuras (como un híbrido del IQ 80ero y el LE ORME de “Uomo Di Pezza”): la persistencia del interludio hace que el clima general sea denso, aunque sin perder la agilidad propia del neo-prog clásico de los 80s. Posiblemente sea justo catalogar a ‘Estás Aquí’ como el cénit decisivo del disco, aunque para nada implica esto desestimar lo que tiene que ofrecer ‘Saraswati’ a la clausura de “Voces Del Bosque”. Este tema, llamado como la diosa hindú de la sabiduría y las artes escénicas, traslada la línea de trabajo de ‘Caminos Internos’ y ‘Estás Aquí’ hacia un impulso marcado por influencias Floydianas y Camelianas, siendo así que la dupla rítmica se encarga de sustentar la vibración folclórica en el subsuelo del esquema instrumental (al modo de las secciones más solemnes de esa tremenda suite de LOS JAIVAS “La Poderosa Muerte”). ASTRALIS explota su faceta épica con impecable solvencia por segunda vez consecutiva, concluyéndola con majestuosos ruidos de oleaje, al modo de un egreso a las fuerzas de la naturaleza de donde había surgido el primer tema del álbum. Este disco, evaluado en bloque, supone un desarrollo muy personal del aporte que la banda pretende dar a la preservación del legado ideológico del rock artístico en su país y en el ámbito latinoamericano.

  

El año 2012 signa otro momento importante dentro de la historia de ASTRALIS: su tercer álbum “Confesiones de Invierno” ha estado pasando por un largo proceso de post-producción, llegando finalmente a su edición en esta primera mitad de 2013… pero ése es tema de otra reseña. En este momento, celebramos que ASTRALIS haya sido capaz de aportar un alto nivel de creatividad al paradigma del rock sinfónico, un bosque propio dentro de la aldea chilena.


Muestras de “Bienvenida Al Interior”.-

Muestras de “Voces Del Bosque”.-

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