Wednesday, June 12, 2013

La nueva estación de ASTRALIS


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos concentramos en el nuevo disco del grupo prog-sinfónico chileno ASTRALIS: “Fantasía De Invierno”. Recientemente publicado por el sello Mylodon Records, su repertorio consta de canciones compuestas entre los años 1989 y 1995: o sea, este disco es básicamente un repaso de viejas composiciones que se revelan ahora con el beneficio de la pericia y la madurez estilística que el grupo ha venido forjando en la secuencia de sus dos discos anteriores “Bienvenida Al Interior” y “Voces Del Bosque”. Dehecho, estos dos ítems conviertieron a ASTRALIS en una de las bandas más respetadas del círculo progresivo de su país. A lo largo de este nuevo disco, los únicos integrantes fijos son Patricio Alejandro Vera-Pinto [guitarrista, vocalista y compositor exclusivo] y Mauricio Arcís [bajista]; los demás participantes son el teclista Carlos González Nanjarí (para los dos últimos temas), el teclista Francisco Conejera (para los cinco primeros temas) y Luis Álvarez a la segunda guitarra, mientras que el baterista Jaime Labarca está acreditado como invitado para todos los temas.  


‘La Canción Es Libre’ abre el disco con un aire de exaltación prístino, un canto entusiasta a la esencia libre del arte musical que se arma en base a una claridad melódica bien pulida y un esquema rítmico marchoso, al modo de un YES post-70ero mezclado con el CAMEL 79-81. El siguiente tema, ‘La Marcha De Los Que Vienen’, prosigue en la expansión de esta extroversión sonora, aumentando la dosis de sofisticación en ciertos pasajes instrumentales así como el nivel de vigor rockero en la estructura general. Juzgando por el carácter magnético de su fuerza expresiva (volvemos a los paralelos con el YES contemporáneo, pero también añadimos algo del estándar retro resucitado por las versiones renovadas de KAIPA y KAYAK), tal vez hubiera valido la pena extender un poco más la duración de la canción, pero tras el paso de sus 4 minutos y 10 segundos debe seguir el tercer tema ‘Algo Tiene Que Cambiar’. Esta canción se proyecta sobre un compás más lento que los esbozados en los esquemas de las dos primeras canciones, lo cual tiene sentido en relación con el acento dramático de su letra ecologista, pero en lo referente a la generación de vigor rockero, todavía puede verse en ella una continuidad fluida. Portando una estructura propia de las baladas de rock duro, la armazón orquestal de teclados ayuda a sustentar solventemente el colorido típicamente sinfónico que la banda tiene en mente para este arreglo final. ‘Tristezas Del Juego’ es la primera canción con duración ambiciosa del disco: poco más de 8 minutos. Este detalle es importante porque la característica esencial de esta canción es la de explayarse en las más exultantes vibraciones rockeras del álbum, empezando con una sección a medio tiempo y culminando con una proactiva exhibición de fiero esplendor. El rol protagónico de los guitarreos es la clave para que el punche se concretice la manera tan contundente como lo hace.


Después del continuo despliegue de sofisticada fuerza rockera bajo diversas guisas y matices que ha tenido lugar a lo largo de los primeros 21 minutos del disco, llega la refrescante dupla de ‘Después De La Lluvia’ e ‘Invocación… Oda Y Adagio’. ‘Después De La Lluvia’ maneja un discurso folk-rockero ampliamente influido por las facetas líricas de YES y LE ORME, además de esa sensibilidad cándida que es tan peculiar en la tradición progresiva sudamericana. Por su parte, ‘Invocación…’ nos transporta hacia una dimensión más cargada de densidad emocional, al modo de una elegía introspectiva cuya aureola cósmica que envuelve al oyente y le somete a una rara conmoción. Las flotantes capas de teclado portan una ceremoniosidad casi Floydiana. La canción homónima cierra el álbum de una manera explícitamente fastuosa, pues se prodiga en un despliegue de musicalidad que sostiene un bien focalizado ingenio melódico en un espacio de casi 14 ½ minutos. En base a una confluencia del YES clásico, el PINK FLOYD del “Wish You Were Here” y la obsesión retro de HÖSTSONATEN, más algunas tonalidades modernas a lo ARENA, Vera-Pinto y sus compañeros de viajen realizan una travesía sonora de generosos coloridos y mágicas orquestaciones. Para decirlo de forma simple y sencilla, digamos que se trata de un fabuloso broche de oro para el disco.

 

ASTRALIS sigue tirando para adelante en su misión de mantener vigente el ideal del prog sinfónico en la escena chilena: habla muy bien del grupo en cuestión el que este material (recodemos lo dicho en el primer párrafo de esta reseña) recupere sus primeras composiciones. “Fantasía De Invierno” es un disco hermoso que puede y debe engalanar los estantes de una colección progresiva contemporánea mínimamente solvente.   


Muestras de “Fantasía De Invierno”.-    

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