Sunday, August 10, 2014

TOM MOTO - llama y furia de la vanguardia italiana del momento


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el placer de acercarnos al grupo italiano TOM MOTO, trío conformado por Marco Calcaprina [trompeta y sintetizador], Giulio Tosi [bajo y guitarras] y Juri Massa [batería], so pretexto de su nueva obra “Allob Allen”, una de las más brillantes aventuras progresivas del año. Seis años después de “Junk” (otra gozada), Lizard Records publica este catálogo de exaltaciones sonoras y cerebrales celebraciones surrealistas que es “Allob Allen”. Siendo la escena italiana jazz-progresiva una tan repleta de talentos creativos de primer nivel, TOM MOTO sabe darse maña para establecer su propio nicho, caracterizado por una muscularidad peculiar y un manejo muy original de ideas musicales sencillas que en los diálogos musicales concretos se tornan en tirabuzones musicales bastante dinámicos y absorbentes. “Allob Allen”, lo decimos de entrada, es un disco pletórico en vibraciones sonoras que establecen un nuevo norte para el ideal del avant-jazz contemporáneo. La secuencia de todos los temas del repertorio sigue una ilación, síntoma de que la gente de TOM MOTO tiene un especial interés por retar al melómano de turno respecto a su capacidad de absorción. Vayamos ahora a los detalles del repertorio de este disco en cuestión, ¿vale?


Iniciando el álbum con una ingeniosamente dosificada visceralidad neurótica, ‘Ampullaria’ empieza su ingeniería sónica oscilando entre la grisácea solemnidad del primer UNIVERS ZERO y la psicodelia free-form. Ya a poco de pasada la frontera del segundo minuto, pasamos a un cuerpo central patentemente vitalista que muestra los aires de familia que la banda sostiene con otros grupos compatriotas de la vanguardia jazz-progresiva: ROUND 11, CALOMITO, BREZNEV FUN CLUB – es una sonoridad ruda y fastuosa a la vez, ostentando orgullosamente su híbrido de jazz-rock, psicodelia y recursos Crimsonianos. La dupla subsiguiente de ‘Calcamoto’ y ‘Esenia Foetida’ se encarga de preservar y capitalizar el momentum cristalizado por la pieza inaugural. ‘Calcamoto’ porta un aura extrovertida electrizante y robusto, desarrollado magníficamente a través de la sucesión de sus diversos motivos. Poco antes de llegar a la barrera del noveno minuto, emerge un interludio marcado por una ambientación oscurantistamente lánguida, propia de una procesión de almas perdidas en algún purgatorio. Tras recuperar la extroversión perdida en un siguiente pasaje, se nota que el trío no deja atrás del todo los ecos de la opresiva niebla anterior, y de hecho, no tarda en resurgir el motivo del interludio para impulsar el cierre de la pieza, esta vez con un inconfundible aire a lo PRESENT. Tras los 16 minutos y pico que duró ‘Calcamoto’, ‘Esenia Foetida’ se erige como una exploración de aires festivos en tono surrealista, creando un groove llamativo a través de complejos esquemas rítmicos y desafiantes juegos atonales protagonizados por los metales de Calcaprina. En un pasaje posterior, los rasgueos de guitarra guían a la amalgama grupal hacia una suerte de clímax donde el grupo parece coquetear con la tradición del stoner, sin romper con la magia progresiva que se va armando para esta pieza en particular. Para estos dos temas, el trío ha contado con las colaboraciones especiales de Alice Casarosa e Irene Rametta en aportes vocales, lo cual también se reiterará en ‘XXL’. El inicio de este tema se engarza con las últimas notas flotantes de trompeta del tema anterior. ‘XXL’ tiene algo de apabullante vigor en su primer cuerpo, lindando seriamente con la faceta ácida del rock psicodélico, pero luego, en un segundo motivo, el asunto vira hacia un intermedio entre el R.I.O. de la vanguardia gala actual y la neurosis pomposa del paradigma Zappiano.

La adustamente calculada  interrupción del vuelo instrumental abre la puerta a un epílogo donde el arreglo vocal vuelve a exorcizar imágenes de purgatorio, y es cuando el arreglo vocal se vuelve juguetón que se da inicio al siguiente tema, titulado ‘D P’, el cual nos muestra una acabada síntesis de lo que ya pudimos apreciar en ‘Calcamoto’ y ‘Ampullaria’: demoledoras exhibiciones de virtuosismo integrado de parte del trío en torno a ideas musicales que se sienten adustas y majestuosas a la vez, alimentadas por una espiritualidad cortante que no deja de ostentar una luminosidad bizarra. Los últimos 11 ¼ minutos del disco están ocupados por la pieza homónima, la cual no ofrece nada nuevo al menú musical de TOM MOTO pero que cumple eficazmente con regalarnos más expresiones de soltura, sofisticación y vigor. El extravagante preludio sintetizado que suena como una máquina perdiéndose en un estropicio es en realidad el anuncio de una nueva aurora de sonoridades jazz-progresivas armadas en torno a una febril arquitectura neurótica. Los fraseos de guitarra que añade el bajista Tosi ocasionalmente operan como un contrapunto de extraña calidez frente a la perpetua incandescencia de la trompeta y la incandescencia inagotable de la dupla rítmica.


En resumen, lo que tenemos en “Allob Allen” es una manifestación del dinamismo más enérgico que late en el seno de la vanguardia progresiva más radical de la actual escena italiana. TOM MOTO reafirma así su posición prominente dentro de la experimentación progresiva del momento a nivel mundial. ¡Disco mil veces recomendado!


Muestras de “Allob Allen”.-

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