Thursday, August 07, 2014

Las aventuras de POIL


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da la ocasión de presentar el nuevo disco de un grupo francés que hemos descubierto un tanto tardíamente: POIL. El disco en cuestión se titula “BrossaKlitt”, el tercero del grupo, publicado en mayo pasado en co-producción de los sellos Dur Et Doux y AltrOck. El grupo está conformado por Antoine Arnera [teclados y voz], Boris Cassone [bajo, guitarra y voz] y Guilhem Meier [batería, percusión y voz], asociados desde el año 2006 en este proyecto mientras cada uno semana tiene activo en otros donde también se explota cabalmente la aventura de experimentar con los conceptos y límites de la vanguardia rockera. Dándole giros nuevos a las influencias de FRANK ZAPPA, SAMLA MAMMAS MANNA, ETRON FOU LELOUBLAN, MAGMA y RUINS, POIL es un grupo que también se siente cómodo dentro de la gran familia de las nuevas generaciones de agrupaciones reformadoras del Zeuhl y del rock-in-opposition que efervescentemente han venido surgiendo en la escena francesa (y también mundial) en lo que va del nuevo milenio.


Durando casi 10 ¾ minutos, ‘Fionosphère’ abre el álbum con un ímpetu contundente y complejo donde los momentos de desgarro electrizantemente furioso (a lo DOCTOR NERVE con matices de THE CARDIACS) se entrelazan con otros pasajes marcados por un colorido cacofónico (al modo del paradigma del Zeuhl). El tono oscurantista de los claramente satíricos cantos aporta un oportuno acento dadaísta a las osadas aventuras musicales que se van desarrollando en el hilo de la instrumentación. Algunos compases compartidos por la batería y el canto recitado muestran afinidades con recursos del dub rap (algo no ajeno a varios grupos avant-progresivos de la actualidad como, por ejemplo, CHROME HOOF y MIRTHKON), lo cual ayuda a fortalecer la aureola anarquista de la pieza. ‘Introklitt’ es un breve relato femenino sobre una mínima capa de teclado que sirve como puente hacia la canción homónima, la misma que refleja un énfasis en los elementos satíricos del tema de apertura. Esto suena a una versión posmoderna de SAMLA MAMMAS MANNA con las logísticas compartidas de RUINS y GUAPO. ‘Patachou’ nos remite acto seguido a un dinamismo aún más exacerbado que en los temas primero y tercero, el mismo que utiliza varios interludios instrumentales que ostentan un refinado lirismo arquitectónico. El manejo del swing organizado por la dupla rítmica muestra una especial atención a la organización sofisticada del bloque sonoro de la banda: toda la extravagancia que sigue caminos desde lo circense a lo torturado y de regreso se arropa de fineza extrema en cuanto al delicado equilibrio superpuesto a través de las interacciones entre los tres músicos. No hay duda de que ‘Fionosphère’ y ‘Patachou’ instalan sendas columnas para la focalización de la organización del repertorio global del álbum. ‘MAO’ es una excursión cuasi-popera de poco menos de 3 ½ minutos de duración donde nos topamos con una mezcla de tecno y electro-house (a lo MADONNA del “Blood On The Dancefloor”, sí, en efecto) donde el trío aprovecha el barullo alevosamente trivial para darle un nuevo giro a sus caricaturescos cánticos.

‘Goddog’ es un ejemplo más de las fraternidades estilísticas que POIL guardan con DOCTOR NERVE, MIRTHKON y THE CARDIACS. Esta vez la dosis de travieso dadaísmo en los cantos es menos notoria que en las canciones precedentes, y de hecho, el despliegue instrumental (particularmente intrincado con sus inescrutables desarrollos temáticos e incansables quiebres rítmicos) nos vuelve a confirmar cuán meritoria es la idea de crear toda esta complejidad a seis manos. ‘Dins O Klitt’ es otra pieza breve, esta vez consistente en efectos sintetizados impregnados de minúsculas viñetas que simulan tanteos por varias emisoras radiales. Por supuesto, su función principal es la de oficiar como intermedio entre la canción anterior y la siguiente, ‘Pikiwa’, a la sazón, la más larga del disco con su espacio de 14 minutos. El primer cuerpo central consiste en una delirante reinstauración del dadaísmo avasallador de ‘Fionosphère’, mientras que el segundo está centrado en un impetuoso jam de tendencias space-rockeras (al modo de una vigorosa cruza del GONG pre-“Angel’s Egg”, ESKATON y CAN). La tercera y última sección establece una ilación de ideas basadas en complejas síncopas que pone al oyente en estado de catarsis expectante, llevando todo ello a un abrupto final, más abrupto que la nota final de una danza cabaretera o el cierre del telón de un circo. Así las cosas, ‘La Balade Des Gentils Minouchoux’, una pieza amable que se apoya en una gentil armazón rítmica cuya compleja estructura es manejada pulcramente por Meier y Cossone mientras el motivo se basa en la repetición de una sofisticada progresión atonal, bien plasmada en el piano eléctrico de Arnera. Los ornamentos de guitarra y sintetizador añaden un innegable tono mágico al asunto, culminando así un efectivo broche de oro para el álbum.

 

Bueno, todo esto fue “BrossaKlitt”, en pocas palabras, una celebración de la osadía y la extravagancia en base a una concepción dadaísta de la música progresiva de ayer y hoy: POIL es una banda que merece ser investigada y descubierta por parte de melómanos y coleccionistas. ¡Disco altamente recomendado!


Muestras de “BrossaKlitt”.-

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