Saturday, December 06, 2014

MOORDER o el art-rock como diversión


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Ésta es la ocasión para concentrar nuestra atención en el grupo avant-progresivo italiano MOORDER so pretexto de su segundo trabajo fonográfico “Moorder II”. Este grupo está formado por el guitarrista Alessandro Lamborghini , el bajista Michele Zanni , el baterista Daniel Dencs Csaba, y además, dos vientistas cuyos roles no son muy habituales en el mundo del rock: Alberto Danielli a la tuba y Simone Pederzoli al trombón. Formado en la localidad de Cento (Ferrara) con la misión de crear formas poco convencionales de rock instrumental, el grupo tuvo su debut fonográfico en el 2008 con un disco homónimo, y ahora, “Moorder II” llega a nosotros desde mayo pasado por vía del sello Lizard Records.


Durando poco menos de 3 ½ minutos, ‘Jesus Zombies Crew’ abre el álbum de una forma sumamente traviesa, instalando un preludio tétricamente dadaísta antes de elaborar el cuerpo central sobre una base de surf-rock psicodélico. ‘Flat Kick’ sigue a continuación para establecer un ejercicio solemne de jazz-rock sofisticado al modo del ZAPPA más serio, algo que encuentra de inmediato su contrapelo en el tercer tema, titulado ‘Disco In Ferro’. En efecto, en esta pieza tenemos una deconstrucción graciosa y ágil del estándar de la música disco pero con una estructura rítmica inusual (alternado 4/4 y 7/8) y unos arreglos de metales que apuntan más hacia la expresividad tensa que hacia la alegría frívola. Incluso hay un breve interludio en clave de blues-rock que surge como una sorpresa efectiva. ‘’Pipum’ sirve para que la dupla rítmica y la tuba conformen un frente único en torno al cual se arman tanto el cuerpo central como el groove de la primera sección; luego, la segunda sección cambia totalmente de registro y se enfila hacia una suerte de big band Crimsoniano. Por su parte, ‘Moztri’ elabora un grácil ejercicio de psicodelia progresiva con un rol predominante de la guitarra, la cual hace gala de su vigor incandescente casi a cada momento. El grupo se cuida de sonar demasiado ostentoso a lo largo del desarrollo temático, dejando que la expresividad propia de la pieza se revele de una manera relativamente cáustica. ‘Afro Bones’ es, para decirlo simplemente, extroversión pura y dura: ahondando un poco más en la idea, es un electrizante ejercicio de jazz-rock con matizados elementos rítmicos africanos: el breve solo de guitarra es brutal, pero también cabe mencionar especialmente a la dupla rítmica por sustentar el swing con tanta distinción.

‘Fiscia’ comienza con un talante serio, casi oscurantista, en base a la sobria dupla de los metales… pero en una segunda instancia explota en efluvios gráciles donde la visceralidad del momento está manejada con buen pulso, evitando caer en recursos de densidad sónica. ‘Omocodia on Square’ nos devuelve a la dinámica Zappiana. Cuando llega el momento de ‘Firecrap’, nos topamos con un ejercicio de swing funky-jazzero aumentado con bien delineados dibujos a cargo de los vientos, y sobre todo, un uso ingenioso de esquemas y quiebres rítmicos. El tema no llega siquiera a durar tres minutos pero en su arquitectura rítmica son muchas las cosas que van pasando, estimulando así la expresividad vitalista de cada instrumento dentro del bloque global. ‘Abcd’ es un despliegue de visceral alegría rockera, no ajena a ciertas vibraciones poperas, pero aún así, sabiamente suministradas sobre una razonablemente compleja armazón rítmica; acto seguido, ‘Mini Spiders’ nos remite a una rara pero tremendamente efectiva mezcla de PRIMUS y Canterbury, gestando un dinamismo llamativo para el despliegue de juguetona complejidad que se encarna sin tapujos en el desarrollo temático. Cerrando el álbum, ‘Beef Ice’ comienza con un aura de rock’n’roll psicodélico y se llena con un aire festivo rural que nos recuerda parcialmente al estilo de ALMAAILMAN VASARAT.


Todo esto fue “Moorder II”, un muy buen disco, aunque se hace demasiado corto con sus 36 ½ minutos de duración. De todos modos, la experimentación ecléctica de estos músicos de MOORDER en su propia visión peculiar del rock progresivo encuentra varios nortes, lo cual hace que valga la pena seguirles la pista, no nos cabe duda de ello.


Muestras de “Moorder II”.-

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