Thursday, December 04, 2014

Por la vía del mantra con AIRE LÍQUIDO ENSAMBLE


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos al nutrido colectivo musical AIRE LÍQUIDO ENSAMBLE, el cual acaba de publicar hace poco su trabajo “Mantra” – más exactamente, a inicios de junio pasado. Encuadrad dentro de las coordenadas de música contemporánea renovadora con excelsa base académica que también comparten otras asociaciones como ORQUESTA METAFÍSICA, COMPAÑÍA OBLICUA y LA MÁQUINA CINEMÁTICA, lo que nos ofrece este colectivo al cual nos referimos ahora es una propuesta que revitaliza de una forma cautivadora y original el prototipo del chamber-rock (en oaralelo con lo que hacen bandas como ARANIS y GATTO MARTE en el continente europeo). Tal como se indica en su página web, AIRE LÍQUIDO ENSAMBLE fue fundado “en marzo de 2010 por Cristian Luzza con la premisa de funcionar como ensamble escuela, potenciar la musicalidad de sus integrantes e interpretar obras de música contemporánea de autoría propia” y gusta de “mixturar el repertorio musical con proyecciones visuales”. Eso último se nota también en la presentación física de “Mantra”, al modo de un libro de fotos con un papel muy elegante y una óptima definición de colores. Los paisajes forestales ocupan un lugar predominante, pero también podemos ver una bandada al atardecer, raíles de ferrocarril, además de una foto de familia del ENSAMBLE junto a varios aldeanos. El libro es una obra de arte en sí misma, en propalcote. Otro dato relevante es el personal tan nutrido que se hizo cargo de la instrumentación del repertorio de este disco: el baterista Diego Moreno, los guitarristas Cristian Luzza y Juan Flores, el bajista Facundo Geli, Sofía Repetto al canto, Sebastián Sarobe a los sintetizadores, los violistas Diego Navarro y Lucas Neyra, las violinistas Catalina Neyra, Agustina Sala, Lara Moccio, Sofía Tapiella, Eliana Calvete y Natalia Villar, un trío de flautistas con Juan Larribaud, Manuela Rodríguez y Ailin Sofía Barsanti, y bronces completados por el saxofonista Nicolás Della Valentina, el trompetista Nicolás Cerrato y la trombonista María Mello. Bastantes ejecutantes realmente, todos ellos creando sonoridades articuladas y explorando diversos recursos de magnificencia a lo largo y ancho del disco.


Durando poco más de 6 ½ minutos, la pieza homónima pone en marcha el repertorio del álbum con un pasaje inicial marcado por una tremenda maquinaria orquestal que ostenta su esencial fastuosidad con desgarradora liberalidad. El guitarreo inicial parece orientarse hacia modismos Crimsonianos pero en realidad su labor es la de pautar la cadencia general de las cuerdas y maderas. Con el surgimiento de un pasaje etéreo y flotante, se prepara el terreno para el clímax conclusivo de una pieza que cumple cabalmente con asentar una introducción impresionante a la experiencia del AIRE LÍQUIDO ENSAMBLE. ‘Antena’, el siguiente tema, instaura un clima de alegría majestuosa, basado en no poca medida en el peso que tienen las cuerdas a la hora de sostener el desarrollo temático. Si ‘Antena’ era manifestación de alegría, ‘Apolo’ es manifestación de ceremoniosa extroversión, algo que se explaya a todas luces sin dejar de lado la seriedad, una seriedad destinada a dejar que un designio grave del orden del universo se manifieste sin tapujos. El interludio moderadamente sombrío contrasta abiertamente con las saltarinas líneas de flauta que habían dado inicio a la pieza; la sección final combina espiritualidad grave y dinamismo extrovertido con una magnificencia totalizante y envolvente. ‘Lengua Muerta’ ostenta un groove más ligero, dejándose llevar por el factor alegre con una arquitectura musical bien llevada sobre los hombros de la dupla rítmica, en plan celebratorio. ‘Pequeña’, por su parte, regresa a la actitud de solemne gravedad, pero renunciando a lo sombrío, oponiéndose a él, creando una luminosidad imponente que se instala perfectamente sobre la cadencia de la batería. ‘Sangre’ sí aporta una cierta aureola de sombrías vibraciones a través de su arquitectura sónica tan exuberante: definitivamente, el dramatismo de la ocasión se halla sólidamente acentuado mientras la intensidad de los arreglos de cuerda se acrecienta, culminando finalmente con espartanas escalas de una solitaria guitarra. ‘1979’ cierra el repertorio fungiendo como su perturbador epílogo: las capas minimalistas de cuerda se expanden y agitan como una niebla de Purgatorio en un momento de oscura pesadez, al modo de una tristeza cósmica cuyos ecos nunca se llegan a apagar. 


“Mantra” es, ante todas las cosas, una belleza de álbum, una belleza suprema, demoledora y conmovedora; a través de los continuos derroches de cerebral conceptualización en cada una de las composiciones del repertorio de este disco, el personal de AIRE LÍQUIDO ENSAMBLE se muestra siempre comprometido con la estimulación de imágenes y evocaciones en la mente y el espíritu del oyente. A prestar debida atención a este ensamble tan fabuloso… no merece menos.


Muestra de “Mantra”.-


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